9 de abril de 2014

Semana Santa, una vez más

Ayer, una persona muy cercana me decía medio en broma, medio en serio, refiriéndose a como sería el tiempo en Semana Santa: "Pues como siempre: variable y el Viernes Santo, lloverá". Hay una tendencia, no sé si justificada porque no llevo la cuenta, a creer que la primera parte de la Semana es "buena", o al menos pasable, pero que la segunda se estropea. Vamos a ver cómo pinta este año.

Lo primero de todo es volver a insistir en que en primavera es muy difícil hacer una predicción certera más allá de tres o cuatro días, y a veces ni eso. Me he referido varias veces en este blog a las causas de ello y que se resumen en que en esta época del año las circulaciones atmosféricas  son poco predecibles por su dinamicidad y complejidad. Es decir, la "foto" que refleja el análisis o situación de partida se "emborrona" y difumina  con rapidez según avanzamos en el cálculo de su evolución temporal.

Lo segundo es que este año, los dias "grandes" de la Semana Santa caen a mediados de abril y desde el punto de vista climatológico esos días  son proclives a retrocesos fríos tal como apuntan algunos refranes:

En llegando al seis y cero (el 16 de abril), los abriles se vuelven eneros

o:


Si hiela (o llueve) por Santa Engracia (el día 16), la viña se desgracia

Ante esto, ¿que indican los modelos de predicción? Voy a fijarme en el que siempre me inspira más confianza que es el del Centro Europeo de Medio Plazo y utilizaré los pocos productos que proporciona "en abierto" de su predicción probabilística.

Muestro a continuación el mapa de 500 hPa previsto para la noche del próximo lunes al martes. Parece complejo pero no lo es tanto:



Las líneas azules corresponden al mapa de 500 HPa obtenido del modelo determinista, del "de siempre". En nuestra zona de interés aparece una vaguada atlántica acercándose a la Península. Si ello es así, aumentaría la inestabilidad con chubascos, algunas tormentas y temperaturas más bien frescas, sobre todo en la vertiente Atlántica. Por su parte, los sombreados magentas nos indican de algún modo -y aunque no sea muy científico expresarlo así- el nivel de incertidumbre que el sistema de predicción probabilística asigna a esta configuración y que aumenta en el sentido creciente de la escala. Como vemos, la configuración en nuestra zona muestra un cierto nivel de incertidumbre pero no mucha. Podemos tener -al menos hoy- bastante confianza en que la evolución atmosférica de ese día irá por ahí.

Para la noche del martes al miércoles, la configuración es ésta:


El modelo determinista indica que la vaguada ha atravesado buena parte de la Península pero afecta aún a la mitad nordeste peninsular y Baleares donde persistiría una cierta inestabilidad. Llama la atención como el segundo nivel del color magenta llega ya al norte peninsular cuando el día anterior se encontraba bastante más al norte: la situación tiende a ganar incertidumbre en esas zonas pero aún puede ser aceptable.

La noche del miércoles al jueves el mapa empieza a ponerse muy interesante:


La Península queda por el momento en una zona de débil gradiente con una ligerísima circulación ciclónica que debería dar lugar a algunos chubascos tormentosos. Sin embargo, la clave para un cambio de tiempo más radical, ese que según la climatología puede aparecer a mediados, está en esa vaguada que el modelo muestra sobre las Islas Británicas. El cuarto nivel de "magenta" que tiene como color de fondo, nos dice que la incertidumbre es muy alta; pero sobre todo hay que fijarse como la mancha se extiende hacia el noroeste de la Península Ibérica, como un cierto aviso del sistema probabilístico de que esa vaguada podría avanzar más hacia el sureste.

Y veamos por fin el mapa del momento "grande": la noche del Jueves al Viernes Santo:


Si el modelo determinista fuera correcto -lo cual en primavera y a ocho días vista es casi una fantasía- sobre la Península y Baleares predominaría un tiempo tranquilo, sin precipitaciones y más bien un poco fresco. Pero ahí está esa profunda mancha magenta recordándonos que no podemos excluir  a día de hoy en nuestros planes la posibilidad, de momento muy incierta, de que esa vaguada trajera un tiempo mas desapacible y frío al menos a la mitad norte peninsular.

A la vista de todo ésto ¿que podemos resumir? Pues, que según la mejor información que la ciencia nos puede dar, es bastante probable que la Semana Santa no esté afectada por entradas frías del nordeste ni por DANAs importantes ni por calores excesivos. Que es probable que la primera mitad de la misma sea algo inestable con algunos chubascos y tormentas. Y que, para la segunda mitad, tenemos que vigilar la evolución de la vaguada y que no podemos excluir en nuestros planes la posibilidad, todavía remota, de un tiempo desapacible esos días al menos en la vertiente Atlántica.

Naturalmente, si el Centro Europeo proporcionara más productos en abierto de su sistema de predicción probabilística, se podrían afinar y cuantificar estas predicciones. Lo harán, como es lógico, los Servicios Meteorológicos que disponen  de ellos y por tanto hay que prestar mucha atención a sus predicciones.

En cualquier caso, Santa Engracia, el día 16, tendrá la última palabra :-)


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