29 de marzo de 2012

Claro... pero ¡si luego les cambia el viento!

Los meteorólogos no nos cansamos de repetir que la primavera es la época del año con más dificultades de  predicción…o como se diría más técnicamente: cuando es menos predecible.  Hay quienes piensan que decir eso es una forma de “protegerse” en unos meses que abundan  celebraciones y festejos al aire libre y el público está muy interesado en ver si las va a poder llevar a cabo “dentro o fuera” o si le merece la pena hacer un  determinado viaje. Pero no, no  es “protección”. Hay razones científicas para decir lo que decimos.

Intento explicarlo con la mayor sencillez posible. Para comenzar quiero recordar la frase que me decía hace ya varios años un veterano labrador tratando de disculpar los errores de las predicciones:

Claro…ustedes hacen una predicción…pero… ¡si luego les cambia el viento…!

Indudablemente las cosas no son como él pensaba porque los modelos de predicción ya pronostican los cambios de viento al igual que otras variables de la atmósfera como la presión, la temperatura o la humedad y además todo ello de forma coordinada…pero algo de razón tenía. Y tiene que ver con esa “predecibilidad” de que antes hablaba.

Para hacer una predicción científica, sea al plazo que sea, se necesita partir de la situación real de la atmósfera en un momento dado y a partir de ahí, mediante ecuaciones matemáticas que describen leyes de la Física, calcular el posible estado futuro de la atmósfera. Naturalmente, si todo fuera perfecto, las predicciones serían perfectas a cualquier plazo. Pero no es así. Veamos de donde pueden surgir los errores.

Una primera fuente de error está relacionada con la calidad de la situación “real” de que se parte. La red de observación mundial es amplia y potente: estaciones automáticas, radiosondeos, satélites, radares… Sin embargo, aún con todo ello, a veces la “foto” de ese estado de partida sale “movida”. Y si hacemos cálculos a partir de algo que ya no es correcto los errores crecerán con el paso del tiempo y la predicción fallará.

Otra fuente es la calidad de los modelos matemáticos con lo que se hacen las predicciones. Han evolucionado de forma increíble en los últimos 20 años pero no son perfectos. Es como si ese futuro estado de la atmósfera, sobre todo si tiene unas determinadas características, lo vieran con una cierta miopía y no pudieran ajustar bien la mirada. Los “bultos” están claros pero no todo el detalle.

Y la tercera fuente e importantísima: la naturaleza física de los movimientos atmosféricos. Son  de naturaleza caótica y eso quiere decir que pequeñísimos cambios –o errores- en la condición de partida pueden dar lugar a evoluciones muy distintas entre ellas.

Pues en primavera se nos junta todo: la atmósfera está pasando de su configuración de invierno a la de verano y ello se caracteriza por la aparición en su seno de distintos tipos de perturbaciones, de “remolinos” de tamaños muy diversos, a veces muy pequeños, que pasan con frecuencia desapercibidos por todos nuestros sistemas de observación por muy potentes que sean.  Además, como en primavera la atmósfera, justo por esa transición, suele ser especialmente caótica, - lo es menos en el resto de las estaciones- esos “remolinos” crecen rápido y perturban mucho los movimientos básicos que los modelos habían previsto, llegando incluso a convertirse en borrascas muy activas en poco tiempo.

Un "remolino" a 500 hPa al suroeste de Irlanda previsto para el martes
por el Centro Europeo. Puede tener importancia para la evolución a partir
 del miércoles...pero, hoy por hoy, la confianza del propio sistema en que 
llegue a tener realidad es relativamente baja.
 De este modo, a los tres o cuatro días de predicción, la realidad se parece muy poco a lo que se había previsto.  Y por último, cuando además ese tipo de situaciones pueden dar lugar a chubascos y tormentas es cuando los modelos se vuelven más miopes: “ven” que va a haber tormentas pero no son capaces de predecir con todo detalle a qué hora y en que sitio  va a llover y qué cantidad va a caer.

De todo ello provienen las reticencias de los meteorólogos en primavera. Pero todo esto no es una visión pesimista; todo lo contrario. Hemos avanzado de forma increíble y además de nuestras “debilidades” científicas hemos desarrollado fortalezas y  ahora sabemos a priori que nivel de predecibilidad tenemos cada día. Algún día me referiré más despacio a ello. Pero ahora, ya para acabar, sólo quiero retornar al labrador y modificar ligeramente su frase para que quede perfecta:

Claro…ustedes hacen una predicción…pero… ¡si luego se les cuela un remolino…!

26 de marzo de 2012

Pasión de meteorólogos

Tras muchos años dedicados a la predicción o a la comunicación del tiempo, tengo claro que la verdadera Semana Santa de los meteorólogos es justamente la semana previa, la que empezamos hoy. Llega ya, imparable, una “ola” que empezó a originarse una o dos semanas antes con comentarios como:

-          - Ya se que es muy pronto… pero, ¿no me puedes dar una idea?

-         -  Seguro que ya sabéis algo…

-        -  Pues no se para que servís si no podéis dar una predicción para unos días de fiesta…

O aquella frase  que intenta “sacar” algo aunque sea de manera indirecta:

-         -  Pues seguro que llueve el jueves y el viernes santo

Los meteorólogos capeamos esta semana dando la información disponible lo mejor que sabemos hasta llegar al domingo de Ramos cuando, de momento, baja algo la presión. Y a partir del lunes santo reaparece:

-        -  Oye, ahora sí que ya lo sabéis seguro, ¿verdad?

-      - Pues si no habéis acertado para el finde…¡mucho vais a acertar para dentro de unos cuantos días! (aunque se haya acertado)

Se vuelve a hacer lo que se puede, se  afina todo lo posible y se pasan los días críticos en plena oración para que las predicciones salgan más o menos bien pensando que, si es así, el lunes o el martes de Pascua nadie dirá nada, o a lo más aquello de:

-         - Hombre, esta vez no se han equivocado mucho los meteorólogos

Y si sale mal, como dice un amigo mío, exagerando un poco: “Uno sabe que le espera el calvario”

A veces pienso que esto de las predicciones para la Semana Santa y el empeño para ver si los meteorólogos aciertan o se equivocan se ha convertido ya en un rito más de estas fiestas y que, si es así, no se puede hacer mucho.

En cualquier caso: ¿Cuál es el problema de fondo? El problema es que en primavera y salvo para algunas situaciones muy concretas, la atmósfera es muy poco predecible. Ello quiere decir –y me extenderé más en ello en otra ocasión- que las características que tienen las evoluciones atmosféricas en esta época hacen que los modelos no puedan ofrecer predicciones útiles más allá de tres o cuatro días como mucho. Eso no quiere decir que la predicción hasta 10 o 15 días no exista pero que la probabilidad de que coincida con la realidad posterior es muy baja, a veces casi inexistente.

Pero, además de este problema puramente científico, existen otros dos: uno de comunicación y otro de percepción. Por una parte las personas reciben por los distintos medios y comentarios de la calle casi un bombardeo de informaciones y valoraciones con frecuencia distintas entre ellas. Y por otra: hay personas a las que una lluvia de quince minutos les estropea el día y juzgan severamente a los predictores  mientras que para otras eso no ha supuesto el más mínimo problema porque el resto del día ha lucido parcialmente el sol, lo han disfrutado y su juicio es mucho más benévolo.

¿Hay solución para todo esto? En buena medida, sí: no pedir a los meteorólogos que vayan más allá de la verdad “científica” y que éstos la sepan comunicar tal como es. Cualquier predicción es una probabilidad y eso siempre lo hemos sabido. Sin embargo, desde hace unos años tenemos métodos para cuantificar esa probabilidad y sobre todo conocer cuales son los tres o cuatro escenarios básicos que pueden presentarse seis u ocho días antes y que se reducen a uno, o a lo sumo dos, un par de días antes de la fecha en cuestión.

Para hacerlo, la dificultad que se presenta es doble: primero que el público se acostumbre  a aceptar ese tipo de información como la mejor que puede recibir. La segunda, como ya apuntaba antes, que los meteorólogos sepamos contarlo bien para que sea entendida adecuadamente, ya que presenta algunas dificultades de comunicación. Es verdad que  hemos iniciado de algún modo este camino pero todo el esfuerzo que se haga en este sentido, tanto de investigación, como de comunicación  y de divulgación ( una vez más: ¿para cuándo un buen programa semanal de meteorología en la tele?) será muy útil para la sociedad, mucho más allá de este singular tiempo de “pasión”.

23 de marzo de 2012

El "Meteoro Fenológico", una joya ahora para todos

Coincidiendo con el Día Meteorológico Mundial, la Agencia Estatal de Meteorología ha subido a su web la versióndigital de todos los ejemplares del "Calendario Meteoro Fenológico", desde su primer número en 1943 hasta el de este mismo año.

El Calendario Meteoro Fenólogico, que posteriormente quedó en “Meteorológico” iba dirigido en su origen a los colaboradores altruistas del  entonces Servicio Meteorológico Nacional así como a los agricultores en general. Daba criterios detallados de observación sin aparatos, consejos sobre el tiempo y el campo, observaciones fenológicas, pequeños artículos divulgativos y un montón de datos y tablas climatológicas de gran interés. En él escribieron con la facilidad y sencillez que les caracterizaba grandes meteorólogos como Jose María Lorente o Lorenzo García de Pedraza. También son destacables muchas de las portadas del calendario sobre todo las correspondientes a sus primeras épocas  que reflejan una visión romántica de la meteorologia y su interacción con el mundo rural.


             

Los distintos números del Calendario, que han sido “piezas” casi veneradas por los estudiosos y los aficionados a la meteorología, se hallaban completamente agotados. Es por tanto una estupenda noticia que AEMET haya decidido ponerlos ahora al alcance y al disfrute de todos los interesados.

OMM: 2011, el undécimo año más cálido desde 1850 y la década 2001-2010, la más cálida

Coincidiendo hoy con la celebración del Día  Meteorológico Mundial, la Organización  Meteorológica Mundial (OMM) ha hecho público el Informe Anual sobre el estado del clima global. La conclusión más importante es que 2011 ha sido el undécimo año más calido desde que comenzaron los registros en 1850 incluso habiendo tenido lugar en él el fenómeno conocido como “La Niña” que tiene tendencia a bajar la temperatura global. De hecho ha sido el año más cálido en el conjunto de los que han registrado este fenómeno. En contraste con esta información cabe destacar que según los datos de AEMET en España, sin afectación directa por "La Niña", 2011 fue el año más cálido de la serie histórica española. 

Además OMM ha anunciado las conclusiones preliminares del Resumen decenal sobre el estado del clima mundial, que se publicará en breve y revela que el cambio climático se aceleró en el período de 2001 a 2010, el decenio más cálido jamás registrado en todos los continentes. Así, durante los cuatro decenios anteriores el ritmo de aumento de la temperatura mundial ha sido “notable”, según el resumen preliminar. Desde 1971 la temperatura mundial ha aumentado en un promedio de 0,166 °C por decenio, según las estimaciones, frente a la media de 0,06 °C por decenio calculada para el período completo de 1881 a 2010.

Cabe recordar a este respecto que, hace exactamente un año, AEMET publicó otro estudio que, sin ser directamente comparable a éste, mostraba también la aceleración del incremento de la temperatura media en España. Mientras que entre los períodos 1961-1990 y 1971-2000 la temperatura media a nivel nacional se incrementó en 0,22º C, entre 1971-2000 y 1981-2010 se incrementó en 0,46º C, siendo la variación más del doble que la observada entre los dos períodos de referencia anteriores.


El informe de la OMM presenta una serie de gráficos de gran interés que muestran con toda claridad como, mas allá de distintas polémicas, el calentamiento global continúa.

21 de marzo de 2012

Primavera, nieve, Madrid...

No es nada raro que en primavera aparezcan sobre España borrascas de niveles altos que den lugar a nevadas en altitudes medias tanto en marzo como en abril y, con menos frecuencia, mayo. Por tanto el temporal que nos viene afectando desde hace un par de días está actuando dentro de la normalidad, si bien, el que haya coincidido con la entrada de la primavera, está dando lugar a comentarios de todo tipo y mas viniendo de un invierno en el que las nevadas, salvo en zonas muy concretas, han escaseado.

Cuando la presencia de la borrasca viene acompañada de un marcado flujo de viento de levante en superficie, las precipitaciones suelen ser  abundantes en el tercio oriental de la Península y la nieve puede aparecer, como está sucediendo estos días, en cotas relativamente bajas. En televisión han aparecido imágenes de buenas nevadas en zonas del Sureste y, aunque en apariencia espectaculares, no parece probable -aunque hay que esperar un poco más-  que se hayan marcado récords salvo quizás en alguna zona entre los 600-900 metros, sobre todo  si tenemos en cuenta que ayer el observatorio de Albacete registró su efemérides de precipitación en 24 horas del mes de marzo con 29,8 mm

En este tipo de situaciones, aparte de precisar en la medida de lo posible las cantidades máximas que pueden alcanzarse para emitir los correspondientes avisos, la duda para los predictores es hasta donde hacia el oeste van a llegar las precipitaciones. Y el punto crítico es: ¿Van a llegar a Madrid?...¿Nevará en Madríd?

Pues si, esta noche ha aparecido la nieve en la comunidad de Madrid e incluso en la zona metropolitana. Parece que ha llegado a cuajar algún centímetro en ciertas zonas aunque se funde rápidamente.  Y seguro que  muchas personas  se han extrañado: ¿nieve en Madrid en marzo?

Siempre digo que la memoria meteorológica es frágil. Seguramente pocos recuerdan de forma espontánea que el 4 de marzo del año pasado también nevó en Madrid e incluso se produjeron atascos en la A-6. Y si se consulta la base de datos de AEMET vemos que también nevó en los marzos de 2010, 2004, 1998…aunque el récord parece tenerlo marzo de 1971 con tres días consecutivos de nevadas con acumulaciones de hasta 30 cm.
La predicción de la nieve en Madrid presenta dificultades de muchos tipos tanto técnicas como operativas. En algún momento, mas adelante, me gustaría hablar de ello.

18 de marzo de 2012

Olor a primavera

La primavera astronómica comienza el martes a las 6,14horas y la atmósfera va adquiriendo ya también  su apariencia primaveral. Tras la marcha, probablemente el jueves, de la borrasca de niveles altos que   afectará a media España, van  a predominar sobre nosotros en los próximos días flujos aéreos poco definidos, asociados ocasionalmente a débiles embolsamientos de aire frío. Ello, junto con la energía solar que poco a poco se va incrementando,  dará lugar al crecimiento, primero sobre las montañas y mas tarde sobre el llano, de nubes en forma de grandes cúmulos que pueden llegar a ser cumulonímbos y ocasionar algunas tormentas humidificando, refrescando el ambiente y dejando ese olor característico que muchas personas identifican como "olor a primavera".



A veces esas tormentas, cuando intervienen otros factores, pueden dar lugar a precipitaciones importantes incluso de carácter torrencial con el problema añadido de la tremenda dificultad para hacer una buena predicción detallada del lugar y hora de su ocurrencia. Salvo estos casos dejan en general poca lluvia y además de una forma muy dispersa y heterogénea. Es lo que refleja el refrán popular de "Abril, aguas mil y todas caben en un barril".

Indudablemente éste no es el régimen de lluvias que se necesita para paliar sustancialmente el déficit de lluvia que padecemos. Para ello la mejor opción sería que llegara a España una serie de borrascas del Atlántico que afectaran con sus frentes a los dos tercios occidentales de la Península, el territorio denominado a "grosso modo" vertiente atlántica". Incluso si alguna  de ellas se "colara" un poco mas al sur, por Gibraltar, hacia el Mediterráneo, sería perfecto ya que podría provocar un temporal de lluvias mediterráneas que tampoco vendría mal.

Sin embargo no es ésta la situación. La corriente en chorro, ese intenso flujo de viento en las capas altas atmosféricas que ayuda a crear borrascas y luego las dirige en su recorrido, no apunta hacia España. Se encuentra muy orientado desde el Atlántico central hacia el norte transportando a esas borrrascas con su aire cálido y húmedo al lugar que "no debería": hacia el Ártico.

De momento vamos a ver lo que da de si durante estos días esta borrasca que se está formando sobre nosotros. Los modelos apuntan a lluvias relativamente importantes en la mitad oriental peninsular y a la aparición de algunas nevadas en cotas relativamente bajas de la mitad oriental y centro de la Península. ¿Se acumularán unos cuantos centímetros? ¿O será una nieve muy efímera? Recordemos aquel otro refrán muy característico de la primavera temprana española: "Nieve marcelina, en sus patas se la lleva la gallina"



13 de marzo de 2012

¿Al fin las lluvias?

Tras casi cuatro meses con lluvias escasísimas la esperanza está en el comportamiento de la primavera. Una primavera con pocas o ninguna lluvia podría dar paso a un verano realmente problemático. La tensión y la preocupación por esta situación es fácilmente perceptible en la calle y es tema reiterativo en los medios de comunicación.

Aunque todavía sin una gran fiabilidad empiezan a aparecer algunos signos optimistas en los modelos. Durante la primera mitad de la próxima semana una borrasca fría podría quedar en situación casi estacionaria con su centro sobre Portugal de modo que su zona delantera, la productora de lluvias y algunas tormentas, abarcaría a buena parte de la mitad occidental  de España. Como parece que esta perturbación podría permanecer en esta situación de forma casi estacionaria durante tres o cuatro días las lluvias podrían ser relativamente generosas en zonas de Extremadura, Andalucía occidental y ambas Castillas.
Mapa de niveles altos previsto para el próximo martes 20 de abril

 En cualquier caso es una situación prevista a cuatro o cinco días, por tanto:  ¿podemos fiarnos de ella? 


Si, mas allá de los modelos a que estamos acostumbrados, los "deterministas", como el que aparece en la figura de al lado, vemos la evolución de las predicciones por "conjuntos" que son las que nos dan una idea de la mayor o menor probabilidad de que esa evolución se produzca, llegamos a la conclusión de que, lo mas probable, es que esa  perturbación se forme en la cercanía de la Península pero no queda del todo claro su intensidad y su ubicación concreta. 

Y ésto último es el problema: Un error de mas o menos 200 km en la determinación del centro de la borrasca puede llevar a tener lluvias e incluso tormentas fuertes o tiempo caluroso del sur con algunas nubes altas. Por tanto se hace necesario seguir los modelos de predicción un par de días mas para tener una mayor seguridad sobre si aparecen las tan deseadas lluvias.

En cualquier caso algo se mueve en la atmósfera: el anticiclón atlántico tiende a desplazarse hacia Centroeuropa y un ramal del chorro del oeste (el que trae las perturbaciones atlánticas hacia España) parece apuntar mas hacia el sur contorneando a ese anticiclón. Ello da mas oportunidades para  recibir este tipo de  borrascas. Con cuatro o cinco situaciones como ésta nuestro balance hídrico se recuperaría en buena medida y las plantas podrían recuperarse -y las personas- tras el gran stress hídrico a que unos y otros estamos sometidos.

Pero de momento solo cabe esperar y disfrutar, si hay ocasión para ello, de algunas tormentas -con algo de polvo africano- provocadas por otra pequeña y poco importante borrasca que atravesará la Península este viernes. 

En fin, algo se mueve. Veremos si dura.


12 de marzo de 2012

Sequía

Cuando los medios preguntan sí estamos en sequía es difícil responder salvo en ocasiones muy claras. La sequía no tiene una definición universalmente aceptada. Se entiende como un periodo mas o menos largo de tiempo en el que las lluvias están por debajo de sus valores normales. Pero: ¿cuanto tiempo?, ¿cuanto por debajo?
Precipitación % Acumulada / Normal

Desde el punto de vista meteorológico se suele aceptar el periodo de seis meses como un umbral temporal bastante adecuado así como una cantidad de lluvia por debajo del cincuenta por ciento de los valores normales como umbral para las precipitaciones. En cualquier caso el tema sigue siendo complejo como podemos ver si lo aplicamos a la situación actual. En efecto, se ha publicado la noticia de que el periodo diciembre-febrero ha sido el trimestre invernal con lluvias mas escasas desde al menos 1947. Sin embargo noviembre registró un cuarenta por ciento mas de lluvia mientras que septiembre y octubre fueron muy secos. ¿Hay sequía meteorológica entonces? Si aplicamos estrictamente los criterios anteriores, no. Si los suavizamos un poco, si. Por eso a veces se ha empleado la expresión "estamos entrando en un periodo de sequía y estaremos de lleno en ella a poco que no llueva en primavera".

En cualquier caso lo que si es muy reseñable es la "virulencia" o intensidad que tiene la falta de lluvias en estos últimos meses. Hay amplias zonas de España donde ha llovido menos del 25 por ciento y algunas en las que prácticamente no ha llovido. Si tomamos todo ésto en cuenta realmente y de forma mas pragmática estamos en sequía.


Cuestión distinta es la sequía hidrológica. En este caso hay que tener en cuenta, mas que las lluvias, si el agua disponible en los embalses está por debajo de un umbral definido para las distintas cuencas hidrográficas. En el caso actual los embalses andan en valor medio alrededor del 60 por ciento de su capacidad. No estamos por tanto en sequía hidrológica pero si las lluvias de primavera escasean y a ello se une la práctica ausencia de nieve en muchas montañas españolas la sequía hidrológica acabará apareciendo al menos en algunas cuencas.


10 de marzo de 2012

¿Son nubes "ordeñables"?

La Comunidad de Madrid ha hecho público un concurso para realizar un estudio radiométrico sobre determinadas nubes de la sierra del Guadarrama y determinar si son susceptibles de ser estimuladas para que produzcan mas precipitación. De esta forma resurge un tema del que se habló hace ya unos años y que vuelve a la palestra en épocas de sequías mas o menos intensas.

El tema de la estimulación artificial de la precipitación es tema siempre lleno de interrogantes y polémicas. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) se ha ocupado con frecuencia con él emitiendo incluso algunas declaraciones periódicas sobre el estado de la cuestión y llegando siempre al mismo tipo de conclusión: no es posible probar que exista de modo general una adecuada relación costo-beneficio que haga recomendable el uso de este tipo de técnicas. Y en este punto cabe recordar que el primer experimento internacional denominado PEP (Precipitation Enhancement Project) fue llevado a cabo por la OMM en tierras de Valladolid en los años 1979 y 80.

Es verdad que existen algunas zonas del, planeta donde se llevan a cabo estas técnicas y los responsables parecen sentirse satisfechos. Depende mucho a mi juicio del tipo de nube en cuestión y de la magnitud de los resultados que se obtengan de modo que la operación pueda considerarse rentable.



En el caso de la sierra de Madrid parece sensato que, de momento, lo que se intente sea un estudio de las características de las nubes sobre las que se pretende actuar a través de un denominado "estudio radiométrico" que determine sus características microfísicas. Supongo que las "candidatas" sean las nubes de retención estacionarias que se forman en la sierra con vientos de componente norte y que en principio dejan precipitaciones muy escasas. Supongo que el método trataría,además de hacer crecer los cristales de hielo ya existentes,  inestabilizar la nube para hacerla crecer de modo que formara mas y mejores cristales. Pero para ello hace falta que haya humedad disponible...y las situaciones del norte traen aire bastante seco que quizás dejen ya toda su humedad en las nubes naturalmente formadas. Además puede que a veces existan ciertas invesiones por encima de ellas que dificulten aún  mas su crecimiento.

En cualquier caso se trata de un estudio interesante. Esperemos los resultados.