23 de octubre de 2018

Tras las nuevas lluvias torrenciales... ¿alguna iniciativa?

En estos pocos días de relativa calma entre un acontecimiento atmosférico y otro, quiero aprovechar para comentar algunas ideas en relación con las situaciones que se vienen sucediendo en los últimos  meses. Somos muchos los que nos hemos quedado impresionados por la violencia de lluvias e inundaciones consecuentes que se han vivido en muchos lugares de España y que han tenido como remate ¿final? las provocadas por la última situación de dana. Una situación en la que, a mi modo de ver, las interacciones mesoescalares han tenido un papel fundamental y que han llevado, según ha indicado AEMET, a que se haya batido, entre algún otro, el récord de precipitación registrada en una hora. 



Tabla de acumulaciones de precipitación en diez minutos, 1 hora y 6 horas durante los días del 19 al 21 de octubre (fuente: AEMET)

Y somos muchos también los que nos preguntamos, no tanto si estará aumentando la torrencialidad de las precipitaciones, que también, sino su frecuencia. ¿Es una pura sensación subjetiva al ver tantas y tantas imágenes de verdaderos torrentes por poblaciones o amplias zonas arrasadas, dado que ahora la tecnología registra todo o casi todo? ¿O es que realmente esa frecuencia o esa intensidad está aumentando tal como indican las proyecciones de cambio climático? No es casualidad que este planteamiento -el de aumento de frecuencia- haya sido también bastante comentado con ocasión de la reciente llegada del ¿huracán? ¿ciclón postropical? Leslie a las costas de la Península Ibérica. ¿Estamos cada vez más en una atmósfera subtropical con sus fenómenos asociados? Tantos récords meteorológicos en los últimos años ¿responden a la variabilidad natural o es una tendencia que nos debe preocupar, o al menos ocupar? Y si es así, ¿de qué medios disponemos para ello o cuáles deberían disponerse?, ¿Cómo se debería trasladar todo ello al público en un relato coherente, sin alarmismos pero con claridad?

En este contexto llama la atención el comportamiento de muchos medios de comunicación en los que, tras la efervescencia -a veces demasiada efervescencia-, en relación a  "lo que viene" o a "lo que está pasando", no se lleva a cabo posteriormente una reflexión más profunda en forma de debates o de programas especiales sobre "lo que ha pasado": causas, gestión, consecuencias, posible evolución  de estos acontecimientos a medio y largo plazo... y posibles soluciones, o al menos alternativas. Puede que el argumento para no hacerlo sea decir que no hay demanda social para ese tipo de programas -yo sí creo que interesa y mucho- o que ya no hay noticias que ofrecer... o que la "política" es lo que más vende. Y aunque los medios privados tienen la libertad de decidir cuál es su apuesta informativa y divulgadora, creo que los medios públicos deberían prestar mucha mayor  dedicación a estas cuestiones que realmente están suscitando inquietud en gran parte de la población.

Y hablando de "política" es cuestionable también la actitud de la clase política, más allá de visitas, lamentaciones o, en su caso, petición de responsabilidades. ¿Cuándo un debate parlamentario con presentación de iniciativas sobre estos temas: su mejor conocimiento, sus implicaciones o la planificación de su gestión a medio y largo plazo?

Y por último  también es de preocupar los escasos recursos dedicados en la investigación  en España sobre la situación, evolución y consecuencias del cambio climático en nuestro propio entorno, si bien es verdad que ya van apareciendo algunas instituciones oficiales o departamentos universitarios, como en el caso de Castilla La Mancha por ejemplo, que, poco a poco, empiezan a avanzar sobre ello. ¿Por qué no potencian más los Ministerios de Ciencia, Innovación y Universidades o el de Transición Ecológica la investigación y divulgación de estas cuestiones?

Hace falta algo más que sorpresas, espectáculo, titulares y lamentaciones; hay que ir más allá. Investigadores, medios de comunicación, políticos, gobierno... ¿Quién lleva la iniciativa?

17 de octubre de 2018

Algo más sobre Leslie

El pasado sábado las redes sociales, y en especial Twitter, echaban humo con el seguimiento de la llegada a la Península del huracán Leslie tras su largo periplo atlántico y tras resolver también la tremenda incertidumbre sobre, si finalmente iba hacia Canarias, volvía sobre sus pasos a pleno Atlántico, o se adentraba en la Península. Pues bien, para los que todavía no estén cansados de la cuestión y tengan interés en dar algunas vueltas más a Leslie, comparto a continuación algunas ideas o reflexiones sobre cuestiones que se suscitaron en estos últimos días y que creo que son interesantes. 

a) Incertidumbre sobre la trayectoria

Pocos veces un huracán habrá tenido tanta incertidumbre sobre su trayectoria a 36-48 horas como Leslie. La cuestión estaba en si iba a ser o no finalmente atrapado o conducido por una gran vaguada atlántica. En el fondo, y como en su momento apuntó en Twitter Juanje González Alemán, el problema estaba más bien en la incertidumbre sobre la propia vaguada, ya que corriente arriba sufría una interacción con "ex Michael", situado más al nordeste. Los distintos modelos y sus sucesivas pasadas resolvían de forma distinta esta interacción pero, al menos, los probabilistas nos permitían evaluar mejor la situación aún sin resolverla del todo.

b) Leslie como huracán o ciclón postropical. 

Cuando Leslie finalmente optó por dirigirse hacia la Península, el Centro Nacional de Huracanes (NHC) lo consideraba aún un huracán. Fue hacia las ocho de la tarde del día 13 (hora de la Península) cuando lo declaró "ciclón postropical". 




El NHC lo define así: "Ciclón postropical: Un antiguo ciclón tropical. Este término genérico se refiere a un ciclón que ya no posee suficientes características tropicales como para ser considerado un ciclón tropical". Entiendo que esas características son básicamente ser un ciclón de núcleo cálido, no frontal, originado en aguas tropicales o subtropicales, con convección profunda y organizada y que mantiene una circulación cerrada del viento en superficie alrededor de un centro bien definido.

De la definición anterior se infiere que el paso entre huracán clase I y ciclón postropical se mueve en una línea muy fina ya que se funda en que no posea "suficientes" características tropicales. Es una dificultad que también me ha comentado alguna una vez un predictor del propio NHC. Pues bien, el Centro estimó que esa línea se había "cruzado" a la hora que antes indicaba y no seré yo quien pueda ni deba discutirlo, ni por medios ni por conocimientos. Sin embargo, no puedo evitar que el estudio de las imágenes de satélite me genere algunos interrogantes. Aunque en los distintos canales de Meteosat hay información interesante, voy a utilizar algunas imágenes del canal infrarrojo. 

Esta es la imagen de las 16 h TMG (18 h. en España), cuando según el NHC todavía era huracán clase I:





La que sigue corresponde a las 18 h. TMG (20 horas en España) cuando ya el NHC lo empezó a considerar postropical. Sin embargo, se ve todavía una circulación cerrada y zonas convectivas, al menos al norte de esa circulación (distinguiendo como creo que debe ser la pura estructura del ciclón de la del frente con el que interactuaba).





Dos horas después, a las 20 h TMG (22 horas en España), la imagen es muy parecida, pero la circulación cerrada se encuentra ya muy cercana a la costa portuguesa y la convección creo que permanece:



Una hora después, 21 h TMG (23 horas en España), esa circulación, al menos aparentemente cerrada, está ya justamente sobre la costa y la convección (la estrictamente unida al ciclón, porque en zonas cercanas se desarrolla más) contínua e incluso puede que crezca algo más.



A las 22 TMG, todavía puede seguirse algo de esa circulación cerrada en el interior pero ya podría haberse abierto:






Insisto en que con lo anterior no trato de discutir la calificación dada por el NHC porque puede que alguna condición necesaria no se cumpliese. Además no tengo todos los datos o puedo no interpretar correctamente las imágenes.  Además, es verdad por otra parte que el ciclón interaccionaba ya claramente con la zona frontal y eso puede distorsionar percepciones. Es posible incluso que se produjera algún fenómeno dinámico al abrirse -cuando fuera- la circulación. En cualquier caso, al presentar estas imágenes he querido resaltar lo tan cerca que estuvimos de que un verdadero huracán tomara tierra en la Península y apuntar también de paso el interés de un estudio profundo sobre esta evolución de Leslie.

c) Los efectos de Leslie y las predicciones

El domingo aparecieron en las redes sociales algunos comentarios sobre sí la predicción de los efectos de Leslie en viento y lluvias habían fallado, y que lo de Leslie no había sido en el fondo para tanto. Si damos crédito al dato de una racha de viento de 170 km/h en Figueira da Foz, justo por donde el centro de Leslie tocó tierra, ese dato supera bastante la predicción del NHC y podría indicar -no lo sé- la existencia de algún otro proceso dinámico relacionado quizás con la rotura de la circulación cerrada. En cualquier caso otros datos observados ya en España se mueven entre rachas de 70 a 112 km/h en consonancia con lo previsto por el NHC. Lo que sí parece claro es que las precipitaciones (valores registrados en España de hasta 50 mm) pudieron quedarse por debajo de lo pronosticado. En cualquier caso creo que las expectativas que se levantaron respondían fundamentalmente a la novedad de un huracán llegando a la Península Ibérica más que a poderse alcanzar registros extremos.


d) Leslie y las intensas lluvias mediterráneas. 

También se ha hablado mucho de estos días sobre si las intensas lluvias que afectaron el domingo a Cataluña, Aragón y zonas del sureste francés han estado relacionadas con Leslie. Creo que no ha sido así, al menos de forma directa, entre otras cosas porque ni Leslie ni un posible ex Leslie existían ya como tales. Lo que sí puede ser es que su interacción con la circulación principal del chorro distorsionara a éste de algún modo (alterado también anteriormente por la presencia de los restos de Michael que venían empujando), de forma que se generó una estrecha vaguada en niveles medios/altos:



Esa estructura -casi una pequeña dana- indujo en superficie un marcado flujo del sureste cargado de humedad del Mediterráneo que, unido a los ascensos de la zona delantera de la vaguada, produjo las intensas lluvias. Cabe la posibilidad de que el aire subtropical húmedo que acompañaba a Leslie y que había ya ingresado en la banda frontal, aportara energía y humedad complementaria. Es posible, pero por la experiencia que ya tenemos de las situaciones mediterráneas, el aire húmedo mediterráneo se hubiera bastado por sí solo para generar estas precipitaciones. 

e) Leslie y cambio climático

La "cuasi" llegada de un huracán a la Península Ibérica no es una prueba por sí misma de que el cambio climático esté alterando la formación y dinámica de algunos huracanes. Sí puede ir más en esa línea, la tendencia que parece observarse en estos últimos años con la llegada de algunas tormentas tropicales y el paso cercano de alguno de ellos como Ophelia. Todo esto -y su evolución en el contexto del cambio climático- tenemos que estudiarlo muy a fondo en España y formar especialistas en meteorología tropical y subtropical, tanto desde el punto de vista científico como operativo. Es verdad que, menos mal, algún grupo universitario ya está trabajando en ello. Debe apoyársele todo lo posible y abrirse más líneas en este sentido. Nos importa mucho. 

16 de octubre de 2018

Algunos comentarios meteorológicos sobre la "torrentada" de Sant Llorenç

Los acontecimientos atmosféricos se suceden estos días vertiginosamente, pero antes de que  nos llegue a mediados de esta semana el próximo episodio de dana y posible situación de lluvias intensas mediterráneas, me gustaría compartir algunas ideas y reflexiones sobre la trágica torrentada acaecida el pasado día 9 en Sant Llorenç de Cardassar en Mallorca. Como se sabe, las intensísimas lluvias que aparecieron la tarde de ese día en distintos puntos de la isla provocaron, en el caso de Sant Llorenç, una inundación relámpago por el desbordamiento de un torrente con el resultado de varias víctimas mortales así como grandes daños en la población. 

El marco sinóptico general estuvo marcado, como en tantas otras ocasiones, por la presencia de una dana. Sin embargo, tanto su trayectoria de llegada como su ubicación en el momento de las fuertes lluvias sobre Mallorca, no eran a mi juicio de las más típicas. En vez de llegar desde el Atlántico, lo hizo en una lenta trayectoria retrógrada desde el interior de Europa, hasta instalar su centro en el interior de la Península Ibérica tal como se ve en el análisis de 500 hPa del Centro Europeo de las 00 UTC del 10 de octubre. Por su parte, las estructuras convectivas que afectaron a la isla se iban formando, en su zona delantera, en las áreas marítimas de Alborán y Palos, y se dirigían hacia el archipiélago en una trayectoria SW-NE. 

Figura 1

La imagen del canal WV de Meteosat de las 14 horas locales muestra la activa generación de estructuras convectivas sobre el mar de Alborán y área marítima de Palos, más o menos en la zona derecha de entrada de la circulación de la dana. Es más corriente que se formen en la zona izquierda de salida, pero dada la colocación de la dana sobre el centro peninsular, parece que era la zona con mayores posibilidades para su nacimiento y desarrollo.

Figura 2

A las 17 horas locales de ese día las principales estructuras convectivas están ya sobre el mar balear o muy cercanas a él. Parece haber dos de ellas bien diferenciadas, una con su núcleo más importante al sur de Ibiza y otra hacia la isla de Mallorca.

Figura 3

La imagen del canal visible de las 17 horas locales, permite ver mejor esas zonas convectivas. En principio daría la impresión de que se trata de un gran sistema o complejo convectivo expandiéndose desde el sur de Ibiza pero la distribución de los distintos brotes convectivos en su seno de forma diseminada, tal como el que aparece frente a la costa sur de la isla de Mallorca, me hace albergar algunas dudas. Es interesante observar también la línea nubosa rectilínea al este de las islas y de la cual parten fibras de densos cirros. 

Fig. 4

La imagen también del canal visible de una hora después, a las 18 horas locales, muestra como grandes "borbotones" convectivos se han desarrollado en distintas zonas de la gran estructura nubosa, e incluso parece como si algunas de ellas estuvieran organizadas a lo largo de una especie de banda que se extendiera desde el nordeste de Mallorca hacia la desembocadura del Ebro. Así, se ve cómo sobre el mar, y emergiendo de la capa nubosa más uniforme, se desarrollan torres convectivas aisladas sin que, evidentemente, haya sido necesaria para su formación ninguna contribución orográfica; algo que ya se ha podido ver en otras ocasiones en estructuras mediterráneas de este tipo y que han podido dar como resultado fuertes desplomes de lluvia con inundaciones relámpago de carácter local.  ¿Corresponde esa especie de banda a alguna discontinuidad sinóptica o mesoescalar en el flujo que rodea a la dana?, ¿Hay algún proceso de convergencia a niveles bajos?

Curiosamente, en esta misma misma imagen, aguzando mucho la vista, puede verse una de esas torres justo sobre la esquina nordeste de la isla de Mallorca, allí donde más  o menos comienza esa banda.
Fig. 5
Aunque es muy difícil ampliar más esa zona sin perder ya casi toda la resolución, he llegado a obtener esta imagen que sigue. Me pregunto si esa tan pequeña torre, que destaca en el extremo nordeste, más por su sombra que por ella misma, pudo ser el cumulonímbo que, en su desplome, causara de forma muy local la intensísima lluvia que dio lugar a la torrentada. No lo sé, pero podría profundizarse más en ello con las imágenes radar y datos de la zona. 

                                     
                                                                           Fig. 6

La imagen siguiente (Fig. 7) de las 19 horas locales, ya casi sin iluminación solar, nos da todavía una pista muy interesante. Se aprecia aún una banda nubosa que cruza la isla, más o menos desde Manacor a Pollensa, cuyos topes deben ser todavía bastante altos como para ser iluminados por el sol poniente.

                           
                                                                        Fig. 7
Pero, si de nuevo ampliamos la imagen, vemos un poco a la derecha de la banda nubosa a la que me estoy refiriendo, un par de pixels blancos que, en mi opinión responde a la misma u otra torre convectiva muy cercana sobre la zona de Sant Llorenç. No quiere en principio decir que esa nube estuviera aislada ya que podría haber otras pero al ser más bajas, no estaban ya iluminadas por los últimos rayos de sol.


                     
                                                                    Fig. 8

Y ampliando un poco más, se ve aún mejor:  

                    
                                                                                     Fig. 9

¿Fue esta torre la causante de la inundación? ¿Lo fue la anterior? ¿Se fue regenerando?

Aunque sólo he tratado de comentar algunas imágenes de satélite, creo que es posible concluir con dos o tres ideas. La primera es que creo que la situación merece un estudio cuidadoso, bien sea por AEMET o por algún departamento universitario. ¿A qué respondía, si realmente existió, esa banda convectiva más desarrollada entre Mallorca y la desembocadura del Ebro? ¿Tenía algo que ver con el cumulonimbo de la zona de Sant Llorenç? ¿Por qué razón surgió en esa ubicación? ¿Hubo una regeneración del mismo o fueron dos o más torres convectivas? En este aspecto quizás la disposición de imágenes de Meteosat de mayor resolución espacial y temporal, junto con las de radar, puedan ayudar bastante. Y ya, con carácter más general, ¿cuál puede ser el mecanismo de formación de esos grandes pero aislados cumulonimbos que surgen de la masa nubosa principal, muchas veces sin ningún forzamiento orográfico?

La segunda reflexión es, a la vista de las imágenes, constatar la gran dificultad de predecir una situación  de este tipo. Los modelos operativos de predicción no pueden, al menos hoy por hoy, indicar la formación de un torreón convectivo de ese tipo aunque sí en general -no sé si en este caso fue así- las áreas más amplias dónde es probable que se produzcan. Ahí el valor añadido de los predictores expertos en vigilancia es fundamental, aunque la rapidez con que se producen estos fenómenos constituye una gran dificultad.  

La última es, que como he dicho en otras ocasiones, y ya con carácter general, mantengo mi opinión sobre la conveniencia, prácticamente la necesidad, de revisar los medios y los protocolos de generación de avisos, o plantear otros nuevos, y ello tanto por lo que respecta a vigilancia, umbrales, probabilidades o impacto, como a su rápida difusión hasta poder llegar eficazmente al mayor número posible de personas potencialmente afectadas.

9 de octubre de 2018

"Leslie", probabilidades y comunicación

Hace hoy 13 años, el 9 de octubre de 2005, una tormenta tropical denominada "Vince" que se había desarrollado frente a las costas de Marruecos, se convirtió en huracán de categoría 1 y, ya degradado, entró en la Península por la costa del golfo de Cádiz como tormenta o depresión tropical. Mientras recorría Andalucía perdía energía con toda rapidez pero, aún así, llegó a alcanzar el Mediterráneo como una débil zona de bajas presiones. 

El ciclón tropical "Vince", el 9 de octubre de 2005 (imagen WorldviewNASA)

Aunque la actual tormenta tropical "Leslie", a punto de pasar nuevamente a huracán, ha desarrollado un largo y muy distinto ciclo de vida, existe la posibilidad de que, en cuatro o cinco días, pudiera también a afectar a la Península Ibérica. Y si seguimos con las efemérides, y tal como nos recordaba hoy en Twitter Jonathan Gómez Cantero (@JG_Cantero), es realmente curioso que, hace justamente un año, el huracán "Ophelia", cuyo paso relativamente cercano a la Península coincidió con una terrible oleada de incendios en Portugal y Galicia el fin de semana del 13 al 15 de octubre, se encontraba prácticamente en el mismo lugar del océano Atlántico donde hoy se encuentra "Leslie". 

"Ophelia", todavía como tormenta tropical, el 9 de octubre de 2017 
"Leslie", el 9 de octubre de 2018

A partir de todas estas ¿aparentes? coincidencias se podría comentar mucho sobre la relación de los ciclones tropicales con la Península Ibérica, así como sí se ha observado alguna tendencia en sus recorridos durante los últimos 30 o 40 años, o qué podría pasar en relación con ellos y su trayectoria en el contexto del cambio climático. Sin embargo, mi pretensión en esta entrada de hoy es compartir una pequeña reflexión sobre la comunicación de este tipo de situaciones.

Con la libre disponibilidad en Internet -por diversas vías- de los productos de predicción del Centro Europeo hasta diez días, algo con lo que estoy completamente de acuerdo, no se puede evitar que en las redes sociales aparezcan de inmediato referencias a este tipo de fenómenos y a su evolución, y más si existe alguna posibilidad de que puedan afectar a España. Algunas contribuciones son realmente valiosas mientras que otras inducen a la desinformación y al alarmismo. A partir de este punto entiendo que es también inevitable que los medios de comunicación tengan que hacerse eco de ellos bastantes días antes de que la situación pudiera hacerse realidad (recordemos que, sobre la posible llegada de "Leslie" a la Península, algo que, en caso de suceder, no sería antes del próximo domingo, ya se empezó a hablar como mínimo desde ayer lunes). Indudablemente la incertidumbre es tremenda porque en estos casos, casi todo depende de cómo sea la interacción del ciclón tropical con las vaguadas atlánticas que pueden arrastrarlo o "absorberlo". Y esa interacción depende, por una parte, del movimiento bastante errático del ciclón y, por otra, de la configuración final de la vaguada, algo que está muy unido a posibles modificaciones de las ondas de Rossby en zonas incluso del Pacífico, tal como acertadamente comentaba recientemente González Alemán en Twitter (@glezjuanje): 

La incertidumbre en la predicción de #Leslie parece estar principalmente debida a dos ciclones tropicales en el Pacífico, que van/están a alterar el flujo del oeste de latitudes medias (ondas de Rossby), y que se propaga hasta el Atlántico. Esto los modelos no lo suelen ver bien.


A dónde quiero llegar a parar es que, si se decide informar al público con tanta antelación sobre un ciclón que, según las distintas "pasadas" de los modelos deterministas, un día va a parar a Irlanda, otro al interior de la Península Ibérica, otro al golfo de Cádiz, o a "morir" apaciblemente frente a las costas marroquíes, o incluso volver de nuevo tras sus pasos y dirigirse de nuevo a "océano abierto", debe hacerse con un enfoque claramente probabilista utilizando productos de este tipo que ahora se presentan de forma bastante comprensible y  que, de paso, permiten explicar, aunque sea muy brevemente, la complejidad y el interés de este tipo de situaciones y seguir introduciendo al público en la predicción probabilista. 

Visión probabilista de la trayectoria de "Leslie" hasta la madrugada del lunes. Creo que es un producto claro e intuitivo con una mínima explicación preliminar  (WXCharts/MetDesk) 

Y de paso, si aún queda algo de tiempo, comentar algunas situaciones parecidas como a las que me he referido más arriba, para informar, -e incluso formar algo más- al público sobre estas interesantes situaciones que, quizás, deberemos tener en cuenta cada día un poco más.

De una forma u otra para comienzos de la próxima semana "Leslie" se habrá ido o desaparecido, y parece que entraremos en las situaciones típicas de octubre con formación de danas y temporales mediterráneos.... si se colocan en el lugar adecuado. En los últimos años les ha costado hacerlo. A ver ahora.