Meteorólogo de AEMET durante muchos años, quiero ir plasmando en este blog una visión integradora de la meteorología, la climatología y la predicción. Todo ello me sigue fascinando y atrayendo tanto o mas que cuando empecé mi actividad profesional
4 de junio de 2023
¿Serán éstas las situaciones típicas de lluvias de los próximos años?
9 de mayo de 2023
Sobre sequía, estelas, hormigas, fumigaciones, psicología, ciencia y sensatez
Asisto atónito y un punto perplejo a este cúmulo de medias verdades, falsedades y teorías conspiranoicas que la "pertinaz sequía" está generando en redes sociales y medios de comunicación involucrando, e incluso culpando, a compañeros meteorólogos e incluso a la propia Aemet.
No son cuestiones en absoluto novedosas; durante mis muchos años de trabajo en Aemet como responsable de Predicción y luego portavoz, tuve que bregar con ellas pero desde luego nunca alcanzaron la magnitud actual y se apagaban con bastante rapidez cuando llegaba un periodo de lluvias. Creo que la situación actual viene provocada por la gran escasez de agua, no solo a causa de la sequía, sino también a su uso indiscriminado, algo que tenemos que replantearnos seriamente y, desde luego, por la intensa actividad de las redes sociales.
En este contexto quiero expresar algunas ideas ya conocidas aceptando de partida el riesgo de quedar expuesto al pimpampum de moda. Pero uno tiene el derecho, e incluso el deber, de exponer lo que le resulta coherente por si de algún modo ayuda a clarificar:
a) En mi opinión lo que está ocurriendo en la atmósfera no es nada distinto a lo que en líneas generales apuntaban las investigaciones climáticas desde hace bastantes años. Mi experiencia personal es que durante la década de los años ochenta empezaron a hacerse más frecuentes, sobre todo en el hemisferio norte, las circulaciones meridianas en detrimento de las zonales. Este hecho, que en su principio pudo deberse a la variabilidad natural de la atmósfera, se desarrollaba en el marco de un creciente calentamiento debido muy probablemente a la también creciente quema de combustibles fósiles sobre todo en este hemisferio. Ello dio lugar a un mayor transporte de calor desde los trópicos hacia las zonas polares y sobre todo hacia el Ártico, originando una mayor fusión de los hielos y poniendo en marcha el fenómeno de la "amplificación ártica" y de ahí una atmósfera polar menos fría.
b) Esa situación de cambios en la atmósfera polar podría estar siendo a su vez, y con bastante probabilidad, la causa de un chorro polar más ondulado y más alto de latitud -por causas que no es el momento de detallar para no alargarnos- algo que sigue potenciando el transporte de calor hacia las zonas polares, y que, a su vez, mantiene esta tendencia del chorro.
c) Este comportamiento del chorro polar da como resultado una disminución -casi un cese- de las circulaciones de Poniente -las "llovedoras" de la vertiente atlántica- y el aumento de las circulaciones sur-norte -muy unidas a las olas de calor- y norte-sur que nos traen aire frío... pero cada vez menos frío. Aunque las ondulaciones del chorro también generan "danas" -las responsables de las importantes situaciones lluviosas en España- son danas que tienden a formarse más al norte y discurrir por trayectorias que no favorecen las lluvias sobre nuestras zonas.
d) En este contexto, la atmósfera subtropical se extiende cada vez más hacia el norte en forma de distintas estructuras anticiclónicas. En estas situaciones es normal que aparezca en capas altas de la atmósfera algo de humedad proveniente bien de remontes de la atmósfera tropical o bien de colas de frentes que circulan más al norte. Pero sobre todo abundan en ellas cielos mucho más despejados de nubes bajas, lo que hace que sea mucho más frecuente la observación de cirros y estelas de aviones.
e) Y a propósito de estelas -y poniéndome a cubierto- no hay ninguna prueba científica de que se nos esté fumigando con distintos tipos de venenos, pero sí es verdad que la continua inyección de gases procedentes de las turbinas de los aviones no ayuda para nada a la mitigación del calentamiento. Esa certeza es algo que tiene que llevar a redoblar los esfuerzos para reducirlas en la mayor medida posible.
En fin, cuando algo va mal en nuestras vidas tratamos mediante una bien conocido comportamiento psicológico a buscar al culpable o culpables de la situación. A veces esa actitud nos lleva a no investigar las causas profundas de lo que está sucediendo, causas que, a veces, e incluso inconscientemente, no queremos ver para no aceptar nuestra propia responsabilidad. Ello nos dificulta la adopción de verdaderas medidas correctoras que abandonen "hadas y demonios" y afronten con sensatez la realidad buscando las raíces y posibles soluciones del problema.
Por tanto, a mi juicio, basta ya de gastar energía en teorías y disputas absurdas sobre si son "galgos" o "podencos" porque, sean de un tipo u otro, el problema está ya encima. Centrémonos en reducir al máximo la emisión de gases de efecto invernadero, promovamos el desarrollo ético de las energías renovables y asumamos la necesidad global pero también individual de regular el consumo de agua. Y como tantas veces digo: promovamos un serio y coordinado esfuerzo de investigación sobre el tipo y evolución de las circulaciones atmosféricas que ahora nos afectan. Circulaciones que en buena medida nos son relativamente desconocidas y que nos podrían aportar parte de la lluvia que necesitamos, tales como esos ríos atmosféricos que desde el Caribe, o en algún momento incluso desde el Mediterráneo, han originado algunos de los más importantes episodios de lluvia en los últimos años.
No perdamos más el tiempo en invocar a hadas o demonios sin necesidad. Las conspiraciones cuando llueva en serio quedarán en "papel mojado" pero, tras esas lluvias, el "elefante", la necesidad de una gestión mucho más eficaz de nuestras pocas o muchas lluvias, seguirá estando ahí.
4 de mayo de 2023
Una "ventana" solo medio abierta...y otra que no se abre
28 de abril de 2023
Lluvias: alguna esperanza
Comentaba en la entrada de ayer de este blog que había síntomas de que, tras la nueva subida de temperaturas que experimentaremos en los días centrales de la próxima semana, era posible la entrada de una circulación atlántica que podría arrastrar algunos frentes o pseudofrentes de lluvias y chubascos. Pues bien, última salida de la predicción a tres semanas del Centro Europeo parece ir confirmando esa posibilidad.
En los mapas que acaba de difundir Aemet, se observa que para la primera semana de mayo las lluvias estarán por debajo de los valores normales en prácticamente toda España, si bien, esa gran anomalía positiva que se ve al oeste de la Península y la otra pequeña en el litoral gallego dejan ya albergar alguna esperanza.
Y esa esperanza parece hacerse realidad en los mapas para la segunda semana:
27 de abril de 2023
¿Pero va a llover o no?
Dada la situación en que nos encontramos, paso sin más preámbulos a comentar directamente la situación meteorológica y su posible evolución (es un comentario rápido más bien de tipo técnico).
a) La dorsal cálida que ahora nos afecta se va a ir desplazando hacia el este de modo que a partir del sábado llegan a la Península vientos del Atlántico con mayor contenido de humedad. En el seno de esa circulación aparece una vaguada secundaria que dará lugar a algunos chubascos y tormentas en zonas de la mitad norte y puntos del centro. En general poca lluvia salgo en algunas zonas en la que las tormentas pudieran ser localmente más fuertes. El domingo también podría aparecer alguna tormenta sobre todo en montañas del sur peninsular
b) A partir del lunes se empieza a desarrollar sobre la Península una nueva dorsal cálida más alargada y estrecha que la actual (a veces se las denomina como "domos" cálidos). Son las estructuras atmosféricas más ligadas a situaciones de calor excepcional, sobre todo si se quedan estacionarias, y fueron bastante responsables del tórrido verano del año pasado. Su presencia va a dar lugar a un nuevo aumento de las temperaturas que probablemente durará hasta el miércoles o jueves.
c) Si finalmente la situación evoluciona de este modo, volverían a llegar vientos atlántico a la Península trayendo incluso algunos sistemas frontales que darían lluvias algo más significativas en bastantes regiones. En esa dirección apunta este meteograma probabilista para Madrid en el que aparece la posibilidad de algunas precipitaciones a partir del cinco o seis de mayo. No es en absoluto seguro, pero, como decía ayer, es una "ventana de oportunidad" para que nos llegue, aunque no sea mucha, ese agua que necesitamos.
13 de abril de 2023
Reflexiones bajo la sequía
Es difícil comentar algo que no se haya dicho ya en relación con la situación meteorológica que estamos viviendo en las últimas semanas. Estamos en una primavera muy seca con alguna irrupción circunstancial de aire relativamente frío que deja alguna lluvias débiles por zonas del norte peninsular. Pero lo que predomina es el aire subtropical muy cálido, a veces en forma de dorsales anticiclónicas que con frecuencia tienden a evolucionar a “domos cálidos”. Son estructuras que, como por desgracia ya conocemos, facilitan el alcance de nuevos récords de temperaturas máximas y que generan las condiciones propicias, -junto al estado de la vegetación, seca y con frecuencia sin desbrozar- para que un incendio se convierta con rapidez en un “megaincendio”. En cualquier caso no cabe ignorar que también se han batido algunos récords de temperaturas mínimas del mes de abril dada la extrema sequedad reinante y los cielos muy despejados tras la entrada de algo de aire frío sobre la Península.
Y es verdad que cuando tenemos un domo anticiclónico suele existir alguna dana o borrasca fría al este o al oeste, pero ni se están dando claras retrogresiones en las orientales, ni las occidentales se acercan lo suficiente, además que tampoco muestran una dinámica suficiente como para generar las necesarias lluvias. Lo único a lo que a veces dan lugar es a entradas de polvo africano.
No parece que se vislumbren cambios sustanciales en los próximos diez días si bien parece que nos libramos de otro “domo cálido” que amenazaba ya con afectarnos durante al menos la primera mitad de la próxima semana y que podría ser sustituido a partir del lunes por una débil pero refrescante circulación del nordeste. Mientras tanto la atmósfera intenta que nos llegue desde el Atlántico alguna vaguada o dana pero, de momento, queda en eso, solo en intentos.
Precipitación que podría acumularse durante los próximos diez días según el modelo determinista del Centro Europeo. Salvo en zonas montañosas del norte, las lluvias van a ser escasas o nulas.Pero a ver si alguna de ellas lo consigue. Todavía nos queda cierta esperanza de que a finales de este mes o principios del próximo pudieran llegar algunas lluvias pero en absoluto serían en la cantidad necesaria para significar un alivio sustancial de la sequía. Después el verano…Luego, ¿será posible que con el cambio del patrón “Niña” a “Niño” nos llegue un otoño e invierno lluviosos?...Ojalá.
En cualquier caso hay dos cuestiones que la clase política debería abordar con más profundidad y con una visión de más largo alcance. Una es más inmediata: el próximo verano. Como estamos viendo el aire subtropical entra -y se queda- en la Península cada vez con más frecuencia y los dichosos “domos” parecen tender a ser cada vez más persistentes (algo que merecería como tantas veces he dicho un cuidadoso estudio)…¿Se están tomando medidas de todo tipo -preventivas y adaptativas- por si nos enfrentamos a un verano como el pasado -señales van dando los modelos estacionales- y encima con menos agua?
Este mapa de predicción para el trimestre junio-julio-agosto elaborado por el Centro Europeo muestra una alta probabilidad de que las temperaturas a dos metros sobre el suelo en gran parte de Europa -y desde luego en España- se encuentren por encima de los valores "normales" del periodo 1993-2016.Y la sequía. No caben soluciones cortoplacistas. No creo que deba pensarse en resolver problemas mediante trasvases de unas cuencas a otras porque es muy posible que la mayor parte de ellas no van a tener excedentes significativos sino más bien todo lo contrario, vista la tendencia climática. Por otra parte no cabe confiar en que cada tres o cuatro años secos nos venga otro más lluvioso que nos haga “ir tirando” porque, además, ni con algún año así podría solucionarse el problema como ocurría en tiempos anteriores. Con veranos que cada vez “se meten” más en la primavera aumenta la evaporación y el consumo de agua. Por supuesto habrá que intentar aprovechar el agua que pueda caer del mejor modo posible pero hay que plantearse otro tipo de soluciones quizás bastante más duras, pero de todo punto necesarias.