19 de noviembre de 2019

Ábregos...¿vienen para quedarse?


En una de las últimas entradas del blog me refería a la preponderancia que desde hace ya varios años muestran las situaciones del noroeste sobre nuestro entorno geográfico, con una dorsal anticiclónica atlántica poco propensa a bajar de latitud, algo que, de suceder, provocaría a su vez un descenso de la corriente en chorro con sus borrascas asociadas. De hecho, el origen del temporal de nieve y frío de los últimos días solo ha sido una cierta variante de dicha circulación del noroeste: la dorsal atlántica se elongó y dio lugar a su vez a que se profundizara una vaguada sobre la Península con aire muy frío.  En su interior se formó una borrasca fría que fue la causante de las grandes caídas de nieve, sobre todo en la cordillera Cantábrica y zonas aledañas. 

Mapa de geopotencial de 500 hPa y de temperatura a 850 hPa del viernes 15 de noviembre a las 12 UTC. La dorsal atlántica se ha "estirado" hacia el norte mientras que la vaguada delantera se ha profundizado un poco más, apareciendo en su interior una borrasca fría. Esa borrasca conducía aire polar marítimo sobre el área Cantábrica lo que, junto a la apertura del flujo sobre el noroeste peninsular, provocaba la formación de nubes y precipitaciones. Lógicamente las zonas montañosas orientadas más o menos perpendicularmente a ese flujo reforzaban los ascensos del aire y potenciaban nubes y nevadas.

En esa entrada apuntaba también que, a veces, esta situación permite que, de vez en cuando una vaguada pueda acercarse al oeste peninsular y profundizar un poco más hacia el sur facilitando así que los vientos ábregos o llovedores, que cada vez nos visitan con menos frecuencia, puedan hacerlo durante un par de días y proporcionar a la vertiente atlántica esas lluvias extensas, continuadas y "tranquilas" tan importantes en estas zonas. 

Pues bien, tal como muestran los modelos parece que vamos a tener esa visita de los ábregos. De momento corta y fugaz pero que podría ser la antesala de un temporal más prolongado. Tras el paso mañana de un primer frente atlántico, la circulación del chorro del NW sobre el Atlántico se refuerza y reorganiza de modo que consigue bajar más de latitud y profundizar y arrastrar hacia la Península dos borrascas atlánticas. Una, que sería más una onda secundaria que una borrasca propiamente dicha sobre el golfo de Cádiz, y otra al oeste de Portugal.  Una y otra afectarían a la Península durante el jueves y el viernes y originarían esos ábregos y sus lluvias asociadas por tierras de Andalucía occidental, Extremadura y buena parte de Castilla la Mancha y Castilla y León.

Mapa de presión en superficie y de precipitaciones en seis horas previsto para las 18 UTC del próximo jueves. Una borrasca principal se acerca a Galicia mientras que una onda secundaria en el seno de los suroestes ha penetrado ya por el golfo de Cádiz. Los ábregos ya soplan sobre la vertiente atlántica (ECMWF/Tiempo.com)

Doce horas después la circulación de suroestes o ábregos unida a la borrasca principal afecta ya a todas las zonas. Sin embargo muy cerca de Portugal se observa un cambio del flujo al NW unido al paso del frente frío de esa borrasca. De este modo y de acuerdo con los modelos, ya el sábado -y sobre todo el domingo- se volvería a un flujo general del NW.  Para las personas interesadas puede resultar muy atractivo seguir la evolución de esta situación con los mapas previstos a intervalos de seis horas.

Tras el viernes, la circulación volvería de nuevo a ser del noroeste. Sin embargo, los mapas a medio plazo muestran una amplia expansión sobre el Atlántico del aire polar dando lugar a una bajada del chorro más en bloque:

Mapa previsto de 500 hPa previsto para el jueves 28 de noviembre por el modelo determinista del ECMWF. El chorro polar baja mucho de latitud y conduciría sucesivas borrascas y frentes asociados hacia la Península. Aunque el flujo a 500 hPa sea claramente del oeste, las borrascas en superficie que se forman bajo él presentan circulación del suroeste con ábregos en sus zonas delanteras. En cualquier caso, y de cara  a la eficiencia de las posibles lluvias, todavía sería mejor que el flujo de 500 hPa fuera algo más del SW. Pero...¿qué probabilidad hay de que se dé esta situación?
Parece que puede haber esperanza. Los mapas del sistema de predicción probabilista del Centro Europeo previstos para ese 28 de noviembre son relativamente optimistas en el sentido de que se establezca esa situación de Poniente sobre la Península

 Si esa situación llega a establecerse a partir de mediados de la próxima semana -y habría que ver cuanto duraría- ese sí sería el verdadero temporal de ábregos que tanto se espera en esa vertiente atlántica, pero que tanta sequedad provoca en el área mediterránea. A veces esos temporales finalizaban con la formación de una dana en el golfo de Cádiz y de una borrasca mediterránea que trasladaba la lluvia a esa vertiente...pero, de momento, es adelantar mucho. Vamos a ver. 

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