12 de enero de 2023

Esperando un temporal de invierno

Tras los bienvenidas pero aún insuficientes lluvias ligadas a los “ríos atmosféricos” de diciembre y las elevadas temperaturas de los días navideños -preocupante su impacto sobre varias especies de flora y fauna- estamos a la espera de un temporal de invierno que pudiera suministrar más lluvias y abundante nieve en las zonas montañosas, al tiempo que llevase a las temperaturas a valores más acordes para la época … aunque me temo que ese retroceso frío, tras las altas temperaturas pasadas, también tendría probablemente un impacto significativo en algunas especies.

¿Llega ese temporal? Ya desde hace varios días el modelo del Centro Europeo ha venido apuntando a una reestructuración del flujo atmosférico de niveles medios y altos sobre la Península, producto a su vez de otra reestructuración del mismo muy corriente arriba, hacia Norteamérica. Una evolución de cierta complejidad que hace que las predicciones probabilistas muestren todavía algunas dudas sobre el resultado final. En cualquier caso, vistos modelos deterministas y probabilistas, parece claro que nos encontramos a las puertas de un marcado temporal de invierno caracterizado sobre todo por vientos muy fríos y  precipitaciones de nieve en todas las áreas montañosas, que serían muy abundantes en la cordillera Cantábrica y los Pirineos.

El cambio comenzaría el próximo domingo con el paso de una vaguada sobre la Península y que sería más marcada -y activa- que otras anteriores debido al crecimiento de una dorsal sobre el Atlántico occidental.

Topografía H500/T850 prevista por ECMWF para las 12 UTC del próximo domingo 15 de enero. Es interesante fijarse en el "dipolo" formado por la profunda vaguada fría junto a la costa este de Norteamérica y la dorsal situada inmediatamente al este. La expansión hacia el norte de esa dorsal provoca a su vez una mayor profundización de la vaguada que atraviesa la Península Ibérica. 

Entre el lunes y el martes, comienza a producirse una reorientación del eje de la dorsal y una cierta progresión hacia el norte. Ello va a contribuir a un aumento del gradiente que da lugar a un reforzamiento del chorro polar al noroeste de la Península.

Topografía H500/T850 prevista por ECMWF para la madrugada del martes, 17 de enero. Obsérvese el proceso de reorientación del eje de la dorsal ligado posiblemente a una inyección de aire cálido hacia el norte por la vaguada/borrasca fría. 

La continuación del proceso durante el martes y el miércoles dará lugar probablemente a que el núcleo central de vientos del chorro polar fluya sobre la Península y Baleares dando lugar a también a fuertes vientos del noroeste en capas bajas arrastrando aire muy frío  originando por tanto una sensación muy desapacible y de pleno invierno en las vertientes atlántica y cantábrica mientras que en el área mediterránea esa sensación será menos marcada ya que, aunque el viento también se hará notar bastante, las temperaturas serán más suaves

Topografía H500/T850 prevista para las 06 UTC del miércoles 18 de enero. Ahora la orientación de la dorsal es norte-sur y está más cerca de la Península Ibérica. El chorro polar fluye sobre España y, según este modelo, su núcleo discurre sobre el suroeste peninsular. El aire polar se extiende por todas las zonas. 

Esta situación de vientos del noroeste no provoca por sí misma movimientos ascendentes marcados por lo que no daría lugar a precipitaciones. Pero esos movimientos sí se producen cuando estos vientos inciden sobre las laderas de barlovento de las cadenas montañosas formando espesas nubes con gran poder precipitante. De este modo, se van a producir nevadas importantes en las montañas cantábricas y Pirineos. En los Sistemas Central e Ibérico y sierras béticas y penibéticas serán menos cuantiosas dado que ese aire, en principio marítimo, ha ido perdiendo gran parte de su humedad tanto por las precipitaciones ya producidas como por haber sufrido efecto foehn a sotavento de las montañas. Por su parte, en las zonas llanas del interior, las precipitaciones en forma de nieve o aguanieve serán muy escasas y provendrán del arrastre por el viento de masas nubosas creadas sobre las cordilleras o, de modo puntual, por alguna turbulencia interna del flujo del noroeste. 

Así ve el modelo determinista del Centro Europeo la acumulación de nieve durante la primera mitad de la próxima semana. 

Parece que, a partir del jueves, el modelo determinista apuesta por un debilitamiento -que no desaparición- de la situación con un mayor acercamiento de la dorsal y en días siguientes hacia un posible "descuelgue" hacia el sur de una masa fría de procedencia ártica...pero el sistema probabilista no lo tiene tan claro todavía, así que no conviene avanzar mucho más.

Por otra parte -quizás no tanto por otra parte- existen algunos indicios de que hacia los últimos días del mes  podría originarse una reversión de los vientos en la alta estratosfera con la posibilidad de un calentamiento súbito. Como se sabe un fenómeno de este tipo no implica necesariamente otra reversión importante del flujo en la troposfera pero sí es un escenario adecuado para que ello pudiera producirse. En ese caso es posible que se presentaran fenómenos de retrogresión y la llegada de aire continental muy frío desde el este o nordeste. De una forma u otra, bienvenido sea el tiempo de invierno. "Es buen tiempo cuando en cada tiempo hace su tiempo".
 

9 de enero de 2023

Contra "amarillismos" meteorológicos, investigación y buena comunicación

En este periodo festivo que acaba de concluir y que ha transcurrido con tiempo generalmente tranquilo, lluvioso en algunas zonas y con temperaturas con valores en general varios grados por encima de lo normal para la época, ha llamado la atención -y a veces ha preocupado- la frecuente aparición en algunos medios de comunicación de titulares muy exagerados sobre la evolución meteorológica, cuando no completamente erróneos y fuera de contexto. Ello ha llevado a la protesta de algunos profesionales y aficionados que se plantean qué puede hacerse contra estas conductas. 


Es verdad que los titulares “espectaculares” sobre cuestiones meteorológicas y climatológicas siempre han existido pero la aparición de las redes sociales y muy en especial Twitter los han potenciado en gran manera. Con frecuencia intercambios de opiniones entre gente experta son leídos -e interpretados- por personas con escasa formación meteorológica que elevan a la categoría de seguro lo que es una simple probabilidad o una conjetura. Y también hay que reconocer el uso parcial e interesado de algunas de esas informaciones con el fin de generar expectación.

Mi experiencia de muchos años haciendo comunicación meteorológica me ha llevado a la conclusión de que es muy poco efectivo establecer una “batalla” directa contra esas informaciones; lleva bastante tiempo hacerlo y los resultados son escasos, nulos o incluso a veces contraproducentes. Creo sin embargo en la utilidad de que cada colectivo especializado en este tipo de comunicación ejerza de forma coordinada su actividad del mejor y más claro modo posible y que, salvo raros casos de urgente necesidad, no se entre al juego de los desmentidos algo que a veces genera más ruido. En este sentido creo que la creación de la Asociación de Comunicadores de Meteorología (ACOMET) fue un paso importante en ese sentido en el que hay que seguir profundizando. Es también innegable la excelente labor realizada día a día por los actuales portavoces de AEMET así como la de algunos, pocos, periodistas especializados y la de algunas webs meteorológicas. Todo ello hace que el público conozca cada vez mejor cuáles son las fuentes fiables de información y "pase" de titulares espectaculares.

En cualquier caso una comunicación eficaz y confiable exige tener fundamentos científicos bien elaborados, actualizados  y muy cercanos al entorno de interés. Por eso es fundamental que AEMET pueda reforzar su labor investigadora y sería ideal que lo hiciera en colaboración con distintos departamentos universitarios especializados, todo ello en el marco de una serie de intereses comunes. Para conseguirlo parece lógico la disponibilidad de una serie de recursos tanto económicos -si procede- como de personal así como el establecimiento de una directriz clara y unos objetivos concretos. Ojalá la amplia convocatoria de puestos de trabajo para AEMET que acaba de hacerse pública pueda posibilitar una mayor disponibilidad de personal si bien la prioridad máxima es resolver la imperiosa necesidad de cubrir muchas vacantes necesarias para asegurar adecuadamente sus irrenunciables tareas operativas de servicio público.