2 de marzo de 2023

Olas de calor y sequedad del suelo: Estados Unidos y España

Aunque ahora la situación es la contraria, seguramente recordamos que a finales de junio de 2021 una intensísima ola de calor se desarrolló sobre la Columbia Británica alcánzandose temperaturas máximas entre 45 y 49ºC, valores absolutamente inusitados en esas zonas. Como causas más probables se apuntaron la aguda dorsal cálida en niveles medios y altos de la atmósfera, la subsidencia y el efecto del calentamiento por vientos catabáticos. Se discutíó también el efecto que podría haber jugado la poca humedad disponible en el suelo al suponer que se había empleado la mayor parte de la energía solar incidente en su calentamiento más que en una posible evaporación de la humedad, dada su escasez en aquella época.

Era lógico que en Norteamérica una situación tan inusitada diera lugar a múltiples estudios sobre ella. Así la revista Monthly Weather Review acaba de publicar un artículo en el que precisamente se estudia el papel de la humedad en aquella situación y parece concluir (solo me ha sido posible leer el resumen) que, por supuesto, había influido pero no de un modo muy determinante.  Por ello parece que el papel primordial lo habían jugado otros factores tales como la subsidencia y los efectos catabáticos. 

Análisis del geopotencial de 500 hPa y de la temperatura de 850 hPa correspondiente a las 12 UTC del 28 de junio, cuando se registraban las temperaturas más elevadas en superficie.

Este fue también el debate  que se suscitó en relación con las intensas olas de calor del pasado verano en España y el papel jugado por las condiciones de gran sequedad reinantes en amplias zonas de la Península Ibérica. 

Análisis del geopotencial de 500 hPa y de la temperatura de 850 hPa correspondiente a las 00 UTC del 18 de junio, de 2022, uno de los días de temperaturas más elevadas en España.

Lamentablemente no existen -o no se han publicado todavía- estudios sobre ello y creo que sería fundamental que se realizaran tanto desde el punto de vista científico como el de concienciación de la población. En cualquier caso mi opinión es que, aún siendo muy importante la situación de sequedad de los suelos, es el aire cálido ligado  a la pronunciada dorsal cálida subtropical y sobre todo la fuerte subsidencia ligada a la zona delantera de estas estrechas dorsales los principales factores responsables de las altísimas temperaturas máximas y mínimas. ¿Están siendo estas dorsales tan "agudas" y alargadas cada vez más frecuentes en general o en nuestro entorno geográfico? Sí es así…¿cuál es su relación con el cambio climático?

Como tantas veces he indicado es cada vez más necesario un amplio esfuerzo de investigación en España sobre estas cuestiones. Y un apunte más: esperemos que este próximo verano el calor no sea tan intenso…pero, sí así fuera, ¿estamos preparados para ello desde el punto de vista de la toma de medidas por parte de la población y de los distintos sectores económicos, industriales y sociales para abordarla ¿Qué hemos aprendido y qué haremos cuando vuelva a presentarse que lo hará más pronto que tarde otra situación de este tipo?


12 de enero de 2023

Esperando un temporal de invierno

Tras los bienvenidas pero aún insuficientes lluvias ligadas a los “ríos atmosféricos” de diciembre y las elevadas temperaturas de los días navideños -preocupante su impacto sobre varias especies de flora y fauna- estamos a la espera de un temporal de invierno que pudiera suministrar más lluvias y abundante nieve en las zonas montañosas, al tiempo que llevase a las temperaturas a valores más acordes para la época … aunque me temo que ese retroceso frío, tras las altas temperaturas pasadas, también tendría probablemente un impacto significativo en algunas especies.

¿Llega ese temporal? Ya desde hace varios días el modelo del Centro Europeo ha venido apuntando a una reestructuración del flujo atmosférico de niveles medios y altos sobre la Península, producto a su vez de otra reestructuración del mismo muy corriente arriba, hacia Norteamérica. Una evolución de cierta complejidad que hace que las predicciones probabilistas muestren todavía algunas dudas sobre el resultado final. En cualquier caso, vistos modelos deterministas y probabilistas, parece claro que nos encontramos a las puertas de un marcado temporal de invierno caracterizado sobre todo por vientos muy fríos y  precipitaciones de nieve en todas las áreas montañosas, que serían muy abundantes en la cordillera Cantábrica y los Pirineos.

El cambio comenzaría el próximo domingo con el paso de una vaguada sobre la Península y que sería más marcada -y activa- que otras anteriores debido al crecimiento de una dorsal sobre el Atlántico occidental.

Topografía H500/T850 prevista por ECMWF para las 12 UTC del próximo domingo 15 de enero. Es interesante fijarse en el "dipolo" formado por la profunda vaguada fría junto a la costa este de Norteamérica y la dorsal situada inmediatamente al este. La expansión hacia el norte de esa dorsal provoca a su vez una mayor profundización de la vaguada que atraviesa la Península Ibérica. 

Entre el lunes y el martes, comienza a producirse una reorientación del eje de la dorsal y una cierta progresión hacia el norte. Ello va a contribuir a un aumento del gradiente que da lugar a un reforzamiento del chorro polar al noroeste de la Península.

Topografía H500/T850 prevista por ECMWF para la madrugada del martes, 17 de enero. Obsérvese el proceso de reorientación del eje de la dorsal ligado posiblemente a una inyección de aire cálido hacia el norte por la vaguada/borrasca fría. 

La continuación del proceso durante el martes y el miércoles dará lugar probablemente a que el núcleo central de vientos del chorro polar fluya sobre la Península y Baleares dando lugar a también a fuertes vientos del noroeste en capas bajas arrastrando aire muy frío  originando por tanto una sensación muy desapacible y de pleno invierno en las vertientes atlántica y cantábrica mientras que en el área mediterránea esa sensación será menos marcada ya que, aunque el viento también se hará notar bastante, las temperaturas serán más suaves

Topografía H500/T850 prevista para las 06 UTC del miércoles 18 de enero. Ahora la orientación de la dorsal es norte-sur y está más cerca de la Península Ibérica. El chorro polar fluye sobre España y, según este modelo, su núcleo discurre sobre el suroeste peninsular. El aire polar se extiende por todas las zonas. 

Esta situación de vientos del noroeste no provoca por sí misma movimientos ascendentes marcados por lo que no daría lugar a precipitaciones. Pero esos movimientos sí se producen cuando estos vientos inciden sobre las laderas de barlovento de las cadenas montañosas formando espesas nubes con gran poder precipitante. De este modo, se van a producir nevadas importantes en las montañas cantábricas y Pirineos. En los Sistemas Central e Ibérico y sierras béticas y penibéticas serán menos cuantiosas dado que ese aire, en principio marítimo, ha ido perdiendo gran parte de su humedad tanto por las precipitaciones ya producidas como por haber sufrido efecto foehn a sotavento de las montañas. Por su parte, en las zonas llanas del interior, las precipitaciones en forma de nieve o aguanieve serán muy escasas y provendrán del arrastre por el viento de masas nubosas creadas sobre las cordilleras o, de modo puntual, por alguna turbulencia interna del flujo del noroeste. 

Así ve el modelo determinista del Centro Europeo la acumulación de nieve durante la primera mitad de la próxima semana. 

Parece que, a partir del jueves, el modelo determinista apuesta por un debilitamiento -que no desaparición- de la situación con un mayor acercamiento de la dorsal y en días siguientes hacia un posible "descuelgue" hacia el sur de una masa fría de procedencia ártica...pero el sistema probabilista no lo tiene tan claro todavía, así que no conviene avanzar mucho más.

Por otra parte -quizás no tanto por otra parte- existen algunos indicios de que hacia los últimos días del mes  podría originarse una reversión de los vientos en la alta estratosfera con la posibilidad de un calentamiento súbito. Como se sabe un fenómeno de este tipo no implica necesariamente otra reversión importante del flujo en la troposfera pero sí es un escenario adecuado para que ello pudiera producirse. En ese caso es posible que se presentaran fenómenos de retrogresión y la llegada de aire continental muy frío desde el este o nordeste. De una forma u otra, bienvenido sea el tiempo de invierno. "Es buen tiempo cuando en cada tiempo hace su tiempo".
 

9 de enero de 2023

Contra "amarillismos" meteorológicos, investigación y buena comunicación

En este periodo festivo que acaba de concluir y que ha transcurrido con tiempo generalmente tranquilo, lluvioso en algunas zonas y con temperaturas con valores en general varios grados por encima de lo normal para la época, ha llamado la atención -y a veces ha preocupado- la frecuente aparición en algunos medios de comunicación de titulares muy exagerados sobre la evolución meteorológica, cuando no completamente erróneos y fuera de contexto. Ello ha llevado a la protesta de algunos profesionales y aficionados que se plantean qué puede hacerse contra estas conductas. 


Es verdad que los titulares “espectaculares” sobre cuestiones meteorológicas y climatológicas siempre han existido pero la aparición de las redes sociales y muy en especial Twitter los han potenciado en gran manera. Con frecuencia intercambios de opiniones entre gente experta son leídos -e interpretados- por personas con escasa formación meteorológica que elevan a la categoría de seguro lo que es una simple probabilidad o una conjetura. Y también hay que reconocer el uso parcial e interesado de algunas de esas informaciones con el fin de generar expectación.

Mi experiencia de muchos años haciendo comunicación meteorológica me ha llevado a la conclusión de que es muy poco efectivo establecer una “batalla” directa contra esas informaciones; lleva bastante tiempo hacerlo y los resultados son escasos, nulos o incluso a veces contraproducentes. Creo sin embargo en la utilidad de que cada colectivo especializado en este tipo de comunicación ejerza de forma coordinada su actividad del mejor y más claro modo posible y que, salvo raros casos de urgente necesidad, no se entre al juego de los desmentidos algo que a veces genera más ruido. En este sentido creo que la creación de la Asociación de Comunicadores de Meteorología (ACOMET) fue un paso importante en ese sentido en el que hay que seguir profundizando. Es también innegable la excelente labor realizada día a día por los actuales portavoces de AEMET así como la de algunos, pocos, periodistas especializados y la de algunas webs meteorológicas. Todo ello hace que el público conozca cada vez mejor cuáles son las fuentes fiables de información y "pase" de titulares espectaculares.

En cualquier caso una comunicación eficaz y confiable exige tener fundamentos científicos bien elaborados, actualizados  y muy cercanos al entorno de interés. Por eso es fundamental que AEMET pueda reforzar su labor investigadora y sería ideal que lo hiciera en colaboración con distintos departamentos universitarios especializados, todo ello en el marco de una serie de intereses comunes. Para conseguirlo parece lógico la disponibilidad de una serie de recursos tanto económicos -si procede- como de personal así como el establecimiento de una directriz clara y unos objetivos concretos. Ojalá la amplia convocatoria de puestos de trabajo para AEMET que acaba de hacerse pública pueda posibilitar una mayor disponibilidad de personal si bien la prioridad máxima es resolver la imperiosa necesidad de cubrir muchas vacantes necesarias para asegurar adecuadamente sus irrenunciables tareas operativas de servicio público. 

15 de diciembre de 2022

Un recorrido por la historia de la meteorología española siguiendo a Francisco Morán

Nos pasa tanto a profesionales de la meteorología como a aficionados que tan centrados como estamos en las propias evoluciones atmosféricas y en las tendencias climáticas, descuidamos profundizar más en la historia de nuestra ciencia y en las personas que hicieron posible llegar al punto en el que ahora nos encontramos. Por eso es muy reconfortante que, de vez en cuando, se nos ilustre o se nos recuerde de dónde y de quienes venimos y cuál es el camino recorrido hasta este momento.

A ello va a contribuir en gran medida el libro que han escrito dos queridos compañeros meteorólogos: Manuel Palomares Calderón y Alejandro Méndez Frades y que acaban de presentar en la sede central de AEMET en Madrid. Bajo el título “Francisco Morán Samaniego. Meteorología y Física del Aire en la España del siglo XX”, versa sobre la figura y obra de Francisco Morán, uno de los grandes físicos de la atmósfera y meteorólogos españoles, mucho menos conocido que lo que merecería. En su larga carrera profesional hasta su jubilación en 1970, desarrolló un importante trabajo investigador tanto en termodinámica como dinámica de la atmósfera y formó, tanto en la Universidad como en el propio Servicio Meteorológico Nacional, a un excelente plantel de profesionales tales como Mariano Medina, Pedro Rodríguez Franco, José Garmendia, Manuel Castañs, Manuel Palomares (padre), Josep María Jansà o Miguel Azpiroz entre otros muchos, que siempre consideraron un honor ser discípulos suyos. 



Pero la vida de Francisco Morán y su aventura científica e intelectual no es el único contenido del libro, aunque por sí mismo ya lo justificaría. Los autores han enmarcado su figura en el desarrollo de la física de la atmósfera durante el siglo XX tanto a nivel nacional como internacional. Este enfoque, junto con la rica y amplia información aportada, nos regala una visión amplia e integradora del desarrollo de la meteorología teórica en el siglo XX.

Si a todo ello añadimos la amenidad, la calidad del texto y el material documental y gráfico aportado, el libro se convierte en una muy recomendable lectura para todos los amantes de la ciencia meteorológica y de su desarrollo en nuestro país, una historia que no debemos dejar de conocer.

Solo me resta añadir que el libro me ha resultado casi adictivo, realmente interesante y muy revelador. Lo recomiendo vivamente

14 de diciembre de 2022

La familia Meteosat: Nuevos horizontes...y algunos recuerdos


Ayer fue lanzado con éxito el primer satélite de la tercera generación de Meteosat, algo que puede dar lugar a un avance muy sustancial tanto en las actividades de vigilancia y predicción inmediata (nowcasting) como de predicción numérica.

Esta nueva generación consta de dos "constelaciones". Cada una de ellas está formada por dos satélites de toma de imágenes y de detección de descargas eléctricas y otro con funciones de realización de sondeos y de detección de la calidad del aire. Tras el satélite de toma de imágenes que acaba de ser lanzado, se prevé que en 2024 lo haga el sondeador y en 2026 el segundo dedicado también a la toma de imágenes, de forma coordinada con el primero. Aproximadamente diez años después del lanzamiento de cada uno de ellos, irían al espacio sus sustitutos dando lugar así a la "segunda constelación" de esta tercera generación de Meteosat. Se estima que el satélite que acaba de ser lanzado se hará completamente operativo en el plazo aproximado de un año mientras que todas las capacidades que va a ofrecer la constelación de los tres satélites estarán disponibles cuando todos ellos se encuentren en órbita. 

Los satélites de la tercera generación de Meteosat tienen una estructura muy distinta a los de la primera y segunda ya que aquellos estaban estabilizados por rotación y tenían forma cilíndrica. (EUMETSAT)

El satélite de toma de imágenes dotado de 16 canales tomará imágenes del disco terrestre cada diez minutos y podrá hacerlo cada 2,5 minutos de una zona más restringida del hemisferio norte (básicamente Europa). Trabajará a una resolución entre 0,5 y 2 km dependiendo de los canales y del tipo de operación. Por su parte el detector de descargas eléctricas las registrará sobre cuatro áreas que cubren completamente todo el disco con una resolución espacial de unos cuatro kilómetros. Todas estas características nos dan una idea de las grandes posibilidades que este satélite va a proporcionar para el estudio y vigilancia de todo tipo de fenómenos atmosféricos pero muy especialmente en los de tipo convectivo que cada vez preocupan más por su intensidad.

El satélite de adquisición de imágenes y de detección de descargas eléctricas. Tras el lanzamiento ya efectuado del primero de ellos, el del segundo está previsto para el primer trimestre de 2026 (EUMETSAT)

Por su parte el satélite sondeador trabajará en varias bandas del espectro infrarrojo con una resolución de 4 km y obteniendo sondeos sobre todo el disco cada hora y cada media hora sobre Europa. Es obvio lo que estas resoluciones espaciales y temporales suponen para la correcta inicialización de los modelos numéricos a todos los plazos y muy especialmente para los de muy alta resolución de tan gran importancia para la predicción de fenómenos adversos y también muy especialmente los de carácter convectivo. También dispondrá de otro sondeador en bandas de los espectros ultravioleta, visible e infrarrojo cercano para la vigilancia continuada de la calidad del aire.

El satélite para la realización de sondeos y vigilancia de calidad del aire. Su lanzamiento está previsto para el segundo trimestre de 2024 (EUMETSAT)

En resumen, la puesta en marcha de esta tercera generación de Meteosat es en mi opinión un avance de importancia trascendental y uno de los grandes aportes de la comunidad meteorológica y espacial europea en las acciones de mitigación del cambio climático y de la mejora de la predicción en sus distintas escalas. 

Y para poder calibrar lo que supone este avance me parece que puede resultar oportuno recordar cómo viví -y como vivimos en el INM- los primeros tiempos de utilización de los primeros satélites de la primera generación de Meteosat a partir de su primer lanzamiento en 1977. Lo haré con la ayuda de algunos textos de mi libro “Recuerdos del tiempo”.

Meteosat de primera generación

Primera imagen tomada por el primer satélite Meteosat el 9 de diciembre de 1977

El INM adquirió el primer equipo de recepción de imágenes de Meteosat en baja resolución (analógica) a finales de los setenta y pocos años después se instalaron en otras unidades operativas del INM. Así lo recuerdo:

“Ahora me resulta increíble que pudiéramos trabajar sin imágenes de satélite, pero entonces no se echaban para nada de menos. Si bien se había instalado hacia 1968 un receptor de imágenes de satélites polares norteamericanos, el producto que se recibía era de baja calidad y sólo llegaban tres o cuatro veces al día. Aparecían por las mesas de trabajo como algo casi anecdótico. En 1979 u 80 se adquirió una antena y una nueva cadena de recepción para recibir, además de los polares, el Meteosat-1 que se había lanzado en 1977. Al principio las imágenes, aunque mucho más frecuentes, seguían teniendo una calidad muy deficiente debido a las características de la impresora pero ya, cuando se adquirió un reproductor fotográfico mejor, los predictores empezaron a interesarse un poco más.

Así eran las imágenes que recibíamos de los primeros Meteosat transmitidas por el sistema WEFAX desde el Centro de Operaciónes de la Agencia Espacial Europea (ESOC) en Darmstadt

El problema era que nadie sabía interpretarlas bien. En las del canal visible veíamos bandas nubosas, espirales, nubes que parecían nieblas…, en fin, algo más o menos reconocible, pero las del infrarrojo, al ser imágenes térmicas, nos resultaban de mucha más difícil interpretación. Sin embargo, era el canal que tenía una difusión más frecuente, tanto de noche como de día. Y no digamos nada del canal de absorción de vapor de agua, que siempre nos pareció una ruidosa radiografía de contraste y que de alguna manera lo es, aunque ahora ya sin ruidos…

Yo trabajaba ya en el Centro de Análisis y Predicción y esperaba con gran interés la llegada de cada nueva imagen:

"Como el equipo de recepción estaba situado dos plantas más arriba, le correspondía al operador de la estación bajarlas al Centro de Predicción una vez recibidas. En general las traía puntualmente aunque con algún lógico retraso de vez en cuando teniendo en cuenta que no era realmente esa su función. Cuando la situación era interesante, yo tenía tantas ganas de estudiar la nueva imagen que subía directamente a recogerlas. Como tenían un horario fijo de recepción –todavía recuerdo que la transmisión comenzaba cada hora a los minutos +12 y +42- y ésta duraba unos tres minutos, me subía a la hora crítica y, bajo la mirada medio atónita y medio divertida del operador, me pegaba al equipo de recepción e iba viendo salir la imagen línea a línea hasta que finalizaba. Inmediatamente –y con el agradecimiento del operador al que le ahorraba varias subidas y bajadas- volvía de nuevo a la oficina para examinar la imagen  con Paco Dana  y con otros compañeros del Centro.

Pocos años después, en una remodelación de la Sala de Análisis, el equipo de recepción de satélites se instaló en un anejo a la propia sala y se acabó –para los operadores y para mí- aquella hermosa, pero trabajosa tarea de subir a por nubes y bajar con nubes".

Los graves sucesos de la pantanada de Tous y de las inundaciones del País Vasco de agosto de 1983, dieron lugar al establecimiento de un amplio plan de renovación tecnológica en el INM. Uno de sus pilares básicos era la recepción y rápido proceso de las imágenes Meteosat en alta resolución a través de un sistema que denominamos SAIDAS:

Una de las primeras imágenes en alta resolución de la situación del 20 de octubre de 1982 obtenida a través del sistema McIdas que se convertiría en el "corazón" del SAIDAS.


"Pero nos preocupaba mucho el retraso con que nos llegaban las imágenes Meteosat para su aprovechamiento en la vigilancia y en la predicción inmediata. Teniendo en cuenta que Meteosat exploraba todo el disco terrestre durante unos 25 minutos y que el postproceso de las imágenes se hacía en ESOC, la sede operativa de la Agencia Espacial Europea en Darmstadt, una vez acabada la recepción de la imagen completa, el resultado era que las imágenes nos llegaban media hora después de que hubiera ocurrido el fenómeno o situación que nos mostraban. Ese retraso nos resultaba inaceptable y en aquella ebullición de creatividad en que estábamos inmersos se nos ocurrió si no sería posible recibir en SAIDAS la imagen “bruta” y hacer aquí de forma más rápida el postproceso de Darmstadt. Y nos lo propusimos como si fuera la guinda final de nuestro diseño".

Y nos propusimos plantear esta idea tanto en ESOC como en el centro de Ciencia e Ingeniería Espacial de la Universidad de Wisconsin (SSEC), creadores del sistema McIdas de proceso de imágenes satelitales: 

"Empezamos por visitar el Centro de Operaciones de ESA en Alemania, el ESOC. Allí, con toda osadía, expusimos nuestros planes y nuestra idea de intentar recibir la emisión directa de Meteosat –el “raw data”- para disponer de las imágenes lo antes posible. Supongo que internamente pensaron que estábamos locos, ya que nadie se había planteado anteriormente eso; era algo que requería unos esfuerzos técnicos y económicos considerables. Sin embargo, nos escucharon respetuosamente defender con vehemencia y convencimiento nuestros argumentos sobre la vigilancia de los fenómenos convectivos mediterráneos. No opusieron ningún reparo conceptual a los planes, salvo advertirnos de las dificultades, y nos prometieron toda su colaboración. Creo que estaban seguros de que acabaríamos abandonando esa loca idea”.

En paralelo con nuestras actividades en torno a McIdas seguíamos en el empeño de conseguir la recepción directa de Meteosat. Lo habíamos hablado en Madison y la gente del SSEC no veía problemas importantes si bien tendrían que estudiarse con mas detalle las características específicas de la emisión “raw” o “bruta” de Meteosat. Llevando con nosotros el estupendo aval del SSEC, visitamos el laboratorio de Meteorología Dinámica de la Universidad Politécnica de París, que llevaba a cabo de forma no operativa la recepción de esa emisión y también volvimos de nuevo al ESOC en Darmstadt para discutir el tema con más profundidad. Nadie veía pegas insalvables, aunque creo que seguían interiormente entre extrañados e incrédulos por lo que estos españoles pretendían.

Finalmente no fue necesario llevar a cabo la recepción directa ya que ESOC adelantó mucho la emisión de las imágenes pero aquel proceso fue una gran experiencia para nosotros. Y curiosamente en aquellos primeros ochenta ya empezaron las reuniones para el diseño de la segunda generación de Meteosat, la que hasta es la operativa: 

A finales de 1984, fui con mi compañero Pepo Juega a Avignon para participar en la primera reunión preparatoria de la segunda generación de satélites Meteosat ¡18 años antes de que el primero de esta serie fuera lanzado! El diseño se hacía siempre con muchos años de adelanto, y en aquel caso se trataba de empezar a conocer que requerían los usuarios de los futuros Meteosat. En otra situación, Pepo y yo hubiéramos asistido a la reunión bastante despistados, pero nuestra experiencia en el diseño del SIVIM y sobre todo nuestro aprendizaje con los amigos del SSEC de Madison, nos hizo asistir a ella con ideas y planteamientos bastante claros. Intentábamos que los nuevos Meteosat fueran evolucionando hacia el diseño de los GOES norteamericanos. Recuerdo especialmente la cerrada defensa que hicimos de la inclusión del canal de absorción de vapor de agua. En los Meteosat de primera generación había figurado más como un experimento que como un canal operativo y había dudas sobre su inclusión en la siguiente generación. A partir de los estudios que habíamos hecho en Madison, veíamos importantísima su disponibilidad futura. Así dejamos constancia y en reuniones posteriores cada vez más países abogaron por su disponibilidad.

Podría seguir contando más “historias” de Meteosat durante los años posteriores y de la operatividad que desarrollamos con él así como de los interesantes productos derivados que se obtuvieron y se siguen obteniendo. No es necesario, se trataba solo de recordar muy por encima de donde venimos  para valorar adecuadamente lo que supone este inicio de la tercera generación de Meteosat. 



10 de diciembre de 2022

"Efrain", el chorro y los ríos atmosféricos

Hoy sábado, diez de diciembre, nos encontramos en un intervalo de “descanso” entre el paso de distintas borrascas atlánticas que -esta vez sí- están regando con bastante generosidad gran parte de las zonas de la Península que se encontraban ya con una muy alarmante escasez de agua. Sin embargo la situación que nos va a afectar a partir de mañana y atribuida de algún modo a la borrasca denominada “Efraín” -por los vientos muy fuertes que va a originar en Azores- presenta algunos rasgos interesantes que conviene señalar.

“Efraín” fue en su origen una depresión subtropical que permaneció casi estacionaria en pleno Atlántico, relativamente cercana al continente americano, y a ella me referí en la anterior entrada del blog. Tal como comentaba allí, hace dos o tres días una vaguada del chorro actuó sobre ella, la puso en movimiento hacia el oeste-noroeste y la llevó a intensificarse.  Si bien acabó llevando a cabo una transición extratropical el Centro Nacional de Huracanes (NHC) mantuvo la vigilancia sobre ella porque cabía la posibilidad de que durante un corto espacio de tiempo se convirtiera en una tormenta tropical o subtropical.

Si ahora contemplamos el mapa de superficie previsto para mediodía de mañana vemos como “Efraín” y sus frentes asociados se sitúan hacia la zona de Azores mientras que la Península Ibérica se ve afectada por una débil y recién nacida borrasca secundaria pero que va a producir precipitaciones abundantes. 



Mapa de superficie previsto por el Met. Office británico para mañana 11 de diciembre a mediodía.  Mientras que "Efraín" (no nombrada por la meteorología inglesa ya que allí utilizan otros nombres) ya muy profundizada se encuentra sobre el área de Azores, un seno de bajas presiones -no está claro si va a llegar a ser una circulación cerrada- atraviesa la Península acompañada de una onda frontal.

Lluvias acumuladas hasta la medianoche del domingo/lunes. La mayor parte se producirán por el paso de la onda frontal a que hacía referencia anteriormente y cuya traza queda bien reflejada por la estructura del campo de precipitación. Obsérvese como las lluvias afectan también a algunas zonas del área mediterránea poco proclives a recibirlas con situaciones de poniente  (ECMWF/Meteored)

¿Por qué se genera esta segunda borrasca? ¿tiene algo que ver con “Efrain”? Desde mi punto de vista, no. Creo que es el resultado de una onda de altura inmersa en el fuerte flujo de un chorro extratropical que a su vez conduce a un río atmosférico hacia la Península Ibérica.

Topografía del geopotencial de 300 hPa prevista para mañana domingo 11 de diciembre a mediodía. La flecha roja indica la pequeña onda embebida en el seno del intenso flujo del W/SW que es responsable de la onda frontal que atraviesa la Península. En mi opinión "Efrain" solo juega como mucho el papel de un cierto "engranaje" para esta circulación (ECMWF/Meteored)

Distribución y estructura de los chorros sobre el hemisferio norte mañana a mediodía. Puede observarse como el principal, que entra en el Atlántico por Florida y desciende casi hasta las Pequeñas Antillas es el que nos afecta de lleno (Netweather)


Pues bien, ese chorro es el que va a conducir hacia la Península Ibérica al "río atmosférico" que se aprecia en este mapa de agua total precipitable" a las 09 UTC producido por el SSEC de la Universidad de Wisconsin.

Esta es la simulación de la imagen del canal de absorción de vapor de agua prevista por el Centro Europeo para mañana domingo por la mañana. Aunque no se trata de la misma magnitud que la de la imagen anterior, vale para mostrar el discurrir del río atmosférico sobre la Península.

Este es el chorro que nos va a seguir afectando en los próximos días y que va a seguir conduciendo hacia la Península otro o el mismo río atmosférico que dará lugar a precipitaciones abundantes y seguramente sin el concurso de ninguna borrasca cercana en superficie. Sus pequeñas ondas embebidas provocan el ascenso suficiente de la humedad del río para producirlas. 

Y es curioso que estas estructuras, al igual que sucedió con otras situaciones muy parecidas, pueden originar también lluvias significativas en las Comunidades de Valencia y de Murcia, algo que rompe el criterio de que con situaciones de Poniente no llueve en estas zonas. 

Mapa de precipitación acumulada entre las 06 y 12 UTC de mañana domingo. Lo que me interesa destacar es cómo en esta situación tan clara de Poniente las lluvias, incluso algunas significativas alcanzan amplias zonas del litoral mediterráneo y a Baleares.

Por supuesto que hay razones para que ello ocurra pero, en todo caso, estas situaciones de ríos atmosféricos sobre la Península -recordemos por ejemplo la de diciembre de 2019 o aquella "Bárbara" de octubre de 2020- deberían ser más estudiadas y categorizadas dada su importancia para nuestro balance hídrico. Y más ahora que se dispone de la potentísima herramienta de los reanálisis históricos. 


5 de diciembre de 2022

Vórtices, lluvias...¿quizás algunas nevadas?

En la última entrada del blog me refería al conjunto de cuatro vórtices atmosféricos que tendrían un protagonismo en la evolución atmosférica de estos días. La emigración de sendas dorsales anticiclónicas hacia latitudes muy septentrionales da lugar a la formación más meridional de vórtices de este tipo e incluso a la aparición de un chorro extratropical -el que consideramos “polar” se sitúa muy al norte- contorneando las citadas dorsales. 

En este contexto, veamos cuál es hoy, lunes 5 de diciembre, la evolución de esos vórtices y qué cambios han tenido lugar tomando como base una imagen de esta mañana del canal infrarrojo de Meteosat.

(Windy.com)

El vórtice "A", una pequeña dana que dio lugar el sábado a algunas nevadas en puntos de la mitad norte peninsular, se ha desplazado ya hacia Centroeuropa. 

El "B", una borrasca fría que se formó entre Madeira y Canarias, es la que hoy, ya debilitada, está atravesando la Península con lluvias. 

El tercero, "C", una débil borrasca fría que se formó hacia las Islas Británicas, se ha ido desplazando hacia el suroeste quedando en situación casi estacionaria y tiende a desaparecer.

Por su parte, "D", es una pequeña borrasca de reciente formación que, probablemente, acabará uniéndose, o al menos interaccionando con "E", otra borrasca fría más antigua, y serían la o las responsables del próximo episodio de lluvias y vientos que previsiblemente tendremos entre el miércoles y viernes. 

Después hay que estar atentos a una interesante evolución de "F" que nos puede afectar de distintas formas. Se trata de una baja subtropical casi estacionaria que puede ser activada por la presencia sobre ella de una vaguada de un chorro. Ello provocaría que efectuara una transición extratropical con una marcada profundización y expansión. Al mismo tiempo ese chorro la conduciría en dirección hacia las Islas Británicas. 

Sin embargo los mapas previstos sugieren que, bien inducido por ella o bien en paralelo, -habrá que irlo viendo- podría llegar hasta la Península hacia el domingo o lunes un río de humedad procedente de zonas subtropicales que nos daría en algunas zonas precipitaciones copiosas. 

Simulación de imagen del canal de absorción de vapor de agua para el domingo 11 de diciembre. Si ocurriera en la realidad, la gran borrasca sobre el Atlántico sería la evolución del vórtice "F" y la Península se vería afectada por un río de humedad con aire cálido y húmedo.

Y aquí entra otra posibilidad de la que ya se está hablando y que todavía hay que tomar con muchas reservas: dado que simultáneamente se va a producir una colada de aire polar bastante frío sobre Europa occidental, podría llegar a ocurrir la confluencia de ambas masas de aire con el remonte del aire tropical/subtropical más cálido y húmedo del río atmosférico sobre el frío y originarse de este modo nevadas en la Península a partir de una determinada altitud. Es algo que el modelo del Centro Europeo viene apuntando desde hace dos o tres días pero con distintas "idas y venidas" entre sus distintas pasadas en cuanto a territorio afectado, dado que es difícil saber todavía con exactitud cuál va a ser la trayectoria definitiva de ambas masas de aire y sobre todo, la mayor o menor profundización hacia el sur del aire polar.

Mapa de geopotencial de 500 hPa y temperatura de 850 hPa previsto por el modelo determinista del Centro Europeo para la madrugada del próximo domingo. Se aprecia un influjo del aire frío sobre el tercio nordeste peninsular y la llegada de aire atlántico más cálido desde el suroeste. En la zona de contacto y remonte del aire cálido sobre el frío podrían aparecer nevadas a partir de una altitud a determinar aunque posiblemente fueran pasajeras. Quedan aún muchos días para ver si esta evolución se va a dar pero la pongo porque el sistema de predicción probabilista no la descarta del todo.

En cualquier caso, más allá de que aparezcan o no estas nevadas, creo que la buena noticia es que diciembre está actuando como diciembre, que las lluvias finalmente han llegado y que podrían prolongarse por varios días.