Meteorólogo de AEMET durante muchos años, quiero ir plasmando en este blog una visión integradora de la meteorología, la climatología y la predicción. Todo ello me sigue fascinando y atrayendo tanto o mas que cuando empecé mi actividad profesional
21 de noviembre de 2021
Una nueva dana, y otra...y quizás otra: ¿la "nueva normalidad"?
4 de noviembre de 2021
La vida -simulada- de una nueva dana
Precipitación acumulada prevista por el modelo determinista del Centro Europeo hasta el próximo jueves. La realidad podría ser muy distinta pero da, hoy por hoy, una idea de lo que cabría esperar en líneas generales, de esta dana.
1 de noviembre de 2021
Tras el paso del "río"
Mientras el flujo de aire muy húmedo procedente del Atlántico, que se ha identificado como un río atmosférico y que ha afectado a la Península durante los dos últimos días, se aleja y debilita, me parece útil compartir algunas consideraciones y reflexiones personales sobre esta situación.
A mediodía de hoy, 1 de noviembre, y coincidiendo con el paso de un frente frío que recorre la Península, se debilita y aleja el río atmosférico que nos ha afectado en los últimos días. Así lo refleja esta imagen del contenido total de agua precipitable obtenida a las 11 UTC por el CIMMS
Lo primero a tener en cuenta es que la presencia de altos contenidos de humedad en la atmósfera es una condición necesaria pero no suficiente para las lluvias copiosas. Debe existir también un mecanismo de ascenso para que las nubes sean suficientemente densas y generen precipitaciones significativas. Esos ascensos pueden provenir de la propia dinámica del flujo de aire húmedo, con sus pequeñas ondas embebidas que provocan ascensos y descensos del aire, o bien por el choque del flujo con obstáculos montañosos que fuerce y mantenga el ascenso sobre una misma zona. Este segundo mecanismo es el responsable de las muy importantes precipitaciones en las áreas de barlovento de las sierras de Grazalema, Villuercas, montes de Toledo y mitad occidental del Sistema Central mientras que a su sotavento han sido mucho menores. Además, los ascensos o descensos dinámicos -que pueden a su vez actuar junto a los anteriores y modularlos en uno u otro sentido- son los inductores de las precipitaciones repartidas más aleatoriamente en ubicación e intensidad en las zonas más llanas, donde los obstáculos orográficos no son determinantes.
Por otra parte hay que tener en cuenta que la zona central del río atmosférico, donde se encuentra buena parte de la humedad transportada, no tiene una gran anchura, -en el caso que nos ha afectado quizás unos 150 o 200 km- por lo que algunos pequeños desplazamientos de su ubicación en latitud hace que varíen con rapidez las áreas específicas afectadas, siendo probablemente ésta una de las principales causas de error en la predicción “fina” de estas situaciones.
Pues bien, quizás estos planteamientos previos nos pueden ayudar a comprender mejor las causas de las -al menos para mí- dos sorpresas que esta situación nos ha dado. La primera es la llegada de estas precipitaciones al propio golfo de Valencia e incluso hasta Baleares, donde en algunos puntos se han recogido valores cercanos a los 30 mm. Como es bien conocido las situaciones de poniente no suelen traer lluvias a estas zonas dado que el descenso del aire hacia el mar desde la meseta facilita mucho más los movimientos descendentes que los ascendentes favoreciendo así su aumento de temperatura y desecación. Pues bien, en esta situación de río atmosférico la saturación de la columna de aire que llegaba era tan grande y continuada que, aún habiéndose secado algo en su descenso en su parte inferior, era capaz de restaurar las precipitaciones acabado aquel y discurriendo ya sobre el mar.
La segunda sorpresa, menos agradable que la anterior, es la de las escasas precipitaciones registradas en Andalucía excepto en su zona norte de Sierra Morena donde sí ha habido algunas significativas. Creo que la explicación está en la ubicación del núcleo del río atmosférico. Durante los días previos los modelos oscilaban en localizarlo entre el centro y el sur peninsular. Poco a poco lo fueron ubicando entre la mitad sur de la zona centro y el norte de Andalucía. Y por allí discurrió fundamentalmente dejando buena parte de la comunidad andaluza con precipitaciones débiles, o incluso nulas a sotavento de las grandes zonas montañosas como ha ocurrido en las provincias de Granada y de Almería.
Estas son unas conclusiones rápidas y provisionales sobre este episodio y pueden ser incorrectas o incompletas. Mi intención al exponerlas es simplemente facilitar un intercambio de impresiones con los lectores de modo que podamos aprender más sobre el comportamiento de los ríos atmosféricos atlánticos en nuestro entorno geográfico.