"Es un consejo de jubilado reciente, que no se ha arrepentido
ni un solo segundo en estos dos años, y eso que el trabajo que yo hacía era el
más gratificante que yo pudiera imaginar".
Este “jubilado reciente” que aconsejaba la jubilación a otro
compañero y que tan feliz se mostraba con su trabajo en AEMET, se nos acaba de
ir cuando, disfrutando de esa jubilación y en plenas facultades, fue atropellado
paseando en bicicleta.
Este jubilado era José Antonio García-Moya, una persona
profundamente conocida y querida en AEMET y en muchas instituciones y grupos meteorológicos internacionales. José Antonio era un meteorólogo “todoterreno”.
Con una sólida formación científica, gran capacidad de observación y aguda inteligencia tenía una visión amplia e integradora de la meteorología, si bien
estuvo fundamentalmente ligado a la predicción en sus distintas facetas. Tras su época como observador en Palma de Mallorca, pasó a convertirse en predictor y posteriormente jefe de Grupo en el Grupo de Predicción y Vigilancia de Baleares. Todo ello le hizo tomar un profundo
contacto con la compleja meteorología mediterránea y le llevó a participar activamente en distintos
proyectos internacionales con protagonismo mediterráneo, tales como PYREX o ALPEX. Orientado después hacia la
Predicción Numérica y trabajando ya en Madrid fue hasta su jubilación en 2018
uno de los puntales básicos de su desarrollo en AEMET y en Europa
debido también a su profunda involucración en distintos grupos internacionales. Y a este respecto es muy de destacar su amplia y profunda contribución al desarrollo de la predicción probabilista en estos ámbitos; una cuestión clave en la evolución mundial de la predicción meteorológica. Las imágenes que siguen, cortesía de su amigo y compañero Carlos Santos, corresponden a distintas reuniones de algunos de los grupos de investigación en los que estuvo integrado:
Elena Padorno Prieto, Jesús Rodríguez Déniz, Jana Sánchez Arriola, José Antonio García-Moya, Javier Calvo Sánchez y Alberto Martín García, todos ellos representando a AEMET en la reunión anual del grupo de investigación HIRLAM (modelos atmosféricos regionales de alta resolución) celebrada en la primavera de 2016 en Lisboa.
Pero todo ese trabajo científico no le impedía a José Antonio disfrutar
profundamente de la vida. Recuerdo la alegría con que me contaba su experiencia
volando en un avión de investigación, casi rozando las olas del Mediterráneo, en un día de fuerte temporal de tramontana
durante el proyecto PYREX, o la sorpresa que nos causó cuando nos dijo que se
había apuntado a una academia de bailes de salón, o cuando mostraba su
gran afición literaria que incluso le llevó a publicar en estos dos últimos
años un libro de microrrelatos y una novela ambientada en los tiempos y
circunstancias de ETA. Incluso hace unos meses me dijo que estaba escribiendo otra novela más que había pensado
publicar este otoño. Una novela que yo estaba esperando....y que me temo que ya no podré disfrutar.
Era también un excelente conversador y un agudo polemista. Si
ibas a debatir con él y tenías una opinión contraria a la suya tenías
que ir bien preparado porque sus reacciones eran rápidas y sus argumentaciones
eran claras, contundentes y con mucha frecuencia excelentemente fundamentadas. Pero aunque el debate fuera intenso, su agudo
sentido del humor, que siempre le acompañaba, podía rebajar cualquier tensión que
hubiera podido generarse.
Y aunque un punto pesimista -que suavizaba con ese humor tan suyo- había en él un fondo profundo de nobleza y fidelidad. Y
de cariño y amistad tal como lo reflejó en las, para mi ,emocionantes palabras que me
dirigió en el acto de mi despedida de AEMET. Y también lo mostró luego, en
su propia jubilación, cuando nos escribió a l0s compañeros despidiéndose con una hermosa carta de la que
entresaco esta frase:
Mirando hacia atrás creo que ha sido toda una vida dedicada a AEMET y ha sido una vida feliz y fructífera. Como vosotros habéis sido parte de esa vida, quiero daros las gracias de corazón por todos los momentos compartidos.
Y también de su amistad y de su fortaleza son una muestra estas frases suyas, de
hace muy poco tiempo, entresacadas de unos mensajes colectivos que un grupo de
compañeros entre los que él estaba hemos intercambiado en estos últimos años y en las que se refería a la actual pandemia:
Seguiremos siendo los
mismos pero, sea como sea, estaremos aquí para aguantar lo que nos echemos
nosotros mismos encima.
O esta hermosa despedida de uno de sus últimos mensajes:
Un abrazo para todos y fuerza para aguantar lo que venga.
Gracias José Antonio. Esa fuerza que nos deseabas y que estaba
en ti, nos va a seguir acompañando en estos tiempos duros. Y con ella tu
recuerdo siempre vivo. Siempre.