La importancia que se da en Estados Unidos al desarrollo de la empresa privada otorgando con frecuencia al sector público sólo la responsabilidad de la obtención y distribución de datos básicos para su funcionamiento, llega de vez en cuando a extremos en principio preocupantes. Tal como relata el Washington Post ,así ha ocurrido hace unos días, cuando el representante republicano por Oklahoma Jim Brindestine presentó en el Congreso una propuesta de ley mediante la cuál se prohibiría al National Weather Service (NWS) crear cualquier servicio que esté desarrollado, o pueda serlo, por la empresa privada. Y, además, exigiría al NWS "incorporar soluciones comerciales" en programas que ya existen. En palabras de Bridestine "NOAA debería focalizarse en propocionar los datos básicos que otros utilizan para producir predicciones para salvar vidas, mejor que dedicar esfuerzos y tecnologías que se emplean, o podrían emplearse, por el sector privado".
Mapa de avisos del National Weather Service. Los colores se refieren a distintos fenómenos meteorológicos adversos |
Esta declaración supone un golpe de gracia a lo que tradicionalmente se ha considerado la responsabilidad básica de cualquier servicio meteorológico, como es la salvaguarda de vidas y bienes mediante la emisión de todo tipo de avisos y predicciones de fenómenos adversos. Debe considerarse por otra parte el grave problema social que supondría la emisión de estos avisos por distintas fuentes y con distintos criterios y, además, sujeta esta actividad a los intereses cambiantes de las empresas de servicios meteorológicos. En cualquier caso, y en honor a la verdad, hay que reconocer que la existencia de avisos paralelos es algo que conocemos en España, dado que desde hace bastantes años se simultanean avisos de AEMET con los de los Servicios Meteorológicos catalán y vasco, aunque la gran distinción respecto al caso norteamericano es que estos organismos son todos de carácter público.
No se el recorrido final que tendrá esta propuesta de Brindestine, aunque desde luego en el Congreso ya se ha celebrado alguna reunión informativa con responsables de distintas empresas meteorológicas norteamericanas, entre ellas Accuweather. Sin embargo, lo que me interesa -al menos por ahora- de esta noticia es el contexto en el que se produce, que es el del creciente interés de las grandes empresas tecnológicas por la meteorología, tal como hemos visto recientemente en la adquisición por parte de IBM de una parte sustancial de Weather Channel o en la puesta a punto por parte de Panasonic de un modelo de predicción a escala global basado en el GFS norteamericano y que, según la empresa, posee una calidad cercana a la del Centro Europeo. Todo esto indica que el "universo" de los servicios meteorológicos se mueve con mucha rapidez a caballo de los grandes logros alcanzados por los distintos modelos de predicción. Como es lógico, el público se inclinará hacia quienes les suministren un mejor producto, sobre todo si es de forma aparentemente gratuita o a muy bajo coste.
En este contexto vuelvo a preguntarme por la estrategia que deben plantearse los Servicios Meteorológicos tradicionales, y más en concreto los europeos, si quieren acomodarse a esta revolución tan rápida, que llega incluso a cuestionar lo que ha sido -y hoy todavía sigue siendo- su responsabilidad básica, como es la emisión de avisos. Existe la posibilidad que los estados europeos consideren que, en este caso, la responsabilidad única estatal no es discutible ni negociable, o que la Organización Meteorológica Mundial muestre un rechazo claro a esta posibilidad. Pero...¿y si en el contexto actual eso no ocurre así?.... ¿Deben luchar por demostrar que son los mejores por la capacidad de su personal y sus recursos? ¿Son capaces de demostrarlo? ¿Tendrían que quedarse como meros suministradores de datos? ¿Deberían subcontratar servicios? ¿Deben mantener sólo una actividad representativa y coordinadora? ¿Qué reflexión se está haciendo? Supongo que estarán en ello. El tiempo "cronológico" va muy rápido para el tiempo "meteorológico".