Hace ya más de un año, el reconocimiento de que el ritmo de aumento de la temperatura global había experimentado una pausa o debilitamiento en los años que llevamos del siglo XXI, originó de nuevo una gran polémica sobre la atribución del calentamiento observado a la acción de los gases de efecto invernadero, que han seguido aumentando claramente durante ese periodo.
Por supuesto la noticia fue inmediatamente utilizada por algunas organizaciones "negacionistas", sobre todo en Estados Unidos, algo en lo que fueron "ayudados" por el frío y atípico invierno experimentado allí y atribuido a la rotura o descuelgue del mal comprendido vórtice polar. Curiosamente, la polémica provocó la intervención del responsable científico de la Casa Blanca explicando a través de un vídeo breve y muy bien hecho cómo esa situación no negaba el calentamiento, sino que incluso estaba de acuerdo con las teorías sobre cómo el producido en el Polo Norte podía dar lugar a esas alteraciones del chorro polar.
También los británicos se vieron muy afectados por esa atípica configuración del chorro que ha provocó allí el invierno más lluvioso desde que hay observaciones. Ante ello, su Servicio Meteorológico, el Met Office, en un alarde de rapidez y reflejos, publicó un magnífico y bien documentado informe, al que me referí en una entrada anterior, y en el que, además de explicar con todo detalle causas y efectos, aclaraba que si bien no podía probarse una vinculación directa con el calentamiento global, al menos buena parte de lo sucedido no estaba en absoluto en contradicción con lo que apuntan las proyecciones climáticas. Por su parte, la Organización Meteorológica Mundial insistió, y así vuelve a hacerlo en su última nota de prensa, que el calentamiento continúa y que, trece de los catorce años más cálidos han estado en el siglo XXI. Pero naturalmente este enfoque de la OMM no contradice la pausa porque, en principio, esa pausa no se refiere a la no ocurrencia de años muy cálidos sino a una detención o debilitamiento del ritmo de ascenso. Toda esta situación ha quedado bastante bien reflejada en un extenso artículo de The Economist que recomiendo y cuya línea argumental sigo en parte.
Ilustración tomada de The Economist (8 marzo 2014) |
En paralelo con toda esa polémica, los científicos han seguido trabajando en varias líneas. Por una parte, se ha revisado la metodología de algunos de los análisis de los datos de temperatura que llevaron a la conclusión de la existencia de la pausa. En un interesante artículo de Kowtan y Way, muy recientemente publicado, se revisan los mismos y se rellenan lagunas de observación -sobre todo en el Ártico- mediante datos de satélites. A partir de esos planteamientos, se infiere que la subida de las temperaturas habría sido de 0,12ºC entre 1998 y 2012, muy por encima del valor de 0,04 atribuido a la pausa y más cercana al de 0,18 observado en los años finales del siglo XX. Por su parte, la NASA también ha revisado los datos del Ártico y ha encontrado un valor de ascenso global de 0, 07ºC. Además, en la línea de análisis de los datos de los últimos años, en otro artículo publicado el pasado mes de febrero en Nature Climate Change por Sonia I. Seneviratme y otros se muestra cómo durante estos años de "pausa" se han incrementado en el mundo los episodios de calor extremo.
En cualquier caso, y asumiendo que el ascenso de la temperatura terrestre al menos no ha
sido tan acusado como en el final del siglo pasado, las investigaciones se centran en averiguar donde va ese calor, ya que las medidas muestran que el balance radiativo de la Tierra sigue siendo positivo, es decir, recibe más energía que la que emite. Todo apunta al crucial papel jugado por los océanos y muy especialmente por el Pacífico como inmensos acumuladores del mismo. Parece que en situaciones tipo "La Niña", el océano lo absorbe y en las de tipo "Niño" lo libera a la atmósfera incrementando la temperatura de ésta. Pues bien, en los años que llevamos del siglo XXI, ha habido un predominio de "Niñas" lo que podría haber dado lugar a un enfriamiento del aire, algo que explicaría la pausa, al menos parcialmente. La relación de todo ello con la Oscilación Decadal Pacífica está muy bien argumentada en este otro artículo de Trenberth. Y en una línea muy en conexión con ésta se mueve este otro de Matthew H. England. Parece por tanto bastante claro el papel del Pacífico y sus ritmos en el origen al menos parcial de la pausa. Así, fenómenos "Niño", tal como el que parece esperarse a partir de la segunda mitad de este año, podría llevar a esa liberación de calor. Veremos qué sucede.
Además, se siguen también otras líneas de investigación muy interesantes relacionadas con el complejo papel de nubes y aerosoles, tal como la mostrada en este artículo de David Rossenfeld. Y por supuesto, se sigue estudiando la posible influencia de la actividad volcánica de los últimos años así como la de la baja actividad solar a la que no parece atribuírsele un papel muy significativo.
Por tanto, de todo lo anterior puede resumirse que, si bien la existencia de un debilitamiento del ritmo de ascenso de la temperatura mundial parece claro, su intensidad sería menor de lo que en principio se había calculado y además se empiezan a descubrir sus posibles causas; causas que, en caso de ser ciertas, implicarían que en cualquier momento el ritmo de ascenso podría volver a incrementarse.
Pero junto con la amplia dedicación de los científicos a todos estos temas, cada vez son mas las voces que reclaman la dedicación de una parte significativa de su tiempo a explicar mejor todo ésto a políticos y sociedad en general. Muy significativas a este respecto son las recientes declaraciones de Christiana Figueres, la responsable de la próxima Cumbre del Clima en 2015 que pide a los científicos que dejen de utilizar "palabras raras" en sus explicaciones y que se tenga cada vez más en cuenta "poner un rostro humano" en todo ello si se quiere convencer a la sociedad de la realidad del cambio. También un reciente y muy interesante editorial de Nature Climate Change apunta a ello. Esperemos que sea así en beneficio de todos.
Hola Ángel! El artículo sobre la DOP, es muy esclarecedor y consistente con la realidad del momento…
ResponderEliminarNo se ha comentado el papel de la Corriente del Golfo, en el Atlántico y su influencia en las temperaturas para esta parte del Hemisferio Norte… Y creo que ella tiene mucho que decir…
Hay algunos estudios que concluyen que ha habido un cambio de unos 200 km en la posición de dicha Corriente, al igual que en la mediciones de temperaturas realizadas en el año 2012, en dicha corriente en latitudes medias, que al parece han descendido en unos 10º C, siendo más frías comparándolas con el año 2011.
Existe un evento como el derrame producido en aguas del Golfo de México , por una plataforma de la petrolera BP, el 22-4-2010 que provocó el vertido de petróleo más de la historia, estimado en 779 000 Tn de crudo.
Los datos de satélites oceanográficos mostraban ya a finales del 2010, que el lazo de la corriente en el Golfo de México se iba estancando como consecuencia del derrame petrolífero.
Dr. G. Zangari, ha observado que los efectos de esta pérdida de sustentación también han comenzado a extenderse a la corriente del Golfo. Ya la corriente de lazo es un elemento crucial de la corriente del Golfo, porque es comúnmente como el "motor principal" de dicha corriente.
La preocupación es: si no puede restablecerse la corriente del lazo podríamos empezar a ver problemas en las cosechas tan pronto como el año 2011. (Ya se comentaba esto hace 3 años).
U otra teleconexión como la NAO en signo positivo durante casi dos años, puede producir una disminución de la salinidad en las zonas septentrionales del Atlántico Norte, por su contribución a la dulcificación de las aguas profundas del mar del Labrador y de los Mares Nórdicos, ya que esta NAO positiva se corresponde con unos vientos del oeste más intensos, que a su vez causan una mayor exportación de hielo desde el Ártico hacia los Mares Nórdicos a través del estrecho de Fram. Y como el hielo es agua dulce, su fusión ocasiona una desalinización del agua superficial marina y un debilitamiento del hundimiento y de la circulación termohalina.
También hay estudios estadísticos que muestran que las temperaturas del norte del Atlántico están correlacionadas con la intensidad de los vientos alisios que recorren el Atlántico tropical, si estos son más fuertes, las temperaturas marinas en el Norte del Atlántico decrecen, si estos son más débiles las temperaturas aumentarán en esas latitudes.
Sí, en la corriente termohalina del At.Norte el agua salada, cálida superficial proveniente del trópico avanza hacia el norte, enfriándose al estancarse en los Mares Nórdicos y se hunde en la zona de vuelco de la corriente del Golfo, conocida como la AMOC, al
producir el vuelco o inmersión hacia el fondo como una corriente profunda fría de retorno, circulando por las profundidades como una cinta transportadora hacia el Sur, para compensar a la circulación meridional superficial de aguas.
Podría ocurrir que, si la cinta alcanzase demasiada velocidad, el intervalo de tiempo que la masa de agua superficial tiene para evaporar agua sería menor.
Al disminuir el total evaporado, y como consecuencia, disminuiría también la salinidad y la densidad de la Corriente del Golfo, con lo que ya no sería eficiente el motor de hundimiento de agua en los Mares Nórdicos. La cinta transportadora perdería fuerza; quizás el agua superficial no llegase tan al norte y la zona de hundimiento se desplazase más al sur; o quizás, no se llegue a formar agua profunda, sino que únicamente intermedia.
Sea como fuere, el sistema por sí mismo, pasará a funcionar de una forma diferente, o que no esté funcionando ya….pudiendo en parte contribuir a la desaceleración del ascenso de la temperaturas, al menos en esta parte del Hemisferio Norte.
Como siempre dices MAESTRO, es tan complejo el sistema de teleconexiones que es difícil saber cuál ha sido el desencadenante inicial…. O si esto venía trazado en la memoria del agua…
Un abrazo
Muchas gracias como siempre por tus atinados comentarios, Empar.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias por el artículo Profesor cordiales saludos. www.tiempoyclima.es
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