Dos
son las novedades meteorológicas para los próximos días. Por una parte hoy se
inicia una nueva entrada de aire norteafricano muy cálido que logrará, por
tercera vez en este verano, que las máximas alcancen y superen los 40 grados en
muchos puntos de la Península así como que las mínimas sobrepasen ampliamente
los 20 e incluso los 25. En cualquier
caso es difícil que se batan récords tras los valores alcanzados durante la
pasada semana dado que, por una parte, la temperatura de esta masa aérea es
ligeramente mas baja y por otra que las noches van siendo poco a poco mas
largas y por tanto con mas capacidad de enfriamiento. Sin embargo la gran
profundización en cuña de esta masa cálida sobre Europa occidental sí podría
marcar algún registro histórico en Francia, Alemania o los Países Bajos. Lo que
si puede ocurrir con esta situación es
que resulte un poco mas “agobiante” que las anteriores ya que
probablemente se prolongue durante gran parte de la próxima semana hasta que un
frente atlántico afecte el área cantábrica e inyecte un poco de aire fresco al
menos en ese área y en la vertiente atlántica.
Pero
pudiera haberse dado una posibilidad de que este nuevo periodo u “ola” cálida
finalizara antes si la evolución de una perturbación atlántica que ahora está
en pleno desarrollo –la segunda novedad de estos días- se llevara a cabo de
otra manera. Sin embargo todo parece apuntar a que esa evolución o “transición”
no va a ser la adecuada como para que nos afectara el lunes o el martes y
finalizara antes el periodo cálido.
El
nombre de esa perturbación es “Gordon”. Se trata de una tormenta tropical
nacida hace un par de días en pleno Atlántico al suroeste de las islas Azores y
que en vez de continuar en el camino mas habitual de estas perturbaciones hacia
el oeste o el noroeste va a enfilar hacia el este camino del
archipiélago de Azores al que afectará previsiblemente en la madrugada del domingo al lunes con
fuertes lluvias y vientos.
Predicción de la evolución de "Gordon" prevista por el Centro Nacional de Huracanes el 17 de agosto de 2012 |
A partir de ese momento la tormenta efectuará su
“transición” y el resultado de la misma no será probablemente, como antes
decía, el mas adecuado para refrescar un poco –y si fuera posible hasta
humedecer- este verano peninsular. En cualquier caso veamos un poco en que
consiste el fenómeno de la “transición” de una tormenta o ciclón tropical.
Una tormenta tropical se forma a partir de una amplia masa de nubes
tormentosas que se desarrollan en el Atlántico tropical frecuentemente, aunque
no siempre, por la presencia de una onda del este procedente del interior de
África. Si la actividad de estas tormentas es muy intensa, la gran cantidad de
calor liberado por la condensación del vapor de agua origina la caída de la
presión en la zona y por tanto la llegada –la convergencia- de mas aire cálido,
lo que sigue alimentando a las nubes tormentosas y realimentando el proceso
general. Si no se dan otros procesos externos que interrumpan o dificulten
la actividad de los grandes cumulonimbos o sistemas convectivos, la
perturbación va adquiriendo una forma espiral, al tiempo que la presión sigue
disminuyendo y arrecia la fuerza del viento. Estamos ante una tormenta tropical
que puede seguir evolucionando hasta un ciclón
tropical o huracán.
En
cualquier caso, para que esto suceda la perturbación tiene que estar sobre un
mar con temperaturas en su superficie por encima de los 27º y sin una gran
cizalladura del viento sobre ella, lo que podría “romper” las grandes torres de
cumulonimbos de cuya actividad se alimenta. Sin embargo, en su recorrido la perturbación o bien se mete en tierra, en cuyo caso el
rozamiento hace que se debilite rápidamente, o bien gira al noroeste y nordeste, se mueve
sobre aguas mas frías y la potente convección empieza a debilitarse. Es un
momento crítico en su vida ya que, o bien obtiene energía mediante otro
mecanismo o se debilita gradualmente hasta quedar casi estacionaria como un
bello remolino de nubes medias y bajas, lo que en inglés se llama “remnant low”
y en castellano algo así como baja o borrasca residual.
Ahora bien, existe ese otro mecanismo que se pone en marcha si el aire cálido de la
perturbación tropical se encuentra con un aire bastante mas frio ligado con
frecuencia a las circulaciones del chorro polar. El “remonte” del aire cálido
sobre el frio produce de nuevo una amplia masa nubosa y una nueva generación de
energía mediante un proceso distinto denominado “baroclino” y ahora las nubes –
al menos en su gran mayoría- ya no son cumulonimbos tormentosos sino
altostratos y nimbostratos que pueden producir también lluvias muy abundantes.
La perturbación cambia de forma y se asemeja ya a las borrascas atlánticas
típicas con su estructura frontal mas o menos desarrollada e
incluso puede seguir manteniendo vientos fuertes. Pues bien, cuando ello ocurre, se dice que la
perturbación tropical ha hecho su transición a borrasca “extratropical”.
Volviendo
al caso de “Gordon” esa transición parece que se producirá al tiempo que
atraviesa Azores y, si bien todo parecía indicar que la borrasca extratropical
resultante podría afectar al noroeste peninsular en la primera mitad de la
próxima semana, los nuevos resultados de los modelos apuntan ahora a que su movimiento desde Azores hacia el
noroeste podría verse muy dificultado. Por tanto, el encuentro con el aire mas
frio sería muy limitado y, como consecuencia, el “motor” de la perturbación se iría parando. Si sucede
finalmente así, “Gordon” acabaría sus días como una “remnant low” casi
estacionaria; una bella espiral nubosa cercana a la Península Ibérica que los
vientos del nordeste irían rompiendo y haciendo desaparecer poco a poco.
En
cualquier caso, sea cual sea el
resultado de esa “transición”, el proceso visto por satélite será muy
interesante y lo recomiendo. Para
seguirlo, además de ver las imágenes de Meteosat en cualquiera de las múltiples
páginas en las que están disponibles, es importante estar al tanto de los boletines
de seguimiento que sobre “Gordon” emite periódicamente el Centro Nacional de Huracanes de Estados
Unidos así como los avisos que en caso de que fuera necesario –no parece en
absoluto probable que ello ocurra-
emitiría AEMET.
Perfectamente explicado el proceso que puede seguir nuestro GORDON, según los últimos pronósticos.
ResponderEliminarGracias, Ángel.