Análisis de la temperatura del agua superficial del océano Atlántico. Puede verse como el posible ciclón se formaría sobre una de las zonas con más alta temperatura si bien en su desplazamiento previsto hacia el este encontraría aguas cada vez más frías.
Meteorólogo de AEMET durante muchos años, quiero ir plasmando en este blog una visión integradora de la meteorología, la climatología y la predicción. Todo ello me sigue fascinando y atrayendo tanto o mas que cuando empecé mi actividad profesional
31 de agosto de 2022
¿Van a ir naciendo ciclones tropicales en latitudes más altas? Un ejemplo.
Análisis de la temperatura del agua superficial del océano Atlántico. Puede verse como el posible ciclón se formaría sobre una de las zonas con más alta temperatura si bien en su desplazamiento previsto hacia el este encontraría aguas cada vez más frías.
23 de agosto de 2022
"Derechos" a vuelapluma
15 de agosto de 2022
Adecuación al cambio climático: ¿Qué hacer en meteorología?
Tras el desgraciado suceso de Cullera, pero a la vista también de las intensas y extensas olas de calor con la multitud de incendios asociados que venimos sufriendo desde el mes de junio, algunos periódicos han publicado editoriales o columnas de opinión llamando a la adopción de medidas para la adecuación al nuevo escenario climático y, en su caso, la toma de las oportunas acciones de mitigación. Pues bien, dado que para llevar a cabo todo ello es irrenunciable contar con la mayor y mejor información meteorológica y climática posible me gustaría expresar -sin ánimo de ser exhaustivo- mi punto de vista sobre qué acciones deberíamos adoptar en España en esos campos.
Conviene matizar antes que nada que cuando se habla de un nuevo escenario climático no se trata de la aparición de fenómenos o evoluciones desconocidas, sino a su intensificación y/o a un aumento de frecuencia. Ello da lugar a impactos sociales y económicos muy importantes que necesitan respuestas muy efectivas y en algunos casos distintas a las adoptadas hasta ahora.
En ese contexto y desde mi punto de vista -ya expresado con frecuencia en este blog- creo que sería importante desarrollar al menos cuatro líneas de acción:
a) Muy prioritaria: Creación en el seno de AEMET de una unidad especializada en incendios, olas de calor y sequías tal como ya existen otras específicas como por ejemplo las de soporte a la navegación aérea o la meteorología de montaña.
b) Revisión del sistema de avisos y de la operatividad meteorológica ante los fenómenos adversos. En concreto:
b.1) Plan de Avisos (Meteoalerta)
En distintas ocasiones he comentado la necesidad de reestructurar el actual sistema de avisos de fenómenos adversos orientándolo hacia los impactos que estos pueden causar en la sociedad y teniendo en cuenta su probabilidad de ocurrencia. Algunos pasos se han dado en este sentido -sobre todo en el tema de las altas temperaturas- pero es necesario extenderlo a todo tipo de fenómenos. Además, en esa revisión, habría que plantearse para algunos fenómenos de más fácil predicción, como por ejemplo las situaciones de altas temperaturas, la emisión de avisos a medio plazo que permitan organizar planes adecuados de respuesta.
b.2) Revisión y/o replanteamiento de la vigilancia meteorológica
El aumento de frecuencia y/o la magnitud de algunos fenómenos adversos hace necesario en mi opinión un replanteamiento de las actividades operativas de vigilancia. La rapidez y la coherencia en la toma de decisiones en tiempo real es vital y es una tarea que es multidisciplinar. Por ello vuelvo a reiterar, como ya lo he hecho en otras ocasiones, la necesidad de la creación de un centro conjunto operativo en el que trabajaran codo con codo meteorólogos, técnicos de protección civil y psicólogos sociales. En el marco de un análisis y un seguimiento conjunto de la situación o situaciones y en coordinación con las unidades regionales, se generarían en tiempo real informes, directrices y recomendaciones hacia los distintos responsables autonómicos, provinciales o locales para su toma de decisiones. Creo que la sinergia que se produce en ese trabajo conjunto en tiempo real es una riqueza que no debería desperdiciarse.
c) Mejor y más coordinada investigación de las evoluciones atmosféricas en nuestra zona.En cualquier caso si no se considerase oportuna o posible una acción de ese tipo, o incluso considerándola, sí puede ser necesaria la potenciación de recursos humanos y la actualización de algunos protocolos en las unidades operativas de vigilancia de Aemet.
Dada la profunda conexión entre los fenómenos adversos y la circulación atmosférica sobre nuestra zona geográfica, circulación que ha ido cambiando durante los últimos decenios, se hace necesario tener un conocimiento más profundo de todo ello y de cómo podría continuar esa evolución en el futuro. Podría decirse en principio que ya conocemos estas tendencias: aumento de la temperatura media, olas de calor más frecuentes, extensas e intensas, una reducción progresiva de la precipitación dependiendo en zonas geográficas y estaciones del año… Sin embargo, sería importante poder profundizar más en algunos aspectos, tales como los que cito a continuación:
- Cambios observados y previstos en la circulación de los chorros extratropicales y subtropicales y su relación con períodos de sequía, olas de calor e incendios.
- En relación con lo anterior, cambios observados y previstos en los patrones de comportamiento de las precipitaciones y los vientos y su relación con la generación de energías renovables.
- Mayor adecuación para el caso de España de las predicciones mensuales y estacionales.
- Establecimiento de una metodología rápida para la atribución de fenómenos adversos.
Para avanzar adecuadamente en estos objetivos sería muy importante la creación por el Gobierno de un plan estatal de investigación adecuadamente dotado que -tras establecer las prioridades más oportunas- profundizara y particularizara para España, hasta donde sea posible, lo que los resultados que a escala mundial se van ofreciendo.
d) Comunicación
Junto a todo lo expuesto se hace necesario el establecimiento de canales de comunicación rápidos, eficaces y adecuados de difusión de avisos. Últimamente se han anunciado avances en este sentido pero que hasta el momento no han llegado a concretarse. Junto a ello, siguen siendo muy necesarias campañas de divulgación sobre los distintos fenómenos adversos, sus características, la forma de estar perfectamente informados sobre ellos y de las acciones a tomar en su caso.
---------------------------------
No sé si las líneas de acción expuestas pueden considerarse como las adecuadas y sería interesante un amplio debate sobre ello. En cualquier caso, de una forma u otra, debe llevarse ya a cabo una revisión profunda en el campo de la meteorología, tanto en su rama investigadora como en la operativa, de modo que se genere, o al menos se refuerce, una base actualizada y eficaz de conocimientos que permitan el desarrollo de unas acciones de adecuación y mitigación cada vez más urgentes. Para ello un compromiso claro y bien estructurado del Gobierno es necesario.
9 de agosto de 2022
Otra "remontada" agosteña
Hace ya muchos años, Rafael Cubero, un excelente meteorólogo y piloto ya fallecido, me contaba que en verano, volando sobre la zona del mar de Alborán en aviones de hélice -y por tanto supongo que a unas alturas de 4000 o 5000 metros, era muy sorprendente ver que discurrían por encima de nubes que generaban -a distancia bajo el avión- relámpagos y rayos. Tanto a él como a otros compañeros les asombraba que de nubes con tan poco desarrollo convectivo surgiera tal actividad eléctrica. Fue un tema que interesó bastante a algunos insignes meteorólogos como Inocencio Font o Alberto Linés que incluso llegó a relacionar el fenómeno con una subida hacia latitudes septentrionales de un fragmento de la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT)
Basado en esas ideas y mediante un detallado análisis de imágenes de satélite, poco a poco fuimos empezando a relacionar esa actividad con un fenómeno que suele ocurrir fundamentalmente en agosto -y a el que denominé "remontadas"- y que se caracteriza por la aparición en las imágenes de satélite en los canales infrarrojo y de vapor de agua, de una banda húmeda que arrancando desde latitudes tropicales o incluso ecuatoriales se dirige hasta el norte de Marruecos y Argelia, penetrando incluso por el sur de la Península Ibérica, y provoca en estas zonas algunos chubascos y una cierta actividad eléctrica.
Pues bien, es curioso que también hoy, 9 de agosto de 2022, tengamos una ligera "remontadilla" que está provocando también descargas eléctricas y algunos chubascos por el sur peninsular.
Son situaciones con frecuencia mal recogidas por los modelos numéricos y que creo que no están todavía bien estudiadas y clarificadas desde un punto de vista dinámico. Posiblemente la inyección húmeda es posteriormente captada por alguna pequeña onda subtropical y quizás en su estudio -sobre todo por lo que respecta a origen y primera trayectoria- deberían utilizarse entre otros métodos análisis de líneas de corriente. Por otra parte sería también bastante útil una profundización en los procesos de electrificación de estas nubes cálidas, en general con poco desarrollo, pero con una importante actividad en cuanto a producción de rayos.
En fin, otro fenómeno interesante de nuestra meteorología, como tantos que merecerían de un importante esfuerzo investigador y más en tiempos de cambio como los actuales.
7 de agosto de 2022
¿El principio del fin?
La gran pregunta
Estoy seguro que no hay en estos momentos pregunta más repetida en la sociedad española que la de cuándo va a acabar este largo y asfixiante periodo de temperaturas elevadas, sea considerado o no como ola u olas de calor. O, al menos, cuándo la atmósfera nos va a conceder de un "respiro" de unos días que nos permita reponernos antes de otro embate del aire tórrido.
Cómo ha sido hasta ahora... y cómo sigue siendo
Precisamente es esa ausencia de "respiros" lo que diferencia esta situación de otras veraniegas. Normalmente, tras unos días de fuerte calor, una vaguada del chorro polar se acercaba o incluso profundizaba sobre la Península y Baleares ofreciendo ese refrescamiento que permitía abordar otro periodo de altas temperaturas. Pero este año no ha sido así: el chorro polar ha permanecido muy alto de latitud y ninguna de sus vaguadas ha profundizado lo suficiente hacia el sur como para llegar hasta la Península. En su lugar hemos estado -y seguimos estando- sumergidos en una gran masa de aire subtropical en la que se generan las condiciones para la aparición de las altas temperaturas diurnas y nocturnas.
En cualquier caso esta masa subtropical no es del todo homogénea y en su seno aparecen débiles embolsamientos fríos, -pequeñas vaguadas o débiles danas- que, aún con aire no muy frío en su seno, pero teniendo en cuenta las altas temperaturas de superficie, pueden dar lugar a la aparición de tormentas, a veces de gran intensidad. A veces alguna de estas vaguadas o danas se ha estacionado al oeste de Portugal al tiempo que se genera una aguda dorsal sobre la Península. Esta configuración da lugar a unas condiciones dinámicas y termodinámicas que provocan las más altas temperaturas y, si se mantiene estacionaria, al establecimiento de un periodo de ola de calor.
Pero...¿se ve el final?
Es normal que ante esta situación unos u otros oteemos el horizonte -cada uno a su estilo- para ver si aparece en lontananza el cambio deseado. Pues bien, desde hace dos o tres días el modelo determinista del Centro Europeo muestra una evolución a partir de mediados de semana que podría llevarnos a finales de ella o muy a principios de la próxima a ese ansiado refrescamiento.
¿Cómo podría ser la evolución?
Creo que es interesante, al menos para los aficionados, comentar cómo simula el citado modelo la evolución atmosférica que nos conduciría a ese cambio. Otra cosa es que luego la atmósfera siga ese patrón o introduzca sus variaciones, pero, en cualquier caso, algo parece que empieza a moverse, y lo va a hacer además en unas fechas en que climatológicamente es lo normal que suceda. Vamos a ello:
Si observamos la topografía de 500 hPa y de las temperaturas a 850 hPa para mañana lunes a mediodía, todo sigue igual:
El chorro polar sigue muy alto de latitud mientras que la Península y buena parte del Atlántico se halla bajo el dominio del aire subtropical. Como en otras ocasiones un pequeño embolsamiento frío aparece hacia el noroeste peninsular.
Durante la primera mitad de la semana todo va a seguir muy parecido, por tanto vamos a dar un salto hasta la tarde del jueves día 10 de agosto:
Puede verse que en el seno de la amplia circulación de ponientes aparece al este de Terranova una vaguada secundaria en una situación que los meteorólogos Alberto Linés y Mariano Medina denominaban como de "cuerda destrenzada" y que iba dando lugar, siguiendo también a Medina a un pequeño "remolino topo" en su interior que puede dar lugar a una bifurcación de la corriente o a la formación de una dana. Es un claro síntoma de una desequilibrio en ese flujo de los oestes y está unido al avance y crecimiento de una dorsal sobre Norteamérica. Por supuesto que sería interesante remontarnos "corriente arriba" para ver por qué se originó, pero esa es ya otra cuestión.
Si, para no hacer la narración muy pesada, damos otro salto hasta el mediodía del viernes 12 vemos que esa incipiente vaguada a dado lugar en este caso a una dana que de algún modo va a interaccionar, como dos grandes remolinos que son, con la que seguía situada al oeste de Galicia.
Esta es una situación relativamente compleja de manejar por los modelos numéricos ya que su evolución está condicionada por factores muy sutiles que pueden ser mejor o peor captados por el análisis de partida, o bien la dificultad puede provenir de la compleja interacción hidrodinámica entre ambos remolinos. En cualquier caso conviene señalar lo siguiente:
a) Sobre la Península se establece una dorsal muy marcada con la continuación de las altas temperaturas. De quedarse la situación estacionaria podría generarse una nueva ola de calor. Afortunadamente es probable que no sea así.
b) La interacción va a dar lugar muy probablemente a un movimiento hacia el NW de la antigua dana. Ello llevaría a una entrada de aire atlántico en algunas zonas del W/NW peninsular, dependiendo del movimiento final que efectúe.
c) La nueva dana podría desarrollar convección en su núcleo dado que en él va a residir un aire claramente más frío que el de las débiles danas de estos días. Ello podría llevar a la aparición de una borrasca subtropical en su seno, pero eso es algo que habrá que ver en su momento.
d) Se aprecia un amplio crecimiento hacia el norte de la dorsal del Atlántico central en consonancia con el establecimiento de la amplia vaguada delantera que alberga a las dos danas. Un crecimiento que, de producirse, va a ser importante para el cambio atmosférico sobre España.
Sigamos ahora al modelo hasta la madrugada del domingo 14:
El modelo sugiere que como resultado de la interacción de los dos "remolinos", el más antiguo se desplaza al Cantábrico y Francia mientras que el más nuevo retrocede hacia el SW, de modo que la dorsal atlántica inclina su eje hacia el NE empezando a facilitar un descenso latitudinal de la circulación del chorro polar, algo que, de ser así, daría lugar definitivamente al deseado cambio de tiempo, como vemos en la configuración prevista para la noche del 15 al 16 de agosto: