En junio del año pasado, recién conocida la estructura del Ministerio de Transición Ecológica, publiqué una entrada en este blog, sobre el interés de que el Ministerio, animara, coordinara o potenciase dos tipos de estudios que, en mi opinión, son básicos sobre la evolución climática en España. Uno de ellos tendría que llevarnos a un mejor conocimiento de cómo pueden afectar en el futuro las estructuras tropicales y subtropicales a nuestra zona geográfica, dado que es muy posible que el chorro polar y sus lluvias y vientos nos visiten cada vez menos, salvo para provocar algunas danas con lluvias intensas, o marcadas entradas cálidas. El otro tipo serían los estudios y procedimientos de atribución mediante los cuáles puede obtenerse la probabilidad de que un episodio de calor, frío o precipitaciones intensas esté en relación directa con el cambio climático.
Son trabajos que pueden desarrollarse con bastante rapidez utilizando métodos estadísticos y con algo menos si se usan métodos dinámicos, pero que, en cualquier caso, proporcionarían un avance significativo en la comprensión de cómo nos está afectando el cambio. Además, evitaría a los comunicadores meteorológicos la utilización de frases del tipo "puede ser...", "quizás" o "es compatible con...", que no ayudan nada en la concienciación de la población. Una población que, como apunta un artículo científico recientemente publicado, pueda irse acostumbrando a ver como algo cada vez más normal el que, año tras año, sigan cayendo récords. Es verdad que los resultados de esos estudios de atribución no pueden darse en "tiempo real", pero con procedimientos de actuación bien preparados, sí pueden tenerse pocos días después del episodio, cuando todavía no ha perdido actualidad. De hecho, y en relación con esta última situación de altas temperaturas, no creo que tarden mucho en publicarse estudios de este tipo en Gran Bretaña y probablemente en Francia, países que han sido muy afectados por esta situación.
Han pasado ocho meses desde aquel artículo del blog, y lo que es más importante, desde que el Ministerio de Transición Ecológica se puso en marcha. Ocho meses en los que, de nuevo, se han vuelto a marcar récords meteorológicos importantes y en los que no he visto - admito que pueda no haberme enterado- iniciativas para promover con carácter prioritario este tipo de estudios. Es verdad que esa iniciativa debería surgir en los departamentos universitarios, y en algún caso aislado sé que ha sido así. Pero, si por alguna razón no surgen, también es verdad que el propio Ministerio podría, además de potenciarlas en AEMET, exponerlas con carácter general al mundo universitario y facilitar su realización, en caso necesario, mediante algún tipo de ayudas. Y junto a ello, establecer cauces para una eficaz llegada de conclusiones a los medios, y a través de ellos al público.
Sé que la legislatura ha sido muy corta y que, probablemente, la mayor prioridad ha estado volcada, en la puesta a punto de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. De acuerdo, pero no olvidemos que el cumplimiento de cualquier ley es mucho más fácil y eficaz cuando la sociedad es plenamente consciente del importante problema que esa ley intenta resolver, o al menos paliar.
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