Las témporas de San Mateo habían quedado de Sur; y, según
el almanaque montañés, así debía seguir el tiempo hasta las de Navidad.
José María de Pereda: El sabor de la tierruca
Y ahora, septiembre. Aunque desde el punto de vista de la
climatología, septiembre es ya otoño, lo cierto es que es un mes sorpresa.
Según una creencia popular bastante extendida, si los meses de julio y agosto
no han sido muy cálidos, el verano se prolonga en este mes, aunque con un
carácter menos opresivo al ser ya las noches más largas. Desde el
punto de vista científico esa creencia no tiene en principio ningún soporte y septiembre
puede ser tanto una prolongación del verano como un serio anticipo del otoño…y, a veces, ambas cosas. En cualquier caso, lo
que es indudable es que la temperatura media, todavía de 20,3º, es ya tres
grados inferior a la de agosto y que la precipitación media, 43 mm, queda ya
claramente por encima de los 24 mm de agosto. De una forma u otra, antes o
después, durante el mes se suele producir ya la entrada de masas de aire más frías.
Pueden originar algún temporal de lluvias atlánticas si predomina la
circulación de tipo zonal o bien de lluvias intensas mediterráneas si tiene más bien carácter meridiano con tendencia a la formación de
depresiones aisladas de niveles altos (DANAs) o borrascas frías.
Este carácter, ora tranquilo, ora
violento, del mes queda bien reflejado en los refranes de la meteorología
popular:
Septiembre
es bueno si de primeros al final pasa sereno; si no, Septiembre se tiemble
O, mediante este otro, mucho más
pesimista:
Del
mes que entra con abad (San
Gil) y sale con fraile (San
Jerónimo), Dios nos guarde
Un mes en el que se produce, al menos en otros
tiempos, la despedida de algunos amables visitantes:
Cuando la Virgen llega (Natividad de la Virgen, el 8 de septiembre), la golondrina se va
Quizás, esta supuesta marcha de las
golondrinas -no sé si se siguen marchando en estas fechas o incluso si algunas ya no se marchan- pudiera estar relacionada con el refrescamiento producido por las tormentas
que a veces suelen aparecer durante los primeros días del mes.
Después, a mediados, no es raro que aparezcan de nuevo tormentas y las temperaturas experimenten otro descenso. Se llega así a San Mateo, y al equinoccio de otoño, con el equilibrio entre el día y la noche:
Después, a mediados, no es raro que aparezcan de nuevo tormentas y las temperaturas experimenten otro descenso. Se llega así a San Mateo, y al equinoccio de otoño, con el equilibrio entre el día y la noche:
Por San Mateo, tanto veo como no veo
El verano de San Miguel faltará muy rara vez
San Miguel ha sido siempre en el campo
un tiempo de cierre y de apertura de acuerdos y contratos. El verano acabó y el
otoño está ya encima. Acaban unas tareas y empiezan otras pero hay ya una
cierta preparación del letargo invernal. En cualquier caso antes hay que
recoger las últimas frutas ahora en plena sazón:
Por el veranillo de San Miguel están
los frutos como la miel
A veces septiembre es seco, sin
temporales atlánticos ni mediterráneos, pero, como dice el refrán, también "se ha llevado muchos puentes". Veamos a
continuación, sin ánimo en absoluto de ser exhaustivo, algunos recuerdos de algunos grandes diluvios septembrinos.
Quizás el de más triste sea el acaecido en
1962, la noche del 25 al 26, cuando
unas intensas lluvias de más de 200 mm en pocas horas provocaron una avenida súbita
de los ríos Besós y Llobregat que inundó poblaciones como Terrasa, Sabadell o
Rubí registrándose la increíble cifra de más de 800 muertos.
También en 1973 y concretamente el día 7, volvieron a ocurrir inundaciones en estas zonas, concretamente en el Baix Llobregat y el Maresme, con registros superiores a los 100 mm.
También en 1973 y concretamente el día 7, volvieron a ocurrir inundaciones en estas zonas, concretamente en el Baix Llobregat y el Maresme, con registros superiores a los 100 mm.
Si
bien pudiera parecer que en septiembre las lluvias intensas mediterráneas
afectan fundamentalmente a Cataluña, y quizás desde un punto de vista de
frecuencia de episodios sea así, lo cierto es que todas las zonas mediterráneas pueden resultar afectadas en mayor o menor medida. Muchas de
estas precipitaciones están asociadas a tormentas; de hecho septiembre es uno
de los meses más tormentosos del año. Aunque la estadística de rayos caídos en
tierra es relativamente reciente, se dispone ya de algunos valores
significativos de actividad eléctrica para este mes. Destacan mucho los 11934
rayos registrados en la provincia de Badajoz el 6 de septiembre de 2006, los
11812 del 20 de septiembre de 2002 en la provincia de Zaragoza o los 9314 del
11 de septiembre del 2000 en la provincia de Zamora. También es reciente la
disponibilidad de una información relativamente sistematizada sobre tornados y
así sabemos de la ocurrencia de algunos de ellos durante este mes unidos a
tormentas ocurridas en Cataluña y Baleares.
También las
zonas gallega y cantábrica pueden verse afectada en septiembre por
precipitaciones intensas ligadas frecuentemente a DANAs centradas sobre el
interior peninsular. Así, el 10 de septiembre de 1992, se produjeron graves
inundaciones en Asturias por los desbordamientos de los ríos Nalón y Sella.
Otras veces son los temporales atlánticos los que ya hacen acto de presencia
tal como ocurrió el 14 de septiembre de 1993 cuando se registraron vientos de
más de 100 km/h con fuerte temporal en la mar y un balance de tres muertos y
dos desaparecidos en Galicia.
Por lo que
respecta a temperaturas elevadas, en los primeros días de septiembre pueden
registrarse aún valores bastante significativos propios del verano. Un ejemplo
es el del día 7 de septiembre de 1988 cuando se registraron valores de 43 ºC en
Badajoz-Talavera, 36,4 ºC en Soria, 36,8 ºC en Burgos-Villafría y 35,4 ºC en
Ávila, todos ellos récords absolutos para el mes de septiembre.
También fue muy señalado el periodo comprendido entre el 3 y el 5 de septiembre de 2006 cuando, tanto Ourense como Ponferrada, superaron sus valores absolutos con 41,1ºC en el caso del primer observatorio y 37 en el segundo.
Por su parte, como apuntaba más arriba, en la segunda quincena del mes pueden darse ya algunas irrupciones de aire polar que provocan descensos térmicos significativos e incluso alguna helada débil. Así, el 25 de septiembre de 1984, Ávila con -2ºC y Palencia con -1ºC alcanzaron sus récords de temperaturas mínimas más bajas para septiembre y lo mismo ocurrió en Guadalajara el 18 de septiembre de 2005 con -1ºC.
Topografía de 850 hPa del 8 de septiembre de 1988 a las 00Z. Puede verse como la isoterma de 25ºC penetra hasta Castilla y León, algo muy anómalo en este mes. (Imagen NCEP/Wetterzentrale) |
También fue muy señalado el periodo comprendido entre el 3 y el 5 de septiembre de 2006 cuando, tanto Ourense como Ponferrada, superaron sus valores absolutos con 41,1ºC en el caso del primer observatorio y 37 en el segundo.
Por su parte, como apuntaba más arriba, en la segunda quincena del mes pueden darse ya algunas irrupciones de aire polar que provocan descensos térmicos significativos e incluso alguna helada débil. Así, el 25 de septiembre de 1984, Ávila con -2ºC y Palencia con -1ºC alcanzaron sus récords de temperaturas mínimas más bajas para septiembre y lo mismo ocurrió en Guadalajara el 18 de septiembre de 2005 con -1ºC.
Para finalizar, si ahora observamos los mapas previstos por la predicción probabilística para los próximos diez días, puede ser que septiembre nos muestre algunas de las facetas de las que hablaba al principio. Esta semana que empieza parece que va a ser una prolongación del verano con temperaturas que en las vegas de los ríos de la mitad sur podrían rondar los 40º
Temperatura a 850 hPa para el martes 2 de septiembre. La isoterma de 24ºC se instala con toda probabilidad sobre el centro de la Península (ensembles ECMWF) |
y con una cierta probabilidad de que la semana siguiente pudiera estar marcada por las tormentas y un descenso de la temperatura.
Pues esperemos que esas tormentas dejen agua sin muchos sustos...pero septiembre, es septiembre. Y todavía es una hoja en blanco.