Octubre se está comportando como el típico mes de "lucha" entre masas de aire tropicales, subtropicales y polares. Durante los últimos días hemos asistido a la llegada a nuestra zona geográfica de los restos de un ciclón tropical, a su interacción con una dana y, muy poco después, a la formación de una borrasca híbrida y de su interacción con otra dana. Ayer mismo, el paso de un débil frente que daba entrada a una masa de aire más fría del nordeste, provocó fuertes tormentas en el centro y sureste peninsular al levantar violentamente al aire más cálido y húmedo de esa zona. De este modo, se ha producido en la Península y Baleares "un cambio de aires" y con él una mayor estabilización de la atmósfera, que durará al menos hasta el fin de semana.
Pero si a la Península llega un tiempo más tranquilo, la inestabilidad se traslada ahora hacia Canarias al desplazarse hacia allí la vaguada que ha venido afectando a la Península y que alberga en su seno otra especie de pequeña borrasca que en algún momento ha llegado a tener carácter híbrido. Sin embargo, aunque la mayor inestabilidad se espera para hoy y mañana, ayer por la tarde tuvimos ya una especie de adelanto a causa de las importantes lluvias registradas en el noroeste de la isla de Gran Canaria como consecuencia de una tormenta que pareció anclarse en esta zona.
No es el primer episodio conocido de este tipo que ocurre en las islas y, aunque seguramente ha habido casos más recientes, se me viene de forma inmediata a la memoria la grave inundación ocurrida en Santa Cruz de Tenerife el 31 de marzo de 2002, con grandes pérdidas humanas y materiales y producida también por una tormenta anclada. Se trata de un tipo de situaciones relativamente conocidas pero de difícil predicción por sus pequeñas dimensiones y complejas interacciones. Sabemos que suelen ocurrir en presencia de una vaguada alargada con eje algo al oeste del archipiélago que da lugar a la presencia de una circulación subtropical más o menos marcada sobre las islas. Parece que la acción de esta circulación sobre el relieve insular es la que suele disparar de forma aislada, pero efectiva, estas tormentas que se regeneran durante unas horas para luego desaparecer cuando desaparece también alguna o algunas de las causas que las originaron.
Con estas ideas en mente, me he puesto a revisar las imágenes del canal de vapor de agua de Meteosat del día de ayer sobre la zona de Canarias. He observado un hecho que me ha parecido interesante y que expongo a continuación.
La primera imagen corresponde a las 06UTC de ayer 20 de octubre:
Puede verse la marcada vaguada orientada de nordeste a suroeste, albergando en su seno dos remolinos ciclónicos: el que ha afectado a la Península estos últimos días y otro, aparentemente menos activo, sobre Madeira. Al norte, la gran dorsal anticiclónica cuyo avance da lugar a una cierta retrogresión, con desplazamiento de esos remolinos hacia el suroeste, y posiblemente a un reforzamiento del segmento de chorro polar que rodea a la vaguada por su flanco oeste. A este respecto obsérvese esa hendidura negra en forma de gancho que rodea a la baja de Madeira por el oeste y que está relacionado probablemente con un máximo de viento.
Veamos la imagen de las 12 UTC, seis horas después de la anterior:
Ambos remolinos se han desplazado más hacia el suroeste y, aunque no muestro las imágenes intermedias, todo parece indicar que el "gancho" de la imagen anterior ha contorneado al más meridional y apunta hacia la isla de El Hierro
Tres horas después, a las 15 UTC, ésta es la imagen:
Ese "gancho" o posible máximo de viento, apunta ahora, desde El Hierro, hacia una zona entre las islas de Tenerife y Gran Canaria. ¿Existe alguna interacción con la circulación subtropical que le pueda producir un reforzamiento? Es difícil especular sobre esas posibles interacciones porque, además, son circulaciones a distintos niveles, pero sería interesante estudiar la posibilidad de ciertos acoples entre ambas.
A las 18 UTC, muestro la imagen ampliada sobre el archipiélago:
Como puede verse, el posible máximo de viento pasa ahora, definitivamente, por el noroeste de Gran Canaria. Si se observa con detalle puede verse un punto blanco que corresponde seguramente con la parte más alta y fría de las nubes que estaban originando las fuertes lluvias en la zona.
A las 21 UTC:
Puede verse como los cirros de las nubes de Gran Canaria "vuelan" hacia el nordeste arrastradas por ese posible máximo de viento cuya estructura longitudinal queda muy bien reflejada.
Por tanto, de las imágenes anteriores puede desprenderse la importancia que pudo tener el paso de ese máximo de viento sobre Gran Canaria para la formación del episodio de lluvias. Naturalmente, otros factores como la alta cantidad de agua precipitable existente en la zona o el relieve de la isla tuvieron seguramente su contribución, y quizás también la hora del día. No cabe olvidar que ese posible máximo pasó antes por El Hierro y no parece que produjo problemas.
La curiosidad me ha llevado a consultar las imágenes del mismo canal correspondientes al episodio de Santa Cruz de Tenerife del 31 de marzo de 2002. Según las hemerotecas el episodio ocurrió entre las tres y las ocho de la tarde (hora insular). He recuperado algunas imágenes del archivo de NOAA que, aunque coloreadas y con escasa resolución, permiten apreciar los elementos principales. A este respecto, indicar que los colores más "fríos" corresponden a las zonas "blancas" o "lechosas" de las imágenes en blanco y negro, mientras que los más cálidos son representativos de las zonas más oscuras o negras de aquellas.
Ésta es la imagen de aquel 31 de marzo a las 08,30 UTC:
Puede apreciarse que, a grandes rasgos, la situación sinóptica es muy parecida, con una vaguada elongada, presencia clara del chorro subtropical sobre el archipiélago y algún máximo de viento rodeando a la baja situada al oeste.
A las 11,30 UTC, alguna hora antes de iniciarse la tormenta:
Aparece una circulación con dos posibles máximos de viento: uno más débil entre Gran Canaria y Lanzarote y otro, aparentemente más intenso, muy poco al oeste-suroeste de Tenerife.
Tres horas después, a las 14,30, con la tormenta ya activa sobre Santa Cruz:
Se observa cómo el ramal sobre la isla de Tenerife parece corresponder a la circulación más intensa del viento en niveles altos que corre paralela a la costa africana y que se refleja en esa estrecha banda de color rojo oscuro que tuerce antes de llegar al archipiélago y sobrevuela la isla en cuestión.
A la vista de estos dos casos, parece interesante recordar la importancia que puede tener, en el marco de situaciones de este tipo, vigilar la posible llegada de máximos de viento en niveles medios-altos. Naturalmente, eso no quiere decir, como apuntaba antes, que no sean necesarios otros factores para que se desarrolle una situación de este tipo y, desde luego, la acción de la compleja orografía canaria no es el menor de ellos.
En pocos sitios sería más útil un modelo numérico de muy alta resolución (1-2 km) para el pronóstico de situaciones de este tipo y, no digamos, complementado por otro de tipo probabilístico a corto-muy corto plazo. Todo ello, unido a una vigilancia continuada por satélite y radares, constituiría un avance muy sustancial en la predicción de las complejas y potencialmente peligrosas situaciones que a veces aparecen en el archipiélago.