Hace unos años se instauró en algunas grandes ciudades el servicio de "policia de proximidad". Se trataba de asignar a algunos agentes, de forma más o menos permanente, a un mismo barrio o distrito, en el supuesto de que la mayor cercanía a los habitantes de esas zonas podía redundar en una acción policial más cercana, aceptada y eficaz. No estoy seguro, pero creo que esa iniciativa acabó hace bastante tiempo cuando se optó por un criterio de "especialización" en lugar del de "proximidad".
Viene esto a cuento porque, en los últimos días, han surgido tres noticias que de algún modo tienen que ver con lo que podríamos denominar como meteorología de "proximidad". Un tipo de predicción meteorológica hecha desde el punto de vista de las necesidades, usos, costumbres y lenguaje de los usuarios, y que puede incluir también una especie de tutela continuada informativa sobre cualquier incidencia meteorológica que pueda influir en sus actividades de forma inmediata.
La primera noticia viene recogida en el blog de AEMET -iniciativa de la Agencia que aplaudo calurosamente- y en el que aparece una magnífica entrada de Juan de Dios Soriano, jefe del Grupo de Predicción y Vigilancia de Sevilla, en relación con el soporte meteorológico dado a las cofradías para la celebración de sus procesiones de Semana Santa.
Habría muchas cosas que destacar de este artículo, tales como la necesidad de proporcionar predicciones probabilísticas -y su aceptación por los usuarios- así como sobre la vigilancia continuada respecto a la aparición de posibles chubascos y su comunicación directa, y en tiempo real, a los responsables de esas cofradías. Un magnífico ejemplo de esa meteorología "de proximidad" a la que me estoy refiriendo y que utiliza lo mejor de las modernas técnicas de predicción y comunicación para "el cuidado" de unas tradiciones profundamente enraizadas en la población.
La otra noticia -ésta un poco más dolorosa- es el cierre del portal meteorológico denominado "Tumeteo", una iniciativa de la empresa Digitalmeteo, que apostaba por una predicción no completamente automatizada, y llevada a cabo con una presentación y un lenguaje verdaderamente cercano al usuario e incluyendo además, para las ciudades de Madrid y Barcelona, un servicio de vigilancia meteorológica mediante el cual el usuario recibía en su smartphone un mensaje muy cercano sobre la lluvia o tormenta que se aproximaba, o del muy probable alcance de temperaturas extremas. Yo fui uno de esos usuarios y debo confesar que me pareció una gran iniciativa -que tendría que desarrollarse más- y por la que, de algún modo, me sentía "cuidado" desde el punto de vista meteorológico. Nunca pensé que este servicio, gratuito para sus usuarios y patrocinado por diferentes empresas, tuviera problemas para seguir funcionando y creciendo. Desde mi punto de vista, existe un significativo mercado potencial para predicciones a medida desde el medio plazo hasta con algunos minutos de antelación. En cualquier caso, estoy seguro que los responsables de Digitalmeteo habrán sacado conclusiones de esta experiencia y espero que "Tumeteo" renazca con fuerza.
La tercera noticia se refiere a la afirmación hecha por Florenci Rey, en una entrevista concedida a la publicación digital catalana CUV3, sobre la evolución de los comunicadores meteorológicos. Literalmente, es la siguiente:
“Los medios de comunicación están experimentando una transformación que derivará, con mucha probabilidad, en la desaparición de la figura del comunicador meteorológico tal y como la conocimos hace unos años. Las nuevas tecnologías de comunicación hacen mucho más interesante centrarse en los nuevos canales basados en redes sociales o movilidad, antes que abordar una inversión en formatos comunicativos clásicos”.
A mi juicio, es una cuestión difícil de pronosticar porque, aunque es verdad, tal como muestran las encuestas, que aumenta cada vez más el número de personas que siguen la predicción meteorológica a través de redes y dispositivos móviles, también lo es que el interés de los medios por las cuestiones de tiempo y clima es cada vez mayor y, por tanto, la necesidad de disponer de buenos profesionales que expliquen y divulguen está clara. Creo que estos profesionales van haciendo en su mayoría, y cada vez más, esa meteorología de proximidad a la que me estoy refiriendo, y si se sigue y profundiza en esa línea no creo que "hombres" y "mujeres" del tiempo desaparezcan. Pienso por otra parte, como ya decía antes, que Internet ofrece todavía muchas posibilidades para el desarrollo de esta meteorología "de proximidad"...y de trabajo para quienes la ofrezcan. No en balde cada vez hay más personas que en distintas celebraciones al aire libre tienen un ojo en esa celebración...y otro en el smartphone que les muestra la última imagen radar, y que darían mucho por saber qué mostrará esa imagen media o una hora después.
Pero, si esto es así....¿por qué tantas dificultades para iniciativas como la de "Tumeteo" y las de algunas otras empresas de meteorología que ofrecen estos servicios? Probablemente hay razones de tipo financiero o de marketing en las que no entro porque no soy especialista, pero sí creo que el origen de todo ello es su baja demanda. A mi juicio ello obedece a la práctica ausencia de una buena divulgación de lo que la meteorología moderna puede ofrecer, predicción probabilística y vigilancia meteorológica incluidas, y de las distintas formas de comunicarlo. Ahí sigo echando en falta una mayor dedicación de los medios de comunicación públicos con la colaboración necesaria de AEMET, que seguro que estaría muy disponible para ello. Y creo que también AEMET podría ayudar al establecimiento de una mejor industria meteorológica española mediante una mayor liberación de sus productos y ofreciendo una formación especializada adecuada. ¿No sería todo ello un importante servicio público?
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