El futuro no es lo que solía ser
Yogi Berra
Hace algo más de un mes publiqué
una entrada en este blog titulada “El tiempo y la incertidumbre” en la que
exponía mi opinión sobre como deberíamos avanzar en el campo de las
predicciones meteorológicas de carácter probabilista dado que esa es la mayor “verdad”
científica que los meteorólogos podemos comunicar a la sociedad sobre la
evolución atmosférica desde ahora mismo hasta dentro de diez o quince días. Me
consta que esa entrada fue bastante leída y suscitó diversos comentarios si
bien no quedaron plasmados en el blog.
Ayer el tema volvió a emerger a raíz
de dos comunicaciones presentadas a las XXXII Jornadas Científicas de la Asociación
Meteorológica Española (AME) que se celebró en Alcobendas, cerca de Madrid con
una importante afluencia de personas –que hubiera sido mayor sin la crisis- que
nos dedicamos a la meteorología, tanto desde el punto de vista científico como
operativo y divulgativo.
La primera comunicación en
relación con este tema corrió a cargo de Carlos Santos, de la Agencia Estatal
de Meteorología (AEMET). Describió cual ha sido el desarrollo de la predicción
por conjuntos en el corto plazo en AEMET y los planes de evolución futura. Hay que señalar que este tipo de predicción probabilista,
en la que AEMET fue pionera, se extiende
hasta 48 horas con modelos de muy alta resolución complementando así a la
predicción probabilista a medio plazo llevada a cabo con modelos globales –pero
de menor resolución- desarrollada por los grandes centros meteorológicos entre
los que destaca el Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo (ECMWF). A
continuación Carlos hizo referencia a los planes para llevar a cabo un cambio
de modelos y alcanzar de este modo una resolución del orden de los dos
kilómetros denominada escala meso-gamma. Cabe señalar a este respecto que una
de las aplicaciones principales de estos modelos es el cálculo de las
probabilidades de que se produzca un fenómeno atmosférico determinado
incluyendo los de carácter adverso y que cuanto mayor es la resolución se
acotan más esas probabilidades relacionadas con su ocurrencia.
A continuación presentó su
ponencia Daniel Santos. Es curioso –e importante- señalar que, a raíz de un
diálogo suscitado en twitter ayer mismo a primera hora de la mañana, el ponente
reorientó por completo su comunicación y la dedicó a explicar con todo tipo de
argumentaciones la necesidad de que las predicciones para el público sean ya claramente
probabilistas dado que la atmosfera es un
sistema caótico y no puede ser tratada -por mucho que nos guste o nos sea
mas cómodo- de forma determinista. Y sobre todo ahora que tenemos posibilidades de
hacerlo así a partir de este tipo de modelos.
En el corto pero intenso debate
que siguió a continuación mostré mi apoyo a las tesis de Daniel basándome en
los razonamientos que expuse en la entrada de este blog a la que hacía
referencia más arriba. Insistí en que, para llevar a cabo con seriedad este
tipo de predicciones ya de una forma generalizada, era necesario poder disponer
libremente en Internet de mas productos de este tipo y muy específicamente los
producidos por el Centro Europeo. Es fundamental además llevar a cabo una formación
más amplia incluyendo en ella a divulgadores y aficionados meteorológicos y, por
último, realizar una investigación conjunta con expertos en ciencias sociales
para encontrar la mejor forma de “contar” esas predicciones de modo que sean
perfectamente comprendidas y utilizadas por el público. La tarea es difícil porque hay resistencias de
distintos tipos pero fundamental llevarla a cabo en sus distintas facetas para
que la sociedad reciba y aproveche todo lo que la ciencia ofrece ya en la
predicción meteorológica. Y porque esa,
como dije antes, es la mayor “verdad” científica en ese campo.
No hay que temer a la
incertidumbre porque, paradójicamente, es el terreno desde el que podemos
avanzar con mayor firmeza, creatividad y seguridad.
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