Pasó “Aline”, una borrasca que más que borrasca fue una importante onda secundaria en el seno del flujo de una extensa corriente de vientos del oeste. Y pasó dejando sorpresas en cuanto a las precipitaciones que fueron en algunas zonas bastante más abundantes que las que apuntaban los modelos. Es muy llamativo el caso de Madrid donde, sin ningún realce orográfico, se recogieron casi 108 mm, un valor muy por encima del anterior récord de 87 mm de septiembre de 1972 y que al parecer procedían de una gran tormenta. En cualquier caso se trata de la mayor cantidad de precipitación recogida en Madrid en un día desde que hay registros, es decir al menos de los últimos 163 años.
Por otra parte, viendo en la tabla anterior la serie de valores máximos de precipitación que probablemente procedían de temporales atlánticos, se observa que no habían llegado a sobrepasar nunca los 70 mm. Por tanto un verdadero récord para una borrasca atlántica.
Estos son nuevos récords que se unen a otros, bien de precipitaciones bien de temperaturas o fenómenos ligados a tormentas, que están a mi juicio ligados -como ya he repetido muchas veces en este blog- a una mayor disponibilidad de energía de la atmósfera, en forma de una mayor predominancia del aire cálido y húmedo. Algo que se une a cambios en la dinámica de los chorros extratropicales y que originan situaciones sinópticas que tienden a hacer más duraderas y persistentes tanto las situaciones de calor extremo como las de lluvias intensas.
Puew bien, esta mayor disponibilidad de aire cálido y húmedo puede estar ligada, al menos en parte, a las anomalías en las temperaturas oceánicas y en su caso en las registradas en el Atlántico más cercano.
Anomalía actual de temperaturas de la superficie oceánica a 18 de octubre (NOAA). Puede observarse la marcada anomalía en zonas cercanas a España. Ello podría tener que ver con la tendencia a la profundización de las borrascas entre Azores y la Península.
Una posible consecuencia de ello es la tendencia que presenta el modelo del Centro Europeo a profundizar algunas de las borrascas que se acercan a la Península, resulte luego real o no esa profundización. Justamente es algo que estamos empezando a observar en el caso de la nueva borrasca que al parecer va a afectar a la Península a partir de la tarde del próximo domingo y que vemos como el modelo la profundiza a medida que se acerca a nuestras costas. En cualquier caso hay que reconocer que otra causa podría ser el proceso de aislamiento de una baja en altura. Dificil saber sin un mayor estudio la relación causa-efecto.
Mapa de presión en superficie y de velocidad del viento a 850 hPa a las 12 UTC de hoy viernes 20 de octubre (ECMWF). Se aprecia una baja de 1010 hPa en la cercanía del archipiélago de Azores.
El mismo mapa pero para el sábado a las 12 UTC. La baja se acerca a Madeira y se ha profundizado hasta 1000 hPa.
Y el mismo para el domingo 22 a la 12 UTC. Ya en el golfo de Cádiz la presión en el centro de la baja ha caído 10 hPa más hasta los 990 y presenta una zona de vientos fuertes en su zona delantera. Se iría internando hacia el interior peninsular con tendencia ya a irse rellenando aunque aún originaría fuertes vientos.
Situación a 500 hPa también para el domingo a las 12 UTC. Sobre la baja en superficie aparece un pequeño embolsamiento frío, lo que nos haría pensar en que nos encontramos ante una pequeña pero intensa borrasca fría. Habría que estudiar en este caso los papeles que han jugado en esta evolución la dinámica y la termodinámica. En cualquier caso nos encontramos muy posiblemente ante una borrasca de caracter subtropical.
En cualquier caso lo importante es que se ha abierto el camino de las borrascas atlánticas. Así, en la próxima semana, nos afectarían nuevos frentes e incluso al final de ella podría llegarnos la estructura ciclónica que ahora es el huracán Tammy, aunque hecha ya su transición a borrasca extratropical. Veremos si esas precipitaciones acaban marcando algún nuevo récord. Parece que estamos en tiempos de extremos.
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