Junto con la predicción de la trayectoria concreta de las danas, la formación -o no- de una dorsal o anticiclón de bloqueo es uno de los mayores problemas de la predicción meteorológica. Cuántas veces observando el "tren" de vaguadas y dorsales en el seno de una circulación de Ponientes, surge la pregunta de si alguna de esas dorsales crecerá hacia el norte, detendrá su movimiento y dará unos días anticiclónicos con tiempo seco y soleado... o bien seguirá su marcha hacia el este... y, en ese caso, lo del "buen tiempo" habrá sido casi un espejismo. Sin ir más lejos para esta próxima semana (Santa) aparecen dorsales de ese tipo en los mapas previstos y no parece en principio que ninguna de ellas vaya a quedarse mucho tiempo sobre la Península.
En ese contexto me ha parecido muy interesante el artículo que acaba de publicar la revista Monthly Weather Review en el que concluye la importancia que parece tener para una predicción correcta del establecimiento de un bloqueo anticiclónico, la también adecuada predicción de la ubicación e intensidad de la borrasca que se encuentra corriente arriba de la dorsal candidata a establecer el bloqueo. En ese contexto el artículo incide en que uno de los grandes retos para esa predicción es una correcta parametrización de los procesos diabáticos, es decir que los modelos sean capaces de cuantificar lo más exactamente posible los intercambios de calor en su entorno producidos fundamentalmente a través de los procesos de condensación o evaporación.
Desde mi punto de vista se trata de un enfoque hecho desde otra perspectiva de un mismo proceso bien conocido: la creación de una dorsal de bloqueo por un segmento desequilibrado del chorro (jet streak); un desequilibrio que genera una onda de mayor amplitud y de movimiento lento o incluso estacionaria. Y ese desequilibrio puede estar -no siempre- producido por esos procesos diabáticos con liberación de energía que se transmiten y aumentan la velocidad en esa zona del chorro. Procesos que pueden ser más intensos en presencia de una potente cinta transportadora de aire cálido (warm conveyor belt) o del río atmosférico con gran transporte de humedad que puede estar embebido en su seno. Y, por supuesto, ese proceso llevará a una reubicación y/o cambios en la intensidad de la borrasca de superficie, tal como apunta el citado artículo.
La conclusión final es la misma: cuanto mejor sea el análisis de partida de los flujos de humedad y la parametrización de los procesos diabáticos mejor será la predicción de una situación de bloqueo y de su tiempo asociado. Y ello supone un mejor conocimiento del origen y de la dinámica de esas grandes inyecciones húmedas y cálidas que desde las zonas tropicales se dirigen hacia las latitudes medias.
Pero de momento, y salvo deficiente predicción del Centro Europeo, ninguna dorsal se va a quedar con nosotros más de un par de días a lo sumo. Primavera.
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