6 de septiembre de 2023

Lluvias en Grecia...¿podría pasar algo parecido en España?

A la vista de las tremendas lluvias que se están registrando en zonas de Grecia, donde se están alcanzando cerca de 1000 mm en un par de días, previéndose que podrían llegarse a acumular una cantidad bastante mayor hasta el viernes -que es cuando parece que la situación se comenzaría a debilitarse-   algunas personas me preguntan si podría ocurrir algo así en España. Y contesto con otra pregunta: ¿Qué hubiera pasado en las zonas más afectadas por la pasada dana si las tormentas que dieron lugar a cantidades de lluvia de 100 mm en poco más de una hora se hubieran quedado estacionarias sobre la misma zona regenerándose, o hubieran discurrido varias de ellas por una misma trayectoria geográfica? La operación aritmética es muy sencilla.

A falta de estudios más profundos, creo que la razón de las tremendas cantidades que se están registrando en Grecia son consecuencia de la fijación de la dana -y sobre todo su zona delantera- en una misma zona geográfica provocando allí  la continua formación de grandes masas nubosas a partir del también continuo suministro del aire mediterráneo muy cálido y húmedo. Y así como en España tuvimos la suerte de que “nuestra” dana se fuera moviendo hacia el oeste y las lluvias se debilitaran o dejaran de afectar a una misma zona, parece que todavía pasarán un par de días hasta que esta dana del Mediterráneo central se mueva o debilite. 

En cualquier caso hay algo que no se nos debe escapar. En el artículo que publiqué el pasado día 1 sobre la dana que nos iba a afectar, me refería también a la gran y alargada dorsal que se estaba construyendo sobre el Mediterráneo desde Argelia hasta los Países Bajos, y apuntaba cómo la fuerte circulación de vientos que la rodeaba podía estar contribuyendo parcialmente a ello. Pues bien, ese tipo de estructuras -una gran dorsal anticiclónica en el centro con una dana o borrasca fría a cada lado-, se denominan "omega". Son muy estacionarias, bloquean la circulación normal del chorro  y las danas o borrascas "laterales" pueden provocar lluvias abundantes en las misma zona mientras la circulación atmosférica no cambie. 

Análisis del geopotencial de 500 hPa y de la temperatura de 850 hPa del 6 de septiembre a las 00 UTC (ECMWF). Aparece con claridad la denominada situación en omega constituida por una muy alargada dorsal desde el norte de África hasta los Paises Bajos y dos danas o borrascas frías a su derecha e izquierda. La ubicada en el Mediterráneo central, prácticamente estacionaria, es la que está provocando las continuadas e intensas lluvias en Grecia y otras zonas geográficas cercanas. La atlántica es en buena medida lo que queda de la dana que nos afectó el pasado fin de semana. El final de estas estructuras se produce normalmente por la interacción de alguno de los elementos que la integran con una vaguada más acusada del chorro polar. 

Una vez más aparece este tipo de situaciones en omega con "domos" o dorsales cálidas muy alargadas y estacionarias como el escenario ideal para a) las olas de calor bajo la dorsal (no solamente hemos experimentado estos "domos" en España) y b) para las grandes precipitaciones causadas (unido a otros factores) por las danas o borrascas frías a su derecha o izquierda. Debe entenderse que estas situaciones "omega" son elementos normales de la circulación atmósferica pero quizás no son tan normales estas configuraciones con dorsales tan alargadas que pueden guardar relación con un debilitamiento progresivo del chorro polar en conexión con un mayor calentamiento de las zonas polares y en el contexto del cambio climático.

Por tanto, ¿podría pasar esto en España? Pues si se dieran las condiciones de que una dana se quede estacionaria durante varios días en una misma zona y se alimente continuamente de aire cálido y húmedo podría ocurrir. Quizás podría pensarse que la situación geográfica de España, más abierta a las circulaciones atlánticas, favorecería el movimiento de la dana, pero es una hipótesis, otra más, de las que habría que investigar. En cualquier caso no cabe olvidar que en la localidad de Oliva se registraron 817 mm el 3 de noviembre de 1987 siendo el récord de lluvia en España en 24 horas. 

¿Está el cambio climático tras todo ello? No puede decirse hasta que se lleven a cabo los estudios oportunos, pero dos elementos básicos como son un chorro polar con frecuentes y agudas ondulaciones y un mar Mediterráneo muy cálido si parecen tener una relación clara.

Ante la reiteración de estas situaciones es necesario -lo llevo diciendo machaconamente durante años- un mucho mayor esfuerzo de investigación en España, una revisión y potenciación de avisos y alertas y una mayor y mas profunda formación y concienciación de la población. Todo va muy rápido.


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