23 de diciembre de 2020

Recordando a José Antonio


"Es un consejo de jubilado reciente, que no se ha arrepentido ni un solo segundo en estos dos años, y eso que el trabajo que yo hacía era el más gratificante que yo pudiera imaginar".

Este “jubilado reciente” que aconsejaba la jubilación a otro compañero y que tan feliz se mostraba con su trabajo en AEMET, se nos acaba de ir cuando, disfrutando de esa jubilación y en plenas facultades, fue atropellado paseando en bicicleta.

Este jubilado era José Antonio García-Moya, una persona profundamente conocida y querida en AEMET y en muchas instituciones y grupos meteorológicos internacionales. José Antonio era un meteorólogo “todoterreno”. Con una sólida formación científica, gran capacidad de observación y aguda inteligencia tenía una visión amplia e integradora de la meteorología, si bien estuvo fundamentalmente ligado a la predicción en sus distintas facetas. Tras su época como observador en Palma de Mallorca, pasó a convertirse en predictor y posteriormente jefe de Grupo en el Grupo de Predicción y Vigilancia de Baleares. Todo ello le hizo tomar un profundo contacto con la compleja meteorología mediterránea y le llevó a participar activamente en distintos proyectos internacionales con protagonismo mediterráneo, tales como PYREX o ALPEX.  Orientado después hacia la Predicción Numérica y trabajando ya en Madrid fue hasta su jubilación en 2018 uno de los puntales básicos de su desarrollo en AEMET y en Europa debido también a su profunda involucración en distintos grupos internacionales. Y a este respecto es muy de destacar su amplia y profunda contribución al desarrollo de la predicción probabilista en estos ámbitos; una cuestión clave en la evolución mundial de la predicción meteorológica. Las imágenes que siguen, cortesía de su amigo y compañero Carlos Santos, corresponden a distintas reuniones de algunos de los grupos de investigación en los que estuvo integrado:





José Antonio García-Moya, Víctor Homar Santaner (Universidad de Islas Baleares UIB) y Carlos Santos Burguete (AEMET), en el segundo congreso de sistemas de predicción por conjuntos para el corto plazo celebrado los días 7-8 Abril de 2005 en Bolonia, Italia).

Elena Padorno Prieto, Jesús Rodríguez Déniz, Jana Sánchez Arriola, José Antonio García-Moya, Javier Calvo Sánchez y Alberto Martín García, todos ellos representando a AEMET en la reunión anual del grupo de investigación HIRLAM (modelos atmosféricos regionales de alta resolución) celebrada en la primavera de 2016 en Lisboa.

Pero todo ese trabajo científico no le impedía a José Antonio disfrutar profundamente de la vida. Recuerdo la alegría con que me contaba su experiencia volando en un avión de investigación, casi rozando las olas del Mediterráneo, en un día de fuerte temporal de tramontana durante el proyecto PYREX, o la sorpresa que nos causó cuando nos dijo que se había apuntado a una academia de bailes de salón, o cuando mostraba su gran afición literaria que incluso le llevó a publicar en estos dos últimos años un libro de microrrelatos y una novela ambientada en los tiempos y circunstancias de ETA. Incluso hace unos meses me dijo que estaba escribiendo otra novela más que había pensado publicar este otoño. Una novela que yo estaba esperando....y que me temo que ya no podré disfrutar.

Era también un excelente conversador y un agudo polemista. Si ibas a debatir con él y tenías una opinión contraria a la suya tenías que ir bien preparado porque sus reacciones eran rápidas y sus argumentaciones eran claras, contundentes y con mucha frecuencia excelentemente fundamentadas. Pero aunque el debate fuera intenso, su agudo sentido del humor, que siempre le acompañaba, podía rebajar cualquier tensión que hubiera podido generarse.

Y aunque un punto pesimista -que suavizaba con ese humor tan suyo- había en él un fondo profundo de nobleza y fidelidad. Y de cariño y amistad tal como lo reflejó en las, para mi ,emocionantes palabras que me dirigió en el acto de mi despedida de AEMET. Y también lo mostró luego, en su propia jubilación, cuando nos escribió a l0s compañeros despidiéndose con una hermosa carta de la que entresaco esta frase:

Mirando hacia atrás creo que ha sido toda una vida dedicada a AEMET y ha sido una vida feliz y fructífera. Como vosotros habéis sido parte de esa vida, quiero daros las gracias de corazón por todos los momentos compartidos.

Y también de su amistad y de su fortaleza son una muestra estas frases suyas, de hace muy poco tiempo, entresacadas de unos mensajes colectivos que un grupo de compañeros entre los que él estaba hemos intercambiado en estos últimos años y en las que se refería a la actual pandemia:

Seguiremos siendo los mismos pero, sea como sea, estaremos aquí para aguantar lo que nos echemos nosotros mismos encima.

O esta hermosa despedida de uno de sus últimos mensajes:

Un abrazo para todos y fuerza para aguantar lo que venga.



Gracias José Antonio. Esa fuerza que nos deseabas y que estaba en ti, nos va a seguir acompañando en estos tiempos duros. Y con ella tu recuerdo siempre vivo. Siempre.

17 de diciembre de 2020

El frío que se nos fue

 

Hoy 17 de diciembre coincide el recuerdo de una efeméride meteorológica con la presentación por parte de AEMET de los resultados de un estudio sobre la ocurrencia de récords de temperaturas cálidas y frías en España durante el último decenio. Si ya estos datos, como vamos a ver, son importantes por sí mismos, en su conjunto constituyen un interesante y fiel reflejo de la evolución del clima en España durante las cuatro o cinco últimas décadas.

El 17 de diciembre de 1963 el observatorio meteorológico de Fuentes Claras, muy cerca de Calamocha, registró una mínima de -30ºC, valor que se considera como el récord de temperaturas más bajas en zonas españolas habitadas. Este hecho fue magistralmente estudiado y referido por Vicente Aupí (@VicenteAupi) en su recomendable libro “El triángulo de hielo” y hoy mismo el autor ha desarrollado en Twitter un interesante hilo recordándolo y documentándolo.

Banda del termohigrógrafo de Molina de Aragón, cerca de Calamocha, que registró ese día -27ºC (a través de Vicente Aupi)

Y, curiosamente, también hoy mismo, AEMET ha presentado en su rueda de prensa trimestral un estudio que muestra cómo en este último decenio, de los récords de temperaturas en España, el 95 por ciento son de carácter cálido mientras que solo el 5 por ciento lo son de frío.

                                                                          (fuente: AEMET)

Estos datos no son sino una muestra más del aumento continuado de las temperaturas que se viene experimentando en nuestro entorno geográfico desde al menos los años ochenta del siglo pasado. En mi condición de meteorólogo profesional –y aunque esto solo sea una apreciación personal- he visto como en las décadas de los ochenta y noventa era relativamente frecuente la llegada de masas de aire ártico al nordeste de la Península con valores de -10 o -12ºC a 1500 metros de altura. Valores que daban lugar con aire encalmado en zonas del interior a mínimas que podían rondar los -15 o -20ºC, valores ahora ya casi desaparecidos en zonas pobladas dado que también han casi desaparecido esas entradas gélidas.

Por otra parte, también AEMET ha confirmado hoy que, con datos de hasta el 15 de diciembre, 2020 está resultando ser el año más cálido desde al menos 1961:


(Fuente: AEMET)

Y aunque para después de Navidad parece atisbarse –como por otra parte es climatológicamente normal- una entrada de aire frío de carácter polar marítimo, será difícil que 2020 no siga conservando ese puesto en el ranking. 

Por todo ello, y aunque haya que esperar lógicamente más entradas frías, la tendencia a la subtropicalización creciente del clima en España, queda cada día más confirmada.  Veamos de momento cómo se comportan enero y febrero. 

12 de diciembre de 2020

Vientos y pandemia

 A principios de mes, en la anterior entrada de este blog,  me refería al inicio de una situación meteorológica, que denominaba como "pasillo del noroeste",  y que se iba a caracterizar por los fuertes vientos de esta dirección que iban a afectar a todo el territorio peninsular y Baleares. A partir de hoy esa situación tiende a remitir y ser sustituida por otra del W y del SW mucho menos ventosa y de temperaturas más suaves. 

Es posible que en muchos casos esta situación nos haya resultado desagradable  tanto por la molestia del viento en sí como por la sensación térmica de frío, que en algunas zonas ha sido muy notable. Sin embargo me pregunto si, por otra parte, no habrá sido muy beneficiosa para la gran disminución del número de contagios de coronavirus que también se ha experimentado en los últimos días en España. Estos continuados vendavales han dado lugar a una gran ventilación y a una eficaz renovación del aire. Y ello sobre todo en exteriores pero también en interiores donde esa renovación por la apertura de ventanas puede haber sido más eficiente, e incluso su pequeña pero continua entrada a  través de pequeñas rendijas o ventanas mal cerradas ha podido dar lugar también a una mayor ventilación que en situaciones de calma o vientos flojos.


                                                                (Jesús Signes/Las Provincias)

Naturalmente se trata de una mera hipótesis que tendría que ser confirmada o rechazada mediante un estudio riguroso. Es lógico pensar que, de algún modo, debe haber influido pero sería interesante saber en qué medida en relación con otros factores que influyen en la propagación de los virus. En cualquier caso recuerdo que ya se han hecho algunos estudios sobre la relación entre la extensión de la pandemia y algunos parámetros meteorológicos, pero no sé si el viento entró también en ellos. 

Creo que es importante profundizar en esas investigaciones porque sus resultados podrían darnos interesantes claves sobre la, con frecuencia poco explicable, evolución de la pandemia en distintas zonas geográficas al tiempo que podría ser, al menos de modo parcial, un buen elemento predictivo sobre de la futura evolución de los contagios a diez o quince días vista.

1 de diciembre de 2020

El "pasillo del noroeste" se abre de nuevo


Hoy, uno de diciembre comienza el invierno climatológico y mientras la cuasi borrasca subtropical "Clement" va apurando su existencia entre Madeira y Canarias donde ha dejado algunas lluvias importantes y un marcado temporal en la mar, vamos a entrar a partir de mañana miércoles, y con mayor intensidad del viernes, en un tipo de tiempo regido por los noroestes. El anticiclón atlántico se estaciona en la zona central del océano, se alarga de sur a norte y deja el camino abierto a que el chorro polar discurra sobre la Península Ibérica arrastrando borrascas y frentes que atravesarán nuestro territorio de noroeste a sureste..



Imagen IR de Meteosat de las 10 horas del 1 de diciembre. La borrasca "Clement" sigue su ciclo de vida entre Canarias y Madeira con tendencia a desplazarse hacia el oeste y debilitarse, aunque todavía producirá algunas lluvias y chubascos en el archipiélago. La banda nubosa que se extiende desde el Cantábrico al golfo de Génova corresponde en parte a un frente frío que mañana provocará un claro descenso de la sensación térmica sobre todo en el cuadrante nordeste peninsular y Baleares. Otra banda nubosa al oeste de Azores que se extiende de sur a norte está provocada en parte por la zona delantera de una vaguada que va a profundizarse y trasladarse hacia el este en correspondencia con el avance y expansión de una gran dorsal anticiclónica situada mas al oeste. Esa es la vaguada que atravesará la Península el viernes y tras la que se instaurará la circulación de vientos del noroeste, unos vientos que alcanzarían incluso hasta Canarias.

Es ésta una situación que, de acuerdo con los modelos probabilistas del Centro Europeo, es muy posible que dure al menos ocho o nueve días. Una situación que, en mi opinión, se va haciendo más frecuente en los últimos años, tal como ya he reflejado a veces en este blog, y a la que suelo denominar como “pasillo del noroeste”. Da lugar a un tipo de tiempo desapacible, sobre todo en las vertientes atlántica y cantábrica así como en Cataluña y norte de Baleares, ya que las masas de aire serán de carácter polar marítimo y el viento tendrá a veces carácter de moderado a fuerte. En cualquier caso bastante siempre un tiempo menos frío que cuando llegan, ya casi nunca, masas de aire polar continental o siberiano.

Y como es típico en estas situaciones las precipitaciones de lluvia y nieve según las altitudes abundarán en la vertiente cantábrica y también aunque en menos cantidad en las vertientes orientadas al norte y noroeste del Sistema Central, de las cordilleras Béticas y un poco menos todavía en la de Sierra Morena. En el resto de las zonas las precipitaciones serán de menor importancia y desde luego no tendrán la que se necesitaría en amplias zonas de la mitad sureste peninsular.

Precipitación prevista desde el 1 al 8 de diciembre según el modelo del Centro Europeo. Aunque se trata de un producto del modelo determinista, lo muestro porque el probabilista apoya bastante esta evolución. 


Precipitación acumulada desde el 1 de sepyiembre al 20 de noviembre. Las lluvias registradas hasta esa fecha han afectado fundamentalmente a la mitad noroeste peninsular mientras que amplias zonas de la sureste han sido escasas o muy escasas.

En resumen, vuelve a repetirse el patrón de comportamiento que va siendo cada vez mas habitual del chorro polar en nuestra zona geográfica: entradas del noroeste y ausencia de un descenso más “en bloque” hacia el sur que nos traerían los temporales del oeste y suroeste que tanto necesita la vertiente atlántica. 

¿Seguirá este patrón de forma indefinida"? ¿Serán cada vez más las borrascas más o menos subtropicales las que traerán más precipitaciones al suroeste peninsular tal como ha hecho "Clement" con algunas zonas del centro y sur de Portugal? 

23 de noviembre de 2020

Una fugaz pero provechosa visita del chorro polar

 

Una constante preocupación para muchos sectores en España e incluso para la población en general, dada la irregularidad de nuestros ciclos de precipitaciones, es la ocurrencia de las necesarias lluvias de otoño, ya que es la época del año en que se recogen las precipitaciones que junto con las de primavera –y éstas en menor medida- constituyen nuestra reserva de agua para todo el año.

A este respecto, si observamos el mapa de porcentaje de precipitación acumulada desde el 1 de septiembre hasta el 10 de noviembre de este año recientemente publicado por AEMET, vemos que existen amplias zonas de la Península y de las islas donde los valores están por debajo de los climatológicamente normales. Por tanto, las precipitaciones se hacen necesarias en muchas zonas antes de que lleguen enero y febrero en las que éstas son  en general bastante menos abundantes.

Como puede observarse en el mapa, a 10 de noviembre el porcentaje de las precipitaciones acumuladas sobre los valores normales desde el 1 de septiembre muestra una estructura bastante irregular como es típico de las situaciones de danas/borrascas frías. En cualquier caso existe un déficit claro en Galicia, en amplias zonas de la mitad oriental peninsular y ambos archipiélagos (fuente: AEMET)

Por eso es muy importante considerar el panorama atmosférico que los modelos avanzan para esta semana. Comentaba en mi entrada anterior que “es verdad que el chorro polar nos visita de vez en cuando, pero la mayor parte de las veces lo que hace, al presentar una estructura muy ondulada, es dejarnos algunas estructuras tipo dana”. Pues bien, esto es lo que parece que va a ocurrir en los próximos días: un chorro polar que no baja en bloque –lo que de hacerlo nos daría un “antiguo” temporal de ponientes- sino que, como tantas otras veces, se ondula de forma muy aguda, y al cerrarse el profundo meandro que se forma, dará lugar a una dana/borrasca fría que nos afectará ya desde el miércoles-jueves hasta el fin de semana. 

Chorros previstos para la madrugada del jueves 26. El chorro polar muestra un profundo meandro que al cerrarse dará lugar a una borrasca fría que afectará con precipitaciones a amplias zonas de la Península y archipiélagos (Netweather)

Simulación por el modelo determinista del Centro Europeo de la imagen infrarroja para la madrugada del viernes 27. Es una estructura nubosa típica de una dana/borrasca fría ubicada en la zona golfo de Cádiz/Gibraltar.

Con esta situación, que en principio tiene altas probabilidades de ocurrencia, las precipitaciones acumuladas que nos ofrece hasta el sábado el modelo del Centro Europeo afectarán en menor o mayor medida a todas las regiones geográficas. Las primeras en serlo serán las de la vertiente atlántica, pero el previsible traslado de la dana hacia el sur peninsular las focalizará luego sobre la mitad oriental peninsular y área mediterránea, donde siempre hay que estar en vigilancia por si en algunas zonas pudieran ser intensas tal como a veces ocurre en estas situaciones. Por otra parte, los vientos del W/NW asociados a la borrasca llegarán también a afectar a las Canarias si bien serán las zonas elevadas las que, por efecto orográfico, recibirán las precipitaciones más significativas.

Precipitación acumulada hasta el próximo sábado según el modelo determinista del Centro Europeo para la Península y Baleares. Las zonas que al parecer recibirán las cantidades más importantes son el cuadrante SW peninsular y zonas mediterráneas. 

También parece que Canarias recibirá lluvias si bien y como es lógico en estas situaciones los mayores registros estarán condicionadas por el relieve.

Después es posible que, al inicio de la próxima semana, otra ondulación del chorro, ya de características algo distintas, genere una profunda borrasca fría al suroeste de la Península a la que habría que prestar bastante atención. Pero esto es algo que habría que ir confirmando en próximos días.

Casi a título de pura curiosidad muestro aquí la simulación de imagen infrarroja producida por el modelo determinista del Centro Europeo para el próximo sábado día 28. El modelo genera una profunda borrasca fría que, de ocurrir, sería muy interesante seguir. El modelo probabilista indica que, de formarse, existe bastante incertidumbre sobre sí esa sería su ubicación, o se desplazaría más hacia el oeste. Por su parte, el centro de la primera borrasca -la primera que nos va a afectar- se encuentra ya en el mar Tirreno.

En resumen, más lluvias de otoño, muy bienvenidas para la agricultura, embalses…y limpieza del ambiente. Esperemos que en invierno el chorro polar nos visite de nuevo y genere temporales con aire mas frio que dejen buenas reservas de nieve en nuestras montañas...en lugar de que -o antes que- las suavidades subtropicales nos envuelvan de nuevo.

16 de noviembre de 2020

Theta, otro ejemplo más...y otra llamada de atención

 

La tormenta tropical Theta se diluye ya como un vórtice de nubes bajas en la zona de Madeira. Su aparición y desarrollo ha sido otra muestra más de la subtropicalización de la atmósfera en nuestras latitudes, que estos días se manifiesta además por la suavidad de las temperaturas y la humedad relativamente alta en muchas zonas de España. Es verdad que el chorro polar nos visita de vez en cuando, pero la mayor parte de las veces lo que hace, al presentar una estructura muy ondulada, es dejarnos algunas estructuras tipo dana.  Y cuando eso ocurre en zonas atlánticas pueden darse las condiciones para el nacimiento en su seno de estructuras tropicales o subtropicales y,  si es en  el Mediterráneo, de gérmenes de posibles medicanes.

Esta imagen de uno de los canales IR de Meteosat corresponde al día 12 de noviembre. Theta se formó al SW de Azores bajo una débil dana y como una estructura muy unida a un marcado remonte de aire húmedo tropical/subtropical. Aunque se la llegó a catalogar como tormenta tropical tardó en adquirir la estructura característica. La circulación polar discurría mas al norte y sus vaguadas no llegaron a captarla y se trasladó lentamente hacia el este.

Hoy, 16 de noviembre, lo que queda de Theta es un remolino de nubes bajas centrado sobre Madeira, que se irá desplazando hacia el norte hasta ser completamente integrado en la circulación del chorro polar. Mientras tanto la Península Ibérica se encuentra afectada por una tibia y húmeda masa de aire subtropical.

Se arguye con alguna frecuencia que fenómenos de este tipo no son algo exclusivo de los últimos veinte o treinta años y que han ocurrido también en otras épocas. Es verdad; cuando no había imágenes de satélites meteorológicos, los predictores se veían sorprendidos alguna vez por la aparición de borrascas de gran intensidad, sobre todo en Canarias o en la fachada atlántica peninsular, que no respondían para nada a los modelos conceptuales de la escuela noruega y que eran mal simuladas por los incipientes modelos numéricos…cuando los había. Pero también es verdad que, desde la década de los setenta, cuando empezamos a disponer regularmente de imágenes de Meteosat, la aparición de estos fenómenos en nuestro entorno ha ido marcando una tendencia creciente. Algo que, por otra parte,  no es extraño en absoluto si tenemos en cuenta que existe una mayor energía disponible y que los aires polares o árticos nos visitan menos y con menos intensidad. En  cualquier caso, y a este respecto, sería muy interesante disponer de un amplio catálogo de situaciones de estos tipos basado en todos los datos disponibles, tanto históricos como en los modernos reanálisis.

En relación con esta situación conviene destacar el buen comportamiento en mi opinión de los modelos del Centro Europeo. Salvo la ligera desviación hacia Canarias -que solo se detectó tres o cuatro días antes por el modelo determinista –aunque era una de las posibilidades que no dejó de contemplar el sistema “ensemble”-, tanto su trayectoria como su desarrollo fue bastante bien descrita desde una semana antes, incluyendo el brusco giro hacia el norte en la última parte de su vida. Con la guía de esos modelos, AEMET emitió las correspondientes predicciones y avisos de una forma, a mi juicio, muy medida y ajustada, informando adecuadamente sin oscurantismos ni alarmismos y manejando matices y probabilidades. A este respecto, siempre he sido de la opinión de que hay que dar la información de que se dispone en cada momento pero añadiendo necesariamente la probabilidad de ocurrencia, y aprovechando cada ocasión que se presente para explicar cómo utilizar esos datos de forma correcta.

No me cansaré de repetirlo: la investigación de las evoluciones de estructuras subtropicales en nuestras zonas atlánticas y mediterráneas y de sus posibles consecuencias, es un campo en que la ciencia española debe invertir mucho más de lo que hasta ahora está haciendo. En cualquier caso es una interesante señal observar la creciente participación en redes sociales, muy especialmente en twitter, de algunos expertos en estos temas a los que hay que agradecer su esfuerzo divulgativo e incluso con frecuencia pedagógico.

24 de octubre de 2020

Temporal intenso de lluvia y viento: ¿"Barbara" y/o remontada tropical?

 

AEMET acaba de publicar un excelente informe en relación con el paso por la Península Ibérica de la borrasca denominada “Barbara” así como de sus efectos en forma de cuantiosas precipitaciones, sobre todo en el tercio occidental peninsular y de fuertes vientos prácticamente en toda la Península. Se han llegado a batir algunos récords tales como el de precipitación máxima en un día en el puerto de El Pico y algunas rachas de viento han sobrepasado los valores –ya elevados- que cabía esperar de una situación de este tipo y que también han batido algunos récords.

Precipitación entre las 00 UTC del 20 de octubre y las 00 UTC del dia 21 (AEMET)


     Rachas de viento registradas entre las 00 UTC del dia 20 de octubre y las 00 UTC del 21 (AEMET)

Estos altos de valores de viento y precipitación suponen la presencia de una gran energía disponible en el aire cálido y húmedo transportado por un flujo del SW en niveles medios y altos que proveniente de latitudes tropicales ha incidido sobre la Península y Canarias. Por supuesto, la creación en el seno de ese flujo por la acción de una vaguada atlántica de la borrasca “Barbara” –que durante su paso por la Península osciló entre una circulación débilmente cerrada o un seno depresionario- pudo haber forzado o focalizado un flujo húmedo del W/SW en niveles bajos que se sumó al gran aporte de niveles medios. Pero, a mi juicio, el gran "inyección" de energía provino fundamentalmente de ese flujo tropical.

Imagen del canal WV de Meteosat correspondiente a las 12 UTC del día 20, la jornada más lluviosa y ventosa del último temporal. Se aprecia la llegada a la Península Ibérica a niveles medios de aire aire tropical -casi ecuatorial- cálido y húmedo. Indudablemente la presencia de una vaguada al SW de Portugal, responsable de "Barbara" realzó y focalizó la precipitación.

Esta situación me recuerda a algunas otras y muy en especial a la vivida a finales de 2019 atribuida a una borrasca denominada “Elsa” y parcialmente a otra llamada "Fabien", que dio lugar también a grandes cantidades de precipitación y vientos fuertes. Al igual que en esta ocasión, en aquella situación también intervino y jugó un papel fundamental – bastante más que el de las propias borrascas- el marcado flujo tanto en niveles altos como en bajos procedente del Caribe y probablemente de más allá. 

En esta imagen del canal de vapor de agua de la madrugada del día 19 de diciembre de 2020 puede verse la gran banda nubosa afectando ya a la Península. "Elsa" quedaba ya al norte de las Islas Británicas con su frente frío asociado difuminándose hacia Baleares

Imagen del satélite GOES-East del 18 de diciembre de 2019. En el extremo derecho de la imagen puede verse  la borrasca "Elsa" con su espiral hacia el suroeste de Irlanda y su descarga de aire frío posfrontal formando células convectivas abiertas. El interés de esta imagen tomada el día 18 es mostrar el origen y recorrido de la gran banda nubosa que arranca desde la costa pacífica de México y atraviesa el Caribe y Atlántico norte. El impacto de esta banda sobre la Península es lo que a mi juicio provocó aquel gran temporal de viento y lluvia.

A mi juicio se siguen dando unas, cada vez más numerosas, situaciones en los que los remontes tropicales y/o subtropicales juegan un gran protagonismo y dan lugar a fenómenos atmosféricos más intensos. ¿Responde ello a una creciente y continuada expansión de la atmósfera tropical y subtropical hacia latitudes más septentrionales? ¿Quiere ello decir que nuestro “tiempo” va a estar cada vez más influenciado por estos remontes que por las situaciones ligadas a las circulaciones del frente polar?...¿Va a haber cada vez más energía disponible para los fenómenos ligados a nuestros temporales mediterráneos, bien sea por la acción de danas o de medicanes?...Los ábregos, cuando lleguen, ¿van a ser más "llovedores" y ventosos al responder más a este tipo de situaciones? ...¿Podría todo ésto cuestionar que nuestra precipitación media anual no mantuviera esa tendencia a la baja que muestran los modelos climáticos, pero sí podría ser menos eficiente y más destructiva? En cualquier caso todo ello no serían sino consecuencias del futuro comportamiento en el contexto del cambio climático de estas remontadas tropicales. Como tantas veces he manifestado estudiarlo en profundidad es  de muy alta prioridad para España. 





20 de octubre de 2020

La "pantanada de Tous": recuerdos y predicciones

 Hoy hace 38 años de la llamada "Pantanada de Tous" originada por las fuertes lluvias que ocurrieron en la provincia de Valencia durante la madrugada y mañana del 20 de octubre de 1982. Mucho se ha escrito e investigado desde entonces sobre esta situación que marcó un antes y un después en la evolución de la predicción en el Servicio Meteorológico español. Se pasó desde la disposición de solo unos pocos mapas en papel de modelos de predicción todavía poco evolucionados y de imágenes de Meteosat en papel que se recibían más de media hora después del momento de su toma hasta los grandes avances y facilidades de que se dispuso ocho o diez años después de aquel suceso y que ahora todavía pueden parecer insignificantes si comparamos con la situación actual. Y también cabe recordar que en aquella época no existía ningún sistema de avisos meteorológicos. 

Cuando ocurrió aquel episodio yo llevaba cinco o seis meses incorporado al equipo de predicción del entonces Instituto Nacional de Meteorología y fui testigo de excepción de cómo se vivió en el Centro de Predicción y de cómo se elaboró la predicción para aquel día. El relato lo plasmé en un capítulo de mi libro "Recuerdos del tiempo" y me parece oportuno transcribirlo a continuación.


Una muy conocida imagen (realzada en color) del canal infrarrojo de Meteosat correspondiente a la madrugada del 20 de octubre de 1982 tal como se obtuvo tras el proceso de los datos digitales  llevado a cabo a finales de 1983 por un grupo de trabajo del INM y del Centro de Ingeniería Espacial de la Universidad de Wisconsin-Madison. El proceso de estas imágenes permitió la documentación de un sistema-complejo- convectivo en Europa por primera vez.


TOUS

El 20 de octubre de 1982 se produjo uno de los acontecimientos más relevantes en la historia de la meteorología española, tanto por lo que se refiere a las características físicas del fenómeno que tuvo lugar, como por su repercusión en la reorganización y potenciación del INM. Ese día,  sobre todo durante la madrugada y primeras horas de la mañana, una tremenda cantidad de lluvia precipitó sobre la cuenca media del Júcar, ocasionó la rotura de la presa de Tous y provocó una inmensa y destructora “pantanada” en toda la comarca de la Ribera, en Valencia. Si en principio se estimó que habían caído algo más de 400 mm en 6 horas, investigaciones posteriores llegaron a afirmar que en algún observatorio de la Muela de Cortes se habían  superado los 1000 mm, con lo cual se superaría el período de retorno de 500 años, lo que da una idea de la magnitud de aquel fenómeno.

Como es lógico, aquella situación nos preocupó mucho en el Centro de Predicción. Aunque los mapas previstos de que disponíamos no eran de gran calidad y desde luego aún no existían los de precipitación prevista, sí presentaban una situación típica de lluvias mediterráneas intensas que recordaba en gran medida, aunque no era la misma, a la situación del 18 y 19 de octubre en las provincias de Granada y Almería y a la que me referí ya en un capítulo anterior. Esta situación había sido muy bien estudiada en un interesante artículo por Jaime Miró-Granada, otro extraordinario meteorólogo mallorquín y responsable en aquella época de la sección de Aplicaciones Hidrológicas.

Sabíamos, por tanto, que en las próximas 24 horas había un riesgo claro de lluvias intensas en el área mediterránea, pero no nos era posible precisar la zona, ni mucho menos la cantidad de agua que podía caer. Por otra parte, no estaba establecido aún ningún sistema específico de avisos. Teníamos las imágenes de baja resolución de Meteosat pero éramos todavía muy poco expertos en su interpretación y además llegaban con al menos media hora de retraso…A mí, todo ello me provocaba una marcada sensación de impotencia y frustración aunque me daba cuenta de que no podíamos hacer más.

Y se hizo lo que se pudo: predicción de chubascos y tormentas en Levante que se reforzó en la predicción que  Fernando Medina daba por Radio Nacional por la tarde; llamada telefónica de Jaime Miró-Granada a algún responsable hidrológico advirtiendo de la posibilidad de lluvias intensas en alguna zona entre la desembocadura del Ebro y el cabo de Gata…. Pero, como decía antes, poco más se podía hacer en aquel momento con los medios que se tenían, la formación con que se contaba y sobre todo sin un sistema de avisos establecido.

Sin embargo, a partir de aquel suceso, todo empezó a cambiar. Nuestro pequeño grupo del Plan de Renovación intensificó mas sus trabajos, convencidos ya de que el cambio era absolutamente irrenunciable y de esta forma, a final del año, los conceptos básicos del mismo estaban finalizados. A mi otro grupo, el de Paco Dana, se nos encargó un informe rápido de la situación y nos pusimos rápidamente a analizar y estudiar detalladamente mapas e imágenes. El trabajo lo llevamos a cabo fundamentalmente Paco, Ricardo y yo, aunque contamos con la colaboración puntual de otros compañeros para los anexos climatológico e hidrológico. Por mi parte transcribí de nuevo todos los datos de las topografías de esos días mientras Paco las reanalizaba con la maestría que sólo él tenía. Redactamos el texto entre todos, ocupándome yo especialmente de comentar las imágenes de satélite, aunque la versión definitiva fue, como era lógico, responsabilidad de Paco. En muy pocos días tuvimos realizado un excelente trabajo que durante mucho tiempo ha servido como referencia básica del INM sobre aquella situación y que destaca por la calidad de sus mapas, por integrar por primera vez, como una eficaz e insustituible herramienta de desarrollo las imágenes de Meteosat y muy especialmente las del canal de absorción de vapor de agua, y por sus conclusiones. Además, el trabajo incluía el estudio de otras situaciones parecidas de lluvias intensas con sus correspondientes mapas vueltos a  analizar para esta ocasión.

Justamente en sus conclusiones, el estudio destaca que el suceso había sido debido a la presencia de una “gota fría” –aún no había llegado el momento de rebautizar a estas perturbaciones como “DANAS”-  así como que “en este caso concreto la divergencia en altura (500 mb) no ha jugado un papel tan relevante como en otras situaciones análogas” y que “…se debe hacer notar la gran importancia de la influencia termodinámica y orográfica frente a la dinámica en este caso concreto”. Estas afirmaciones eran importantes incluso para nuestro propio grupo. Paco siempre remarcaba la importancia de la difluencia en altura para la generación de lluvias de una cierta importancia pero, en esta situación, hubo que reconocer que lo más importante era la advección cálida y húmeda, el papel jugado por la orografía y que el flujo de  niveles altos no se opusiera radicalmente al ascenso de ese aire de las capas bajas. Profundizábamos así en una visión de las lluvias mediterráneas que nos iría conduciendo entre otras cosas hacia el descubrimiento de los sistemas convectivos mediterráneos.

Por otra parte, en noviembre, se produjeron también unas precipitaciones históricas en zonas del Pirineo, algo que volvió a llamar la atención sobre la necesidad de mejorar predicciones y avisos. Por fin, muy a primeros de 1983, el primer gobierno socialista decidió potenciar al INM y aprobó la ejecución de nuestro plan de renovación tecnológica al tiempo que procedía también el reforzamiento y la reestructuración de la Protección Civil.


7 de octubre de 2020

Una estructura tropical pasa por Canarias

 

Tras el paso por Canarias de la estructura tropical que, aunque ha dejado algunas lluvias significativas en La Palma y Tenerife, ha precipitado fundamentalmente en el mar, creo que es interesante comentar e incluso propiciar un debate sobre el origen y evolución de esta interesante evolucion atmosférica. Para ello quiero exponer mi "modelo conceptual" de cómo creo que se produjo este episodio si bien debo admitir que este "modelo" es más intuitivo que otra cosa y que está basado fundamentalmente en la observación detallada de las imágenes de satélite. Puedo estar equivocado en mayor o menor medida pero al menos puede servir para fomentar un intercambio de opiniones que podría ser útil.

Desde mi punto de vista el origen es el desplazamiento hacia el sur desde Marruecos de una vaguada secundaria en niveles altos, que no me extrañaría que fuera una evolución ligada del algún modo con la gran y madrugadora borrasca “Alex”. Esa vaguada, que se va estrechando a medida que avanza hacia las costas africanas cercanas al archipiélago de Cabo Verde, se ve mejor reflejada en los campos de líneas de corriente más que en los geopotenciales ya que en estas zonas sus gradientes suelen ser débiles.

GFS: Predicción de líneas de corriente a 200 hPa y localización de bajas del 3 al 6 de octubre Tropical Tidbits

                

En esa situación tan meridional, la vaguada interceptaría la normal progresión del flujo de ondas del este y una de sus estructuras nubosas sería captada y conducida hacia el norte por la rama delantera de esa vaguada. Es posible que además su ubicación en ella haya potenciado más los desarrollos nubosos. Ya en su camino hacia Canarias, la banda nubosa se fue curvando ciclónicamente y desarrolló en su seno las estructuras convectivas que han afectado al archipiélago aunque la más importante discurrió entre Tenerife y Gran Canaria.

Pongo a continuación algunas imágenes del canal WV del GOES-E correspondientes a los días 3 al 6:


          Día 3 de octubre (Tropical Tidbits)

                                                        4 de octubre (Tropical Tidbits)

                                                             5 de octubre (Tropical Tidbits)
        

                                                                     6 de octubre (Tropical Tidbits)

La verdad es que esta situación me plantea más preguntas que respuestas:

¿Se trata de una subida de latitud de una onda del este como tal?

¿Lo es en su origen, y en su ascenso de latitud de algún modo se "subtropicaliza"?

¿Es simplemente un desarrollo de la zona delantera de la vaguada?

 ¿Es esta estructura -o está en relación con- una depresión subsahariana de las descritas por Font Tullot o es distinta?

Creo que es una situación digna de ser estudiada en detalle dadas sus implicaciones para Canarias y quien sabe si en un futuro incluso para la Península Ibérica o el Mediterráneo. Y, por cierto, excelente la predicción de esta evolución por parte del Centro Europeo y buen trabajo también de los predictores de Aemet en una situación que tenía muchos riesgos potenciales y muy difícil de ajustar en tiempo y espacio.





24 de septiembre de 2020

Medicanes, huracanes...


La ocurrencia en días pasados de un “medican” en las cercanías de Grecia ha sido objeto de un amplio debate por diversas causas en las redes sociales. Por una parte se discutía si la denominación anglosajona  ”medicane” (med+hurricane), se puede castellanizar y utilizar “medican” directamente en un proceso parecido al que ocurrió con la denominación “dana”, o debe quedarse en inglés y pronunciarse en inglés. Otro punto de debate fue el relacionado con el “bautizo” de este medican que llegó a recibir tres o cuatro nombres distintos provenientes de diversas instituciones más o menos meteorológicas. Una cuestión que, como en el caso de las borrascas extratropicales, debería normalizarse por parte de la Organización Meteorológica Mundial o al menos en el contexto europeo por la red de Servicios Meteorológicos EUMETNET.


                                                 El reciente medican Ianos (Eumetsat)

En cualquier caso, el gran debate ha sido sobre la naturaleza física del fenómeno. Se ha discutido sobre si el medican es un fenómeno “huracán-like” es decir parecido al huracán o ciclón tropical pero sin llegar a serlo, o bien si realmente es una estructura tropical completamente “ortodoxa” que puede llegar a ser una verdadera tormenta tropical o incluso huracán -o ciclón tropical- de clase I o la que le pudiera corresponder. Es decir, aplicar aquello de “si parece un ciclón tropical y actúa como un ciclón tropical es un ciclón tropical”.

Una primera pega que puede objetarse es que la denominación “ciclón tropical” da por hecho que es un fenómeno que sucede solo en los trópicos; sin embargo la propia OMM acepta que son estructuras que pueden formarse en océanos cálidos sin ser necesariamente tropicales. Es verdad que el Mediterráneo no es un océano cálido, pero durante buena parte del año sí puede considerarse como un mar cálido, y cuando no lo es puede recibir la visita de danas que originarían con su núcleo frío inestabilidades convectivas que compensasen una menor temperatura del aire de las capas bajas en contacto con el mar. Cuestión distinta es sí esa inestabilidad es lo suficiente poderosa y duradera como para crear un núcleo cálido bien definido en niveles medios dando lugar a la formación de una estructura "tipo ciclón tropical o huracán” o bien un verdadero ciclón tropical. Otra cosa es que esa evolución pase por distintas fases o se quede parada en una de ellas dando lugar a distintas tipologías de las cuales podría ser que alguna o algunas no llegaran a la estructura final de tipo tropical…y habría entonces que definirla como ciclón subtropical o híbrido…O incluso es posible que hubiera alguna subclasificación más.

                                Medican Quendresa, noviembre de 2014 (MODIS/ NASA)

                                    Medicane Numa de noviembre de 2018 (MODIS/NOAA)

Otro punto muy debatido es que el inicio de un ciclón tropical y de un medican suelen ser bastante distintos. En algunos casos no es así ya que unos y otros pueden comenzar su desarrollo en el seno de una dana o de una borrasca fría (el que fuera una u otra daría también a un debate interesante), pero es verdad que el medican necesita ese entorno estacionario o semiestacionario para poder desarrollarse mientras una estructura tropical típica puede nacer también en el seno de una onda del este en débil movimiento sobre el océano.

No voy a seguir con estas disquisiciones porque no soy ningún experto en el tema y aunque me inclino por el planteamiento de “si parece…y actúa como….es…” no estoy capacitado para dar una respuesta taxativa a algo que es objeto de un largo y continuado debate entre especialistas. Lo que intento básicamente es llamar la atención sobre la necesidad de avanzar mucho más, tanto en el terreno científico como operativo, en este tema de los medicanes, y más aún en el contexto del cambio climático en el área mediterránea cuyas consecuencias permanecen aún poco claras. Para ello en absoluto se parte de cero porque ya hay un rico y largo trabajo previo desarrollado por diversas instituciones mediterráneas. Así, en el contexto español cabe destacar las continuadas investigaciones del Grupo de Meteorología de la Universitat de les Illes Balears y de la Delegación de AEMET en Baleares donde mi querido colega y amigo Agustí Jansà, junto con un excelente grupo de meteorólogos, fue pionero y sigue siendo  una referencia básica  en la investigación de la meteorología mediterránea y en su aplicación operativa.

En cualquier caso creo que conviene ya ampliar más el interés y la dedicación por estas cuestiones con mayor disponibilidad de recursos de todo tipo en una acción coordinada internacional que contemple tanto la investigación de estas estructuras como su aplicación práctica en el ámbito de la predicción y vigilancia europea de los fenómenos meteorológicos adversos. ¿No sería un gran proyecto para el programa Copérnicus ahora tan estrechamente unido al Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo?

16 de septiembre de 2020

Tiempos subtropicales

 

Está siendo noticia estos días el espectáculo que muestra el Atlántico norte con varios huracanes o tormentas tropicales desarrollando simultáneamente sus ciclos de vida en una de las temporadas más activas que se recuerdan:

Varias circulaciones ciclónicas de carácter tropical se desarrollan en estos días d mediados de septiembre en el Atlántico norte (imagen NOAA)


Por sí ello fuera poco, una borrasca situada desde hace varios días al noroeste peninsular, y que nos afectará ya directamente a partir de mañana, está presentando una cierta evolución hacia la subtropicalización incrementando la convección en su seno a medida que se traslada hacia aguas más cálidas y dirigiendo hacia la Península Ibérica un marcado flujo a niveles medios de aire cálido y húmedo. Pero aún hay más: un "medicane" se está desarrollando al sur de Italia y los modelos muestran su evolución hacia una circulación ciclónica muy intensa que puede dar importantes problemas de lluvia, y sobre todo de viento, en su trayectoria.

La imagen de Meteosat de esta mañana muestra la borrasca situada al oeste de Galicia con una cierta tendencia hacia la subtropicalización y un posible  medicane al sur de Italia. (EUMETSAT)

En relación con la borrasca que nos afectará a partir de mañana es interesante contemplar la gran inyección de energía el importante flujo de aire cálido y húmedo del SW que moviliza y que originará lluvias muy significativas. Flujo por el que también compiten la tormenta tropical "Vicki" y el huracán "Teddy". (EUMETSAT)

Si miramos la configuración a escala hemisférica vemos un chorro polar muy alto y por tanto con una atmósfera subtropical muy extendida hacia el norte albergando distintos flujos de aire cálido y húmedo alimentando las circulaciones que se desarrollan en su seno:


Configuración hoy 16 de septiembre del chorro polar o extratropical permitiendo una amplia expansión hacia el norte de la atmósfera subtropical (Netweather)

Imagen de contenido de agua precipitable que muestran los flujos que desde latitudes tropicales alimentan a las estructuras subtropicales que se desarrollan más al norte (SSEC)

No es en absoluto raro que en septiembre se de esta expansión de la atmósfera subtropical aunque quizás este año sea más amplia y la actividad en su seno esté siendo muy intensa. En el fondo, si hoy me refiero a ella, además de por su espectacularidad, es porque es un ejemplo muy claro del tipo de estructuras y circulaciones que podríamos tener cada vez más sí se confirma la tendencia creciente hacia la subtropicalización de nuestro entorno geográfico a la que me refiero con frecuencia. Aparecerían más circulaciones ciclónicas de carácter subtropical,  estructuras de origen polar a partir de vaguadas del chorro extratropical  con tendencia a subtropicalizarse o incluso chorros subtropicales más frecuentes conduciendo hacia nuestras latitudes más aire cálido y húmedo.

Más allá de lo anecdótico o espectacular que todo ello pudiera representar, creo que su importancia puede radicar en que estas estructuras podrían ser cada vez más las causantes de lluvias en nuestras zonas con un claro decremento de la influencia de las ligadas al chorro polar. A este respecto ha aparecido muy recientemente en Environmental Research Letters este artículo de investigadores portugueses y españoles en el que demuestran, partiendo de bases de datos muy largas y depuradas, que no existe una tendencia clara en las precipitaciones en el suroeste de Europa, al contrario de lo que algunos modelos climáticos muestran –no todos- en el sentido de una posible disminución de las mismas. Es verdad que el estrés hídrico existe en muchas zonas pero en el artículo, cuya lectura recomiendo, lo atribuye a otras causas y no a una disminución clara de las precipitaciones. A la vista de ello me pregunto si las precipitaciones de carácter subtropical van ya tomando poco a poco el relevo a las ligadas al chorro polar, que cada vez nos visitan menos y, por tanto, sí llueve la misma cantidad pero de forma distinta, lo que, en su caso, tiene también importantes implicaciones.

En resumen, y a fuerza de resultar ya muy cansino, insisto en que  se hace muy prioritario para España reforzar y profundizar las investigaciones sobre esta, más que posible, subtropicalización de nuestra atmósfera y de sus posibles consecuencias.

10 de septiembre de 2020

¿Provocará más danas el calentamiento ártico?


Acabamos de tener un primer temporal casi otoñal de lluvias mediterráneas y, como todos los años, es el momento en el que se hacen cábalas sobre cuántos episodios de danas podrían ocurrir en esta temporada y, sobre todo, si la tendencia es a aumentar o disminuir estas situaciones como consecuencia del cambio climático.

Un argumento bastante recurrente, y que yo mismo he utilizado en más de una ocasión, es el de que la amplificación ártica reduce el  gradiente norte-sur de temperaturas y ello conduce por razones dinámicas a un chorro polar, o extratropical, menos veloz. Y un fluido que disminuye su velocidad debería hacerse cada vez más ondulado y, por tanto, con más tendencia a la formación de profundas vaguadas, algunas de las cuáles darían lugar a danas. De ahí se deduciría que un aumento de danas podría significar en un mayor número de temporales mediterráneos.

(Autoría desconocida)

Pero las cosas no parecen ser tan fáciles. Una primera cuestión es sí, aún en el caso de producirse ese aumento de danas, éstas bajarían lo suficiente en latitud y sí llevarían la trayectoria adecuada para afectarnos de modo sustancial. En cualquier caso, más allá de este planteamiento elemental, algunos artículos publicados en los dos o tres últimos años ponen bastante en duda este mecanismo y piensan, como en éste de Blackport y Screen publicado en febrero de este año en ScienceAdvances, que una disminución de la velocidad del chorro no debería significar necesariamente unas mayores ondulaciones en el mismo, ya que hay otros factores que entran en juego además de la velocidad.

Ese razonamiento es una hipótesis que los autores emplean como una posible explicación a los resultados de su investigación con modelos en los que se muestra que  “la covariabilidad observada y simulada entre la ondulación y los gradientes de temperatura en escalas de tiempo interanual a decadal no representa una respuesta forzada a la amplificación del Ártico”. Por tanto, y según estos autores, no parece que el calentamiento del Ártico induzca necesariamente una mayor formación de danas.

No soy ningún experto en este tipo de estudios y por tanto tampoco soy quien para juzgar la calidad de este trabajo, pero lo que sí está claro que el argumento original en el que tanto hemos basado nuestras suposiciones sigue siendo ampliamente debatido en el ámbito científico. Como ya he expresado en otras ocasiones creo que será la futura evolución de las circulaciones subtropicales lo que más puede pesar en la evolución del clima en España…y hay todavía muy pocos estudios sobre ello, al menos que yo conozca.

31 de agosto de 2020

Más allá de los chorros.

Vivimos estos días una situación meteorológica con temperaturas bastante más bajas que las habituales y que estamos calificando de anómala por su aparición a finales de agosto. Se suma a otras muchas anomalías que se vienen detectando en los últimos años y que, en su mayor parte, siempre acabamos relacionando con el comportamiento del chorro polar y, en menor medida, del subtropical. Pensamos que las claves de esas anomalías están en la mayor o menor ondulación del chorro polar o en el cambio de posición respecto a la "climatología" del patrón de ondas de Rossby. Y en buena medida lo relacionamos con la posibilidad de que un mayor calentamiento de las zonas polares fuerza de algún modo ese tipo de cambios en las citadas estructuras. Y aunque ello pueda tener que ver, en el fondo siempre pensamos -sabemos- que hay otras razones más allá que todavía se nos escapan. 

Topografía de 500 hPa de la madrugada del 30 de agosto con un chorro polar -o un ramal del mismo- muy bajo de latitud y arrastrando hacia la Península aire polar muy frío para la época.

Más allá de la importancia de la naturaleza caótica de la atmósfera, que siempre está presente, vamos conociendo otros fenómenos de escala planetaria y de larga duración que tienen gran importancia en ese comportamiento de los chorros. Me refiero, entre otros varios  a la muy conocida -hasta cierto punto- El Niño-Oscilación del Sur (ENSO), o a las menos Oscilación Madden-Julian (MJO), la Oscilación Cuasibienal (QBO) o a las sutiles relaciones troposfera-estratosfera-troposfera en las medias y altas latitudes que conducen a veces a posibles calentamientos súbitos y roturas del vórtice polar. Y todo ello en interacción con la modulación que introducen los cambios estacionales en distribución de la humedad y de la cobertura nivosa.

Es cierto que de vez en cuando surgen noticias sobre estos fenómenos; por citar alguna de las más recientes recordemos cómo la fortaleza del vórtice polar del hemisferio norte en el pasado invierno condujo a un aumento sin precedentes del agujero de ozono, o el súbito y anómalo cambio de patrón en los vientos estratosféricos ligados a la QBO. Pero son noticias que surgen y desaparecen sin que la mayoría de los aficionados e incluso algunos profesionales que, como yo mismo, nos vamos quedando atrás, seamos capaces de colocarlos en el lugar adecuado del puzzle...de modo que otra vez nos quedamos sin poder pasar más allá de cómo se han comportado los chorros. 

Escribo todo esto porque en los últimos tiempos van apareciendo artículos y publicaciones en los que se resalta cada vez más las posibilidades que una adecuada comprensión y modelización de estas "oscilaciones" tienen para los distintos tipos de predicciones y muy en especial para las estacionales y subestacionales. En este contexto hace muy pocos días apareció este excelente artículo en ScienceNews en él que se resalta la importancia que una mejor modelización de la MJO puede tener para avanzar en las predicciones de carácter subestacional en algunas zonas del planeta. Un tipo de predicción a la que cada vez se le da más relevancia para la adecuada preparación  ante la posibilidad de situaciones meteorológicas adversas a algunas semanas vista. A este respecto es también muy interesante este otro artículo publicado recientemente en la página web del Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo. 

La Oscilación Madden-Julian (MJO) es una estructura de tormentas que generalmente se forma varias veces al año en latitudes tropicales y que  puede tener repercusiones climáticas en todo el mundo. La MJO viaja hacia el este a lo largo del ecuador creando unas poderosas corrientes verticales que pueden modificar la circulación en otras latitudes.

En cualquier caso, sé que para los propios científicos especialistas en estos temas, también les es difícil encajar el puzzle... pero son los que van más avanzados y quizás nos puedan explicar un poco más y darnos una visión de conjunto...aunque sea de "conjunto parcial". Me atrevería por tanto a sugerir un mayor esfuerzo de divulgación en estos temas por los propios expertos -en España los tenemos y muy buenos- de modo que en nuestros comentarios y debates podamos llegar un poco más allá del chorro, de los chorros, y de sus veleidades.