En múltiples ocasiones me he referido a la gran calidad de los productos de predicción del Centro Europeo de Medio Plazo, tanto de los provenientes de su modelo determinista como del probabilista o "ensemble". También suelo hacer referencia frecuentemente a la importancia de ahondar en las predicciones probabilistas, dado que éstas son la mayor verdad científica en lo que se refiere a predicciones meteorológicas. Sin embargo, no acaban de extenderse y popularizarse por múltiples razones y, en algunas de ellas, creo que tiene que ver la propia política de datos del Centro Europeo. A esta cuestión quiero dedicar mi entrada de hoy.
El Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo (ECMWF) puede considerarse como uno de los mayores logros de la cooperación europea. Establecido en 1975 como resultado de un proyecto COST en el que participaban gran parte de los Servicios Meteorológicos europeos, comenzó a operar su primer modelo de predicción y a difundir sus productos hacia 1979. Desde entonces el Centro siguió un rápido y eficaz proceso de crecimiento, muy bien fundamentado y dirigido, que le ha llevado a ser el lider mundial en cuanto a calidad y cantidad de productos para la predicción meteorológica, al tiempo que ha ayudado eficazmente a la formación de varias generaciones de especialistas en predicción numérica. La historia del Centro Europeo es interesante y atrayente y quienes tengan interés en conocerla en detalle pueden encontrar amplia información y documentación en este enlace.
España formó parte desde el principio del consorcio del Centro Europeo a través del Instituto Nacional de Meteorología. Contribuye al mismo, como el resto de los países miembros, con una sustanciosa aportación económica que se establece de acuerdo con el producto interior bruto de cada país. Suele ocupar el quinto lugar en cuanto a la citada contribución económica y, en mi opinión, y aceptando de que se trata de una cifra muy importante, creo que es una de las mejores inversiones que España haya podido hacer.
Las distintas estrategias y políticas del Centro Europeo se establecen por el Consejo del mismo del cual son miembros los presidentes o directores generales de los organismos "accionistas", es decir, de los distintos Servicios Meteorológicos europeos. Por ello el Centro es también partícipe de la politica de suministro de datos meteorológicos establecida por esos Servicios, y muy especialmente por los Servicios que más contribuyen. En el marco de esa política, los Servicios Meteorológicos miembros tienen acceso a toda la producción del Centro, pero el suministro a terceros está sujeto a pago excepto una pequeña muestra de productos disponibles libremente en su página web. Por otra parte, y debido en buena medida a la presión de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), existe un grupo de productos más amplio disponibles casi gratuitamente para el resto de Servicios Meteorológicos mundiales no miembros del Centro Europeo. Ello lleva a la paradoja de que, cualquiera de estos Servicios, que no contribuyen al sostenimiento del Centro, dispone gratuitamente de más productos que cualquier ciudadano europeo. En cualquier caso, esta política tan restrictiva, es radicalmente opuesta a la establecida en Norteamérica donde la inmensa mayor parte de estos productos son gratuitos y ampliamente difundidos, en parte como contribución estatal al desarrollo de la empresa privada y, en general, en el típico marco norteamericano de imponer muy pocas restricciones a la circulación de la información de interés público.
Si bien la evolución de los últimos años, tanto desde el punto de vista de las políticas ambientales como de imagen pública de los Servicios Meteorológicos, ha llevado a una revisión de esta estrategia y a ciertos cambios en las políticas de datos de algunos de estos Servicios, lo cierto es que, en el caso del Centro Europeo, y aunque haya que reconocer algunos avances, son muchos los productos de los que sólo pueden disponer los Servicios Meteorológicos miembros, algunos centros de investigación o bien aquellas personas o instituciones que los adquieran al precio establecido en su catálogo de productos, precios por otra parte no muy elevados y que, supongo, que contribuyen muy poco al sostenimiento económico del Centro.
Un resultado de todo ello, visto sobre todo desde el punto de vista de las personas que hemos tenido la suerte de trabajar sin restricciones con todos los productos del Centro, es la pobre impresión que produce su página web, donde contrasta la imagen científica y técnica absolutamente merecida con la "tacañería" que reflejan sus productos de libre disposición. La mayor criticidad desde mi punto de vista, está en la muy pobre representación de los productos de la predicción probabilista, que es, por otra parte, la de mayor futuro en la predicción a medio plazo (y quizás también en la de corto plazo, algo a lo que me referiré en otra entrada) y la que justifica buena medida las inversiones que se hacen en investigación y recursos de cálculo en el Centro.
Muchos meteorólogos nos quejamos del poco uso que se hace todavía de estos productos y, tengo la sensación de que el propio Centro Europeo participa de esa idea. A mi juicio, una causa importante de ello es la falta de adecuación de esa política de datos al mundo actual, dominado por los libres intercambios de información propiciados por las redes sociales. Si un mayor y más adecuado número de productos de predicción probabilista estuvieran a libre disposición en la web del Centro, como por ejemplo los escenarios sinópticos más probables para distintas regiones geográficas con su nivel de probabilidad asociado, éstos se harían mucho más populares y mas demandados y, por supuesto, se llevaría a cabo de modo espontáneo, la necesaria formación básica para manejarlos adecuadamente. Ello estimularía a los propios Servicios Meteorológicos y a los comunicadores especializados a utilizarlos cada vez mas frecuentemente, de modo que, poco a poco, y aún teniendo que corregir fallos y equívocos iniciales, se mejoraría sustancialmente el servicio público que se ofrece.
Mi opinión es que el cambio radical en las políticas de datos ambientales relacionadas con el servicio público, es uno más de los muchos cambios de rumbo que debe hacer Europa para adecuarse a las tendencias del mundo actual y servir mejor a sus ciudadanos. Es verdad que las directivas europeas en este sentido ya están ahí...pero ¿po qué no acaban de aplicarse en toda su extensión?
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