La meteorología española
sorprende por lo diverso de sus manifestaciones geográficas. Nada
tiene que ver la meteorología cantábrica con la atlántica ni ninguna de éstas
con la mediterránea. Esta última posee unas características muy específicas,
sobre todo en cuanto a intensidad de vientos y de lluvias, que no poseen las
otras zonas y que están motivadas por su singular geografía: un mar
relativamente profundo rodeado de altas montañas y estrechos valles.
Es difícil y
apasionante lograr un buen conocimiento de esta meteorología. Su estudio, y la
predicción de los fenómenos adversos que con frecuencia la acompañan, ha
constituido siempre un reto para los meteorólogos españoles e incluso ha dado
lugar a una "escuela" de meteorología mediterránea centrada
básicamente en Baleares, si bien con interesantes aportaciones catalanas y
valencianas así como también por andaluzas, en este caso por lo que se
refiere fundamentalmente al mar de Alborán.
Uno de los máximos
representantes de esta "escuela balear" ha sido el meteorólogo Agustí
Jansà, recientemente jubilado y al que hoy se le rinde una comida-homenaje en
Palma de Mallorca. Fue el padre de Agustí, el también meteorólogo Josep María
Jansá, quien sentó los conceptos básicos de esta meteorología a través de sus
estudios y publicaciones sobre la masa de aire mediterráneo o el frente
mediterráneo y en general sobre toda la climatología balear. Discípulos suyos
de algún modo fueron Miquel Ballester y Jaume Miró-Granada, y de la enseñanza de
ellos surgieron otros grandes especialistas actuales. De entre ellos quiero
destacar a mis queridos compañeros Climent Ramis y al propio Agustí; ellos son
con los que más directamente he trabajado y he aprendido sobre esta pasión
mediterránea que comparto con ellos.
Agustí ha sido una
curiosa simbiosis de ciencia y operatividad. Creo que su motivación fundamental
ha sido siempre profundizar mediante la investigación en el conocimiento de la
meteorología mediterránea, y en concreto sobre sus ciclogénesis -formación de
borrascas- a las que siempre contempló como origen de los grandes temporales
mediterráneos de lluvia y de viento. Sin embargo, su faceta operativa como
integrante del INM/AEMET, le hizo tener siempre muy clara la búsqueda de la aplicación
práctica de las investigaciones que dirigía o en las que participaba, y sobre
todo de su utilización para la mejora de la predicción y vigilancia de los
fenómenos meteorológicos adversos.
Agustí Jansà (Cortesía RAM) |
Las iniciativas de
Agustí tuvieron casi siempre una vertiente internacional convencido de que el
Mediterráneo había que estudiarlo como un todo. Ello le llevó a ser el
representante oficial del INM en todos los proyectos de la Organización
Meteorológica Mundial (OMM) relacionados con el Mediterráneo e incluso a promover
proyectos conjuntos con otros países ribereños como Francia, Italia,
Argelia o Túnez. Quizás el "bautismo de fuego" lo tuvo en el proyecto
internacional ALPEX (Alpine Experiment) destinado a conocer mejor el efecto de
la cadena alpina en los flujos aéreos para poder mejorar así los modelos y las
técnicas de predicción. "Hijo" del ALPEX fue el proyecto PYREX
(Pyrénées Experiment) en el que el efecto que se pretendía estudiar era el de
los Pirineos. Fue llevado a cabo básicamente por Francia y España y nos ofreció
un conocimiento mas exacto de cierzo y tramontana así como de la distribución
de presiones y la formación de borrascas en relación con los distintos tipos de
flujos aéreos en la zona.
Muchas otras fueron las
iniciativas que Agustí impulsó o participó: el Centro de Estudios del
Mediterraneo occidental (CEMMO) , el Plan de Estudios del Mediterráneo
Occidental (PEMMOC), el Centro Regional Especializado para el estudio de las
ciclogénesis mediterráneas y mas recientemente el MEDEX (Mediterranean Experiment)
englobado en el proyecto mas global de la OMM denominado THORPEX. Un mayor
detalle de todas estas actividades puede encontrarse en la entrevista que la
Revista del Aficionado a la Meteorología (RAM) le hizo en el año 2008.
Tampoco puede olvidarse
la gran actividad de Agustí en temas de formación de predictores. Junto con
multitud de cursos y seminarios sobre meteorología mediterránea, impartió otros
sobre análisis mesoescalar. A partir de ellos,
muchos meteorólogos aprendimos un concepto nuevo de análisis de campos
meteorológicos desde una visión distinta o mejor complementaria a la de la
meteorología sinóptica y absolutamente necesaria para el estudio y la
comprensión de muchos fenómenos regionales y locales.
Siempre he tenido una
buena amistad con Agustí así como un gran respeto por sus investigaciones de
las cuales he aprendido mucho de lo que yo se sobre meteorología mediterránea.
Ello no ha excluido algún debate entre nosotros sobre la relación entre
las ciclogénesis mediterráneas y las lluvias intensas. Agustí siempre contempló
una conexión profunda entre ambas. Yo, mas centrado en los modelos conceptuales
satelitales de formación de sistemas convectivos, no tenía tan claro la
necesaria presencia de una borrasca: pensaba que sólo se necesitaba una convergencia
de masa cálida-masa fría en niveles bajos o bien una advección de aire cálido y
húmedo también en esos niveles, junto con unas condiciones no inhibidoras de la
convección en los niveles medios y altos. Al final, ampliando un poco mi
visión, me di cuenta de que esas condiciones que yo consideraba necesarias
hacían imprescindible la presencia de un flujo cálido y húmedo de componente
este que, a su vez, suponía siempre la presencia de una zona de bajas
presiones, más o menos marcada, a su izquierda.
Ahora Agustí está
jubilado pero seguro que no lo está en absoluto para la meteorología
mediterránea. Le he animado y lo sigo haciendo a que cuente sus experiencias y
conocimientos de forma sencilla y atractiva, como él sabe hacerlo, a esa
multitud de profesionales y aficionados que le leeríamos encantados y
seguiríamos aprendiendo de él. Venga Agustí, anímate, ¿seguimos?
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