Me he referido con frecuencia en este blog a las dificultades que entrañaba dar una contestación a los periodistas cuando preguntaban por la relación que podía existir existir entre un fenómeno atmosférico adverso concreto y su relación con el calentamiento global. También me he referido en otra entrada al gran avance que supuso la puesta en marcha de estudios de atribución en los que, mediante enfoques estadísticos o de modelización numérica, se puede establecer la mayor o menor probabilidad de la existencia de esa relación. Y en ese contexto me pareció un gran avance la publicación anual desde hace cinco o seis años por parte de la American Meteorological Society de un número especial de su Bulletin dedicado precisamente a estudios de atribución sobre los fenómenos más inusuales y/o adversos del año anterior ocurridos en distintas partes del mundo.
Sin embargo, desde el punto de vista de la información, divulgación y concienciación de la sociedad, tener que esperar entre uno y dos años para informar sobre esa posible relación es un inconveniente y una penalización muy fuerte. La noticia -y la experiencia- ya han pasado en gran medida y la interesante historia que podría haberse contado se ha hecho vieja y, con frecuencia, ha sido sustituida por otra. Pues bien, a este problema se ha respondido en Estados Unidos con la creación de Climate Central, una organización independiente de científicos y periodistas de prestigio dedicados a investigar sobre el cambio climático y sus impactos y a divulgar sus resultados y hallazgos de una manera clara y eficaz.
Uno de los servicios que presta Climate Central es el denominado World Weather Atribution (WWA), que tiene precisamente como cometido la realización inmediata de esos estudios de atribución y la difusión pública de los resultados, algo que viene a remediar en gran medida ese importante inconveniente a que antes me refería. En ese contexto el equipo de WWA ha hecho público ya un interesante estudio de atribución sobre las temperaturas récord de junio en Europa occidental y lo ha llevado a cabo tanto por metodología estadística como por las simulaciones efectuadas con modelos climáticos.
Introducción del estudio de WWA sobre junio de 2017 en Europa. |
El estudio me ha parecido importante y bien realizado y animo mucho a su lectura. Aunque ofrece mucha información, algunas conclusiones son la rareza del fenómeno en buena parte de Europa occidental, pero sobre todo en Europa y Portugal con periodos de retorno muy altos; la amplia coincidencia entre lo sucedido y lo que muestran los modelos de evolución climática cuando se introduce en ellos el calentamiento antropogénico o la constatación de que el calentamiento global lleva a que estas situaciones sean diez veces más probables en España y Portugal, así como que se vayan extendiendo a meses fuera del estricto trimestre veraniego.
Es verdad que la rápida publicación de estos resultados no permiten llevar a cabo el proceso típico de publicación de un artículo científico, con sus revisiones anónimas e independientes. Desde luego, esta situación da para ello y estoy seguro de que existirán esos estudios. Sin embargo, me parece irrenunciable y fundamental el camino emprendido por Climate Central: si queremos una mayor concienciación pública y una mayor presión social sobre los gobernantes y toma de medidas eficaces, este tipo de informaciones tienen que obtenerse y difundirse con rapidez, algo que no está reñido -y este estudio creo que lo demuestra- con la seriedad y la sensatez. Eso si: debe quedar claro que es un estudio de alcance hecho en ese contexto y necesidad y, además, los resultados deben difundirse con su probabilidad asociada, porque de ese tipo son los que nos ofrecen una y otra metodología.
Cuestión distinta es cómo los medios generalistas difundan esa información y con qué titulares. La búsqueda del impacto es difícil de evitar. Sin embargo, creo que iniciativas como la de Climate Central, donde sus periodistas cuidan mucho la comunicación adecuada y cercana de los resultados científicos, van a ir corrigiendo poco a poco ese problema.
Y por cierto...¿cuando un "Climate Central" español como un proyecto conjunto de nuestras universidades y nuestros comunicadores?
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