Le sigue costando trabajo al chorro polar bajar claramente de latitud y tengo la sensación continuada -por muchas razones- de que nos encontramos, cada vez durante más tiempo, en una atmósfera de tipo subtropical, si bien modificada por nuestro relieve y por supuesto por la época del año. Sin embargo, lo que sí muestra ese chorro es un patrón reiterativo de formación de profundas vaguadas y danas que se trasladan hacia nuestras zonas y que provocan las lluvias -a veces abundantes- que no nos están dando los ponientes en la vertiente atlántica o los temporales de levante, bien establecidos, en la mediterránea.
Pero ese temporal de levante o "llevantada" que tanto se echa en falta, tiene ahora una marcada probabilidad de producirse durante el próximo fin de semana. Tras el paso de una primera dana durante el jueves que se dirige rápidamente hacia Argelia y más hacia el este, otra segunda estructura de este tipo nos atravesará con rapidez el viernes y se cerrará probablemente sobre el norte de África el sábado, dando lugar, más que a una dana, a una pseudo borrasca fría. La posición y elongación de las bajas presiones en superficie puede generar un marcado flujo del este a lo largo de buena parte del Mediterráneo hasta la Península Ibérica durante todo el fin de semana, flujo que incidiría de lleno y de forma sucesiva en distintas zonas del este peninsular. Sería un aire muy cargado de humedad debido tanto a su largo recorrido sobre las aguas mediterráneas como a su alta capacidad de admitir vapor al ser en su origen relativamente cálido y seco.
De cumplirse esta predicción, lo más probable es que las precipitaciones se concentren en un momento dado en zonas relativamente estrechas. Sin embargo, el desplazamiento de esa corriente hacia el norte, acompañando al también previsto desplazamiento de la borrasca que la origina, hará que las lluvias afecten a muchas zonas de la vertiente mediterránea y que se registren por acumulación, en 6 o 12 horas, cantidades muy importantes pero esperemos que sin el problema, desgraciadamente tan frecuente, de la torrencialidad.
A este flujo relativamente estrecho, muy húmedo y de largo recorrido, le he denominado a veces y en plan muy coloquial como la "manguera" mediterránea. En cualquier caso, tal como ya han apuntado otras personas en las redes sociales, quizás podríamos empezar a hablar ya de "ríos atmosféricos mediterráneos", al igual que ya llevamos bastante tiempo hablando de "ríos atmosféricos" en general, dando siempre por entendido que nos referimos al entorno oceánico. A esos "ríos" me referí ya en esta entrada de hace un par de años.
La definición científica
de un atmospheric river depende de la
variable que se emplee para estudiarlo, pero puede decirse que es una
banda de no menos de 2000 km de longitud y con una anchura no mayor de 1000 km,
en la que el contenido integrado de vapor de agua es al menos de 2 cm. Esta definición
puede ser adecuada para un entorno oceánico, pero ¿lo sería para un mar como el
Mediterráneo? Es posible que esos criterios puedan cumplirse, pero podría haber
estructuras de este tipo que, sin cumplirlos, respondieran perfectamente al
concepto de "río atmosférico".
Flujos de agua precipitable total a las 18 UTC de hoy 13 de diciembre. De forma aproximada se podría decir que los largos filamentos con colores a partir del amarillo-anaranjado podrían identificarse con ríos atmosféricos, aunque ¿tendría que ser así en el Mediterráneo? A ver que observamos el sábado y el domingo. La información sobre este producto puede encontrarse aquí.
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En cualquier caso es un
tema interesante de estudio y debate. Por el momento sigamos la evolución de
ese posible río en las magníficas imágenes y animaciones que prepara el Cooperative Institute for Meteorological Satellites Studies (CIMSS) y después, si
procede, saquemos conclusiones. Y vigilemos también las cantidades acumuladas
que, además, en zonas altas del interior del tercio oriental peninsular,
podrían ser de nieve, algo de gran importancia para asegurar un cierto caudal
de los ríos mediterráneos, con frecuencia tan necesitados.
Ríos
atmosféricos mediterráneos alimentando a ríos terrestres mediterráneos:
una bella imagen, pero sobre todo una gran oportunidad que esperemos que se
haga realidad.
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