Si ayer recordaba en este blog las lluvias torrenciales del 17 al 19 de octubre de 1973 y las impresionantes inundaciones de Puerto Lumbreras, La Rábita o Albuñol, hoy toca hacerlo de las acaecidas ya desde la madrugada del 20 de octubre de 1982 -justo hace cuarenta años- que dieron lugar a la llamada "pantanada de Tous" y a las graves inundaciones en la Ribera valenciana del Júcar.
De forma distinta a las de 1973, sobre las que todavía quedaría mucho por investigar, estas precipitaciones torrenciales del 2020 han sido ampliamente estudiadas y debatidas y por tanto no voy a entrar en una nueva revisión del episodio. Pero si me parece interesante, o al menos curioso, recordar algunos detalles de los primeros trabajos que desarrollamos en el INM sobre aquella situación, y voy a recurrir para ello a algunos textos recogidos en mi libro Recuerdos del tiempo así como a imágenes de aquellos estudios.
En aquella época yo estaba integrado en el grupo que dirigía Paco García Dana en el Centro Nacional de Predicción del INM. De forma inmediata se nos encargó un informe rápido de la situación y nos pusimos rápidamente a analizar y estudiar detalladamente mapas e imágenes. En principio me tocó transcribir -"plotear"- de nuevo todos los datos de las topografías de esos días mientras Paco Dana las reanalizaba con la maestría que sólo él tenía. Redactamos el texto entre todo el grupo, ocupándome yo especialmente de comentar las imágenes de satélite. En cualquier caso la versión definitiva fue, como era lógico, responsabilidad de Paco. En muy pocos días tuvimos realizado un interesante trabajo que durante mucho tiempo sirvió como referencia básica del INM sobre aquella situación.
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Una imagen de aquel trabajo: la topografía de 500 mb a las 00 UTC del día 20 de octubre de 1982 trazada por el maestro García Dana |
..Y la de 850 mb de la misma hora donde se puede observar la tremenda advección cálida hacia la zona de las grandes precipitaciones.
Esta era la calidad de las imágenes del canal WV con las que trabajamos en aquel momento. Tenían mucho ruido porque ese canal era solo de tipo experimental y no estaba optimizado para su operatividad. Por otra parte, las imágenes que recibíamos eran todavía de baja resolución. Esta imagen concreta corresponde a esa madrugada del 20 de octubre.
Pero, aún con esa deficiente calidad las imágenes de este canal se revelaron de gran ayuda para la comprensión de la dinámica atmosférica de niveles medios y sus interconexiones. Por esa razón, cuando a finales de los años ochenta, se empezó a diseñar la segunda generación de satélites Meteosat, el INM insistió mucho en que ese canal debería convertirse en completamente operativo.
En sus conclusiones, el estudio destacaba que el suceso había sido debido a la presencia de una “gota fría” –aún no había llegado el momento de rebautizar a estas perturbaciones como “danas”- así como que “en este caso la divergencia en altura (500 mb) no ha jugado un papel tan relevante como en otras situaciones análogas” y que “…se debe hacer notar la gran importancia de la influencia termodinámica y orográfica frente a la dinámica en este caso concreto”. Estas afirmaciones eran importantes incluso para nuestro propio grupo. Paco siempre remarcaba la importancia de la difluencia en altura para la generación de lluvias de una cierta importancia pero, en esta situación, hubo que reconocer que lo más importante era la advección cálida y húmeda, el papel jugado por la orografía y que el flujo de niveles altos no se opusiera radicalmente al ascenso de ese aire de las capas bajas.
Convencidos de que tras este primer estudio era necesario profundizar mucho más, entrando ya en la mesoescala, a principios de 1983 el INM adquirió las imágenes digitales en alta resolución de Meteosat correspondientes a aquellos días. Con ellas desarrollamos un primer análisis en el centro de proceso de imágenes que, con el patrocinio de IBM, existía en la Universidad Autónoma de Madrid. A la vista de los resultados obtenidos parecía que la estructura atmosférica causante de aquellas impresionantes lluvias podía ser un complejo o sistema convectivo tal como hacía pocos años se habían definido en Estados Unidos, pero al tener algunas dificultades en cuanto a la calibración y corrección de los datos del canal infrarrojo no pudimos alcanzar ningún resultado definitivo. En cualquier caso publicamos un primer artículo en la recién nacida Revista de Meteorología editada por el INM y que llevaba por título “Tratamiento digital de imágenes en alta resolución. Aplicaciones al caso de las inundaciones de Levante de octubre de 1982”.
Imágenes de aquel primer e incompleto trabajo digital
El estudio iba a quedar mejor resuelto como consecuencia del siguiente trabajo que llevamos a cabo en el Space Science and Engineering Center (SSEC) de la Universidad de Wisconsin a principios de 1984. Contando con las posibilidades del sistema McIdas y la excelente asesoría de los distintos técnicos del Centro conseguimos una adecuada calibración de las imágenes, medir correctamente las áreas nubosas que cumplieran los distintos umbrales de temperatura y seguir su evolución temporal. A partir de todo ello pudimos establecer sin ninguna duda que aquella estructura nubosa de la madrugada y mañana del 20 de octubre de 1982 sobre la cuenca media del Júcar era un complejo convectivo de mesoescala, el primero que se identificaba en Europa.
Esta es una de las primeras imágenes procesadas de aquella situación que obtuvimos mediante la utilización del sistema McIdas en el SSEC. El análisis de varias de ellas nos permitió calificar como "complejo convectivo" a la gran estructura nubosa que ocupaba buena parte de la Península. Tomada por Meteosat a las 5,30 UTC muestra como los topes más fríos -y por tanto probablemente las nubes más espesas y desarrolladas- se encontraban sobre la zona donde se registraron las precipitaciones más importantes en la cuenca media-baja del Júcar.
Estos estudios y otros varios posteriores hicieron ver la necesidad de un replanteamiento profundo tanto de los recursos técnicos y actividades operativas en el Instituto Nacional de Meteorología y en la organización y operatividad de la Protección Civil. Así fue.
Ángel, interesante artículo donde nos llevas a la publicación de ese estudio en aquella época de mejora de las imágenes satelitales (Meteosat), situación adversa que sirvió tecnicamente para acelerar y mejorar este prematuro "invento del Meteosat". Yo como valenciano, lo viví de estudiante de B.U.P. y recuerdo unos días extraños con aparato eléctrico recurrente y lluvias copiosas intermitentes. Fue gota fría (dana) sureña y situación marcada de levantes de recorrido largo desde Tunicia y costa argelina, pasando por sur de archipiélago balear hasta nosotros. Para mí, de una categoría similar a la histórica riada de 1957 y en calendario similar, variando la cuenca, río Turia vs río Júcar que se traduce como "el devastador"... un saludo y enhorabuena por tu labor facultativa en aquel entonces
ResponderEliminarMuchas gracias Jorge. Sí, fue un episodio que por una razón u otra nos marcó a todos y supuso también un cambio social y operativo importante. Desgraciada, o afortunadamente, a veces hacen falta danas o similares para que se muevan cosas. Un saludo.
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