24 de septiembre de 2020

Medicanes, huracanes...


La ocurrencia en días pasados de un “medican” en las cercanías de Grecia ha sido objeto de un amplio debate por diversas causas en las redes sociales. Por una parte se discutía si la denominación anglosajona  ”medicane” (med+hurricane), se puede castellanizar y utilizar “medican” directamente en un proceso parecido al que ocurrió con la denominación “dana”, o debe quedarse en inglés y pronunciarse en inglés. Otro punto de debate fue el relacionado con el “bautizo” de este medican que llegó a recibir tres o cuatro nombres distintos provenientes de diversas instituciones más o menos meteorológicas. Una cuestión que, como en el caso de las borrascas extratropicales, debería normalizarse por parte de la Organización Meteorológica Mundial o al menos en el contexto europeo por la red de Servicios Meteorológicos EUMETNET.


                                                 El reciente medican Ianos (Eumetsat)

En cualquier caso, el gran debate ha sido sobre la naturaleza física del fenómeno. Se ha discutido sobre si el medican es un fenómeno “huracán-like” es decir parecido al huracán o ciclón tropical pero sin llegar a serlo, o bien si realmente es una estructura tropical completamente “ortodoxa” que puede llegar a ser una verdadera tormenta tropical o incluso huracán -o ciclón tropical- de clase I o la que le pudiera corresponder. Es decir, aplicar aquello de “si parece un ciclón tropical y actúa como un ciclón tropical es un ciclón tropical”.

Una primera pega que puede objetarse es que la denominación “ciclón tropical” da por hecho que es un fenómeno que sucede solo en los trópicos; sin embargo la propia OMM acepta que son estructuras que pueden formarse en océanos cálidos sin ser necesariamente tropicales. Es verdad que el Mediterráneo no es un océano cálido, pero durante buena parte del año sí puede considerarse como un mar cálido, y cuando no lo es puede recibir la visita de danas que originarían con su núcleo frío inestabilidades convectivas que compensasen una menor temperatura del aire de las capas bajas en contacto con el mar. Cuestión distinta es sí esa inestabilidad es lo suficiente poderosa y duradera como para crear un núcleo cálido bien definido en niveles medios dando lugar a la formación de una estructura "tipo ciclón tropical o huracán” o bien un verdadero ciclón tropical. Otra cosa es que esa evolución pase por distintas fases o se quede parada en una de ellas dando lugar a distintas tipologías de las cuales podría ser que alguna o algunas no llegaran a la estructura final de tipo tropical…y habría entonces que definirla como ciclón subtropical o híbrido…O incluso es posible que hubiera alguna subclasificación más.

                                Medican Quendresa, noviembre de 2014 (MODIS/ NASA)

                                    Medicane Numa de noviembre de 2018 (MODIS/NOAA)

Otro punto muy debatido es que el inicio de un ciclón tropical y de un medican suelen ser bastante distintos. En algunos casos no es así ya que unos y otros pueden comenzar su desarrollo en el seno de una dana o de una borrasca fría (el que fuera una u otra daría también a un debate interesante), pero es verdad que el medican necesita ese entorno estacionario o semiestacionario para poder desarrollarse mientras una estructura tropical típica puede nacer también en el seno de una onda del este en débil movimiento sobre el océano.

No voy a seguir con estas disquisiciones porque no soy ningún experto en el tema y aunque me inclino por el planteamiento de “si parece…y actúa como….es…” no estoy capacitado para dar una respuesta taxativa a algo que es objeto de un largo y continuado debate entre especialistas. Lo que intento básicamente es llamar la atención sobre la necesidad de avanzar mucho más, tanto en el terreno científico como operativo, en este tema de los medicanes, y más aún en el contexto del cambio climático en el área mediterránea cuyas consecuencias permanecen aún poco claras. Para ello en absoluto se parte de cero porque ya hay un rico y largo trabajo previo desarrollado por diversas instituciones mediterráneas. Así, en el contexto español cabe destacar las continuadas investigaciones del Grupo de Meteorología de la Universitat de les Illes Balears y de la Delegación de AEMET en Baleares donde mi querido colega y amigo Agustí Jansà, junto con un excelente grupo de meteorólogos, fue pionero y sigue siendo  una referencia básica  en la investigación de la meteorología mediterránea y en su aplicación operativa.

En cualquier caso creo que conviene ya ampliar más el interés y la dedicación por estas cuestiones con mayor disponibilidad de recursos de todo tipo en una acción coordinada internacional que contemple tanto la investigación de estas estructuras como su aplicación práctica en el ámbito de la predicción y vigilancia europea de los fenómenos meteorológicos adversos. ¿No sería un gran proyecto para el programa Copérnicus ahora tan estrechamente unido al Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo?

16 de septiembre de 2020

Tiempos subtropicales

 

Está siendo noticia estos días el espectáculo que muestra el Atlántico norte con varios huracanes o tormentas tropicales desarrollando simultáneamente sus ciclos de vida en una de las temporadas más activas que se recuerdan:

Varias circulaciones ciclónicas de carácter tropical se desarrollan en estos días d mediados de septiembre en el Atlántico norte (imagen NOAA)


Por sí ello fuera poco, una borrasca situada desde hace varios días al noroeste peninsular, y que nos afectará ya directamente a partir de mañana, está presentando una cierta evolución hacia la subtropicalización incrementando la convección en su seno a medida que se traslada hacia aguas más cálidas y dirigiendo hacia la Península Ibérica un marcado flujo a niveles medios de aire cálido y húmedo. Pero aún hay más: un "medicane" se está desarrollando al sur de Italia y los modelos muestran su evolución hacia una circulación ciclónica muy intensa que puede dar importantes problemas de lluvia, y sobre todo de viento, en su trayectoria.

La imagen de Meteosat de esta mañana muestra la borrasca situada al oeste de Galicia con una cierta tendencia hacia la subtropicalización y un posible  medicane al sur de Italia. (EUMETSAT)

En relación con la borrasca que nos afectará a partir de mañana es interesante contemplar la gran inyección de energía el importante flujo de aire cálido y húmedo del SW que moviliza y que originará lluvias muy significativas. Flujo por el que también compiten la tormenta tropical "Vicki" y el huracán "Teddy". (EUMETSAT)

Si miramos la configuración a escala hemisférica vemos un chorro polar muy alto y por tanto con una atmósfera subtropical muy extendida hacia el norte albergando distintos flujos de aire cálido y húmedo alimentando las circulaciones que se desarrollan en su seno:


Configuración hoy 16 de septiembre del chorro polar o extratropical permitiendo una amplia expansión hacia el norte de la atmósfera subtropical (Netweather)

Imagen de contenido de agua precipitable que muestran los flujos que desde latitudes tropicales alimentan a las estructuras subtropicales que se desarrollan más al norte (SSEC)

No es en absoluto raro que en septiembre se de esta expansión de la atmósfera subtropical aunque quizás este año sea más amplia y la actividad en su seno esté siendo muy intensa. En el fondo, si hoy me refiero a ella, además de por su espectacularidad, es porque es un ejemplo muy claro del tipo de estructuras y circulaciones que podríamos tener cada vez más sí se confirma la tendencia creciente hacia la subtropicalización de nuestro entorno geográfico a la que me refiero con frecuencia. Aparecerían más circulaciones ciclónicas de carácter subtropical,  estructuras de origen polar a partir de vaguadas del chorro extratropical  con tendencia a subtropicalizarse o incluso chorros subtropicales más frecuentes conduciendo hacia nuestras latitudes más aire cálido y húmedo.

Más allá de lo anecdótico o espectacular que todo ello pudiera representar, creo que su importancia puede radicar en que estas estructuras podrían ser cada vez más las causantes de lluvias en nuestras zonas con un claro decremento de la influencia de las ligadas al chorro polar. A este respecto ha aparecido muy recientemente en Environmental Research Letters este artículo de investigadores portugueses y españoles en el que demuestran, partiendo de bases de datos muy largas y depuradas, que no existe una tendencia clara en las precipitaciones en el suroeste de Europa, al contrario de lo que algunos modelos climáticos muestran –no todos- en el sentido de una posible disminución de las mismas. Es verdad que el estrés hídrico existe en muchas zonas pero en el artículo, cuya lectura recomiendo, lo atribuye a otras causas y no a una disminución clara de las precipitaciones. A la vista de ello me pregunto si las precipitaciones de carácter subtropical van ya tomando poco a poco el relevo a las ligadas al chorro polar, que cada vez nos visitan menos y, por tanto, sí llueve la misma cantidad pero de forma distinta, lo que, en su caso, tiene también importantes implicaciones.

En resumen, y a fuerza de resultar ya muy cansino, insisto en que  se hace muy prioritario para España reforzar y profundizar las investigaciones sobre esta, más que posible, subtropicalización de nuestra atmósfera y de sus posibles consecuencias.

10 de septiembre de 2020

¿Provocará más danas el calentamiento ártico?


Acabamos de tener un primer temporal casi otoñal de lluvias mediterráneas y, como todos los años, es el momento en el que se hacen cábalas sobre cuántos episodios de danas podrían ocurrir en esta temporada y, sobre todo, si la tendencia es a aumentar o disminuir estas situaciones como consecuencia del cambio climático.

Un argumento bastante recurrente, y que yo mismo he utilizado en más de una ocasión, es el de que la amplificación ártica reduce el  gradiente norte-sur de temperaturas y ello conduce por razones dinámicas a un chorro polar, o extratropical, menos veloz. Y un fluido que disminuye su velocidad debería hacerse cada vez más ondulado y, por tanto, con más tendencia a la formación de profundas vaguadas, algunas de las cuáles darían lugar a danas. De ahí se deduciría que un aumento de danas podría significar en un mayor número de temporales mediterráneos.

(Autoría desconocida)

Pero las cosas no parecen ser tan fáciles. Una primera cuestión es sí, aún en el caso de producirse ese aumento de danas, éstas bajarían lo suficiente en latitud y sí llevarían la trayectoria adecuada para afectarnos de modo sustancial. En cualquier caso, más allá de este planteamiento elemental, algunos artículos publicados en los dos o tres últimos años ponen bastante en duda este mecanismo y piensan, como en éste de Blackport y Screen publicado en febrero de este año en ScienceAdvances, que una disminución de la velocidad del chorro no debería significar necesariamente unas mayores ondulaciones en el mismo, ya que hay otros factores que entran en juego además de la velocidad.

Ese razonamiento es una hipótesis que los autores emplean como una posible explicación a los resultados de su investigación con modelos en los que se muestra que  “la covariabilidad observada y simulada entre la ondulación y los gradientes de temperatura en escalas de tiempo interanual a decadal no representa una respuesta forzada a la amplificación del Ártico”. Por tanto, y según estos autores, no parece que el calentamiento del Ártico induzca necesariamente una mayor formación de danas.

No soy ningún experto en este tipo de estudios y por tanto tampoco soy quien para juzgar la calidad de este trabajo, pero lo que sí está claro que el argumento original en el que tanto hemos basado nuestras suposiciones sigue siendo ampliamente debatido en el ámbito científico. Como ya he expresado en otras ocasiones creo que será la futura evolución de las circulaciones subtropicales lo que más puede pesar en la evolución del clima en España…y hay todavía muy pocos estudios sobre ello, al menos que yo conozca.

31 de agosto de 2020

Más allá de los chorros.

Vivimos estos días una situación meteorológica con temperaturas bastante más bajas que las habituales y que estamos calificando de anómala por su aparición a finales de agosto. Se suma a otras muchas anomalías que se vienen detectando en los últimos años y que, en su mayor parte, siempre acabamos relacionando con el comportamiento del chorro polar y, en menor medida, del subtropical. Pensamos que las claves de esas anomalías están en la mayor o menor ondulación del chorro polar o en el cambio de posición respecto a la "climatología" del patrón de ondas de Rossby. Y en buena medida lo relacionamos con la posibilidad de que un mayor calentamiento de las zonas polares fuerza de algún modo ese tipo de cambios en las citadas estructuras. Y aunque ello pueda tener que ver, en el fondo siempre pensamos -sabemos- que hay otras razones más allá que todavía se nos escapan. 

Topografía de 500 hPa de la madrugada del 30 de agosto con un chorro polar -o un ramal del mismo- muy bajo de latitud y arrastrando hacia la Península aire polar muy frío para la época.

Más allá de la importancia de la naturaleza caótica de la atmósfera, que siempre está presente, vamos conociendo otros fenómenos de escala planetaria y de larga duración que tienen gran importancia en ese comportamiento de los chorros. Me refiero, entre otros varios  a la muy conocida -hasta cierto punto- El Niño-Oscilación del Sur (ENSO), o a las menos Oscilación Madden-Julian (MJO), la Oscilación Cuasibienal (QBO) o a las sutiles relaciones troposfera-estratosfera-troposfera en las medias y altas latitudes que conducen a veces a posibles calentamientos súbitos y roturas del vórtice polar. Y todo ello en interacción con la modulación que introducen los cambios estacionales en distribución de la humedad y de la cobertura nivosa.

Es cierto que de vez en cuando surgen noticias sobre estos fenómenos; por citar alguna de las más recientes recordemos cómo la fortaleza del vórtice polar del hemisferio norte en el pasado invierno condujo a un aumento sin precedentes del agujero de ozono, o el súbito y anómalo cambio de patrón en los vientos estratosféricos ligados a la QBO. Pero son noticias que surgen y desaparecen sin que la mayoría de los aficionados e incluso algunos profesionales que, como yo mismo, nos vamos quedando atrás, seamos capaces de colocarlos en el lugar adecuado del puzzle...de modo que otra vez nos quedamos sin poder pasar más allá de cómo se han comportado los chorros. 

Escribo todo esto porque en los últimos tiempos van apareciendo artículos y publicaciones en los que se resalta cada vez más las posibilidades que una adecuada comprensión y modelización de estas "oscilaciones" tienen para los distintos tipos de predicciones y muy en especial para las estacionales y subestacionales. En este contexto hace muy pocos días apareció este excelente artículo en ScienceNews en él que se resalta la importancia que una mejor modelización de la MJO puede tener para avanzar en las predicciones de carácter subestacional en algunas zonas del planeta. Un tipo de predicción a la que cada vez se le da más relevancia para la adecuada preparación  ante la posibilidad de situaciones meteorológicas adversas a algunas semanas vista. A este respecto es también muy interesante este otro artículo publicado recientemente en la página web del Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo. 

La Oscilación Madden-Julian (MJO) es una estructura de tormentas que generalmente se forma varias veces al año en latitudes tropicales y que  puede tener repercusiones climáticas en todo el mundo. La MJO viaja hacia el este a lo largo del ecuador creando unas poderosas corrientes verticales que pueden modificar la circulación en otras latitudes.

En cualquier caso, sé que para los propios científicos especialistas en estos temas, también les es difícil encajar el puzzle... pero son los que van más avanzados y quizás nos puedan explicar un poco más y darnos una visión de conjunto...aunque sea de "conjunto parcial". Me atrevería por tanto a sugerir un mayor esfuerzo de divulgación en estos temas por los propios expertos -en España los tenemos y muy buenos- de modo que en nuestros comentarios y debates podamos llegar un poco más allá del chorro, de los chorros, y de sus veleidades. 

29 de abril de 2020

¿Verano a principios de mayo?


Pocas personas ignoran ya que se acerca una situación atmosférica de temperaturas elevadas. Afectará a la Península y Baleares  durante el fin de semana y seguramente un par de días más, con valores máximos que  pueden acercarse a los 35 grados el lunes o martes en puntos del suroeste y el centro peninsular. Como existe ya un cierto debate sobre las características de la situación, su mayor o menor rareza, la posibilidad de batir récords o si se puede considerar como una ola de calor, quiero exponer mi opinión sobre todo ello.

a) La situación meteorológica 

Es bien conocida: una gran dorsal anticiclónica formada por aire muy cálido, seco y estable, se va a extender desde latitudes subtropicales sobre la Península y Baleares. La combinación de aire ya de por sí cálido, con cielos muy poco nubosos, y vientos débiles o en calma, darán lugar a esas temperaturas, favorecidas aún más por la ausencia de movimientos verticales, lo que dificulta la ventilación de las capas bajas. Son condiciones casi similares a las de los grandes calores veraniegos pero con una diferencia importante: en mayo la tierra no ha almacenado el calor estival, por lo que, en general, por la noche se enfría más. Por ello, aunque las mínimas también estarán por encima de sus valores normales, no serán en absoluto tan opresivas como si estuviéramos en julio o agosto.

Topografía de 500 hPa prevista para la próxima madrugada, 30 de abril a las 00 UTC. Puede verse en pleno Atlántico, sobre la zona de Azores, la dorsal que en los próximos días irá creciendo y moviéndose hacia el este.
Topografía de 500 hPa prevista para la madrugada del lunes 5 de mayo. La dorsal se extiende sobre toda la Península y Baleares con temperaturas entre los 20 a 22 grados a 850 hPa.

b) ¿Es una situación anormal? 

Si por anormal consideramos que ocurre algo raro en la atmósfera, no lo es en absoluto. Si lo que queremos decir es que los valores que se registren van a estar muy por encima de los climatológicamente normales de esta época, lo es. 

c) ¿Cuán seguros estamos?

De acuerdo con los mapas de predicción probabilista del Centro Europeo, la presencia de esta gran dorsal sobre la Península parece bastante segura:  

La topografía de 500 hPa del modelo determinista más la información añadida por el probabilista (sombreado) para la madrugada del próximo domingo da como muy segura la ubicación de la dorsal sobre la Península.
Cuestión distinta es cuándo y de qué manera puede finalizar la situación. Normalmente ello ocurre cuando la borrasca fría semiestacionaria ubicada al oeste de la dorsal -y que provoca flujo del sur en altura y muy cálido del sur/sureste en superficie- es arrastrada hacia el este por una onda del chorro polar, de modo que atraviesa la Península convertida a veces en una vaguada muy estrecha y provocando a su paso fuertes tormentas y una clara bajada de las temperaturas. Otra posibilidad es que, de esa interacción o con la de otra corriente menos importante, la borrasca se reoriente, se desplace algo hacia el oeste y permita que entre sobre la Península aire marítimo más fresco, aunque la suavización de las temperaturas no sea tan notable como en el caso anterior. Además, disminuiría la estabilidad y habría más ventilación vertical, lo que también ayudaría. A día de hoy esta última es la evolución que parece más probable, de modo que el periodo de altas temperaturas finalizaría hacia el martes o miércoles de la próxima semana.



Topografía de 500 hPa del modelo determinista más la información añadida por el probabilista (sombreado) para la madrugada del 5 de mayo. La incertidumbre es evidente pero parece probable una reorientación del eje de la borrasca y un cierto desplazamiento hacia el oeste o noroeste.
d) ¿Ha ocurrido más veces?

Si; el episodio más reciente de este tipo y seguramente el más intenso de todos, fue el que sucedió durante los días 13 y 14 de mayo de 2015 . El 13 se superaron los 40ºC en puntos del suroeste peninsular mientras que el 14 las temperaturas extremas alcanzaron sus valores máximos en la Comunidad Valenciana -con la ayuda del viento de poniente- llegando la localidad de Antella a los 45ºC. En cualquier caso, para quien quiera profundizar más en esta cuestión, copio a continuación un fragmento del capítulo dedicado a mayo de mi libro Meses y Tiempos:

 "....los episodios cálidos de mayo suelen darse, como es lógico, con la entrada sobre la Península de una dorsal anticiclónica en niveles medios y altos acompañada en los bajos por vientos débiles de componente sur. Uno de los más significativos fue el ocurrido a finales de la primera quincena del mes en 1999 durante el cual se alcanzaron los 41ºC en Padul (Granada), y 40ºC en Illora, también en la provincia de Granada y Villargordo en la de Jaén. En este caso, la temperatura a 850 hPa (unos 1500 metros de altura) -que es un estupendo indicador de lo cálida que es la masa norteafricana- era de unos 25ºC, más o menos la que suele darse en un caluroso día de julio.

Otro episodio muy importante fue el acaecido a mediados de mayo de 2006. Así, el día 17, se alcanzaron máximas de 40,1ºC el aeropuerto de Córdoba, 38,1 en Ciudad Real, 38 en Morón de la Frontera, 37,4 en Toledo y 38,4 en Jaén, todas efemérides absolutas.  Al día siguiente las máximas volvieron a dispararse, si bien centradas un poco más hacia el este y sureste; se alcanzaron de 40 ºC en Murcia, 39 en Alcantarilla y, ya en Baleares, 39,1 en Muro, 38,8 en Manacor y 38,4 en Sa Pobla. En esta situación la temperatura a 850 hPa era de casi 28ºC sobre el archipiélago, un valor muy elevado incluso para pleno verano. Este ha sido probablemente el episodio más importante de calor en la Península Ibérica en el mes de mayo.

En otra situación de este tipo, a principios de la tercera decena del mes en el 2009, pero con la dorsal mas centrada hacia Baleares, volvieron a registrarse en el archipiélago valores muy altos como 35,2 ºC en Sa Cabaneta, 34,2 en Palma-aeropuerto y 32 en Palma-Portopí.

Por su parte, Canarias también se ve afectada ocasionalmente en mayo por expansiones de las dorsales cálidas norteafricanas. Así ocurrió, por ejemplo, a principios de la última decena de mayo de 2003 con un registro de 37,6 ºC en Tenerife-Los Rodeos y también a finales de la primera decena de 2007 con máximas de 32,4 ºC en el aeropuerto de Mazo en La Palma y en San Bartolomé (Gran Canaria)"

e) ¿ se puedan batir récords? 

Si no hubiera existido el episodio de 2015 casi podría asegurarse que sí. Como en este caso no parece que las temperaturas a 850 hPa lleguen a alcanzar los valores de aquel, no puede haber certeza de que eso vaya a ocurrir. En cualquier caso va a depender mucho de efectos locales o regionales que puedan producirse como fue el caso citado de 2015 cuando el "ponent" disparó las temperaturas en la Comunidad Valenciana. Lo que sí podría ser un récord, si no me equivoco, es su fecha de ocurrencia ya que los episodios anteriores se han registrado como pronto a mediados de mes. Si ese adelanto corresponde a una tendencia generalizada de expansión hacia la primavera de las temperaturas veraniegas como ya apuntó un estudio publicado hace unos cuatro años -y que tuvo gran repercusión mediática- es algo que habrá que estudiar a posteriori.

f) ¿Es una ola de calor? 

La definición oficial de AEMET de ola de calor es ésta:

"Es un episodio de, al menos tres días consecutivos en que, como mínimo, el diez por ciento de las estaciones consideradas registran máximas por encima del percentil del 95 por ciento de su serie de temperaturas máximas diarias de los meses de julio y agosto del periodo 1971-2000"

Tras los datos que se registren y el estudio que realice la Agencia, veremos si se puede considerar así. De lo que sí podemos hablar ya en cualquier caso es de un periodo de temperaturas muy elevadas para la época.

g) ¿Tiene que ver con el cambio climático? 

Para responde a ello habría que investigar a mi juicio dos cosas: Si este tipo de situaciones sinópticas se están haciendo más frecuentes en primavera, y si la temperatura de la masa de aire a 1500 metros de altura -un  excelente indicador de la intensidad de estas situaciones- va siendo progresivamente más alta. Respecto a la primera cuestión hay ya, como hemos visto, estudios que apoyan esa expansión hacia la primavera de las temperaturas veraniegas. En cuanto a la segunda no hay resultados en principio que lo sustenten pero sí  parece claro en cualquier caso que esas temperaturas van llegando antes. Probablemente ello sea una muestra más de la progresiva expansión hacia el norte de la atmósfera tropical/subtropical. 



17 de abril de 2020

Primavera entre danas, vaguadas y borrascas frías

Tras el paso de distintas danas/borrascas frías durante los últimos días, la Península queda ahora afectada por la rama delantera de una gran vaguada atlántica, bien patente en la imagen del canal de vapor de agua con un eje aproximado sur de Irlanda-oeste de Madeira. En el seno de ella aparecen ciertas irregularidades que se corresponden con algunas pequeñas circulaciones secundarias unidas a pequeños embolsamientos de aire frío, sin que ninguno de ellos llegue a constituir ninguna dana. 

Imagen del canal WV de Meteosat de las 12 UTC de hoy 17 de abril


Así veía este mediodía el satélite polar TERRA la vaguada de gran extensión que hoy nos afecta. A la izquierda aparecen los cirros unidos a la rama descendente de la dorsal que empuja al tiempo que "estrecha" la vaguada.


Una vista ampliada de la zona interna de la vaguada con diversas circulaciones mesoescalares en su seno. Algunas pueden ser restos de antiguas danas o "minidanas" y otras, intentos de formación de circulaciones cerradas que no llegan a consolidarse. Un ejemplo muy interesante es la estructura que aparece casi en el centro de la imagen en la que aparecen bandas espirales girando alrededor de un centro con una zona convectiva.

Pues bien, esta vaguada se va a ir estrechando cada vez más por el empuje de la dorsal situada más al oeste y al mismo tiempo se irá trasladando hacia el este de modo que está previsto que atraviese la Península Ibérica entre la tarde del sábado y el domingo. Es una vaguada a la que hay que prestar cierta atención ya que las que tienen un carácter muy alargado o "afilado" suelen dar lugar a algunas tormentas de carácter severo debido a fuertes advecciones de vorticidad en su zona delantera con intensos movimientos ascendentes y también a veces por la presencia de una marcada cizalladura vertical. 

La actual circulación de vientos del sur/suroeste en niveles medios-altos que esta vaguada induce sobre la Península no es completamente rectilínea sino que, como casi siempre suele ocurrir, muestra pequeñas ondas embebidas en ella más perceptibles a veces (no siempre) en las imágenes de vapor de agua que en las topografías. Las zonas delanteras de estas pequeñas ondas favorece los movimientos verticales y por tanto una intensificación de los chubascos y tormentas. No se trata de frentes en sentido estricto ya que no hay separación de masas de aire en niveles bajos. Por eso en los mapas previstos de superficie se representan como líneas continuas que podrían identificarse con el eje de esas pequeñas vaguadas que suelen recibir la denominación de líneas de discontinuidad y también a veces líneas de inestabilidad. En cualquier caso los criterios de identificación, y sobre todo los de representación, o no, en los mapas, son a veces distintos en los Servicios Meteorológicos y puede no haber coincidencia en mapas previstos para un mismo momento. Ello puede verse por ejemplo en los mapas previstos para las 12 UTC de hoy realizados por el Met. Office británico y por AEMET. Ninguno de ellos es a mi juicio incorrecto y, como apunto, la diferencia proviene de esos distintos criterios.

Mapa de superficie de AEMET para hoy a las 12 UTC

Mapa de superficie del Meteorological Office británico para la misma fecha y hora.

Tras el paso de esta vaguada parece que se abre otra vez un ciclo de llegada de nuevas danas o borrascas frías, procedentes ahora más bien de singularidades del chorro polar  que de circulaciones subtropicales, como era más común en días anteriores.  Parece por tanto que va a continuar durante la próxima semana el tiempo primaveral de chaparrones con ratos de cielos despejados aunque quizás con temperaturas algo más frías. Sigue la primavera en forma.

29 de marzo de 2020

Pues sí, nieve de marzo a la vista

Me estaba costando hacer algún apunte sobre la situación meteorológica que se aproxima y que probablemente va a dar lugar a precipitaciones por la mayor parte de España y Baleares, que serán de nieve en amplias zonas de la mitad nordeste peninsular. Y me costaba, en primer lugar, porque estas situaciones para producirse requieren un enlace "fino" entre distintos elementos atmosféricos, enlace del que en general no se puede estar muy seguro hasta algún día antes, y más en primavera. Y en segundo lugar por el cierto cuidado con el que hay que contemplar ahora las evoluciones de los distintos modelos dado el impacto que puede tener en sus análisis de partida la abundante pérdida de datos que supone la cancelación de un gran número de vuelos comerciales dotados del sistema AMDAR. Una instalación que llevan muchos aviones mediante la cuál miden y transmiten de forma automática y de inmediato a los centros de predicción un importante número de datos de niveles medios y altos de la atmósfera. 

En cualquier caso, la evolución de situación parece que ya confirma el "escenario" de una obra meteorológica muy clásica y la actuación de los dos "actores/actrices" principales de ella. Una vaguada de la circulación del chorro polar se estrecha sobre Francia y da lugar probablemente a una dana que, a lo largo del lunes, se desplaza por la Península. Su zona delantera puede asimilarse a un frente frío que mañana avanzará de norte a sur dando algunas precipitaciones débiles, pero sobre todo dejando tras él vientos fríos del nordeste. 

El otro actor -o actriz- es una borrasca fría atlántica que se acerca también a la Península y que desde las últimas horas del lunes y madrugada del martes hará fluir hacia el interior peninsular un aire húmedo y algo más cálido que el del nordeste al que antes me refería. 

Los "actores principales" a mediodía de hoy domingo 29 de marzo: la banda nubosa que se extiende desde el interior de Francia hacia el Cantábrico es un frente frío, no muy desarrollado, que es reflejo de la zona delantera de la vaguada del chorro polar. En pleno Atlántico, al oeste de Portugal, la borrasca fría que se irá acercando a la Península


La situación en 300 hPa mañana 30 de marzo a mediodía. Una dana, o al menos una baja cerrada en altura, se ubica sobre el norte peninsular mientras que la borrasca fría se ha acercado ya mucho a la Península. En altura los dos flujos van confluyendo en una corriente única. A partir de ello los ascensos -y la nubosidad, y las precipitaciones- se producirían en la zona delantera "de salida" de esa circulación.

Así ve AEMET la situación en superficie también mañana día 30 a mediodía. El frente frío, poco activo, procedente del norte, se mueve lentamente hacia el sur pero ya dejando tras él una clara circulación del nordeste con entrada de aire frío. La zona frontal casi ocluida de la borrasca atlántica todavía no ha entrado en la Península pero probablemente sí va llegando ya aire más húmedo y relativamente cálido.

Lógicamente ambos flujos deben encontrarse sobre el interior peninsular, pero ese encuentro no debe verse en mi opinión como una lucha o "guerra" de masas de aire, como a veces se dice, sino simplemente como una convergencia entre ambas y un remonte de la más cálida sobre la más fría -la del nordeste- al ser la primera más ligera.  Se forma así una banda nubosa, bastante eficiente en precipitación, que en los mapas suele representarse como un frente ocluido semi estacionario. 

Mapa de superficie previsto por AEMET para el martes 31 a mediodía. Las dos masas se han encontrado y el aire cálido ha remontado sobre el frío formando un frente ocluido de lento desplazamiento. Las precipitaciones se concentrarán en la banda nubosa asociada. 

Naturalmente en ese ascenso el aire húmedo condensa y forma nubes y precipitación que, en esta época del año y en los niveles donde ello tiene lugar, siempre o casi siempre es de nieve. La cuestión es sí esa nieve va a llegar hasta el suelo o se va a fundir antes, y entonces lo hará como lluvia. Esa transición depende de varios factores tales como las propias transformaciones termodinámicas que experimenta la nieve al caer, su contenido de humedad, lo más o menos fría que puede estar la masa de aire frío que tiene que atravesar en su caída y, por supuesto, sí se encuentra o no con el suelo antes de fundir, lo que depende lógicamente de la altitud de éste. Los modelos de predicción tienen en cuenta todos o la mayor parte de esos condicionantes y son capaces de discriminar con bastante exactitud las zonas donde la nieve llegará al suelo. En este caso, y como apuntaba más arriba, parece que ello ocurrirá en gran parte de la mitad nordeste peninsular. 

Precipitación total prevista hasta mediodía del jueves. En principio parece más favorecida por ella la mitad sureste peninsular y Baleares así como zonas del centro.

Precipitación de nieve acumulada hasta el jueves 2 de abril. La acumulación más importante y significativa se acumulará previsiblemente durante el martes

En general no parece que las nevadas vayan a ir más allá del martes, al menos de forma amplia. Para el miércoles, la dana europea y la borrasca fría habrán interaccionado,  y la renovada borrasca fría se situará haciaPortugal. De este modo el flujo de aire frío se habrá cortado, con lo que la mayoría de las precipitaciones serán ya en forma de lluvia. 

El miércoles 1 de abril, la baja fría se ubicará probablemente hacia la zona de Lisboa y seguirá originando precipitaciones sobre zonas del centro y sobre todo mediterráneas pero ya, en general, de forma líquida al haberse cortado la enttrada fría en niveles bajos. 

¿Son raras las nevadas en marzo sobre todo en zonas relativamente bajas? No demasiado. De forma nada exhaustiva, tirando de datos que recogí en mi libro "Meses y tiempos", podemos recordar que el 20 de marzo de 2007 Burgos registró casi 45 mm en forma de nieve o que entre el 23 y 27 de marzo de 1992 más de 100 pueblos de León quedaron incomunicados por la nieve. Nada raro por tanto y más en una situación como ésta que no parece que vaya a perdurar mucho. 

A este respecto dice un antiguo refrán que "Nieve marcelina, en sus patas se la lleva la gallina". Quizás en algunas zonas las gallinas -donde estén al aire libre- probablemente tengan que trabajarlo un poco más, pero dada la rápida evolución de la situación no parece que puedan presentarse problemas graves salvo en zonas o situaciones donde los inconvenientes de la presente epidemia pudieran sumarse a la evolución atmosférica.