En estos últimos días, una palabra muy utilizada en zonas del interior peninsular, ha sido la de "bochorno". Si bien en algunas regiones como el Valle del Ebro se denomina "bochorno" al viento del sureste que en verano remonta el valle llevando con él humedad mediterránea, cuando utilizamos ese término nos referimos generalmente a una situación ambiental caracterizada por sensación de calor húmedo, pesadez, cielos blanquecinos u horizontes poco definidos. Quizás la sensación más desagradable es la de "ropa pegada al cuerpo" causada por la dificultad del sudor para evaporarse en un ambiente cálido y húmedo.
Si bien es una sensación muy frecuente en el área mediterránea, lo es menos en el interior peninsular donde el calor es mucho más seco y mas llevadero, y ello aunque la temperatura pueda ser más alta que en el área mediterránea. Pero en este "interior" todo cambia cuando la circulación del este o sureste se refuerza y el aire mediterráneo profundiza hacia el oeste. Aparece así un cielo muy característico con un color blanquecino con algunas nubes cumuliformes que destacan poco sobre un cielo muy poco azul, al tiempo que el horizonte se desdibuja y se nota -en unas personas más que en otras- una típica "pesadez".
(Foto: El tiempo.es) |
Es posible, aunque no demasiado frecuente en verano, que esa humedad que llega al interior peninsular pueda ser de carácter atlántico y venga arrastrada por viento del SSW o SW desde el golfo de Cádiz. Es una masa aérea de origen subtropical que puede provocar percepciones y sensaciones parecidas. Y puede ser posible -como ha ocurrido alguno de estos días- que ambas masas -mediterránea y atlántica- estén movilizadas a la vez y converjan en el interior peninsular, dependiendo la situación de esa zona de convergencia del mayor o menor empuje de cada masa. Como es lógico, si la situación en altura no se opone y existe algo de aire frío, aunque no sea mucho, esa convergencia empuja aire cálido y húmedo hacia arriba pudiendo formarse importantes tormentas en la zona en cuestión.
En algunas ocasiones puede aparecer también otro protagonista: el polvo norteafricano. Es posible que el flujo del SE, en el caso mediterráneo o del SSW o SW en el Atlántico vaya girando con la altura, de modo que a 2000 o 2500 metros sea claramente de sur y arrastre nubes del citado polvo. Esas nubes dan al cielo y al paisaje un color amarillo muy característico y la sensación de pesadez es aún probablemente mayor. Hay que tener en cuenta que al parecer estas entradas, además de ser muy secas, parece que aumentan mucho los iones positivos, lo que según algunas investigaciones aumentan el malestar y la irritabilidad en muchas personas.
Por tanto estas situaciones de horizontes velados, cielos blanquecinos y cierta sensación de pesadez pueden venir bien de una entrada mediterránea, atlántica, de una combinación de ambas...o de una combinación de todo ello con una entrada de polvo norteafricana, que también puede darse por sí sola, incluso a niveles bajos.
Creo, como ya he expresado en otras ocasiones, que ante la importancia creciente que las masas aéreas subtropicales terrestres o marítimas, en niveles bajos o altos, pueden tener en España, es importante llevar a cabo una mayor investigación sobre ellas. Conviene conocer sus orígenes, sus modificaciones, sus propiedades físicas, químicas o eléctricas y las consecuencias de su posible combinación con capas húmedas durante el verano. Al fin y al cabo, lo que yo acabo de describir son modelos conceptuales ya "clásicos" que probablemente deban y puedan ser mejorados y ampliados. Análisis mesoescalares, modelos de muy alta resolución, retrotrayectorias, imágenes del canal de vapor de agua y otras herramientas actuales nos permitirían hacerlo y conocer mucho mejor estas situaciones y su impacto sobre nosotros. Sé que AEMET trabaja en parte de todo ello pero pienso, desde un punto de vista más general, que entre las prioridades de investigación, y más en el marco del cambio climático, el mejor conocimiento de la atmósfera subtropical en esta parte del globo, en combinación con circulaciones más "domésticas" o locales, debería tener una prioridad muy alta.
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