5 de octubre de 2023

"Por el Pilar, el tiempo empieza a cambiar"...¿o no?

En la anterior entrada del blog comentaba como este año “el veranillo de San Miguel”, se convertía en un verdadero verano con un montón de récords de temperatura superados mientras que “el cordonazo de San Francisco” iba a quedar en un débil “cordonacillo”. Apuntaba también que, al menos durante la primera decena del mes, a los altos valores de temperaturas se iba a unir la ausencia de precipitaciones salvo algunas débiles en el las regiones cantábricas.

El final de esa referida primera decena va casi a coincidir con la festividad de la Virgen del Pilar, una fecha en la que ya el otoño suele consolidarse definitivamente con un tiempo más húmedo y fresco. "Por el Pilar, el tiempo empieza a cambiar" dice el refrán. Por tanto es lógico que nos preguntemos si este año eso va a suceder y más en esta situación tan extraordinaria que vivimos desde el punto de vista meteorológico, una situación que, aunque aparentemente agradable, genera muchos mas problemas que beneficios.  

Pues bien, vamos a explorar que nos dicen sobre ello los modelos de predicción:

Si nos situamos en la predicción para el próximo domingo -una situación meteorólogica de consenso entre los distintos modelos-  vemos que mientras sobre la Península aparece bien establecida la amplia dorsal anticiclónica (una vez más esa dichosa dorsal de eje meridiano tan unida a las situaciones de calores anómalos) en pleno Atlántico se ubica una profunda borrasca fría semi estacionaria mientras que el chorro polar, tras formarla, vuelve a latitudes muy septentrionales.

Topografía del geopotencial de 500 hPa y de la temperatura de 850 hPa previstas para el domingo 8 de octubre (ECMWF): La amplia dorsal meridiana centrada de nuevo sobre la Península Iberica mientras que una amplia y profunda borrasca fría ocupa buena parte del Atlántico norte.

Los meteorólogos sabemos que una configuración de este tipo suele  tener una evolución muy lenta. En principio, la borrasca suele desplazarse en la dirección de los vientos más fuertes que la rodean, pero hay situaciones -como la que nos ocupa- en que esos vientos son casi simétricos y lo que hacen es ir reorientando su eje. Esa reorientación hace que la zona delantera -la de los ascensos y posibles lluvias- afecte a otras zonas, pero en esta ocasión la borrasca está tan lejos de la Península que esa reorientación no nos va afectar.

La alternativa que queda entonces es su interacción con una nueva vaguada del chorro polar que la reabsorba en mayor o menor medida y la traslade más hacia el este. Eso es lo que parece que podría ocurrir en la segunda mitad de la próxima semana. Si fuera así, en esa nueva ubicación, un flujo del SW en niveles medios y altos, podría incidir sobre el cuadrante NW peninsular llevando a esas zonas aire más húmedo con algunas lluvias. Y aunque esas lluvias  no se extendieran al resto de la vertiente atlántica, si aliviarían algo el anómalo calor reinante y generarían un ambiente algo más húmedo y llevadero. 

Topografía del geopotencial de 500 hPa y de la temperatura de 850 hPa previstas para las 00 UTC del viernes 13 de octubre (ECMWF). La mayor cercanía de la zona delantera de la vaguada (antigua borrasca fría) y la reorientación del eje de la dorsal permite la llegada de un flujo de aire atlántico sobre el NW peninsular

¿Qué sería lo ideal? Pues que esa vaguada -la antigua borrasca fría- ya conducida por el chorro polar bajara algo más de latitud y condujera el flujo húmedo atlántico -ojalá fuera un verdadero "río atmosférico"- hacia toda la vertiente atlántica originando así un primer temporal de lluvias otoñales (lo que debería ser según la climatología clásica) 

La imagen simulada del canal WV para ese mismo día 13 de octubre muestra un claro transporte de humedad a niveles medios desde zonas tropicales hacia Europa occidental modulado -o engranado- por la vaguada atlántica. 

¿Posibilidades de ello? Alguna hay ya que el modelo de predicción probabilista aún mantiene alguna duda sobre la ubicaciónn final de esa vaguada...pero es una esperanza todavía muy poco consolidada.

Este mapa de 500 hPa previsto por el modelo probabilista de ECMWF  deja alguna posibilidad de que la vaguada en cuestión descendiera algo más de latitud. 

Al menos esperemos que la dorsal meridiana no se vuelva a instalar sobre nosotros. Es triste y preocupante que a mediados de octubre estemos mas cerca de eso que de un ya "antiguo" temporal de poniente o de una dana ubicada donde debería corresponder. Y ya que el chorro polar es tan renuente a bajar de latitud... ¿sería tan amable alguna circulación subtropical de conducir hacia nosotros un buen río de humedad caribeño? Que tiempos estos que hay que buscar agua por todas partes, cuidando por otro lado que "el cielo no se desplome sobre nuestras cabezas".








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