29 de diciembre de 2015

Cambio de aires

"Necesita un cambio de aires". Cuántas veces escuchamos esa frase referida a una persona a la que, por su situación física o anímica, se le recomienda un cambio temporal de residencia, o al menos de actividades, para ayudarla a recuperar el equilibrio perdido. Pues del mismo modo, en la Península y Baleares -y en buena parte de Europa- se estaba necesitando un profundo "cambio de aires" que nos devolviera el tiempo de finales de otoño y principios de invierno. Un cambio de aires que normalice la actividad de plantas y animales, que suavice la contaminación de las grandes ciudades, que cambie las condiciones propicias a incendios en el área Cantábrica y que, en el fondo,  nos ayude a recuperar a todos esa sensación de "tener otoño" o "tener invierno", sensación que también puede ayudar a  muchos a recuperar equilibrios perdidos o inestables. No olvidemos en este contexto ese sabio refrán que establece la mejor definición de "buen tiempo" que conozco: Es buen tiempo cuando en cada tiempo hace su tiempo.

La causa "proxima" de ese cambio ha sido el paso sobre la Península de una vaguada atlántica, que ha logrado atravesarla rompiendo el fuerte obstáculo que suponía la dorsal europea. Además parece abrirse el camino a que los vientos de poniente nos vayan trayendo poco a poco borrascas con frentes asociados que darán lluvias, sobre todo en la vertiente atlántica, si bien en un contexto de temperaturas todavía suaves para esta época del año. Todo ello ocurre tras un otoño muy seco en contra de la idea bastante extendida, aunque no "universalmente" asumida, de que con una situación de El Niño muy fuerte deberíamos haber tenido un otoño lluvioso en zonas de la vertiente atlántica. Y digo "no del todo asumida" porque otras teorías han apuntado a establecer más bien una relación con la sequía.

Es curioso que este cambio en el patrón de la circulación se haya producido coincidiendo prácticamente con la luna llena de Navidad, momento señalado por algunos astrometeorólogos, desde hace ya varios meses, como inicio del retorno de las lluvias a la Península, al menos durante el mes de enero. Sin entrar ahora en las causas físicas que pueda haber detrás, han acertado y justo es reconocerlo. Pero este "cambio de aires", este cambio de patrón circulatorio, no se ha dado sólo en nuestra zona geográfica sino que es un efecto más de un cambio importante en la configuración de los chorros en el hemisferio norte. De este modo, prácticamente en coincidencia con la vaguada que nos ha afectado, el descuelgue de una profunda DANA sobre Estados Unidos ha provocado allí una oleada de violentos tornados -prácticamente fuera de estación- seguida de un pronunciado descenso de temperaturas en algunos de sus estados. Por otra parte, también se han registrado intensas lluvias e inundaciones en Gran Bretaña y se anuncia ahora la llegada a esa zona de una profunda borrasca, ligada probablemente a un proceso de ciclogénesis explosiva. 

En esta análisis hemisférico de 500 hPa del Centro Europeo correspondiente a la noche del 27 al 28 de diciembre, puede verse la vaguada que comienza a atravesar a la Península Ibérica, así como a la profunda DANA centrada al sur de Estados Unidos. Aparece también una importante dorsal con eje Mediterráneo occidental-Escandinavia, a la que hago referencia a continuación.

Pero hay una pieza más del puzle que tiene asombrados y de algún modo preocupados a muchos meteorólogos y que no puede verse de una forma desligada a los fenómenos ya descritos. Se trata de la formación -ya está empezando- de una marcadísima dorsal anticiclónica que se extenderá en los próximos días desde el sur de Europa hasta Escandinavia, produciendo una impresionante anomalía térmica positiva, de casi 20º sobre zonas polares y llevando incluso a temperaturas cercanas a los 0ºC en algunos territorios en pleno invierno ártico. Afortunadamente esa estructura desaparecerá en poco tiempo porque de otra forma el impacto en esas zonas podría ser desastroso. En cualquier caso, sobre esta situación es muy ilustrativa esta entrada publicada en el foro de Cazatormentas.

Esta es la topografía hemisférica de 500 hPa prevista para la madrugada del 1 de enero. La dorsal a que antes hacía referencia alcanza el círculo polar ártico llegando casi al Polo Norte y generando en esas zonas unas importantísimas y prácticamente desconocidas anomalías térmicas. Una situación de este tipo suele dar lugar a que el chorro se divida o a que existan dos chorros bien definidos. Mientras uno rodea la dorsal, otro discurre mucho más al sur en una trayectoria más zonal. En este caso, el segundo chorro incidirá sobre la Península Ibérica manteniendo el flujo de ponientes.

Y ahora viene la cuestión que todos nos planteamos: ¿Variabilidad natural? ¿Cambio climático?... Por supuesto no tengo respuesta para ella, pero además me planteo si realmente son dos cuestiones independientes. El calentamiento global tiene que influir necesariamente en esa variabilidad, que sería otra si ese calentamiento no existiera. Pero lo que sí vamos conociendo es hacia que consecuencias nos conduce esta "nueva" variabilidad. Desde hace cuatro o cinco años se estudian, ya de forma sistemática, la posible relación de los fenómenos atmosféricos más adversos o significativos de cada año y el citado calentamiento global; estudios que se difunden por la American Meteorological Society en una publicación específica. Una de las principales conclusiones de estos estudios es que las olas de calor y los fenómenos más violentos son mucho más probables en un proceso de calentamiento global como en el que nos encontramos. Esa es, a mi juicio, la más importante respuesta científica. El conocer cómo la atmósfera y el océano lo hacen es misión casi imposible porque todo es unidad, todo es a la vez causa y consecuencia.

23 de diciembre de 2015

Nieve, vapor...Feliz Navidad

Quienes me conocen saben de mi doble pasión por la meteorología y por los trenes y, sobre todo, por la conservación de nuestro patrimonio histórico ferroviario. Por eso, hoy quiero utilizar una imagen y un texto común en mis dos blogs como felicitación de Navidad y para expresar mis deseos para el nuevo año a todos mis amigos y seguidores.

                     


En este delicioso cuadro de Monet se refleja una imagen común a esas pasiones: nada menos que un tren conducido por una locomotora de vapor en un paisaje nevado. ¡Qué no daríamos muchos de nosotros por ver la nieve en esta Navidad y disfrutar la sensación de una vieja vaporosa a pleno rendimiento. ¿Quizás en Venta de Baños con su tren de los Reyes Magos conducido por su cuidada vaporosa?

Y para el próximo año: ¿No nos gustaría un retorno a esa normalidad atmosférica -que quizás cada vez ya sea menos normal- con su invierno frío, y a veces blanco, a su verano cálido, pero no agobiante, y una primavera y otoño que sean realmente estaciones de transición? ¿Y no nos haría felices a los aficionados ferroviarios encontrarnos con un plan integral y sensato de recuperación, conservación y puesta en valor del poco patrimonio histórico que nos queda?

Se trata de sensibilidad y de cultura, para cuidar el patrimonio natural y para cuidar el patrimonio humano. Esperemos que un gobierno nuevo, o al menos renovado, actúe en esa línea. Y que cada uno de nosotros nos dejemos llevar por los dictados del corazón y hagamos lo que entendamos que es mejor para todo ello.


FELIZ Y TRANQUILA NAVIDAD

QUE 2016 SEA UN AÑO DONDE PREDOMINE EL ENTENDIMIENTO, LA SENSIBILIDAD Y LA CULTURA

22 de diciembre de 2015

Incendios en Navidad

Hace algunos días leí un tweet que decía algo así como "Me han robado mis inviernos" e inmediatamente me sentí identificado con su autor o autora. En otros tiempos sentíamos preocupación en estas fechas por los conflictos que las nevadas y las heladas podrían ocasionar en los recorridos por tren y carretera, tan habituales en esta época. Había que estar al tanto de las informaciones de aquel ínclito servicio de información telefónica denominado TeleRuta que notificaba puntualmente los puertos cerrados o con cadenas o las zonas de difícil vialidad invernal. De esta forma repiqueteaban en nuestros oídos nombres tales como las portillas del Padornelo y la Canda, el Páramo de Masa, la zona de Carrales o el tramo entre Incinillas y Soncillo, zonas casi legendarias donde los automovilistas tenían que bregar con las nevadas, los hielos...y con las cadenas.

Qué llamativo contraste con este año, donde los avisos no son de nevadas ni olas de frío, sino de temperaturas altas (para la época) y de elevados riesgos de incendios forestales, en consonancia con el tipo de tiempo que cada vez va predominando más. Curioso ver en Navidad a gente paseando por las playas como si de otoño se tratase o brigadas de bomberos luchando contra el fuego como si fuera agosto o septiembre.

La Maliciosa (2227 m) a primeros de diciembre

Y es en relación con este desusado brote simultáneo de incendios forestales en el área cantábrica sobre lo que hago hoy una pequeña reflexión. Aunque no soy experto en el tema, y habrá que conocer los resultados finales de las investigaciones, mi opinión es que, salvo algunas acciones puntuales y muy predeterminadas, no creo que haya existido un propósito generalizado, organizado y coordinado de quemar el monte. Se ha tratado más bien la conjunción de la quema habitual llevada a cabo por ganaderos con una marcada situación meteorológica de sur, poco frecuente en estas fechas, y probablemente más cálida de lo que cabría esperar, a lo que se ha unido un terreno muy seco debido a las escasas lluvias otoñales.

La situación meteorológica estaba clara desde algunos días antes y creo que los mapas previstos de índice de incendios señalaban a la zona de la cordillera Cantábrica como un área de riesgo extremo. Pero ¿llegó esta información en tiempo y forma a los que debían tomar acciones preventivas o correctivas? ¿Tenían esta información ganaderos y cazadores? ¿Hubieran actuado del mismo modo de haberla conocido? ¿La hubieran incluso aprovechado aún más algunos de ellos para sus fines incendiarios? ¿Se conocían estas informaciones -supongo que sí- por los equipos de intervención? ¿Se tomaron medidas de vigilancia y prevención de acuerdo con este nivel y se dieron consejos y recomendaciones a la población? Realmente no lo sé...supongo que sí, pero algo debió fallar para que no pudieran evitarse esos más de cien incendios simultáneos en la cordillera. ¿Quizás lo insólito de una situación que, aunque prevista, no resultaba del todo creíble?

Los puntos negros de esta imagen infrarroja de Meteosat del 19 de diciembre reflejan los incendios de mayor importancia en ese día (Imagen RAM meteo)
Todo esto me sugiere dos reflexiones. La primera es la necesidad de concienciar a los habitantes de estas zonas sobre la posibilidad de que las cosas ya no vayan siendo como antes; que el cambio climático puede ir haciendo estas situaciones más frecuentes y que ello origine, como consecuencia, que el monte ya no se regenere de la misma forma. Y que, por tanto, las prácticas tradicionales tendrían que ser revisadas para adecuarse a las nuevas circunstancias. Pero reconozco que es difícil porque, aunque la tendencia general sea ésta, son procesos que evolucionan en forma de "dientes de sierra" y en los ciclos "bajos" todos tendemos rápidamente al olvido.

La segunda reflexión es, una vez más, la certidumbre de que hay que llevar a cabo en España un rediseño integral del sistema de avisos, de modo que se logre una mayor coordinación y sinergia entre los profesionales de las distintas áreas que gestionan las situaciones de fenómenos adversos.  Así mismo, creo que habría que conseguir por otra parte una generación, distribución y control más integral y eficaz de las informaciones y de las acciones que deban ser tenidas en cuenta. Y, junto con todo ello, organizar y recibir un feedback apropiado por parte de la población afectada.

20 de diciembre de 2015

Tras las presentaciones de "Compartiendo el tiempo"

El jueves pasado presenté mi nuevo libro Compartiendo el tiempo en la librería Desnivel de Madrid, y ayer sábado lo hice en un salón habilitado por la tienda de meteorología Altocúmulo, de Valencia. 



Debo decir que los dos actos fueron agradabilísimos y me sentí maravillosamente acompañado por muchos familiares y amigos. Además, se cumplió  con creces mi deseo de reunir, siquiera por un rato, a miembros de las distintas "familias meteorológicas" (profesionales, comunicadores y aficionados), algo que creo que debería suceder más a menudo ya que creo que resulta muy fructífero. 

En Madrid me acompañaron Roberto Brasero, Paco Martín, José Miguel Viñas y Mario Fernández

Si bien en la presentación de Madrid pudimos tener un breve coloquio, la mayor disponibilidad de tiempo en Valencia posibilitó que este fuera allí más largo y detallado. En él participaron sobre todo socios de AVAMET a quienes agradezco mucho su excelente acogida, al tiempo que vuelvo a reconocer el gran trabajo que realizan en la meteorología de la Comunidad Valenciana. 

En Valencia, con Joan Carles Fortea, Empar Landete, José Ángel Núñez y Rafa Armengot

Con una buena representación de AVAMET

Extiendo este agradecimiento, como no puede ser menos, a las personas a las que "enredé" para que me acompañaran en la mesa de Valencia, como representantes de esas "familias" (Empar Landete, Rafael Armengot, José Ángel Núñez y Joan Carles Fortea) y, del mismo modo a las que lo hicieron en la mesa - sólo físicamente inexistente- de Madrid (José Miguel Viñas, Paco Martín, Roberto Brasero y Mario Fernández). Gracias de corazón por vuestras cariñosas palabras hacia el libro y hacia mí mismo. 

También mi reconocimiento a Marta y Darío de la librería Desnivel y a Antonio Pardo, de Altocúmulo, por lo fácil y agradable que me hicieron llevar a cabo las presentaciones. Y también a Efeverde por la acertada reseña que ha hecho de mi obra. Así mismo, agradezco de nuevo a José Miguel Viñas, la cariñosa mención que ha hecho al libro en el programa de RNE No es un día cualquiera.

Como bastantes personas me han manifestado su deseo de adquirir el libro y sé que puede resultar algo difícil hacerlo en librerías o grandes superficies porque la tirada ha sido corta, doy algunas pistas:

En la librería Desnivel y en la tienda Altocúmulo puede adquirirse ya, tanto directamente como por Internet.

A lo largo de la próxima semana estará disponible en los portales de Punto Rojo y Amazon para su venta on line.

En caso de cualquier dificultad, se me puede contactar en la dirección angel.rivera8@gmail.com

De nuevo, muchas gracias a todos.


18 de diciembre de 2015

2016...¿Lo viviremos también "acaloradamente"?

En mi libro Compartiendo el tiempo que presento estos días, dedico un capítulo al mes de julio de este año, que titulo como El mes que vivimos acaloradamente, dada la persistente ola de calor que soportamos durante casi toda su duración. 

Como la redacción del libro la finalicé en septiembre, no me era posible hacer aún un balance global del año, aunque todo indicaba que el resultado final sería el de un 2015 bastante cálido. Pues bien, ayer mismo AEMET hizo público el avance de su balance anual cerrado a 30 de noviembre, en el que informaba que la temperatura media de España ha sido de 16,5ºC y la anomalía de 0,8ºC con referencia al periodo 1981-2010 (si se hubiera comparado con el antiguo periodo de referencia 1971-2010, esta anomalía hubiera sido aún mayor). Pues bien, como diciembre está presentando también una anomalía muy significativa (nada menos que de 1,2º a 13 de diciembre), la definitiva del año puede acercarse a 1º. Ello situaría a 2015 - de hecho ya es así- entre los cuatro años más cálidos de la serie histórica, sólo por debajo de 2006, 2014 y 2011. Se trataría por tanto de un año muy cálido, un año vivido "acaloradamente" (sólo  enero, febrero y septiembre quedaron por debajo de sus valores normales de temperatura), y que se ha hecho notar con toda crudeza no sólo en humanos sino también en animales y sobre todo en el mundo vegetal.

Pues bien, este dato de España no hace sino corroborar la información facilitada hace pocos días por la OMM en la que, entre otros datos de gran interés, apunta a que, probablemente, 2015 será el año más cálido a nivel mundial, con una anomalía que rondará 1ºC por encima de los niveles preindustriales.  

Por su parte, pero muy en coherencia con todo lo expuesto, ayer el Servicio Meteorológico británico publicó también una nota informativa en la que señalaba cómo se estaban cumpliendo la predicción que había hecho en el 2014 para el 2015. En ella habían pronosticado una anomalía entre 0,52 y 0,76ºC, y la que se ha producido entre enero y octubre ha sido de 0,72ºC, respecto al periodo 1961-90 o de 0,41ºC respecto al 1981-2010. Se trata en cualquier caso de  la más alta de los últimos 20 años seguida de cerca por la de 2014 (0,61 o 0,30 dependiendo del periodo de comparación).

Pero, además, la nota añade la predicción para el próximo año e indica que 2016 será al menos tan cálido como 2015, si no lo es algo más. De hecho, se pronostica una anomalía de entre 0,72 y 0,96 (también periodo 1961-1990). Si esta predicción se cumple -y tiene visos de que sea así- nos encontraríamos con un trienio 2014-2016 que habrá batido todos los récords. 

Naturalmente este ritmo no tendría por qué seguir manteniéndose de esta forma (sería algo verdaderamente crítico). Estamos en un periodo en el que, a través de el fenómeno de El Niño, y posiblemente mediante el cambio de signo en la Oscilación Decadal del Pacífico (PDO), el océano está cediendo a la atmósfera buena parte del calor acumulado durante años anteriores. Es algo normal, ha ocurrido siempre y seguirá ocurriendo. Pero, seguramente, el valor neto de esa devolución esté siendo ahora mayor debido a una también mayor acumulación previa por el efecto de los gases invernadero. Es decir, nos encontraríamos ante una situación normal, aunque cuantitativamente alterada por la actividad humana. En cualquier caso, tampoco sería descabellado pensar que los propios ciclos océano-atmósfera puedan irse viendo alterados también cualitativamente por esta acción humana.

Ante estas evoluciones, sigo insistiendo en la necesidad de disponer de una narración continuada y asequible para el público de todo ello. Lógicamente, las altas anomalías registradas y sentidas ahora muy directamente por ese público hacen "fácil" su aceptación del calentamiento global pero, como decía antes, este ciclo acabará revirtiendo y vendrán años -espero- no tan anómalos, en los que incluso se volverá a hablar de "pausa" aunque el proceso básico siga de fondo. En esa situación podría extenderse de nuevo la idea de que "en el fondo no se sabe" y la opinión pública volvería a relajarse. Sin embargo, si desde ahora existiera esa narración coherente, que presentara la situación actual como un máximo de un proceso que tendrá también sus mínimos, pero dentro de una tendencia global creciente, creo que la comprensión -y por tanto la concienciación del público- sería mucho mayor.




2 de diciembre de 2015

Compartiendo el tiempo, mi nuevo libro

Me agrada poder comunicar a mis lectores y amigos la próxima aparición de mi tercer libro que lleva por título Compartiendo el tiempo. Es un conjunto de cincuenta artículos en los que expongo conocimientos, experiencias, opiniones e intuiciones sobre distintas cuestiones de meteorología, climatología y comunicación meteorológica. Parte de ellos están basados en distintos temas expuestos en este blog, mientras que otros están escritos específicamente para el libro.





Por tanto, a través de la obra, discurren sequías, nevadas, huracanes, danas, medicanes o ríos atmosféricos, pero también aparece en ella la componente humana de la meteorología: profesionales, aficionados, hombres y mujeres del tiempo, divulgadores o periodistas.  Mi intento ha sido presentar una visión amplia de la moderna meteorología y climatología construida como un puzle de percepciones, vivencias, opiniones y semblanzas.

El título del libro encierra un significado muy claro ya que muchas de las reflexiones y propuestas de las que aparecen provienen de haber compartido situaciones, problemas y experiencias  con muchos compañeros, comunicadores y aficionados, tanto  durante mi vida profesional como, afortunadamente, también tras mi jubilación. Por eso, y aunque asumo, todas las opiniones que en el libro se vierten, muchas de ellas provienen de un verdadero compartir el tiempo.

En esta misma línea de compartir, he querido que las presentaciones que voy a hacer del libro sean un motivo de encuentro y charla entre profesionales, aficionados y comunicadores donde podamos hablar de todos los temas que nos interesan relacionados con la meteorología en sentido amplio. 

De este modo en la presentación en Madrid, que tendrá lugar el jueves, 17 de diciembre a las 19 horas, en la librería Desnivel, en la Plaza de Matute 6, me acompañarán Francisco Martín León, ex meteorólogo de AEMET y editor de la Revista del Aficionado de Meteorología RAM (que ha sido el prologuista del libro), y, junto con él, excelentes comunicadores meteorológicos como José Miguel Viñas y Roberto Brasero, así como Mario Fernández (MeteoToledo) un gran aficionado que es, prácticamente, todo un profesional, así como un eficaz comunicador en Internet.

Dos días después, el sábado 19 de diciembre, tendré el gusto de hacer la presentación en Valencia, y más concretamente en la tienda de meteorología Altocúmulo en la Gran Vía de Fernando el Católico 83 a las 17,30 horas. En ella estaré acompañado por Rafael Armengot y José Ángel Núñez, queridos compañeros desde hace muchos años en  la Delegación valenciana de AEMET, Empar Landete, de AVAMET, y presidenta de la Federación de Asociaciones de Aficionados a la Meteo y Joan Carles Fortea, otro excelente comunicador meteorológico de la Comunidad Valenciana.

En cualquier caso, para que se pueda tener una idea más cercana del contenido del libro, pongo a continuación el índice:


PRÓLOGO

PRESENTACIÓN

1.- ¿CAMBIAR EL TIEMPO?

2.- SEQUÍAS

3.- NEVAR EN EL CENTRO

4.- CALENDARIOS METEOROLÓGICOS Y ASTROMETEOROLOGÍA

5.- LAS PREDICCIONES DIFÍCILES

6.- EL TIEMPO Y LA INCERTIDUMBRE

7.- ANÁLISIS, DIAGNOSIS, PROGNOSIS

8.- ¿PODEMOS ATRIBUIR FENÓMENOS CONCRETOS AL CAMBIO CLIMÁTICO?

9.- METEOROLOGÍA Y GEOGRAFÍA

10.- ¿EL MUNDO EVITADO?

11.- LO QUE REALMENTE “EXPLOTA” EN UNA CICLOGÉNESIS EXPLOSIVA

12.- BAUTIZAR BORRASCAS

13.- RETROGRESIONES

14.- LOS NUEVOS PREDICTORES

15.- METEOROLOGÍA Y HETERODOXOS

16.-HOMBRES Y MUJERES DEL TIEMPO, COMUNICADORES,  METEORÓLOGOS…                        

17.- EL CALOR QUE VIENE “DE ARRIBA”

18.- VIÉNDONOS DESDE FUERA

19.- TORNADOS EN ESTADOS UNIDOS…Y EN ESPAÑA

20.- DESHIELO ÁRTICO Y FENÓMENOS EXTREMOS

21.- COMUNICAR EL CAMBIO CLIMÁTICO

22.- ¿QUÉ HACE UN NIÑO EN ESPAÑA?

23.- EL TIEMPO Y LOS REFRANES…DEL TIEMPO

24.- METEOAFICIONADOS

25.- ¿TORMENTAS DE CALOR?

26.- “OLAS”…Y PERIODISTAS

27.- CAMBIO CLIMÁTICO Y ESPAÑA

28.- “MEDICANES”

29.-  A PROPÓSITO DE NADINE  

30.- UN MAESTRO DE TODOS

31.- ¿GOTAS FRÍAS O DANAS?

32.- ¿AVISAMOS BIEN?

33.- EL ENIGMA ANTÁRTICO

34.- CRISIS METEOROLÓGICAS

35.- LAS LLUVIAS TRANQUILAS

36.- METEOROLOGÍA Y SERVICIO PÚBLICO

37.- CUANDO SANDY HIZO LA REVOLUCIÓN

38.- CAMBIO DE AIRES EN CLIMATOLOGÍA

39.- RÍOS ATMOSFÉRICOS

40.- LAS LLUVIAS DE LA MARINA Y LA SAFOR

41.- ¿UN HURACÁN EN NUESTRAS VIDAS?

42.- VIGILANDO SUPERCÉLULAS

43.- LA INSÓLITA SITUACIÓN DEL INVIERNO 2013-2014

44.- NEVADAS QUE NO FUERON

45.-EL DIFICIL CAMINO DE LA PREDICCIÓN PROBABILÍSTICA

46.- CONTAR EL TIEMPO

47.- CUANDO EL EBRO SE SALIÓ DE MADRE

48.- VERANO EN MAYO

49.- JULIO DEL 2015: EL MES QUE VIVIMOS ACALORADAMENTE

50.- SOBRE TODO, LA BELLEZA




10 de noviembre de 2015

De qué hablamos cuando hablamos de "buen tiempo"

Llevamos ya varias jornadas bajo la acción de una gran dorsal anticiclónica que obliga a las borrascas atlánticas a circular muy por encima de nuestras latitudes. Como tampoco hay una basculación hacia el este o el oeste del eje de esa dorsal, ninguna borrasca puede afectar a la Península y Baleares por el nordeste o por el suroeste y, por tanto, el tiempo seco está  prácticamente asegurado al menos durante esta semana. 

Tal como muestra este mapa obtenido por el sistema de predicción probabilística del Centro Europeo, al menos hasta el próximo domingo la permanencia de la dorsal sobre la Península Ibérica es prácticamente segura. Sólo a partir del lunes 16 aparece alguna incertidumbre sobre el grado de profundización hacia el sur de algunas vaguadas atlánticas.

Nos encontramos por tanto ante un periodo en que predomina y va a seguir predominando una situación a la que Mariano Medina definía como "lo que la gente suele entender por buen tiempo". Nuestro primer "hombre del tiempo" tomaba esas precauciones porque, ya en aquellos años 70, "llovían" las protestas de los agricultores cuando al tiempo seco -sobre todo si era prolongado- se le denominaba buen tiempo.

Pero esas discrepancias sobre lo que significa "buen tiempo" puede extenderse también a los habitantes de las zonas donde las nieblas se prolongan días y días o a los habitantes de las grandes ciudades, que ven crecer sobre ellos la "boina" negra de la contaminación, al tiempo que desgraciadamente la respiran, o, porqué no, a muchos comunicadores meteorológicos que tienen que intentar que su espacio no se convierta en algo aburrido, si bien es verdad que es la ocasión de oro para contar y divulgar cuestiones o curiosidades para las que no hay tiempo durante los días de "mal tiempo".

En cualquier caso, yo no he encontrado mejor definición de "buen tiempo" que la que da este refrán:

Es buen tiempo cuando en cada tiempo hace su tiempo

Por tanto, y desde este punto de vista que me parece acertado, no podríamos calificar de "buen tiempo" la situación que estamos viviendo estos días en la que -además de nieblas y contaminaciones varias- las temperaturas están alcanzando valores verdaderamente anómalos para esta época. Así lo muestra esta tabla publicada por AEMET sobre las anomalías y récords de las temperaturas máximas alcanzadas el pasado domingo:



En cualquier caso, lo que más puede preocupar de un periodo de "buen tiempo" es que pueda prolongarse durante muchos días. Y, sobre todo, en un periodo en el que, según la climatología, debieran producirse lluvias significativas, tal como el otoño. Y cuando eso ocurre, el fantasma de la sequía, aparece siempre en el horizonte. Vale la pena, por tanto, revisar como está ahora la situación hídrica en nuestro país. 

Si tomamos de la página web de AEMET el mapa del Índice estandarizado de precipitación (SPI) -que es un medidor de sequía bastante utilizado- calculado para los dos últimos años, aparece gran parte de la Península con valores "secos" o como mucho "normales" mientras que sólo aparece una pequeña zona húmeda en Navarra y País Vasco así como en Menorca y algunas de las islas canarias.

                     

Y, si tomamos el calculado para el último año, vemos una situación bastante parecida salvo una cierta mejora en los archipiélagos y en algunas zonas del levante peninsular.

                    


El hecho de que no nos encontramos en una situación muy boyante por lo que se refiere a nuestras reservas de agua, lo atestigua también la tabla de situación de los embalses a 3 de noviembre:

                           


Si bien, con un 55 por ciento, estamos algo por encima de la media de los últimos diez años, lo más probable es que tras este mes de noviembre, los valores calculados a primeros de diciembre, anden ya alrededor de ese valor medio. Y si diciembre no fuera lluvioso, la situación se haría más complicada.

¿Qué podría esperarse en los próximos meses? Pues aunque suele pensarse que en los años de "Niño" el otoño puede ser lluvioso, al menos en zonas de la vertiente atlántica, hasta ahora lo que puede decirse es que tanto septiembre como octubre se han comportado a nivel general como meses normales en cuanto a lluvias si bien los desequilibrios regionales han sido muy grandes, algo que puede comprobarse en los resúmenes climatológicos de AEMET.

Si vemos ahora la predicción emitida por AEMET para las próximas semanas parece que en el periodo del 9 al 15 de noviembre las lluvias estarían claramente por debajo de lo normal, mientras que durante la segunda mitad del mes estarían en los valores normales:

                                                     


Y, por lo que respecta a la predicción estacional, para el periodo noviembre-enero, lo que AEMET nos muestra es ésto:


Sólo en el cuadrante noroeste peninsular aparece una cierta mayor probabilidad de que las lluvias estén por encima del valor climatológico, mientras que, al no haber una señal clara para el resto de las zonas, hay que pensar que se moverían alrededor de esos valores climatológicos.

Por tanto no parece haber señales de un otoño-invierno muy lluvioso que permitiera atajar el déficit de precipitaciones que sufren ya gran parte de las zonas españolas. Sería por tanto razonable insistir en medidas de racionalización y ahorro en el consumo de agua, algo que no debiera dejar de insistirse nunca en una zona geográfica como la nuestra tan sujeta a las sequías periódicas. De todas formas, esperemos que las lluvias lleguen de un modo u otro y que no haya que esperar a mayo como "agua de mayo". Por si acaso.