17 de octubre de 2023

Jueves de ciclogénesis

Al fin la sempiterna dorsal anticiclónica se ha retirado y por suerte vuelve a “mandar” el Atlántico. El chorro polar ha ido bajando de latitud y comienza a enviar vaguadas y borrascas sobre la Península, algo que ya era completamente necesario.

Pero al igual que en evoluciones anteriores, la atmósfera se vuelve a mostrar muy enérgica. Si ya la borrasca que hoy aparece al NW peninsular -Babette- es muy profunda, debemos fijarnos ahora en la evolución prevista para el jueves. Desde la madrugada de ese día un frente activo va a comenzar a atravesar la Península. Pero al mismo tiempo va a comenzar sobre la zona de Madeira la formación de una pequeña borrasca  -pequeña pero muy profunda- que se va a trasladar con mucha rapidez sobre la Península de modo que a media tarde del mismo jueves se situará ya sobre el centro peninsular. De acuerdo con las predicciones del Centro Europeo, entre las 06 UTC y las 18 UTC  se profundizará unos 11 hPa, lo cual pone a este proceso en el límite de considerarse una ciclogénesis explosiva. Por tanto, y salvo un cambio significativo en las predicciones -algo a considerar y a vigilar siempre en este tipo de situaciones en principio tan “enérgicas”-, cabe esperar lluvias muy abundantes y sobre todo vientos muy fuertes en amplias zona de la Península y Baleares. Por tanto conviene tomar muchas precauciones. 

Mapa de presión en superficie y de velocidad del viento a 850 hPa previsto para las 06 UTC del jueves 19 de octubre. Algo al este de Azores y al norte de Madeira se aprecia la incipiente borrasca acompañada ya de vientos significativos y con una presión en su centro de 995 hPa.

A las 18 UTC de ese mismo día el centro de la baja se encuentra en el interior peninsular con una presión de 985 hPa, una caida de 10 hPa en 12 horas. Los vientos más fuertes afectan fundamentalmente al centro y mitad sur peninsular. 

¿Cuál es el motivo de esta evolución? Pues se trata de la reestructuración de un sector del chorro polar sobre la zona de Azores tras su interacción con otra circulación del NW también en niveles altos. Ello lleva a una agudización marcada de lo que hasta ese momento era una débil vaguada del chorro;  de esta forma genera en su zona delantera y bajo ella fuertes caídas de presión, lo que conduce a la rápida intensificación de una débil borrasca preexistente y a su rápido movimiento hacia el este.

Topografía de geopotencial y velocidad de viento a 300 hPa. La convergencia al norte de Azores del chorro polar con otro ramal de viento procedente del NW fuerza el nacimiento de una vaguada todavía débil. El aumento de advección de vorticidad en su zona delantera da lugar a la consiguiente caída de presión en superficie en su zona delantera. 

Doce horas después la vaguada se ha agudizado, tiene su eje sobre la costa portuguesa y ha aumentado la advección de vorticidad sobre el interior peninsular donde se encuentra el centro de la baja en superficie. Esta se irá desplazando con esa zona delantera hasta llegar ya por la noche hasta territorio francés.

Imagen simulada del canal IR para las 18 UTC del jueves. Sobre la Península aparece la estructura nubosa típica de una borrasca intensa y de muy corto ciclo de vida.

Misma simulación anterior: a las 00 UTC del viernes 20 el centro de la baja está ya sobre el Pirineo. La configuración nubosa sigue siendo la t´pica de una rápida ciclogénesis: gran "cabeza" nubosa, marcada hendidura trasera y "gancho".

Tras el paso de ella el panorama atmosférico cambia: los vientos girarán durante un par de días al NW, las temperaturas descenderán sensiblemente y las precipitaciones, salvo en áreas montañosas de la mitad norte serán más débiles y dispersas. Tras el "escobazo" del frente frío de esta borrasca-como un querido meteorólogo denominaba a esta brusca evolución- el otoño llega definitivamente.


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