Diciembre, y a veces también enero, son meses en los que, con cierta frecuencia, se desarrollan en el Atlántico norte profundas borrascas provenientes en muchos casos de ciclogénesis explosivas, es decir de procesos por los cuales la presión cae en su centro con inusitada rapidez y, en cualquier caso del orden de los 24 hPa en 24 horas o más. Nacidas en pleno océano, normalmente entre los paralelos 40º y 50º N, se dirigen a gran velocidad hacia Europa occidental provocando importantes temporales de viento, lluvia y nieve. Están documentados bastantes episodios de este tipo pero el que quizás quedó mas marcado en la memoria de muchos europeos fue el ocurrido entre el 26 y el 28 de diciembre de 1999 cuando dos profundas borrascas consecutivas denominadas "Lothar" y "Martin" por la Universidad Libre de Berlin, causaron unas 130 víctimas mortales, de las cuales 11 eran españolas, así como cuantiosísimos daños materiales, en distintos países europeos. Si bien estos temporales fueron pronosticados adecuadamente, pudo comprobarse que la información no llegó a la población de una forma eficaz y esta constatación fue el origen de la realización del sistema de avisos europeo "Meteoalarm".
Pues bien, en los próximos días, concretamente entre el 23 y el 28, todo parece indicar que otras dos borrascas de este tipo van a afectar a Europa occidental si bien, a diferencia de las de 1999, su trayectoria parece enfilar mas hacia las Islas Británicas y Escandinavia, lo que no quiere decir que, aún de forma colateral, sus efectos no alcancen también a otros países, incluso a España, al tener estas perturbaciones unas grandes dimensiones espaciales.
Veamos la evolución en sus grandes rasgos a partir de los mapas previstos de superficie por el Servicio Meteorológico británico.
A mediodía del domingo 22 de diciembre puede observarse una pequeña borrasca un poco al noroeste de las Azores. La presión en su centro es de unos 1002 hPa.
Veinticuatro horas después, a mediodía del lunes 23, esa borrasca se ha profundizado extraordinariamente y se encuentra ya centrada ligeramente al noroeste de Irlanda. La presión prevista en su centro es de 948 hPa. Es decir, en 24 horas se ha profundizado ¡mas de 50 hPa! y un proceso de este tipo se denomina "explosivo" cuando se alcanza una profundización de al menos unos 20-24 Hpa en 24 horas. Habría que imaginar por tanto como debería llamarse a este proceso. Como se ve en el mapa, los vientos muy fuertes afectan, además de amplias zonas oceánicas, a las Islas Británicas por completo, a zonas del occidente francés y con algo menos de intensidad al noroeste español.
Otras 24 horas mas tarde, a mediodía del 24, el centro de la borrasca se ha movido muy poco pero se ha profundizado más alcanzando unos 930 hPa, es decir, sigue un desarrollo casi "explosivo". Por otra parte han aparecido varias borrascas "satélite" alrededor de la principal con lo cual las condiciones borrascosas afectan a gran parte del Atlántico norte y toda Europa occidental incluyendo a España donde la Nochebuena va a tener lluvias copiosas en toda la vertiente Atlántica , con nieve en algunas zonas y vientos fuertes o muy fuertes. En este mapa puede observarse también, justo en su borde izquierdo la aparición de una nueva borrasca que, si todo ocurre como los modelos indican, seguiría una trayectoria parecida alcanzando de nuevo al archipiélago británico entre los días 27 y 28. Parece que también sufriría una profundización "explosiva"· si bien algo menos fuerte que la primera.
A consecuencia de esta situación los avisos de distintos colores van a aparecer en los próximos días en la mayoría de los países afectados y aquí en España habrá que estar muy atentos a los de fuertes lluvias, vientos y nieve. Quiero centrarme sin embargo en los que ya está emitiendo el Servicio Meteorológico británico en esta página de su web.
Como a día de hoy, 21 de noviembre, puede verse en ella, tanto para el día 23 como para el 24, figura bajo el color amarillo todo el territorio británico. Puede extrañar a primera vista que, de acuerdo con la situación que se avecina, no aparezca el naranja o incluso el rojo. Ello obedece a los criterios establecidos por este Servicio desde hace poco tiempo para la emisión de avisos. Así, la determinación del nivel amarillo, naranja o rojo no se hace a partir de un umbral puramente meteorológico, sino mediante una tabla de doble entrada, a la que ya me he referido en alguna otra ocasión, en la que aparece por una parte, el potencial impacto del fenómeno previsto -que no depende sólo de los valores meteorológicos- y de la probabilidad de ocurrencia. Por tanto, y ese es el caso que nos ocupa, puede responder a un alto impacto potencial pero a una probabilidad baja. Por otra parte, cada color en cuestión tiene una interpretación muy específica. El amarillo indica algo así como "sea consciente de la situación que se avecina"; el naranja llama a "estar preparado" y el rojo, a "actuar".
En cualquier caso, respetando como no puede ser menos el criterio de los meteorólogos británicos, estimo que la probabilidad de ocurrencia no es en absoluto baja, tal como muestra el mapa de desviaciones estandard del "ensemble" del Centro Europeo.
Como puede verse en este mapa, previsto para la noche del 23 al 24, si bien existe mas incertidumbre sobre la ubicación definitiva del centro de la gran borrasca, la certidumbre es mayor sobre la ocurrencia de los vientos muy fuertes sobre las Islas Británicas. Imagino por tanto que los avisos cambiarán muy pronto, al menos a naranja.
De todas formas, mas allá de esta puntual y parcial discrepancia, me parece muy acertada la orientación del sistema de avisos británico y creo que debía estudiarse la implantación en España de unos criterios parecidos. Otra cosa es que su correcta comprensión y aplicación necesitaría una eficaz campaña de explicación y divulgación en los distintos medios y sobre todo en televisión. Y eso, aquí...¡ya se sabe!
ACTUALIZACIÓN A LAS 10,30 HORAS DEL 22 DE DICIEMBRE
Los meteorólogos británicos mantienen a esta hora el nivel amarillo basado, según ellos, en el siguiente razonamiento:
Los meteorólogos británicos mantienen a esta hora el nivel amarillo basado, según ellos, en el siguiente razonamiento:
"There remains some uncertainty around the precise depth and track of this system, and hence the areas most likely to be affected by the strongest winds and heavy rain"
Me cuesta trabajo seguir viendo esa incerteza con una predicción que ya habla para mañana de rachas de viento de hasta 140 km/h (80/90 mph). En cualquier caso no cabe sino respetar los criterios de los predictores. O, probablemente, comprender mejor su mecanismo de toma de decisión.
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