17 de diciembre de 2021

Pues si, al fin un temporal atlántico

Con frecuencia me he referido en este blog a la creciente escasez de situaciones de Poniente con su sucesión de borrascas y frentes y a la gran preponderancia de situaciones de NW o NE, algo que provoca una sequía persistente en amplias zonas de la vertiente atlántica peninsular y parte del Sureste. 

Precipitación acumulada desde el 1 de septiembre al 10 de diciembre de 2021. Salvo en zonas del tercio norte, de la Ibérica, Baleares y puntos de la vertiente mediterránea, el otoño ha sido escaso en lluvias. Destacan claramente los déficits del tercio sur peninsular y de Canarias.

Sin embargo, comentaba ya en una entrada anterior, refiriéndome a la predicción trisemanal de AEMET, que los mapas de anomalías sugerían el establecimiento de una situación de este tipo tras pasar la Navidad. Pues bien, el modelo determinista ha ido reafirmándose día a día en esta posible evolución llevando a una debilitada dorsal atlántica hacia posiciones más septentrionales y dejando que un fuerte ramal del chorro pueda conducir algunas borrascas atlánticas hacia la Península. 

Topografía del modelo determinista del Centro Europeo previsto para la madrugada del día de Nochebuena. Si bien ya, entre el martes y el miércoles una vaguada/dana habrá provocado lluvias abundantes (en la imagen ya situada en el sur de Grecia), un fuerte chorro, conducirá borrascas atlánticas hacia la Península en la segunda mitad de la semana. 

En este mapa de presión en superficie y precipitación previsto para el mismo día y hora que el anterior puede verse la incidencia de los vientos ábregos (o llovedores) sobre la Península al tiempo que las bandas azules y moradas de precipitación señalan las ondas frontales embebidas en ese flujo.

De este modo hoy ya se puede apostar con bastante probabilidad en el establecimiento de esa situación a partir del martes 21, si bien parece que las precipitaciones más intensas corresponderían a los días de Nochebuena y Navidad aunque es posible que pudieran prolongarse algunos días más.  Podrían serán copiosas y abundantes en las zonas de barlovento de las montañas y ocasionalmente también en algunas zonas llanas.


Cantidad de precipitación que podría acumularse durante la semana de Navidad: una distribución típica de los temporales atlánticos. Destacan sin embargo los escasos valores que pueden en el área mediterránea.


 El viento, de carácter moderado y a veces algo fuerte, soplará de componente oeste con algunos giros al SW y NW de acuerdo con el paso de ondas frontales. Y como suele ocurrir en situaciones de este tipo, las temperaturas serán suaves si bien la fuerza del viento y la humedad pueden dar a veces una cierta sensación de desapacibilidad. 

Supongo que a estas alturas algunos lectores -tan acostumbrados ya a la gran escasez de estas situaciones- se preguntarán si esta predicción puede resultar errónea o al menos parcialmente equivocada. A este respecto los mapas probabilistas muestran bastante confianza en el establecimiento de esa situación del oeste si bien todavía presentan algunas incertidumbres sobre la mayor o menor actividad de algunos de los frentes asociados. 

En este mapa de 500 hPa para la madrugada del día de Nochebuena procedente del modelo determinista se sombrea con morados más o menos intensos las incertidumbres proporcionadas por la predicción probabilista. El establecimiento de la situación de oestes parece bastante probable; más incertidumbre aparece en lo pronunciada que pueda ser la vaguada atlántica y por tanto la actividad de los frentes asociados.

¿Cuánto se prolongaría esta situación? Pues si miramos los mapas trisemanales de predicción de anomalías de precipitación publicados hoy por AEMET vemos que, quizás con menos intensidad, el temporal atlántico pueda extenderse algunos días más en la semana del 27 de diciembre al 2 de enero.

En la semana del 27 de diciembre al 2 de enero, parece que las precipitaciones podrían ser las climatológicamente normales en la mitad noroeste peninsular y algo superiores en la sureste y Baleares. 

Solo queda por apuntar que algunos otros productos del Centro Europeo indican que estas precipitaciones podrían ser muy copiosas en algunas zonas, algo que no sería de extrañar dada la gran cantidad de energía que el aire subtropical está proporcionando en los últimos tiempos a distintas evoluciones atmosféricas. Conviene estar al tanto de las predicciones y posibles avisos de AEMET.



15 de diciembre de 2021

¿Otra vez tornados en Estados Unidos?

Aunque resulte casi increíble, y más en el mes de diciembre, el Servicio Meteorológico norteamericano ha emitido un aviso de convección severa válido entre las 15 Z de hoy, 15 de diciembre, y las 12 Z de mañana. Dentro de una zona general más amplia se señalan otras donde pueden aparecer vientos fuertes, granizo…y también tornados. Y estos, algo que también sorprende, en una zona algo más al norte de dónde ocurrieron la pasada semana y de los que me ocupé en esta otra entrada.

Avisos de zonas con probabilidad de convección severa entre las 13Z de hoy 15 de diciembre y las 12Z de mañana 16. Los colores señalan zonas con distintos niveles de riesgo de ocurrencia de fenómenos adversos (vientos fuertes, granizo y/o tornados)

El mismo mapa anterior pero señalando ahora la probabilidad de ocurrencia de tornados. Aunque la probabilidad no es muy elevada es en cualquier caso significativa y a tener muy en cuenta.

La situación sinóptica es muy parecida a la de la semana pasada. Una profunda vaguada con aire frío fuerza en su zona delantera una advección de aire subtropical cálido y húmedo. Este aire, succionado con fuerza desde arriba por la marcada difluencia del chorro, va a provocar probablemente la presencia de grandes cumulonimbos, y allí donde la cizalladura vertical sea más marcada es donde existe la posibilidad de ocurrencia de fenómenos convectivos adversos y, en su caso, tornados. 

Topografía de 500 hPa/temperatura a 850 hPa prevista para las 18Z de hoy 15 de diciembre. La profunda vaguada del chorro, advecta en su zona delantera una nueva masa de aire subtropical cálido y húmedo. Puede apreciarse la notable difluencia de la zona delantera de la vaguada superpuesta sobre la masa cálida a 850 hpa. 



En este mapa de presión en superficie y viento a 10 m. sobre el suelo previsto para la misma hora que el anterior, puede verse como ese viento viene del sur mientras que en altura sopla del SW. Por tanto aparece una cizalladura vertical que favorece la creación de fenómenos severos.

Por tanto, de nuevo, un chorro polar con ondulaciones muy marcadas y un aire tropical/subtropical muy cargado de energía son los componentes básicos de esta situación y de unos tornados que, al igual que otros fenómenos adversos de origen convectivo, van extendiéndose poco a poco a épocas del año en las que en general eran bastante raros. 

Aunque las investigaciones sobre la evolución de los tornados en el contexto del calentamiento global van avanzando, aún  quedan muchas dudas. En mi opinión las mayores provienen de no conocer aún con claridad cuál va a ser el comportamiento de los chorros de niveles altos, los "motores de arranque" de estas situaciones, porque la "gasolina" suministrada por el aire subtropical va a estar siempre  disponible y, probablemente, con una calidad creciente. 

14 de diciembre de 2021

¿Un temporal de lluvias tras la Navidad?

Tras la finalización de la situación en la que una intensa y muy húmeda circulación del NW dejó importantísimas cantidades de precipitación en las áreas cantábrica y pirenaica con importantes avenidas de algunos ríos -sobre todo en la cuenca del Ebro donde todavía siguen- se empieza a estructurar ahora una situación de las denominadas “omega” con una marcada dorsal anticiclónica sobre la Península Ibérica y danas o borrascas frías a su derecha e izquierda.

La topografía de 500 hPa prevista para mañana 15 de diciembre muestra una casi perfecta situación "omega" con una fuerte dorsal sobre Francia y España y el chorro circulando por latitudes elevadas. Mientras tanto una dana afecta a Canarias y una borrasca fría a Grecia. 

De una situación de este tipo poco se puede esperar, y menos en invierno: cielos despejados aunque con amplias zonas de niebla, fuertes heladas nocturnas en los valles y disminución drástica de la calidad del aire sobre todo en las grandes ciudades. Es quizás una situación apropiada para permitir una cierta recuperación de las zonas que han resultado más afectadas por las copiosas precipitaciones y las riadas, pero muy poco apreciada para los habitantes de esas grandes ciudades y, sobre todo, para las amplias zonas de la Península donde la falta de lluvias es ya una preocupación apremiante.

Es difícil saber cuándo y cómo va a finalizar una situación de este tipo porque son bastante estacionarias y así lo comentaba en una de las últimas entradas del blog. Sin embargo hoy AEMET ha publicado una actualización de la predicción trisemanal del Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo que muestra algunos detalles interesantes -y esperanzadores- respecto a un posible temporal de lluvias de carácter atlántico. 

Veamos la evolución mediante los mapas de anomalías previstas de precipitación (colores verdes indican valores por encima de la media climatológica y morados por debajo de ella. Las zonas en blanco indican que el modelo no encuentra una señal clara para la aparición de una anomalía positiva o negativa, lo que se suele interpretar como que la precipitación no se alejará mucho de los valores climatológicos). Son productos que, más que ofrecer valores cuantitativos, ofrecen tendencias generales de cada semana. 

La semana en la que estamos (13 al 19) la precipitación está por debajo de los valores normales en todas las zonas, si bien la anomalía es menos marcada en el tercio oriental peninsular debido probablemente a las lluvias dispersas que puede provocar la llegada de vientos de levante en capas bajas. Por su parte Canarias se encuentra entre valores normales o ligeramente por debajo.



En la semana del 20 al 26 de diciembre empiezan a observarse algunos cambios. Si bien gran parte de la Península aparece en blanco, se observan valores por debajo de los climatológicos en el tercio norte (lo que, en este caso puede ser una buena noticia), mientras que aparecen valores positivos en el suroeste peninsular, alguna zona mediterránea y desde luego Canarias. Probablemente todo ello sea debido a  un acercamiento de una baja situada al SW de la Península y un cierto reforzamiento de los vientos de componente este.


Es en la tercera semana, del 27 de diciembre al 2 de enero, donde ya se observan cambios más significativos y esperanzadores. Salvo el tercio norte peninsular todas las zonas presentan anomalías positivas. La estructura de ellas sugiere el posible establecimiento de una o varias borrascas en el golfo de Cádiz transitando luego hacia el Mediterráneo,  como si la dorsal atlántica emigrara hacia el N. o se debilitara, permitiendo así el paso o establecimiento de esas borrascas en unas latitudes propicias para nuestras zonas.


Como apuntaba más arriba estos mapas deben ser interpretados como tendencias sin tratar de hacer demasiadas aproximaciones cuantitativas. De hecho, cuando los valores climatológicos de un mes en una zona son nulos o muy bajos, la tendencia de las anomalías no son muy significativas. Sin embargo, en un mes de diciembre que suele ser lluvioso en muchas zonas españolas, creo que estas tendencias nos traen cierta esperanza. Iremos siguiendo la evolución y vayamos viendo si llega ese deseado temporal de lluvias a las vertientes atlántica y mediterránea. 

12 de diciembre de 2021

Intensos tornados en diciembre


(autor desconocido)

Impresionan las imágenes de la devastación producida por la ola de tornados que afectaron al menos a seis estados de Estados Unidos en la noche del pasado viernes. Pero impresiona también el gran número de tornados simultáneos -se habla de hasta treinta- y el tremendo recorrido de algunos de ellos, manteniéndose y realimentándose continuamente en el seno de las supercélulas que se desplazaban del SW a NE. Se ha comentado que incluso alguno de ellos llegó a recorrer cerca de 400 km, algo casi increíble cuando un recorrido típico de un tornado podría ser como mucho de unas decenas de kilómetros. Y más extraño aún cuando han ocurrido en diciembre, un mes en el que, sin ser desconocidos en Estados Unidos, no es en absoluto uno de los más proclives para su ocurrencia. 

Impresionante recorrido visto por radar de una de las supercélulas "tornádicas" con una estructura casi continua "en gancho" (lo que indica una fuerte rotación en su seno y posibles tornados)  en todo su recorrido de unas 600 millas durante once horas.
La situación meteorológica que los produjo es bien conocida. La zona delantera de una marcada vaguada de aire frío acompañada de un frente frío en superficie iba levantando como una cuña el aire subtropical cálido que había por delante de él. Ello, unido a las fuertes condiciones de ascenso provocadas por la advección de vorticidad en las capas altas, provocaba la creación de grandes nubes tormentosas. Si a ello se unía la cizalladura vertical por el giro y el aumento de viento con la altura, resultan las condiciones propicias para la generación de estos fenómenos.


Topografía de 500 hPa hacia la medianoche del viernes al sábado en el este de Estados Unidos. Puede observarse la profunda vaguada del chorro polar y el acusado contraste térmico con la masa subtropical delante de ella que, al parecer, había provocado temperaturas por encima de las normales para la época. 

Pero por qué esta vez han sido tantos, tan duraderos y con tanto poder de destrucción. ¿Por qué y de dónde tanta energía? A la espera de los muchos estudios que sin tardar aparecerán en Estados Unidos intuyo que la respuesta podría estar en las características de la masa de aire subtropical que, al parecer con temperaturas inusualmente altas - del orden de unos 28ºC- se había establecido uno o dos días antes sobre esos estados. Ello  puede haber sido, si no la única causa de la extremada intensidad, sí una de las más importantes (otra cuestión a considerar sería las grandes ondulaciones que en los últimos tiempos muestra el chorro polar). 

Por tanto, sería una vez más la continuada expansión del aire cálido y húmedo subtropical -habría que ver si más cálido y húmedo que en anteriores decenios- hacia latitudes más septentrionales, el actor, quizás no suficiente, pero sí necesario, para la producción de tantos fenómenos atmosféricos adversos incluso en épocas del año tradicionalmente muy poco adecuadas para ellos. (A este respecto cabe señalar que según NOAA este otoño ha sido el tercero más cálido en Estados Unidos)

En cualquier caso esperemos los estudios que con toda seguridad saldrán muy pronto sobre este impresionante episodio.

 

11 de diciembre de 2021

Cambio de régimen atmosférico...hasta cierto punto

A lo largo de este fin de semana, el movimiento hacia el este de la gran dorsal atlántica va a dar lugar que su borde oriental se mueva también hacia el Mediterráneo y Centroeuropa. Finaliza así el impacto directo de la fuerte circulación del NW sobre área cantábrica y Pirineos que ha originado abundantísimas precipitaciones, tanto de lluvia como de nieve. La causa directa de ellas ha sido el gran aporte de humedad por parte de un río atmosférico a niveles bajos y medios de la atmósfera conducido por el potente chorro de niveles altos. Una situación que podría haber batido algunos récords de precipitación -al menos para diciembre- tanto en intensidad como en cantidad y que merecería -otra vez más- un estudio en profundidad. 

Imagen del canal WV de Meteosat de hoy 11 de diciembre a mediodía. Se ve el desplazamiento hacia el este de la dorsal  así como de la circulación ligada al chorro que desde latitudes tropicales, y cruzando el Atlántico norte, ha transportado gran cantidad de agua precipitable (río atmosférico) hacia las áreas cantábrica y pirenaica. 


Junto con la gran cantidad de agua recibida en esas zonas, ha sido curioso, y a la vez problemático desde el punto de vista de la gestión hídrica y de la protección civil, las rápidas y significativas variaciones en la cota de nieve, lo que ha producido en dos o tres ocasiones unos rápidos deshielos con el consiguiente también rápido aumento en el caudal de los ríos y las subsiguientes inundaciones. La causa de ello ha residido en que esa gran circulación del NW no era del todo rectilínea sino que llevaba en su seno pequeñas ondas que se propagaban corriente abajo al tiempo que se amplificaban algo más en niveles bajos y formaban "remolinos", es decir, pequeñas borrascas que atraían hacia ellas aire subtropical algo más cálido y húmedo y posteriormente aire polar más frío. En cualquier caso todo ello ocurría bajo la potente corriente del chorro y en los mapas sinópticos aparecían como las pequeñas cuentas de un collar engarzadas por una sucesión de débiles frentes cálidos y fríos. En el fondo todo ello no son sino algunas singularidades y discontinuidades provocadas por las pequeñas ondas de chorros básicamente rectilíneos en el seno del amplio transporte de humedad de niveles medios y bajos. 

¿Cuál es ahora la evolución más probable? Pues el establecimiento del eje de la dorsal sobre la Península, junto con el avance de otra dorsal atlántica, va a dar lugar -cómo no en los últimos y no tan últimos tiempos- a la formación de una de nueva dana, aunque parece que esta vez solo afectaría a Canarias. 


Topografía de 300 hPa prevista para la tarde del lunes 13 de diciembre. Una nueva dorsal atlántica avanza con fuerza y entre ella y la dorsal ibérica -casi estacionaria- se formaría una vaguada que va a dar lugar a una dana.  Parece que tendería a  deslizarse hacia el sur frente a las costas de Portugal, dirigiéndose hacia Canarias donde podría originar precipitaciones a mediados de semana. 

Imagen infrarroja simulada prevista por el Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo para la mañana del 15 de diciembre. Aunque todo parece indicar que el destino de esta dana es el área canaria, las mayores o menores precipitaciones que pueda originar depende de su recorrido concreto, algo que habrá que ir viendo en próximos días. 

¿Y después?...Pues todo parece indicar que a partir de mediados de semana la dorsal peninsular crecerá, alcanzando latitudes más altas y generando una típica situación de bloqueo, dando lugar a que el chorro circule a latitudes muy elevadas. 

Topografía de 500 hPa prevista para las 00 UTC del jueves 16 de diciembre con la información probabilista representada por los distintos tonos magenta, procedente todo ello de los modelos determinista y probabilista del Centro Europeo. El establecimiento de una dorsal de bloqueo parece bastante probable. Conviene notar que la mayor incertidumbre en esta situación se refleja en la circulación del NE establecida sobre Italia y de la que podría depender una posible retrogresión con el acercamiento "marcha atrás" a la Península de la borrasca mediterránea.

En esa situación habrá que ver si la situación finaliza con ese ascenso de la dorsal hacia latitudes más septentrionales, tal como antes me refería, posibilitando la entrada de la borrasca atlántica por el suroeste con lluvias en el suroeste y centro peninsular, donde tanta falta hacen, o si inclina su eje hacia el este y da lugar a una retrogresión con entrada de aire frío del NE. con precipitaciones que sólo afectarían al área mediterránea, tal como parece sugerir la predicción a tres semanas publicada ayer por Aemet.

Para finalizar quiero resaltar una vez más la repetición de situaciones atmosféricas que conducen a precipitaciones a menudo torrenciales -sin importar la época del año, como estamos viendo- junto a la casi continuada ausencia de ellas en el suroeste y parcialmente en el centro peninsular. A veces ya me he preguntado si este tipo de circulaciones del noroeste y del este, junto con las grandes cantidades de agua precipitable que con frecuencia transportan, se están convirtiendo en nuestra nueva normalidad climatológica. Solo es una hipótesis pero creo que es algo a cuyo estudio se debería conceder alta prioridad por el Gobierno dado lo mucho que nos jugamos en ello. El que sea de una u otra forma es una información fundamental, aunque sea probabilista, tanto para la gestión hídrica, agrícola o ambiental, solo por citar algunas de las áreas más afectadas.