Acaba de finalizar el primer temporal de lluvia del otoño provocado, como suele ser normal en esta época, por la acción de una depresión aislada en niveles altos (DANA). Situada en principio al oeste de Portugal, se movió hacia el centro de la Península quedándose casi estacionaria en esa situación y agotando todavía hoy su energía en forma de tormentas dispersas; un comportamiento bastante bien previsto por los modelos de predicción.
Las lluvias que ha provocado han sido bienvenidas sobre todo el el sureste peninsular donde la actual sequía puede considerarse como la más importante desde que hay datos registrados. Pero esta alegría se mezcla con un cierto enfado y frustración ya que, en general, los valores absolutos no han sido muy altos (algunas decenas de litros por metro cuadrado), su distribución ha resultado bastante desigual y, sobre todo, han sido en general de gran intensidad y ocasionalmente en forma de granizo. Ello ha dado lugar en algunas de estas zonas a inundaciones, destrozos y daños en los cultivos.
Las lluvias que ha provocado han sido bienvenidas sobre todo el el sureste peninsular donde la actual sequía puede considerarse como la más importante desde que hay datos registrados. Pero esta alegría se mezcla con un cierto enfado y frustración ya que, en general, los valores absolutos no han sido muy altos (algunas decenas de litros por metro cuadrado), su distribución ha resultado bastante desigual y, sobre todo, han sido en general de gran intensidad y ocasionalmente en forma de granizo. Ello ha dado lugar en algunas de estas zonas a inundaciones, destrozos y daños en los cultivos.
Análisis de 500 hPa (ECMWF) correspondiente a las 00 UTC del 23 de septiembre de 2014, en el periodo de máxima actividad de la DANA. |
Análisis de superficie (ECMWF) correspondiente al 23 de octubre a las 00 TMG. Si bien no tiene una gran resolución, no se observa ningún flujo claro de levante sobre el área mediterránea española |
¿Qué le ha faltado a esta situación para que hubiera dado lugar a un temporal de levante en el área mediterránea con mayores cantidades de precipitación y con un carácter en general menos severo? Pues que la DANA, o borrasca de niveles altos, hubiera bajado un poco más de latitud de modo que se hubiera "encajado" en la zona Golfo de Cadiz-Gibraltar-norte de Marruecos y de Argelia. En esta ubicación, la circulación del viento de su zona delantera, ayudada por los relieves del Atlas y de las altiplanicies argelinas, junto con el gran depósito de energía del mar Mediterráneo, suelen dar lugar a la creación de una borrasca en superficie cuyo centro tiende a ubicarse en las zonas marítimas de Alborán o Palos o bien en el norte de Argelia. De esta forma se establece algo que es realmente clave para estas lluvias: una corriente de aire cálido, húmedo y frecuentemente inestable que se dirige desde el mar hacia el litoral de la Península y Baleares, al tiempo que converge hacia el centro de la borrasca. Y esta corriente puede establecerse sin la presencia de esa DANA (por eso la reticencia a la equivalencia DANA/lluvias intensas) aunque sí suele ser el mecanismo más frecuente y el que genera lluvias más intensas.
Pues bien, el resultado de todo ello es la formación de grandes masas nubosas que presentan una gran eficiencia en la producción de lluvia y que se quedan estacionarias o se mueven lentamente acompañando a la borrasca en su desplazamiento, generalmente hacia el nordeste. De esta forma se originan cuantiosas precipitaciones que con frecuencia crean problemas, sobre todo por la falta de limpieza de ramblas y arroyos, por estar ubicadas instalaciones o viviendas muy cerca de sus cauces...o por la imprudencia de algunos conductores. Estas circunstancias se agravan a veces por la presencia de algunas tormentas que aparecen en el seno de esas grandes masas nubosas y que, de forma puntual, originan precipitaciones realmente destructoras. Unos ejemplos típicos -si bien extremos- de estas situaciones se recogen en los siguientes mapas correspondientes a las torrenciales lluvias del 18 y 19 de octubre de 1973 en Andalucía oriental y a la situación del 20 de octubre de 1982 en la Comunidad Valenciana.
Pues bien, el resultado de todo ello es la formación de grandes masas nubosas que presentan una gran eficiencia en la producción de lluvia y que se quedan estacionarias o se mueven lentamente acompañando a la borrasca en su desplazamiento, generalmente hacia el nordeste. De esta forma se originan cuantiosas precipitaciones que con frecuencia crean problemas, sobre todo por la falta de limpieza de ramblas y arroyos, por estar ubicadas instalaciones o viviendas muy cerca de sus cauces...o por la imprudencia de algunos conductores. Estas circunstancias se agravan a veces por la presencia de algunas tormentas que aparecen en el seno de esas grandes masas nubosas y que, de forma puntual, originan precipitaciones realmente destructoras. Unos ejemplos típicos -si bien extremos- de estas situaciones se recogen en los siguientes mapas correspondientes a las torrenciales lluvias del 18 y 19 de octubre de 1973 en Andalucía oriental y a la situación del 20 de octubre de 1982 en la Comunidad Valenciana.
Situación del 19 de octubre de 1973. DANA encajada el el golfo de Cádiz y borrasca en superficie sobre Alborán |
Al contrario que en las situaciones mostradas -que son ejemplos de otras muchas-, en esta última, el centro de la DANA no ha descendido mas al sur de Lisboa y por tanto no ha dado lugar a la formación de esa borrasca. Sin embargo, la gran inestabilidad de su zona delantera ha dado lugar a numerosas y fuertes tormentas pero con una estructura bastante desorganizada.
Hasta cierto punto es normal que en septiembre estas perturbaciones no bajen mucho de latitud, algo que suele ocurrir más frecuentemente en octubre y noviembre que son las épocas de las grandes precipitaciones en toda el área mediterránea y muy especialmente en las comunidades de Valencia y Murcia y Andalucía oriental, ya que en Cataluña sí pueden darse con mas facilidad en septiembre.
Pero quizás lo que más ha llamado la atención estos días a profesionales y aficionados ha sido la generación por parte de algunos modelos de predicción de una pequeña y profunda borrasca de superficie en el mar, entre Cataluña y Baleares, que de haber sucedido hubiera dado lugar al menos a un fuerte y casi inesperado temporal marítimo y de viento.
Hubiera sido probablemente un fenómeno denominado como medicán, conocido y sobre estudiado desde hace relativamente pocos años y al que dediqué hace un par de años esta entrada en mi blog.
Dado que los mapas de los modelos se mueven libremente por las redes sociales, la posible aparición de este fenómeno dio lugar a algún comentario que comenzó a crear una cierta alarma social. Por fortuna la situación fue adecuadamente centrada y ponderada por excelentes expertos en estos temas, tales como mi buen amigo y compañero Agustí Jansà (@AJANSACLAR) que en una corta serie de tweets mostró sus razonables dudas y cautelas en relación a que los modelos que se presentaban pudieran representar adecuadamente la formación de un medicán.
Finalmente el medicán no ocurrió, pero creo que lo sucedido debe llevarnos a una cierta reflexión. El aumento de calidad de los modelos numéricos, tanto por su aumento de resolución espacial como por la mejor representación de complejos procesos físicos como la convección, nos va a ir ofreciendo progresivamente la aparición en sus resultados de estructuras hasta ahora desconocidas. Si bien éstas serán cada vez más "verdaderas", habrá otras veces, tal como ha sucedido en esta ocasión, que serán irreales, las denominadas como artifacts. Deben ser los especialistas los que juzguen su posible realidad o irrealidad y los que deben dar, a través de los cauces oficiales establecidos, los correspondientes avisos.
La Revista del Aficionado a la Meteorología ha publicado un excelente artículo sobre esta cuestión. Recomiendo su lectura.
Actualización: Del intercambio de informaciones y opiniones mantenidas hoy en Twitter parece desprenderse que la generación de ese "artifact" dependió más de la resolución espacial y del forzamiento de cada modelo que de su caracter hidrostático (la convección se parametriza) o no-hidrostático (la convección se resuelve explícitamente). Éstos últimos son los más adecuados para estas situaciones.
Hasta cierto punto es normal que en septiembre estas perturbaciones no bajen mucho de latitud, algo que suele ocurrir más frecuentemente en octubre y noviembre que son las épocas de las grandes precipitaciones en toda el área mediterránea y muy especialmente en las comunidades de Valencia y Murcia y Andalucía oriental, ya que en Cataluña sí pueden darse con mas facilidad en septiembre.
Pero quizás lo que más ha llamado la atención estos días a profesionales y aficionados ha sido la generación por parte de algunos modelos de predicción de una pequeña y profunda borrasca de superficie en el mar, entre Cataluña y Baleares, que de haber sucedido hubiera dado lugar al menos a un fuerte y casi inesperado temporal marítimo y de viento.
Hubiera sido probablemente un fenómeno denominado como medicán, conocido y sobre estudiado desde hace relativamente pocos años y al que dediqué hace un par de años esta entrada en mi blog.
Dado que los mapas de los modelos se mueven libremente por las redes sociales, la posible aparición de este fenómeno dio lugar a algún comentario que comenzó a crear una cierta alarma social. Por fortuna la situación fue adecuadamente centrada y ponderada por excelentes expertos en estos temas, tales como mi buen amigo y compañero Agustí Jansà (@AJANSACLAR) que en una corta serie de tweets mostró sus razonables dudas y cautelas en relación a que los modelos que se presentaban pudieran representar adecuadamente la formación de un medicán.
Finalmente el medicán no ocurrió, pero creo que lo sucedido debe llevarnos a una cierta reflexión. El aumento de calidad de los modelos numéricos, tanto por su aumento de resolución espacial como por la mejor representación de complejos procesos físicos como la convección, nos va a ir ofreciendo progresivamente la aparición en sus resultados de estructuras hasta ahora desconocidas. Si bien éstas serán cada vez más "verdaderas", habrá otras veces, tal como ha sucedido en esta ocasión, que serán irreales, las denominadas como artifacts. Deben ser los especialistas los que juzguen su posible realidad o irrealidad y los que deben dar, a través de los cauces oficiales establecidos, los correspondientes avisos.
La Revista del Aficionado a la Meteorología ha publicado un excelente artículo sobre esta cuestión. Recomiendo su lectura.
Actualización: Del intercambio de informaciones y opiniones mantenidas hoy en Twitter parece desprenderse que la generación de ese "artifact" dependió más de la resolución espacial y del forzamiento de cada modelo que de su caracter hidrostático (la convección se parametriza) o no-hidrostático (la convección se resuelve explícitamente). Éstos últimos son los más adecuados para estas situaciones.
Aunque no se sea profesional,Ángel,todo buen aficionado sabe que una sola salida no puede tomarse como base para elaborar un pronóstico.Ya que hay tan buenos modelos de alta resolución disponibles(y algunos,incluso,no hidrostáticos),hace falta cotejar y cotejar.Algunos aficionados sabíamos que,en el caso del medicán,todo podía reducirse a unas soluciones poco realistas,de las ecuaciones que maneja el modelo.Ya a lo de "artifacts" pues no llegábamos hasta que la RAM sacó el artículo correspondiente.Muy buena entrada,Ángel,esto demuestra que,en el caso de las DANA,s,cada una de ella es una historia distinta.Saludos.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Mario. Por supuesto, ningún problema con los buenos aficionados...pero hay veces que otras personas buscan rápidamente un titular o hacerse notar. Y en casos como este último hay que ser muy cuidadosos, a medida que los nuevos modelos van siendo más potentes. Un fórmula 1 no lo puede conducir cualquiera ;-)
ResponderEliminarUn saludo afectuoso