Mientras la Península y Baleares aparecen completamente despejadas -después de tanto tiempo- algunas bandas nubosas pertenecientes a la borrasca fría, situada al oeste de Canarias, afectan de vez en cuando a las islas más occidentales del archipiélago dejando algunos chubascos. La borrasca absorbe algo de polvo africano (flecha azul) y lo incorpora a su circulación sobre el océano (flecha roja).
Por otra parte, está inyectando en capas altas aire cálido subtropical hacia la dorsal atlántica, tal como puede verse en la topografía de 300 hPa prevista para la próxima medianoche. A mi juicio esa inyección potencia a la dorsal, que toma esa forma de largo "dedo", estructura ésta  que se está haciendo cada vez más frecuente en los últimos años. 
Veinticuatro horas después, en la madrugada del lunes al martes, la dorsal ha ganado aún más en amplitud con un tipo de configuración que de aparecer en verano sería el adecuado -si durase tres o cuatro días- para la aparición de una marcada ola de calor,  pero que ,en cualquier caso, va a suponer en muchas zonas el registro de máximas -y puede que también de mínimas- bastante elevadas para la época. 
Pero en el mapa también se observan dos "amenazas" para la supervivencia de esta estructura: una vaguada con eje sobre Italia con tendencia al retroceso y  el acercamiento por el oeste de la ya veterana borrasca fría canaria, que ya el martes empezará a enviar algunas nubes y quizás también alguna lluvia al SW peninsular. 
En la madrugada del miércoles ya se ve como la vaguada italiana ha efectuado una retrogresión a consecuencia de la inclinación del eje de la dorsal, de modo que afecta al nordeste peninsular; de este modo se producirán precipitaciones en zonas de la mitad oriental peninsular y Baleares. 
 Por su parte, las circulaciones atlánticas, se verán obligadas por la dorsal a tomar de nuevo el camino ibérico, y ya desde este día, y probablemente hasta el domingo, afectarán con nuevas precipitaciones a la vertiente atlántica. 
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