Mientras seguimos esperando una bajada en bloque del chorro polar que nos traiga un temporal de lluvias atlánticas, o una dana colocada en el lugar adecuado para generar una adecuada situación de lluvias mediterráneas, y con un poco de suerte, también atlánticas, buena es cualquier situación que, mediante un mecanismo u otro, nos regale la deseada precipitación. Pues bien, una de ellas, que no es de los más corrientes, es la que va a tener lugar durante las últimas horas del martes y el miércoles y podría dar lugar a lluvias, algunas significativas, en la mitad sur peninsular.
Comencemos viendo la imagen del canal de vapor de agua de Meteosat de primera hora de esta mañana.
Destaca con toda claridad la amplia borrasca atlántica situada al suroeste peninsular y la amplia banda de la circulación tropical-subtropical que, por su flanco delantero, se dirige, subiendo poco a poco de latitud, hacia la Península. Si bien la imagen refleja la gran humedad existente entre los 500-600 hPa aproximadamente, la que muestra el agua total precipitable - que de algún modo nos marca la intensidad y recorrido de los denominados "ríos atmosféricos"- nos indica que esa circulación contiene globalmente mucha humedad. Es la que, en combinación con un mecanismo adecuado como ascensos verticales dinámicos, o choques con obstáculos orográficos, puede dar lugar a esas cantidades significativas de precipitación.
Pues bien, a partir de mañana ese "río" va a enfocarse más hacia el sur-suroeste peninsular y la cuestión que cabe preguntarse ahora es sí va a encontrarse con un mecanismo -aparte de los orográficos- que provoque ascensos que, a su vez, sean capaces de generar espesas nubes precipitantes. Pues parece que sí, vamos a buscarlo.
En la zona norte de la imagen de Meteosat empieza a destacarse, aunque todavía se ve con dificultad, una zona oscura sobre Gran Bretaña que va unida a la formación de una vaguada del chorro polar. Esa vaguada se va a ir profundizando más, al tiempo que el chorro, en cuyo seno se encuentra, va a descender de latitud encontrándose ya mañana por la noche sobre el área Cantábrica. Va a ir acompañada por un frente frío en superficie que recorrerá la Península de norte a sur durante la noche del martes al miércoles y el propio miércoles.
Por sí misma, esta situación daría precipitaciones abundantes de lluvia y nieve en las áreas Cantábrica y pirenaica, mucho más débiles en otros macizos montañosos de la mitad norte y de forma ya muy aislada y casi testimonial en algunas de las sierras béticas. Sin embargo, en este caso, la masa de aire frío del frente, se va a encontrar en el tercio/mitad sur peninsular con el aire húmedo arrastrado por la circulación subtropical. Ese aire frío, al ser más denso, entraría en cuña bajo el aire húmedo y lo levantaría potenciando la formación de nubes. En ese proceso también ayudan los ascensos verticales que normalmente acompañan a zona delantera de la vaguada en altura. Todo ello es ya de por sí suficiente para que se generen precipitaciones; pero hay algo más.
Sin que la circulación subtropical parezca que sea un chorro potente -aunque eso se vería mejor en el nivel de 200 hPa- vemos que los mapas previstos de chorros para el miércoles sí nos muestran el acercamiento del chorro polar a la circulación subtropical. Llegan, no tanto a confluir sus núcleos principales -porque el subtropical suele encontrarse por encima del polar-, sino probablemente a superponerse uno sobre otro y, en cualquier caso, reforzando la intensidad del chorro polar o, ahora, chorro superpuesto (jet superposition o superposed jet en la literatura anglosajona). Debo confesar -y por eso he puesto el título que he puesto- que cuando me encuentro con ese discurrir conjunto de ambos chorros siempre me acuerdo de aquella estupenda película del oeste dirigida por John Ford titulada "Dos cabalgan juntos".
Pero ¿que nos puede aportar esa "cabalgada" conjunta?. Pues, como ya hemos visto, una intensificación de una zona del chorro, un máximo de viento que se iría propagando desde el suroeste por el sur peninsular. Es bien sabido que la zona delantera del lado ciclónico de un máximo de viento -zona normalmente difluente- suelen darse marcados ascensos del aire pero, sin embargo, quizás sea menos conocido que también se dan ascensos en esa zona anticiclónica trasera "de entrada", que acompañaría al máximo de viento en su recorrido por el sur.
Por tanto, como vemos, existen varios potenciales mecanismos que podrían dar lugar a precipitaciones significativas en zonas de la mitad sur, siempre que haya una interferencia "constructiva" más que "destructiva" entre unos y otros. En cualquier caso, potencialidades para algunas precipitaciones interesantes existen.
A partir del jueves-viernes, esa "cabalgada conjunta" se alejará por el Mediterráneo-norte de África mientras que la Península y Baleares quedaran ya bajo la circulación del chorro polar. Éste, junto con el frío, nos regalará de nuevo nevadas en las áreas cantábrica y pirenaica, más débiles y dispersas en el resto de los sistemas montañosos y, quizás, en algunos altos páramos de Castilla y Aragón. A falta -todavía- de grandes temporales, bienvenida sea el agua por uno u otro mecanismo.