22 de diciembre de 2016

Tras el temporal de levante

En mi entrada del miércoles de la pasada semana planteaba la posibilidad de que el fuerte flujo de aire húmedo mediterráneo que provocaría el temporal en todo el área mediterránea pudiera ser considerado desde el punto de vista técnico como un "río atmosférico". Mi intención era abrir un debate sobre el tema y algunas personas expresaron sus razones por las que pensaban que a ese flujo no se le podía catalogar de tal  manera. Creo que el debate es interesante y que puede seguir, pero de momento me parece más importante hablar sobre lo que me ha resultado más significativo de este temporal de levante o llevantada



Mapa de contenido de agua en columna sobre el área mediterránea a las 19 horas del 17 de diciembre de 2016 (fuente: AEMET)


El mismo producto pero a las 9 horas del 18 de diciembre (fuente: AEMET)

Debo admitir que me han sorprendido las cantidades acumuladas. De mi experiencia de otros temporales de este tipo pensé que se podían alcanzar en algunos puntos hasta los 300 o 350 mm, y un valor medio de unos 100 mm. Me ha llamado por tanto mucho la atención que ese valor medio haya sido, según datos de AEMET, de 127 mm en la Comunidad Valenciana y de 144 en la Murciana. Y, sobre todo, los datos de valores máximos, tales como el de L´Orxa donde se han alcanzado los 621 mm (dato de AVAMET). Además, los umbrales de 400, e incluso de 500 mm, se han superado en distintas estaciones de estas redes. Por lo que se refiere a la Comunidad de Murcia, el registro máximo fue de 239 mm en San Javier.



Mapa de precipitaciones entre los días 16 y 19 de diciembre según AEMET


El mismo producto según AVAMET. Como puede verse la estructura es la misma aunque pueda diferir algún valor máximo

De esta forma pueden haberse alcanzado diversos récords para precipitaciones en el mes de diciembre, como. por ejemplo, ser el segundo diciembre más lluvioso en la Comunidad Valenciana, al menos desde 1950, sólo superado por el diciembre de 1989 y muy igualado al de 1964.



(fuente: AEMET)

Debe recordarse en cualquier caso que el récord histórico de lluvia en el área mediterránea en 24 horas lo sigue ocupando Oliva con sus 817 mm registrados el 3 de noviembre de 1987. Cabe señalar que en aquella situación, la precipitación tenía fundamentalmente carácter convectivo por lo que las lluvias, aún muy intensas, presentaban una distribución mucho más focalizada que en un episodio como éste, de carácter claramente advectivo aunque con algunos brotes convectivos. 



Mapa de precipitaciones del 3 al 4 de noviembre de 1987 (fuente: AEMET)

Por tanto, el temporal que acaba de ocurrir puede considerarse histórico y entre los más importantes de nuestra zona mediterránea, pero con la singularidad de haber ocurrido en las puertas del invierno, de una forma más tardía que otros parecidos. 

Cuando se llega a estas situaciones extremas cabe preguntarse, como siempre, si se trata de una muestra más de la variabilidad natural de la atmósfera o si el fenómeno del calentamiento global está incidiendo en ello. No tengo conocimientos como para establecer una opinión fundada, pero sigo con la intuición de qué sí tiene algo que ver. Lo afirmo así porque, no se trata a mi juicio de un hecho aislado, sino que se engloba en el conjunto de otros varios sucedidos en los dos o tres últimos años y que, desde mi punto de vista tienen un denominador común: la subida continuada hacia el norte de las masas subtropicales con aire más cálido en capas medias y bajas de lo que correspondería a la época del año. Recordemos -y puede consultarse este blog- las intensas lluvias de marzo de 2015 que ocasionaron el desbordamiento del Ebro; el desusado "subidón" térmico de mediados de mayo de ese mismo año, la ola de calor de julio, también de 2015, con ese récord de -1,1ºC a 500 hPa sobre Palma, el insólito huracán Alex de enero de 2016 o el también insólito episodio de calor del pasado mes de septiembre con 45,4ºC en Córdoba. Y todo ello en un contexto mundial de los años más cálidos registrados.

Pues bien, en la situación que nos ocupa, creo que la fuerte circulación del este en capas medias-bajas establecida sobre una amplia zona mediterránea advectó en su origen una masa de aire cálido y seco ¿quizás más que lo que correspondería climatológicamente al mes de diciembre?- que alcanzó el Mediterráneo desde Libia o incluso Egipto. 


Análisis de superficie del 18 de diciembre a las 12 UTC (fuente: AEMET)

Esas condiciones permitieron que absorbiese una gran cantidad de humedad a través de su largo recorrido marítimo, ¿quizás también más elevada, que la normal para esta época del año? Ello podría explicar de algún modo esos valores de precipitación casi o del todo desconocidos para el mes de diciembre. 

En cualquier caso, más allá de estas conjeturas, sigo insistiendo en el interés y la importancia de que departamentos universitarios españoles estudiaran esta situación y algunas otras muy llamativas de los últimos años.  Es importante conocer la probabilidad -alta, baja o nula- de que puedan haber estado influenciadas, generadas o amplificadas por el calentamiento global. Ya no podemos argumentar como hasta hace unos años -yo mismo lo hacía- que es imposible saber si un fenómeno concreto puede tener una mayor o menor relación con el calentamiento global. Los estudios de atribución, de los que una buena muestra de ellos son recogidos cada año por una edición especial de la American Meteorological Society  (aquí está la publicada este año referida a fenómenos extremos del 2015), muestran como ya es posible conocer -siempre probabilísticamente, como no puede ser de otra manera- hasta que punto esa relación existe. 

¿Cuándo tendremos estudios de este tipo para nuestras situaciones?




13 de diciembre de 2016

Ríos mediterráneos: terrestres y ¿también atmosféricos?

Le sigue costando trabajo al chorro polar bajar claramente de latitud y tengo la sensación continuada -por muchas razones- de que nos encontramos, cada vez durante más tiempo, en una atmósfera de tipo subtropical, si bien modificada por nuestro relieve y por supuesto por la época del año. Sin embargo, lo que sí muestra ese chorro es un patrón reiterativo de formación de profundas vaguadas y danas que se trasladan hacia nuestras zonas y que provocan las lluvias -a veces abundantes- que  no nos están dando los ponientes en la vertiente atlántica o los temporales de levante, bien establecidos, en la mediterránea.


En la imagen de hoy, martes 13 a las 18 UTC, se aprecia una profunda vaguada al oeste penínsular que va a cerrarse y que dará lugar con rapidez a una dana sobre Argelia, con tendencia a irse hacia el este. Prácticamente en la misma zona de esa vaguada actual, aparecerá otra el jueves, que formará de nuevo una dana y que se trasladará también con rapidez hacia el sur penínsular y norte de África. A causa de ella, sobre Argelia y Libia se formará una amplia zona de bajas presiones en superficie que canalizará hacia la zona mediterránea española un flujo de aire con largo recorrido marítimo.

Pero ese temporal de levante o "llevantada" que tanto se echa en falta, tiene ahora una marcada probabilidad de producirse durante el próximo fin de semana. Tras el paso de una primera dana durante el jueves que se dirige rápidamente hacia Argelia y más hacia el este, otra segunda estructura de este tipo nos atravesará con rapidez el viernes y se cerrará probablemente sobre el norte de África el sábado, dando lugar, más que a una dana, a una pseudo borrasca fría. La posición y elongación de las bajas presiones en superficie puede generar un marcado flujo del este a lo largo de buena parte del Mediterráneo hasta la Península Ibérica durante todo el fin de semana, flujo que incidiría de lleno y de forma sucesiva en distintas zonas del este peninsular. Sería un aire muy cargado de humedad debido tanto a su largo recorrido sobre las aguas mediterráneas como a su alta capacidad de admitir vapor al ser en su origen relativamente cálido y seco. 


Mapas de 500 hPa previstos para el sábado a las 12 UTC por los modelos determinista y probabilístico del Centro Europeo. Aunque todavía con algunas indefiniciones, la situación que muestra el modelo determinista parece que tiene bastantes probabilidades de cumplirse.
La situación en superficie para el mismo día y la misma hora a partir de los mismos modelos. Puede apreciarse el largo recorrido del viento del este sobre el Mediterráneo. ¿Albergará un río atmosférico en su seno?
De cumplirse esta predicción, lo más probable es que las precipitaciones se concentren  en un momento dado en zonas relativamente estrechas. Sin embargo, el desplazamiento de esa corriente hacia el norte, acompañando al también previsto desplazamiento de la borrasca que la origina, hará que las lluvias afecten a muchas zonas de la vertiente mediterránea y que se registren por acumulación, en 6 o 12 horas, cantidades muy importantes pero esperemos que sin el problema, desgraciadamente tan frecuente, de la torrencialidad.

A este flujo relativamente estrecho, muy húmedo y de largo recorrido, le he denominado a veces y en plan muy coloquial como la "manguera" mediterránea. En cualquier caso, tal como ya han apuntado otras personas en las redes sociales, quizás podríamos empezar a hablar ya de "ríos atmosféricos mediterráneos", al igual que ya llevamos bastante tiempo hablando de "ríos atmosféricos" en general, dando siempre por entendido que nos referimos al entorno oceánico. A esos "ríos" me referí ya en esta entrada de hace un par de años.


La definición científica de un atmospheric river depende de la variable que se emplee para estudiarlo, pero puede decirse que es una banda de no menos de 2000 km de longitud y con una anchura no mayor de 1000 km, en la que el contenido integrado de vapor de agua es al menos de 2 cm. Esta definición puede ser adecuada para un entorno oceánico, pero ¿lo sería para un mar como el Mediterráneo? Es posible que esos criterios puedan cumplirse, pero podría haber estructuras de este tipo que, sin cumplirlos, respondieran perfectamente al concepto de "río atmosférico". 

Flujos de agua precipitable total a las 18 UTC de hoy 13 de diciembre. De forma aproximada se podría decir que los largos filamentos con colores a partir del amarillo-anaranjado podrían identificarse con ríos atmosféricos, aunque ¿tendría que ser así en el Mediterráneo? A ver que observamos el sábado y el domingo. La información sobre este producto puede encontrarse aquí.
En cualquier caso es un tema interesante de estudio y debate. Por el momento sigamos la evolución de ese posible río en las magníficas imágenes y animaciones que prepara el Cooperative Institute for Meteorological Satellites Studies (CIMSS) y después, si procede, saquemos conclusiones. Y vigilemos también las cantidades acumuladas que, además, en zonas altas del interior del tercio oriental peninsular, podrían ser de nieve, algo de gran importancia para asegurar un cierto caudal de los ríos mediterráneos, con frecuencia tan necesitados. 


Ríos atmosféricos mediterráneos alimentando a ríos terrestres mediterráneos: una bella imagen, pero sobre todo una gran oportunidad que esperemos que se haga realidad.



30 de noviembre de 2016

"Recuerdos del tiempo", "Meses y tiempos" y "Compartiendo el tiempo" también en versión digital

Durante los últimos tres años, y más o menos hacia estas fechas, he anunciado la publicación de un nuevo libro. En el 2013 fue "Recuerdos del tiempo"; en 2014 "Meses y tiempos" y en 2015 apareció "Compartiendo el tiempo". Este año no anuncio ninguno, pero si quiero comunicaros que he pasado los tres a versión digital, aunque sigue estando disponible la versión tradicional en papel. Con ello respondo a la petición de algunas personas que los preferían así, y a mi creciente convencimiento de que, aunque es un verdadero placer tocar y sentir físicamente un libro, también la digitalización facilita mucho la lectura en cualquier sitio...y el almacenamiento. 




Con "Recuerdos del tiempo", me permití narrar mis vivencias meteorológicas desde que era un chaval que soñaba con dedicarse algún día a la predicción del tiempo, hasta mi jubilación en AEMET, más de cuarenta años después de aquellos sueños. De forma paralela, aproveché para hacer mi relato personal sobre como evolucionó la predicción del tiempo en España desde mediados de los años 70, cuando ingresé en el todavía Servicio Meteorológico Nacional, hasta los primeros años dosmil, ya en retirada profesional. En la presentación del libro tuve la alegría de poder contar con un gran número de amigos y compañeros, y nada menos que con seis anteriores directores generales o presidentes del INM/AEMET

Quise un año después resumir lo que había aprendido en todo ese tiempo sobre la meteorología de España y sobre cómo ha evolucionado la predicción de los fenómenos atmosféricos que más nos afectan. Ese es el argumento de "Meses y tiempos. Una visión personal de la meteorología de España", donde quise que los argumentos técnicos convivieran con la tradición popular e incluso con la literatura porque, de un modo u otro, siento unido todo ello.

Por último, ya el año pasado, se me ocurrió hacer una recopilación de los diversos temas que sobre tiempo, clima, predicción y comunicación meteorológica había ido publicando en este blog de "En el tiempo", aunque dándoles un enfoque más general e intemporal que el que tenían cuando fueron publicados. Esa recopilación y adaptación junto con un conjunto de algunos otros artículos escritos específicamente, se recogen en mi tercer libro: "Compartiendo el tiempo".

Pues bien, si son de vuestro interés, las versiones digitales, además de las de en papel, pueden encontrarse en La Casa del Libro y en El Corte Inglés, sólo con poner el título correspondiente en el buscador y especificando en su caso "e-book". Espero que pronto también se encuentren estas versiones en Amazon.

Gracias por acompañarme también en los libros.

24 de noviembre de 2016

Dando vueltas y más vueltas...

Mientras el embolsamiento de aire frío sigue dando vueltas sobre nosotros, creando y destruyendo vórtices arriba y abajo, quiero referirme hoy a otra cuestión que también lleva años dando vueltas y que, de vez en cuando, también crea remolinos y vórtices. Vórtices que, tal como surgen desaparecen, sin que ayuden a abordar la solución básica del problema en cuyo seno se manifiestan. Me refiero concretamente a las últimas declaraciones de la Consejera de Política Territorial de Canarias en las que apunta la posibilidad de creación de un "servicio propio de alertas meteorológicas" que mejore la predicción y vigilancia de fenómenos adversos en las islas. El planteamiento es una reacción a la supuesta deficiente actuación del Grupo de Predicción de AEMET en Canarias en el último episodio de lluvias.

En mis años en AEMET como responsable de Predicción y luego de Comunicación, son bastantes las situaciones de este tipo que he vivido cuando, ante un fenómeno adverso que no había sido aparente o realmente bien previsto -o no gestionado adecuadamente-, se busca con rapidez cuál es el organismo que debe cargar con la responsabilidad del error y del enfado de la población.

Por supuesto que la predicción y vigilancia meteorológica puede tener sus fallos y AEMET debe trabajar continuamente por especializar cada vez más a sus predictores así como por disponer de la mejor tecnología (A propósito...¿en que situación se encuentra el tan deseado y nunca conseguido "nuevo" radar de Tenerife que tanto ayudaría en estas situaciones?). Sin embargo, a mi juicio, y es algo que expongo con frecuencia, el problema está en conseguir esa mucho mejor gestión de las predicciones y avisos. 

Ya se sabe desde hace tiempo -y los distintos Servicios Meteorológicos van avanzando en ese sentido- que las informaciones a la población sobre tiempo adverso deben tener un carácter multidisciplinar. Un aviso ya no puede consistir solamente en la narración meteorológica del potencial fenómeno, sino que ello debe ir acompañado de una descripción de los posibles impactos sobre los distintos grupos de población, así como de las recomendaciones sobre las más adecuadas medidas a adoptar. Naturalmente ello debe venir acompañado de la probabilidad de ocurrencia del fenómeno, pero siempre, claro está, que la población haya sido mínimamente formada en su adecuada comprensión. Por tanto, no es sólo un tema de meteorólogos sino de expertos en protección civil, psicólogos sociales y comunicadores.

Son justamente representantes de estos colectivos los que deberían participar, en mayor o menor medida, en el desarrollo de un nuevo plan de avisos de fenómenos adversos que sustituya y mejore al actual Meteoalerta. Han pasado ya más de diez años desde su entrada en vigor y, aunque con algunas modificaciones, creo que no ha evolucionado en lo sustancial. Sé que es difícil hacerlo en un entorno en el que las competencias operativas de Protección Civil están transferidas a las Comunidades Autónomas, pero, al ser una cuestión de seguridad pública general, entiendo que es al Ministerio del Interior el que debería pilotar y coordinar la elaboración de un nuevo y novedoso Meteoalerta.

Pero hay algo más que debería considerarse y que complementaría armoniosamente el nuevo plan. Me refiero a la importancia de trabajar de forma mucho más cercana los expertos que deben tomar decisiones en tiempo real. Es mucha la sinergia que podría obtenerse de una relación muy próxima en el fondo -y quizás también en la forma- entre predictores y expertos en protección civil. ¿Una oficina conjunta, única? Podría ser interesante pero, en cualquier caso, mantener un contacto fluido, continuado, establecer un conocimiento personal y profesional, llevar a cabo diariamente una o varias conversaciones conjuntas, haya o no haya avisos, y de acuerdo, claro está con unos protocolos verdaderamente eficaces y rápidos. Y, por supuesto, contar con unos sistemas de difusión también rápidos, claros y eficaces, en los que los medios públicos tengan un papel mucho más destacado que en la actualidad.

Por lo tanto, a mi juicio, no se trata de crear nuevos entes sino de sacar el máximo partido de los actuales pero con criterios, metodologías y protocolos mucho más adecuados. ¿Se conseguirá algo con el nuevo gobierno o seguiremos dando vueltas y vueltas sin llegar nunca a la raíz?

16 de noviembre de 2016

Contra las dudas, probabilidades (versión ampliada)

En los foros de meteorología se sigue estos días con mucho interés la situación a la que apuntan los modelos para comienzos de la próxima semana, ya que de cumplirse podría dar lugar a un temporal de lluvias en bastantes regiones, algo de gran importancia ya que los últimos datos oficiales indican que las reservas de los embalses se encuentran al 48 por ciento de su capacidad.

Los mapas del modelo determinista del Centro Europeo para los próximos lunes y martes, que son el objeto de esta esperanza de lluvias abundantes, fundamentalmente en la vertiente atlántica, son éstos:

Lunes, 21:




Martes, 22:



Verdaderamente es una situación muy atractiva en cuanto al establecimiento de un buen temporal de lluvias atlánticas. Sin embargo, hay que considerar también que a lo largo de los últimos días estos mapas han ido variando, oscilando entre una mayor o menor profundización de la vaguada atlántica, incluso con el cierre de una dana, o con su mayor o menor alejamiento de la Península Ibérica. Por otra parte, como algunas de las últimas "jugadas" atmosféricas parecidas han dado lugar a un predominio final de las dorsales sobre nuestras zonas, se ha generado un clima a la vez de esperanza y de desconfianza. Estas son las razones por la que las especulaciones andan disparadas estos días sobre lo que al final ocurrirá. 

En este contexto han sido varias las personas que se han dirigido a mí pidiéndome opinión. La verdad es que, después de treinta años dedicados a la predicción de una forma u otra, no tengo opinión si solo trabajo con este modelo determinista. Podría dejarme llevar por la experiencia, o por la intuición, o por la continuidad (como tuvo que hacerse durante mucho tiempo) y darla, pero todos esos años me han hecho ver que nunca hay dos situaciones iguales y que, por tanto, una opinión basada en estos planteamientos sería solamente una mera especulación.

Pero menos mal que no me quedo ahí. La "buena noticia" es que desde los años 90 creo y apuesto firmemente por la predicción probabilistíca. Es el único método científico que nos puede dar la mayor y mejor información sobre lo que al final puede pasar. Lo que ocurre es que lo que se me va a dar a conocer es una probabilidad y no una certeza. Y eso en general no gusta, aunque en el fondo debamos reconocer que cualquier planteamiento de futuro en meteorología o en cualquier otra cuestión es intrínsecamente probabilista y que las certezas, por mucho que las imaginemos, no existen. Situaciones sinópticas como ésta que nos ocupa han sido siempre de las más difíciles de predecir porque su evolución depende de equilibrios -o desequilibrios- muy sutiles. Sólo cuando ya están muy cercanas es cuando se puede tener más confianza en que el caos atmosférico no va a tener tiempo suficiente para perturbar en modo significativo lo que nos dan los modelos deterministas. Sin embargo, los modelos probabilísticos sí tienen hasta cierto punto en cuenta ese caos y sus informaciones son mucho más valiosas.

Por tanto,...¿que es lo que yo pienso sobre esta situación? Pues tiene que estar basado necesariamente en estos mapas probabilísticos de 500 hPa del Centro Europeo previstos para los próximos lunes, martes y miércoles:

Lunes 21


Martes 22


Miércoles 23


 En anteriores ocasiones he presentado sólo el mapa de la derecha, pero reconozco que hay también información muy útil en el de la izquierda.  Para la explicación de la interpretación de ambos me remito a esta excelente entrada del blog de Mario Fernández  y al texto que sobre este tema escribió ayer en Facebook Antonio García Mendez, gran conocedor del sistema probabilístico del Centro Europeo tras su trabajo allí durante muchos años, y que me tomo la libertad de copiar a continuación:

Una explicación sobre los mapas de EPS mostrados mas arriba. El mapa de la izquierda es la media de la EPS con la dispersión (en color) normalizada respecto a la dispersión media en las ultimas 30 pasadas del modelo a 00 UTC. A la derecha se muestra el modelo determinista con la dispersión absoluta. A mi no me convence particularmente este mapa. Prefiero ver directamente la EPS media y la dispersión absoluta en secuencia (aumenta según aumenta el periodo de predicción). Claro que antes de todo esto hay que mirar los clusters con los posibles escenarios

Por tanto, y aunque lo lógico, sería hacer un debate o briefing entre varios predictores, lo que veo en estos mapas en un primer vistazo es:

a) que hay mucha probabilidad de que la vaguada se forme y nos afecte; 

b) que la incertidumbre más acusada se da -como suele ser normal- en el ramal descendente del chorro; 

c) que debido a esa incertidumbre existe alguna posibilidad -que sería la posible desviación más importante a vigilar por los predictores- de una cierta formación de la vaguada algo más al oeste, lo que a su vez podría implicar más que nada un cierto retraso en el movimiento de la misma. 

y d) que en la evolución de esa vaguada a partir del miércoles puede influir mucho la gran incertidumbre asociada al nuevo "descuelgue" frío sobre las Islas Británicas. 

Seguro que se pueden ver más detalles y continuar la secuencia temporal. En cualquier caso, puede seguirse aquí la evolución del campo de probabilidades hasta el D+10 y no sólo del geopotencial de 500, sino también de los mapas de presión en superficie y temperatura de 850 hPa.

Pero lo interesante sería poder cuantificar más esas probabilidades, y podríamos hacerlo si tuviéramos las herramientas adecuadas. Como decía más arriba Antonio "...antes de todo esto hay que mirar los clusters con los posibles escenarios". Esos "clusters" a los que se refiere son agrupaciones elaboradas automáticamente teniendo en cuenta el mayor o menor parecido u homogeneidad de las distintas soluciones que ofrece el sistema probabilístico. Pueden formarse así tres, cuatro...seis "familias" representadas cada una por un mapa sinóptico concreto (los escenarios) y acompañadas cada una por su probabilidad de ocurrencia. Es algo que nos permitiría conocer, por ejemplo, la probabilidad concreta de que la vaguada pudiera ir algo más al oeste, o de que se cierre o no una dana. 

El problema con que nos encontramos es la baja disponibilidad de productos de este tipo debido básicamente a la política -para mi excesivamente restrictiva- del Centro Europeo. Sin embargo, los "escenarios" son calculados por los distintos usuarios para sus zonas geográficas de interés a partir de los datos "brutos" del Centro. Por tanto, en el caso de España, esos escenarios son producción de AEMET y creo que su difusión no entraría en contradicción con las restricciones del Centro. 

Pues bien, ya que AEMET va publicando poco a poco algunos productos probabilísticos, espero que se decida finalmente a subir todos los días a su web los escenarios sinópticos previstos para nuestra zona. Creo que sería un gran avance que la discusión en los foros, o las presentaciones en los medios de comunicación, no versaran tanto sobre si va a acertar o no el modelo determinista, sino sobre la interpretación y valoración de los distintos escenarios, y tanto del que encierra mayor probabilidad como del que presenta la menor, que también es muy importante. 

De esta forma, la predicción probabilística iría calando en la sociedad, se vería como algo normal y se usaría para muchas tomas de decisiones relacionadas con la meteorología. Ello daría lugar a una buena amortización de las inversiones hechas en la predicción numérica, pero sobre todo prestaría un gran servicio  público. No olvidemos a este respecto que de este sistema de predicción se extraen también cantidad de productos muy útiles tales como el EFI (Extreme Forecast Index), bien conocido y valorado por los aficionados hasta que el Centro Europeo lo encerró bajo llave) y que nos indica algo tan importante como la posibilidad de ocurrencia de fenómenos poco frecuentes, e incluso potencialmente adversos. 

A este respecto, cabe recordar que las políticas del Centro Europeo se discuten y aprueban en el Consejo del Centro, su máximo órgano rector, e integrado por los Directores de los Servicios Meteorológicos europeos. Si no me equivoco, España es el quinto país en contribución económica al Centro y, aunque estén por delante los criterios y las prioridades de Alemania, Francia, el Reino Unido o Italia, creo que tendríamos el peso suficiente para plantear cambios en la liberalización de productos y muy concretamente los de predicción probabilística con el fin de potenciar y popularizar su uso. Creo que sería un cambio en la línea de los muchos que, a mi juicio, debería hacer la "vieja Europa" si de verdad quiere conectar de nuevo con sus ciudadanos y renovarse profundamente. 


ANEXO

Tras la publicación esta mañana de esta entrada, algunos lectores con acceso a toda la producción del Centro Europeo, han tenido la amabilidad de remitirme algunos productos para complementarla. Pongo algunos de ellos a continuación, prácticamente sin comentarios (por no extenderme demasiado y porque no soy ya muy experto en algunos de ellos). Sólo pretendo que se vaya comprendiendo la potencia y posibilidades del sistema de predicción probabilística y la importancia de su uso normalizado.

a) "Clusters" o "grupos" del día 21 (primera columna) al día 23 (tercera columna). Parece que las diferencias más significativas en nuestra zona aparecen ya el miércoles. En cualquier caso esta presentación es muy "técnica" y para uso generalizado tendría que prepararse una versión simplificada.




b) Diagrama de "spaghettis" para el día 22 martes de la próxima semana (con otra posible vaguada y poca dispersión). Probabilidad de precipitación mayor que 10 mm para ese día y combinación de "spaghettis" con los mapas de probabilidad o "spread" que ya conocemos.




c) Igual pero para el jueves 18, D+8. Obsérvese el aumento de la dispersión respecto al gráfico anterior.



d) Probabilidades de precipitación mayor que 10 mm de D+4 a D+7



e) A la izquierda el Extreme Forecast Index (EFI) y el Shift of tails (SOT) para el periodo del 21 al 22 junto con el mapa del clima del modelo para el percentil 90. Son productos complejos pero muy importantes para la predicción de probabilidad de ocurrencia de fenómenos extremos. Una explicación sobre los mismos puede encontrarse en este enlace a la web del Centro Europeo.


2 de noviembre de 2016

Avanzan las masas

En mi primer libro, "Recuerdos del tiempo", comentaba la frase con la que mi jefe en el Centro de Análisis y Predicción, el meteorólogo Paco García Dana, me saludaba muchas mañanas cuando llegaba a la oficina, allá a principios de los 80. Con una amplia sonrisa decía ¿Qué tal Ángel? ¿Como están las masas?...Y él mismo se contestaba ampliando aún más su sonrisa: "Las masas avanzan sin poderse contener", recordando quizás a algún filósofo. Aunque era una frase hecha, se refería a la impresión que a mí me hubiera producido el estudio de los análisis sinópticos a los que yo ya había echado un vistazo al llegar al Centro, un rato antes que él. Naturalmente, el interés por las masas tenía relación con los cambios en la circulación atmosférica que hubiera podido detectar en los mapas sinópticos.

He recordado esta frase de mi querido maestro -y el de muchos otros predictores de aquella época- al ver cómo los modelos ya apuestan firmemente por una entrada de aire polar durante el próximo fin de semana. Una masa fría que sustituiría a la subtropical que nos acompaña casi permanentemente. De este modo podría cumplirse, aunque con un ligero retraso, el famoso dicho de "Por los santos, nieve en los altos", ya que esta entrada produciría nevadas de distinta intensidad en zonas relativamente altas de las montañas de la mitad norte y un poco más altas de las sierras béticas y penibéticas.

Desde mi punto de vista, este cambio de tiempo viene unido a una reestructuración de la circulación hemisférica, por lo que creo que es interesante utilizar los correspondientes mapas del Centro Europeo, si bien tenemos que hacerlo con el modelo determinista. Es algo que puede "disculparse" si no nos vamos mucho más allá de las 72 horas.

Empecemos por el análisis de 500 hPa de la pasada madrugada:

Añadir leyenda

Junto con la presencia de nuestra familiar borrasca fría frente a Portugal que, si se quedara ahí durante unos días, no me extrañaría que desarrollara alguna estructura subtropical, conviene que nos fijemos en la vaguada existente sobre Canadá y cuyo eje se encuentra alineado sobre el meridiano 110ºW, y sigamos su evolución en los siguientes mapas:

Mañana, día 3 a las 00 UTC:


El eje de la vaguada norteamericana está ahora sobre el meridiano 90ºW y se ha profundizado un poco, probablemente por la evolución del chorro polar sobre el Pacífico y/o su interacción con las Rocosas (no pasa de ser pura hipótesis que habría que explorar más a fondo). Empecemos también a fijarnos en una débil vaguada sobre Islandia y en el máximo del chorro que la acompaña. Por su parte, "nuestra borrasca" se ha desplazado muy ligeramente hacia el sur.

El viernes, día 4:

Añadir leyenda
La vaguada norteamericana ha alcanzado ya la costa este (meridiano 75ºW aproximadamente) y parece que va a arrastrar y después a absorber a la dana que se encuentra delante de ella. Por su parte, la vaguada de Islandia se ha desplazado hacia el norte de las Islas Británicas, en la dirección que apuntaba el máximo de viento que la acompañaba.

Sábado, día 5:


Cambios importantes: el eje de la vaguada norteamericana está ahora sobre el meridiano 65ºW aproximadamente y ha englobado en su circulación los restos de la dana, que ahora es una pequeña vaguada de la circulación del chorro situada un poco al suroeste de Groenlandia. Por su parte, la vaguada que estaba sobre el norte de las Islas Británicas no se ha movido hacia el sureste, tal como su máximo de viento asociado hubiera hecho pensar, sino que más bien se ha profundizado y extendido hacia el sur, iniciando así el movimiento que la llevaría probablemente a situarse el domingo sobre la Península Ibérica. 

¿Cuál podría ser la causa de este cambio? Pues, en primera aproximación, la acción de un máximo del chorro apuntando hacia el sur, tal como se observa al noroeste de Galicia. ¿Y cuál la causa de ese máximo, o de su dirección? Es un poco difícil saberlo contando sólo con estos mapas, pero mi impresión es que tiene que ver con la interacción entre la vaguada norteamericana y la gran dorsal meridiana del centro del Atlántico norte, que prácticamente no se mueve. Probablemente hay un aumento de gradiente que intensifica el chorro. Éste se hace inestable y esa singularidad hace que el patrón de ondas tenga que reajustarse. ¿Habrá también tenido algo que ver la absorción de la dana por la vaguada? Probablemente, pero no creo que haya sido lo más determinante. 

Pero hemos avanzado mucho con el modelo determinista (no disponíamos de ningún hemisférico probabilístico y hemos supuesto que el determinista hasta 72 horas no se comportaría muy mal). Es momento de pasar ya a la visión probabilística para este mismo dia, aunque a un nivel mucho más regional:



La visión probabilística nos confirma que el modelo determinista es todavía suficientemente fiable en nuestra zona de interés, si bien la mayor incertidumbre aparece -como era de esperar- en la zona del máximo de viento al noroeste de Galicia, que conduce a la vaguada y que es él que -salvo interferencias- va a determinar la trayectoria de la vaguada. Veamos que ocurre al día siguiente, domingo 6:



Ya con la vaguada sobre la Península, el mayor nivel de incertidumbre se relaciona con el chorro descendente y, por tanto, con la mayor o menor extensión hacia el sur de la vaguada y, por tanto, con la profundización hacia el sur del aire frío. 

Veamos el lunes, 7:


El modelo determinista apunta hacia una ligera retrogresión, algo que no desdeña la información probabilística, e incluso la posibilidad de llegada de algún embolsamiento frío secundario (atención al máximo de viento un poco al oeste de Irlanda). 

Al día siguiente, martes 8:


Ese embolsamiento frío parece existir con cierta probabilidad, mientras la vaguada se ha extendid0 algo más hacia el sur.

A partir del miércoles, el modelo determinista apunta hacia un paso de la vaguada hacia el este, y a una posible circulación de noroestes sobre la Península, pero la incertidumbre es ya tan elevada que no merece la pena seguir. Sin embargo sí quiero referirme al importante avance del aire frío hacia el sur, tal como refleja este mapa probabilístico de la temperatura de 850 hPa para la madrugada del martes: 


De él se desprende que hay una probabilidad en absoluto despreciable de que la isoterma de 0º C  a 850 hPa (línea roja) se desplace hasta el norte de Andalucía. De ser así, creo que esta irrupción fría vendría un poco adelantada en el tiempo.

Por tanto, de momento, las masas avanzan. ¿Será una tónica del próximo invierno, o serán estas masas contenidas por las potentes dorsales? Hay síntomas que apuntan hacia lo primero, aunque hay que tomarlos con reservas...Hablaremos de ello en otro momento. Hoy la entrada se ha hecho ya excesivamente larga.





26 de octubre de 2016

Caminos de borrascas

Ahora que la última borrasca fría se ha centrado ya sobre Canarias y provoca allí algunas lluvias importantes, puede ser interesante revisar su evolución en las imágenes satelitales del canal de absorción de vapor de agua. Vamos a seguir la elección de un camino que la llevó -quizás algo antes de lo que cabía esperar- hacia el archipiélago, y no hacia la zona de Madeira-Golfo de Cádiz en unos días climatológicamente muy propicios para haberse producido esa evolución. Lo hacemos analizando las imágenes de las 06 UTC de estos últimos días para ver  los cambios experimentados en periodos de 24 horas:

Sábado, 22 de octubre:

                        


Se inicia el proceso clásico de formación de una profunda vaguada atlántica. La imagen se parece mucho a las de otras situaciones que han llevado a la formación de una dana en la zona típica de Madeira-golfo de Cádiz. Sólo sería necesario un máximo de viento con la velocidad necesaria en la rama descendente de la dorsal atlántica para llevarla algo más hacia el sur. Sin embargo, esa circulación tropical-subtropical que se encuentra más baja de latitud, podría interferir en la evolución.

Domingo, 23 de octubre:

                          

El ramal descendente de la dorsal atlántica progresa hacia el sur menos de lo que cabría esperar -bien sea por falta de suficiente velocidad o por interferencia con la circulación subtropical. Se inicia la transformación de la vaguada en una borrasca fría al oeste de Galicia.

Lunes, 24 de octubre:

                              

Todo parece indicar que se produce una intensificación de la dorsal atlántica con la aparición de un nuevo máximo de viento en el chorro polar. Ello provoca un crecimiento de la misma hacia Islandia, al tiempo que la hace inclinar su eje hacia el este. La lógica contrapartida es el movimiento de la borrasca fría hacia el suroeste y la iniciación de un nuevo centro algo más al sur del primitivo. Ni su ubicación, ni su desplazamiento hacia el sur pueden permitir ningún desarrollo ciclónico sobre el Mediterráneo.

Martes, 25 de octubre:

                                  

El nuevo núcleo de la borrasca se encuentra ya en la zona de Canarias mientras el original queda frente a Portugal, muy debilitado. La profunda vaguada que acoge a ambos se estrecha cada vez más, de forma simultánea al crecimiento de la dorsal atlántica y al de otra, acompañada de aire muy cálido y polvo, sobre el norte de África.

Hoy, miércoles 26 de octubre:

                                       


La borrasca canaria tiene ahora una apariencia muy madura y queda ya aislada de la circulación principal mientras que el núcleo frente a Portugal ha desaparecido, o al menos ha quedado oculto por nubes más altas. 

Utilicemos ahora ya el análisis de las 00 UTC de hoy:


Llama la atención el crecimiento de la dorsal africana hacia el Mediterráneo occidental con aire muy cálido y polvo en suspensión, algo poco frecuente en la zona a finales de octubre. Se observa por otra parte la reconstrucción de la circulación principal con el paso de una vaguada poco profunda sobre el área cantábrica. 

Tras su paso, y en el transcurso de un par de días, todo parece indicar que el lento desplazamiento de la borrasca canaria hacia el oeste va a propiciar una conexión entre la dorsal africana y la atlántica hasta establecer una perfecta estructura de bloqueo con la dorsal anticiclónica centrada sobre la Península Ibérica. Calor y calimas sobre la Península a finales de octubre. 



Todo parece indicar que la situación se mantendrá con pocos cambios durante el fin de semana. Luego, el 1 de noviembre es el día de Todos los Santos. "Por los Santos nieve en los altos" ¿será así este año?...

Todo va a depender del comportamiento de una nueva vaguada que aparece en los mapas previstos acercándose a la Península ya en las primeras horas del día 31:



No está claro si afectará de lleno  a la Península o se quedará algo más al norte. Las apuestas de los modelos probabilísticos no son fuertes en el sentido de que pueda ir más hacia el sur,  mientras sí que aparecen algunas posibilidades de que se pudiera quedar más al oeste de Galicia y Portugal. Hay que esperar.




¿Qué puede haber de anormal en estos comportamientos respecto a la climatología? Por lo que se refiere al descenso hacia Canarias de la actual borrasca creo que simplemente puede atribuirse a la pura variabilidad natural. Más extraña me resulta la persistencia en la muy escasa ubicación de las danas en el golfo de Cádiz durante los últimos años. Se forman, pero quizás un chorro relativamente alto en latitud no propicia su marcado descenso hacia el sur, y cuando descienden no suelen moverse hacia el golfo. Se estacionan más al oeste y propician la entrada de la dorsal africana sobre la Península. ¿Pura variabilidad natural, que puede modificarse en cualquier momento...o incidencia del calentamiento global en los patrones ondulatorios del chorro polar, no sólo en ondulaciones más marcadas sino también en un patrón hemisférico algo distinto? Esperemos que sea sólo lo primero.

19 de octubre de 2016

Meteorología y prensa: De Norteamérica a Europa

Siempre me ha llamado la atención el interés de la prensa norteamericana por los asuntos y servicios meteorológicos, y no sólo desde un punto de vista meramente informativo sino también desde la investigación y reflexión. El último ejemplo ha surgido en relación con el paso del huracán Matthew por zonas de la costa este norteamericana. Pues bien, entre los distintos artículos aparecidos quiero destacar ahora dos: uno referido a la necesaria mejora del sistema de avisos y el otro al comportamiento del sistema de predicción norteamericano.



El primero apareció en Mashable el pasado día 10 de octubre. En él, su autor Andrew Freedman, se refería a la necesaria modificación, o más bien sustitución, de la conocida escala Saphir-Simpson basada en la intensidad de los vientos de un huracán y en su potencial poder destructor. Freedman argumenta que, con frecuencia, los principales daños no son causados tanto por el viento sino por las intensas lluvias y/o las mareas de tempestad, fenómenos que podrían estar siendo cada vez más intensos en buena medida por un océano cada vez más cálido. Para ellos no existe una escala que el público pueda relacionar con su potencial peligrosidad, mientras que en el inconsciente colectivo sí está profundamente grabada la idea de que un huracán comienza a ser realmente peligroso a partir de la categoría 3....de la escala de Saphir-Simpson. Una idea que puede conducir a dramáticos errores ya que huracanes de menor categoría, o incluso tormentas tropicales, pueden ser más dañinos por lo que a inundaciones o corrimientos del terreno se refiere. Tras esta consideración el articulista pasa revista a algunos otros índices propuestos para evitar estos equívocos e insta a los responsables a tomar pronto una decisión sobre esta crítica cuestión. 



El segundo artículo apareció hace un par de días, el 17 de octubre, en el The New York Times Magazine y su autor es Michael Behar. Es un trabajo extremadamente crítico con el Servicio Meteorológico norteamericano, esta vez en relación con las deficiencias en la predicción de la intensidad de Matthew. Está basado fundamentalmente en comentarios del blog de Cliff Mass, un conocido meteorólogo norteamericano y profesor de la universidad de Washington conocido por sus críticas al NCEP, el organismo responsable del citado Servicio Meteorológico. Críticas tanto por la menor calidad de sus modelos respecto a los del Centro Europeo y Gran Bretaña, como por sus técnicas operativas, o por la falta de liderazgo y coordinación respecto a toda la modelización meteorológica estadounidense. El artículo es discutible, como también alguna de las opiniones de Mass, pero lo que me interesa destacar de él son dos cosas: una, el interesante debate en el seno de la sociedad norteamericana sobre su meteorología y sus servicios meteorológicos y otra el reconocimiento de William Lapenta, director del NCEP, sobre el buen servicio prestado por las críticas de Cliff Mass y su reconocimiento de que fueron en buena medida responsables del aumento de crédito a este organismo por parte del Congreso norteamericano tras los serios problemas en la predicción de Sandy.

Cuando desde Estados Unidos, uno vuelve la mirada sobre Europa se encuentra con un panorama muy distinto. Más allá de algunos excesos informativos sobre determinados fenómenos adversos o de las críticas apresuradas sobre alguna predicción aparentemente desacertada, no se encuentra fácilmente -o al menos yo no las conozco- reflexiones serias sobre el futuro de la meteorología europea, el sistema de avisos Meteoalarm, o los planes o políticas del Centro Europeo a Plazo Medio, solo por poner algunos ejemplos. 

Y si nos centramos en España: ¿alguna investigación o reflexión sobre la necesaria evolución de nuestro sistema de avisos, las predicciones o productos meteorológicos que recibe el público, las posibles mejoras en la predicción de fenómenos convectivos o la más profunda utilización de la predicción por conjuntos? ¿O quizás sobre los resultados de los distintos estudios sobre la observación o las proyecciones del cambio climático en nuestro país?

Creo que trabajos y críticas constructivas y bien hechas sobre estos u otros temas serían bien recibidos por la sociedad española y por la propia AEMET, ya que ayudarían a abrir o a iluminar caminos. Pero me temo que, en estos tiempos, los políticos y los periodistas -mejor las empresas de comunicación- están en otros temas.

11 de octubre de 2016

La Virgen del Pilar cumple...¿Lo harán santa Teresa o San Lucas?

Como si la atmósfera quisiera cumplir con esa tradición no escrita de que el tiempo suele cambiar a más lluvioso y frío hacia la Virgen del Pilar (al menos en la vertiente atlántica), aquí nos llega, justo mañana día 12, una borrasca fría con un frente frío muy desarrollado y con aire frío en su núcleo de niveles medios, que va a originar lluvia en mayor o menor escala en toda la Península y Baleares. Sin embargo, lo va a hacer con una no muy habitual trayectoria noroeste-sureste, obligada por una dorsal atlántica que avanza tras ella. No estamos por tanto ante un temporal de poniente ni de suroestes, aunque transitoriamente los vientos puedan soplar de esa dirección.

En esta imagen del canal de vapor de agua de Meteosat correspondiente a las 09 UTC de hoy, 11 de octubre, puede verse al noroeste de Galicia, y todavía relativamente alejada la borrasca fría que nos trae el sustancial cambio de tiempo coincidiendo con la festividad del Pilar. Su no muy habitual trayectoria hacia la Península Ibérica viene forzada por el avance de la dorsal atlántica que aparece al oeste de ella.
Veamos su situación para la próxima madrugada:

Topografía de 500 hPa prevista para la madrugada del 12 de octubre por el modelo del Centro Europeo. La posición de la borrasca fría da lugar a que de forma muy pasajera fluyan sobre la Península vientos del oeste y del suroeste...que de momento no van a tener continuidad. La ausencia de colores morados indica que no existen discrepancias entre el modelo determinista y el probabilístico.
Pero, puestos a recordar tradiciones, no cabe olvidar que el día 15 es Santa Teresa y también forman parte de la tradición las intensas lluvias y riadas que, con frecuencia, pueden aparecer en estas fechas en el Mediterráneo; así en muchas zonas se recuerda "la riada de Santa Teresa" o "la riada de San Lucas", unos días más adelante. De hecho, si esta borrasca se hubiera estacionado en la zona del golfo de Cádiz, en vez de irse rápida hacia el Mediterráneo, hubiera hecho posible el desarrollo de una borrasca en superficie en la zona de Alborán-Palos que, a su vez, hubiera propiciado un buen temporal de levante en la zona mediterránea. Aún así, su paso puede originar también algunas lluvias intensas en la zona aunque parece que se centrarían hacia Cataluña y sur de Francia donde llegarían los vientos húmedos del sur y sureste de forma más clara.


Vamos a ver todo ello en los mapas siguientes:

La topografía de 500 hPa prevista para la madrugada del viernes nos muestra el rápido paso de la borrasca hacia el Mediterráneo, incluso debilitándose y convirtiéndose en vaguada. La información probabilística no nos deja mucha duda sobre ello de forma distinta a las que sí existen sobre el  sector de chorro que acompaña a la nueva baja atlántica situada al oeste de Irlanda. ¿Podría venir hacia el golfo de Cádiz?

Topografía de 500 hPa para la madrugada del día de Santa Teresa. Aunque hay algunas dudas (morado intenso) sobre la ubicación de la baja atlántica, no parece que en ningún caso pudiera desplazarse mucho más al sur. También aparecen algunas dudas sobre la posición de la "antigua" vaguada (la evolución de la baja que nos atraviesa mañana) en el sentido de que quizás pudiera moverse un poco más despacio, condicionado probablemente a la evolución corriente arriba. En ese caso las lluvias en el norte de Cataluña-sur de Francia podrían persistir un poco más.

Pero si Santa Teresa este año "no cumple" en el sentido meteorológico...¿lo hará San Lucas el día 18? Pues tampoco parece que vaya a ser así.

La topografía prevista de 500 hPa para la madrugada del 18 al 19 de octubre nos muestra otra baja alojada en el seno de otra vaguada del chorro polar. La incertidumbre más acusada se extiende más hacia el norte de la Península Ibérica. Sin embargo la información probabilística nos indica que no dejemos de vigilar esa vaguada porque podría extenderse algo más hacia el sur.  En cualquier caso, no parece probable que esa baja pudiera descender hasta la zona "interesante" para el Mediterráneo. También conviene vigilar la posible llegada de una baja de origen subtropical a Canarias, algo insinuada por la información probabilística. 
Por tanto, aunque hay intentos de "cumplir", el chorro polar no parece sentirse de momento con mucha energía para bajar en bloque de latitud -lo que nos podría llevar a un temporal atlántico de lluvias- o a formar vaguadas más extensas hacia el sur, con formación de danas y temporales mediterráneos. En cualquier caso, y como apunto arriba, no hay que perder de vista la posible llegada en estos días de una baja de tipo subtropical a Canarias. ¿Llegará? ¿Vendría luego hacia la Península? Algunas posibilidades hay. De momento bienvenidas sean estas "regadas" episódicas.