En una entrada anterior del blog me refería a la borrasca "Cecilia" que nos visitó del jueves al sábado pasados y mostraba mi esperanza de que nos pudiera dar una situación de vientos ábregos o "llovedores", que trajeran a la vertiente atlántica las lluvias tranquilas y abundantes que se necesitan en muchas de sus comarcas. Como allí expresaba, sería una situación rápida y fugaz pero que, quizás, podría abrir a medio plazo el camino para una situación de ábregos que durase varios días más.
La borrasca entró el jueves por la noche por el oeste peninsular pero a tanta velocidad que a media tarde del viernes su frente frío asociado ya había rebasado la mitad occidental peninsular. Dio lugar a vientos fuertes en muchos lugares que se prolongaron también durante el sábado pero, en este caso, ya de componente norte y bastante más fríos. De este modo los ábregos y sus lluvias asociadas -que se corresponden con el paso de la nubosidad ligada al frente cálido delantero- solo actuaron durante unas horas en las regiones de la vertiente atlántica dejando cantidades de precipitación bastante menores que en otras situaciones de este tipo. Es verdad que en zonas de la vertiente cantábrica y sobre todo de la Andalucía mediterránea algunos registros superaron los 60 o 70 mm, pero justo esta circunstancia hace ver que no se trataba de un verdadero temporal de ábregos. Cuando lo es, puede durar al menos tres o cuatro días y llegar a superar los 100 o más mm. de lluvia en la vertiente atlántica, mientras que muy poco o nada en las otras vertientes. Una trayectoria relativamente anómala de "Cecilia", sus fuertes vientos asociados y su rápida traslación hizo que el deseado temporal no se hiciera realidad, si bien supongo que el agua caída aunque en menores cantidades de las deseadas, puede haber recargado ligeramente algunos acuíferos y facilitado ciertas labores agrícolas.
¿Se ve un temporal de este tipo durante los próximos días? Antes de hablar de ello, prestemos atención a un interesante fenómeno que se puede observar por satélite esta noche y mañana. La tormenta tropical "Sebastien" -cuyo comportamiento y evolución ha extrañado hasta al propio Centro Nacional de Huracanes- ha hecho su transición extratropical -se ha convertido en una borrasca común- y va a interaccionar con otra borrasca atlántica. Estos encuentros son normales y suele ser la ex-circulación tropical la que se ve absorbida por la extratropical a la que, sin embargo, puede reforzar bastante mediante una excelente inyección de aire húmedo y relativamente cálido. En esta ocasión parece que la voz cantante la va a llevar "ex Sebastien" que conservará su estructura más tiempo que la otra borrasca aunque, al final, todo será un único y gran remolino borrascoso, distinto ya a las estructuras que se unieron. Y será mañana cuando el frente frío ligado a este proceso nos dejará algunas lluvias pero poco significativas.
¿Y después? Pues no, no llegan los ábregos. El chorro polar, soplando en general del oeste, se establecerá sobre la Península y Baleares arrastrando frentes atlánticos pero que solo dejarán lluvias significativas en el cuadrante noroeste peninsular. Solo algunas de ellas, en general débiles, pueden llegar al centro peninsular dejando cantidades muy modestas de precipitación. El ambiente en general será algo desapacible, no porque las temperaturas sean bajas sino por la presencia alternante del viento.
Después, a partir del domingo, podría llegar el "escobazo". Así designaban algunos clásicos meteorólogos españoles a una abrupta entrada de aire frío del norte tras el paso de un frente frío muy activo que cerraba la sucesión de pasos de frentes menos activos sobre la Península. Con frecuencia ese "escobazo" se debía -como posiblemente ocurra también ahora- a un rápido crecimiento hacia el norte del eje de la dorsal anticiclónica atlántica que volvería a "levantar la cabeza".
Una entrada fría y ventosa que, al parecer, duraría varios días. Por tanto... habrá que seguir esperando a los ábregos si es que se deciden.