A lo largo de este fin de semana, el movimiento hacia el este de la gran dorsal atlántica va a dar lugar que su borde oriental se mueva también hacia el Mediterráneo y Centroeuropa. Finaliza así el impacto directo de la fuerte circulación del NW sobre área cantábrica y Pirineos que ha originado abundantísimas precipitaciones, tanto de lluvia como de nieve. La causa directa de ellas ha sido el gran aporte de humedad por parte de un río atmosférico a niveles bajos y medios de la atmósfera conducido por el potente chorro de niveles altos. Una situación que podría haber batido algunos récords de precipitación -al menos para diciembre- tanto en intensidad como en cantidad y que merecería -otra vez más- un estudio en profundidad.
Imagen del canal WV de Meteosat de hoy 11 de diciembre a mediodía. Se ve el desplazamiento hacia el este de la dorsal así como de la circulación ligada al chorro que desde latitudes tropicales, y cruzando el Atlántico norte, ha transportado gran cantidad de agua precipitable (río atmosférico) hacia las áreas cantábrica y pirenaica.
Junto con la gran cantidad de agua recibida en esas zonas, ha sido curioso, y a la vez problemático desde el punto de vista de la gestión hídrica y de la protección civil, las rápidas y significativas variaciones en la cota de nieve, lo que ha producido en dos o tres ocasiones unos rápidos deshielos con el consiguiente también rápido aumento en el caudal de los ríos y las subsiguientes inundaciones. La causa de ello ha residido en que esa gran circulación del NW no era del todo rectilínea sino que llevaba en su seno pequeñas ondas que se propagaban corriente abajo al tiempo que se amplificaban algo más en niveles bajos y formaban "remolinos", es decir, pequeñas borrascas que atraían hacia ellas aire subtropical algo más cálido y húmedo y posteriormente aire polar más frío. En cualquier caso todo ello ocurría bajo la potente corriente del chorro y en los mapas sinópticos aparecían como las pequeñas cuentas de un collar engarzadas por una sucesión de débiles frentes cálidos y fríos. En el fondo todo ello no son sino algunas singularidades y discontinuidades provocadas por las pequeñas ondas de chorros básicamente rectilíneos en el seno del amplio transporte de humedad de niveles medios y bajos.
¿Cuál es ahora la evolución más probable? Pues el establecimiento del eje de la dorsal sobre la Península, junto con el avance de otra dorsal atlántica, va a dar lugar -cómo no en los últimos y no tan últimos tiempos- a la formación de una de nueva dana, aunque parece que esta vez solo afectaría a Canarias.
Topografía de 300 hPa prevista para la tarde del lunes 13 de diciembre. Una nueva dorsal atlántica avanza con fuerza y entre ella y la dorsal ibérica -casi estacionaria- se formaría una vaguada que va a dar lugar a una dana. Parece que tendería a deslizarse hacia el sur frente a las costas de Portugal, dirigiéndose hacia Canarias donde podría originar precipitaciones a mediados de semana.
Imagen infrarroja simulada prevista por el Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo para la mañana del 15 de diciembre. Aunque todo parece indicar que el destino de esta dana es el área canaria, las mayores o menores precipitaciones que pueda originar depende de su recorrido concreto, algo que habrá que ir viendo en próximos días.
¿Y después?...Pues todo parece indicar que a partir de mediados de semana la dorsal peninsular crecerá, alcanzando latitudes más altas y generando una típica situación de bloqueo, dando lugar a que el chorro circule a latitudes muy elevadas.
Topografía de 500 hPa prevista para las 00 UTC del jueves 16 de diciembre con la información probabilista representada por los distintos tonos magenta, procedente todo ello de los modelos determinista y probabilista del Centro Europeo. El establecimiento de una dorsal de bloqueo parece bastante probable. Conviene notar que la mayor incertidumbre en esta situación se refleja en la circulación del NE establecida sobre Italia y de la que podría depender una posible retrogresión con el acercamiento "marcha atrás" a la Península de la borrasca mediterránea.
En esa situación habrá que ver si la situación finaliza con ese ascenso de la dorsal hacia latitudes más septentrionales, tal como antes me refería, posibilitando la entrada de la borrasca atlántica por el suroeste con lluvias en el suroeste y centro peninsular, donde tanta falta hacen, o si inclina su eje hacia el este y da lugar a una retrogresión con entrada de aire frío del NE. con precipitaciones que sólo afectarían al área mediterránea, tal como parece sugerir la predicción a tres semanas publicada ayer por Aemet.
Para finalizar quiero resaltar una vez más la repetición de situaciones atmosféricas que conducen a precipitaciones a menudo torrenciales -sin importar la época del año, como estamos viendo- junto a la casi continuada ausencia de ellas en el suroeste y parcialmente en el centro peninsular. A veces ya me he preguntado si este tipo de circulaciones del noroeste y del este, junto con las grandes cantidades de agua precipitable que con frecuencia transportan, se están convirtiendo en nuestra nueva normalidad climatológica. Solo es una hipótesis pero creo que es algo a cuyo estudio se debería conceder alta prioridad por el Gobierno dado lo mucho que nos jugamos en ello. El que sea de una u otra forma es una información fundamental, aunque sea probabilista, tanto para la gestión hídrica, agrícola o ambiental, solo por citar algunas de las áreas más afectadas.
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