La
publicación de una información de la NASA sobre la evolución de la fusión de la
capa superficial de hielo de Groenlandia ha dado lugar a un cierto revuelo en
los medios informativos debido en parte a una deficiente interpretación de la
noticia pero, mas allá de ello, por lo que supone como una prueba mas del
calentamiento progresivo de las zonas árticas.
Durante
el verano, entre un cuarenta y un cincuenta por ciento de la capa superficial
del hielo groenlandés se funde para, en su mayor parte, volver a solidificarse
poco tiempo después. Ese es un fenómeno bien conocido e interesa básicamente –insisto
en ello- sólo a la capa mas superficial. Lo que ha llamado la atención en este
mes de julio es que en muy pocos días se ha pasado de una extensión del
cuarenta a mas del 90, algo que nunca se había observado durante los 30 años de
observaciones satelitales, si bien algunas investigaciones basadas en el
estudio de los testigos de hielo parecen indicar que es un fenómeno que puede
tener una recurrencia de unos 150 años.
Tal
como indica la NASA la causa próxima ha sido el establecimiento sobre
Groenlandia de una gran masa de aire cálido o dorsal anticiclónica que ha
permanecido estacionaria sobre ella. Estas situaciones mantienen durante varios
días los cielos despejados y dan lugar por tanto a una importante insolación y
a un aumento progresivo de las temperaturas ya que, al tratarse de una situación
anticiclónica, el predominio de la estabilidad da lugar a que el aire de las
capas bajas se renueve muy poco. Además -por
lo que indica la nota- otras dorsales cálidas menos permanentes ya habían hecho
antes un trabajo previo de calentamiento.
Aunque,
ya de por sí, lo súbito e intenso de la situación llama la atención, su mayor
importancia reside en que puede tratarse de una muestra mas del calentamiento
global a través de un mecanismo al que ya me referí en otra entrada de este
blog. Éste, aún en plena investigación, parece consistir en el traslado
progresivo del chorro polar –el gran rio de aire en niveles altos que dirige
las trayectorias de borrascas y anticiclones- hacia latitudes mas altas. Al
mismo tiempo este chorro disminuye su
velocidad como consecuencia de un menor contraste térmico entre latitudes altas
y medias por el progresivo calentamiento. Y, al perder velocidad, formaría mas
“meandros” u ondas mas lentas o casi estacionarias. Ello quiere decir que tanto
las borrascas como los anticiclones ligados a esas ondas afectarían durante
periodos mas largos a una misma zona dando lugar a un mayor número de fenómenos
adversos bien sea bajo la forma de lluvias abundantes y continuadas en una
misma zona o en su caso a elevaciones continuadas e intensas de las
temperaturas, tal como ha ocurrido en el caso de Groenlandia.
Si
bien ese resultado obtenido de los
testigos de hielo a que me refería antes
podría apuntar a que se trata de un fenómeno natural que se repite cada 150
años el resto de sucesos que están sucediendo en el Ártico parece indicar que esta anómala
fusión es una pieza o una muestra mas de
un proceso a gran escala que produce un transporte neto de calor desde
latitudes medias y bajas hacia las altas En resumen, el aire cálido parece de
una forma u otra ganar cada vez mas terreno sobre el planeta.