15 de septiembre de 2019

Tras la dana

Ahora que el episodio de lluvias intensas en el área mediterránea remite, parece buen momento para referirse con un poco más de calma a algunas de las cuestiones que estos días hemos debatido en las redes sociales en relación con esta situación. En cualquier caso cuesta aceptar que una evolución atmosférica tan interesante lleve aparejada esa potencialidad destructiva si, además de su propia intensidad, sucede sobre determinados territorios o infraestructuras. Por eso, antes que nada mi respeto y solidaridad con las víctimas y sus familias y con tantas y tantas personas que han visto seriamente dañados o desaparecidos muchos de sus bienes. Por otra parte, mi felicitación y agradecimiento a la labor de predictores, comunicadores, personal de protección civil, Ejército y todas las personas que están colaborando en la paulatina y lenta vuelta a la normalidad. 

Vista aérea de la inundación de campos cercanos a Orihuela (foto: GVA 112)

En cualquier caso, creo que también puede ser de ayuda un mejor conocimiento de este tipo de fenómenos para poder avanzar en su comprensión física, predicción, generación de avisos y mejora de su comunicación. Ese es el objeto de los comentarios que siguen, los cuáles como es obvio sólo reflejan mi experiencia y mi opinión y pueden ser por tanto muy discutibles.

a) La formación y la trayectoria de la dana.

Una dana siempre procede del cierre de una vaguada de una corriente de vientos en niveles altos, normalmente del chorro polar o de alguna circulación secundaria asociada. Una zona muy típica de formación para las que afectan a España, y muy especialmente al área mediterránea, suele ser la situada entre Azores/Madeira/Canarias y la Península Ibérica. Puede quedarse ahí en situación estacionaria varios días hasta desaparecer o moverse con mayor o menor rapidez hacia el este, y con frecuencia hacia la zona del estrecho de Gibraltar, mar de Alborán y norte de Argelia. Esa situación es la más propicia para dar lugar a un temporal de lluvias en buena parte del área mediterránea, temporal que, dependiendo de otras condiciones, puede ser de lluvias intensas o bien moderadas y muy beneficiosas; de hecho es el mecanismo atmosférico de producción de la mayor parte de las precipitaciones en Levante y Sureste. Un magnífico artículo sobre las danas escrito por el gran especialista en ellas Francisco Martín puede encontrarse aquí. 

Sin embargo, en  esta ocasión, la vaguada se cerró hacia Gran Bretaña de modo que la dana entró por el Cantábrico hacia Cataluña; no es una trayectoria desconocida pero sí menos habitual por lo que a las precipitaciones se refiere en esas zonas. 

El análisis de 500 hPa de las 00 UTC del 10 de septiembre muestra la dana incipiente aproximándose al área española por el Cantábrico.

Aunque haría falta un estudio reposado hay un consenso amplio en el sentido de que para la aparición de esa vaguada precursora, o al menos para su profundización, fue fundamental la integración del ex huracán Dorian en el chorro polar "aguas arriba", forzando la reestructuración de su patrón ondulatorio. A este respecto se me ocurre pensar que podría ser interesante comprobar cuántas vaguadas de otoño productoras de danas podrían haber tenido este origen. 

Se ha comentado también que esta dana ha presentado una fuerte anomalía de geopotencial,  es decir que ha sido más profunda que lo normal en esta época del año, algo que también podría tener que ver con la irrupción de Dorian. No estoy muy seguro de lo que puede significar a nivel de generar lluvias más intensas ya que, si bien podría provocar ascensos más poderosos del aire de capas bajas, podría a su vez interferir en la evolución de las estructuras convectivas que tanta importancia tienen en estas situaciones. Algo también muy interesante a estudiar.

Por lo que respecta a la utilización del camino clásico por Gibraltar tengo la impresión personal de que en los últimos años se ha reducido mucho el número de danas que lo han utilizado. En el caso de que haya sido así, sería interesante investigar si se trata de una variabilidad natural o está asociado a cambios en la circulación atmosférica atlántica en el entorno del cambio climático. 

b) La conexión tropical/subtropical

Probablemente fue en el estudio que realizamos en 1982 sobre la situación que provocó la "pantanada" de Tous cuando vimos en las imágenes infrarrojas y sobre todo de vapor de agua de Meteosat la gran banda nubosa que desde latitudes tropicales -incluso desde la Zona de Convergencia Intertropical- y por encima de África se integraba o de algún modo conectaba con la circulación de la dana. 


En octubre de 1982 el radiómetro de aquellos primeros Meteosat no estaba específicamente diseñado para la toma de imágenes en el canal de absorción de vapor de agua por lo que enviaba imágenes muy ruidosas. En cualquier caso, en esta correspondiente a primeras horas del 19 de octubre de 1982, situación de la "pantanada" de Tous con un registro no oficial de hasta 1000 litros por metro cuadrado, es una de las primeras veces, si no la primera, en la que observamos algún tipo de "conexión" entre aquella dana y la propia ZCIT. En otras muchas ocasiones la conexión aparentemente no existe o es mucho menos significativa.

Desde entonces esa conexión se ha vuelto a observar con mayor o menor claridad en muchas de estas situaciones. A veces es una estructura que no viene tan del sur y que se ve como está provocada por la propia circulación de la dana, pero en otras ocasiones sí parece formarse o atraer un chorro subtropical hacia ella. Ante esta circunstancia surgen muchos interrogantes: ¿Cuánta humedad -o en su caso cuánta agua precipitable- transporta esa supuesta conexión? ¿Cómo influye, si lo hace, en las lluvias intensas...? ¿aportando una sensible cantidad de ese agua precipitable o simplemente humedeciendo el ambiente a niveles medios y haciendo más eficientes las nubes mediterráneas? ¿Y cómo es o qué puede significar desde un punto de vista dinámico la interacción entre ese posible chorro y la propia circulación de la dana? Otro posible y atractivo tema de estudio...

Aunque no he podido disponer de la imagen en el canal de vapor de agua, esta imagen en el infrarrojo  del día 13 de septiembre parece apuntar también a una conexión de ese tipo.


c) La "singularidad" de esta dana

Desde mi experiencia con muchas danas no he visto nada "anormal" en el comportamiento de ésta salvo su trayectoria de llegada, tampoco por otra parte absolutamente desconocida. Sí es verdad que ha incidido mucho sobre el sureste peninsular lo que ha llevado a que la Delegación de AEMET en la Comunidad Valenciana establezca que se trata probablemente del temporal más intenso en la Vega Baja del Segura desde 1879 y de los más tempranos en cuanto a fecha de aparición. 

Mapa resumen de las lluvias totales de esta situación (Del blog Climaenmapas de César Rodríguez Ballesteros)

La intensidad creo que tiene que ver con la relativamente larga permanencia de la dana en la zona adecuada para la producción de estas lluvias sin que recibiera ningún "empuje" de las circulaciones atlánticas para abandonar la zona, como suele ser la forma más habitual de finalización de estas situaciones. Y es que, ¡cuanto les cuesta a las circulaciones atlánticas bajar de latitud en estos últimos tiempos!

También hay que tener en cuenta que esta situación podría ocupar un puesto relevante en cuanto a cantidad de agua precipitada dada la gran cantidad de territorio mediterráneo afectado.

d) La posible formación de un "medican". 

A poco de iniciarse la situación algunos modelos de predicción mostraron la posible formación de una muy pequeña y profunda borrasca que se podía identificar como un "medican". Estaba claro que esa formación provenía de la gran cantidad de calor de condensación que se provoca en esas situaciones y que pueden no ser del todo correctamente manejada por los modelos. Es decir, podría ser lo que se denomina un "artifact" o podría ser verdad. 

La aparición de un posible "medican" en un mapa de superficie previsto a unas 12 o 18 horas. ¿Realidad o "artifact"?

Por un lado no parecía el entorno más adecuado sobre todo para que, aunque naciera, pudiera prosperar...pero si lo hacía, junto a las lluvias intensas podría originar una situación de fuertes vientos en zonas costeras. De haber aceptado su formación habría que haber emitido avisos naranjas o rojos por viento. A la vista de pasadas experiencias creo que los predictores optaron con buen criterio por la estrategia de una vigilancia contínua de las imágenes de satélite y de las posibles caídas de presión en la zona para elevar en su caso el aviso en vigor en amarillo a naranja o rojo. El medican" no llegó a desarrollarse pero sí me pareció ver en algunas imágenes de satélite algunos pequeños vórtices que, en un entorno general más adecuado, más "tranquilo", hubieran podido desarrollarlo. 

e) Dana y lluvias torrenciales

 Quizás conviene insistir una vez más que una dana provoca ese tipo de lluvias en su zona delantera y siempre que esa zona delantera se sitúe sobre una zona donde desde las capas bajas haya un buen suministro de aire cálido y húmedo, como suele ocurrir en el Mediterráneo. A este respecto, otro error bastante extendido es que estas lluvias se provocan por el contraste entre el aire cálido de bajos niveles y el frío de niveles medios por encima de ese aire cálido. Pues bien, eso sólo se produce bajo determinadas condiciones en el núcleo interno de la dana y no es la causa de las lluvias más importantes. Éstas se generan en su parte delantera cuando, por singularidades de la corriente de viento que rodea a la dana, se producen fuertes ascensos, fuertes "succiones" del aire de niveles bajos formando nubes muy desarrolladas que son las que provocan a su vez los grandes aguaceros. Y si el suministro de ese aire no se corta al haberse establecido una eficaz corriente de aire marítimo, el proceso puede continuar durante mucho tiempo. 

Mapa de geopotencial de 500 hPa del día 13 de septiembre a las 00 UTC con la dana centrada sobre la zona de Gibraltar (si bien llegó a ella por un recorrido poco habitual). Los mayores ascensos verticales se producen en la zona delantera de la dana donde además las isohipsas (esa especie de curvas de nivel) tienden a hacerse algo difluentes. Como se ve, ello ocurre sobre el sureste peninsular. En superficie una corriente de aire húmedo y cálido llegaba a la zona tras un buen recorrido sobre el mar: el mejor "combustible" para esos ascensos y las lluvias torrenciales.

f) Danas y cambio climático

Creo que conviene distinguir una vez más entre danas y lluvias torrenciales. Así como existe un consenso bastante amplio en el sentido de que una atmósfera cada vez más cálida -y por tanto con capacidad de retener más humedad- puede originar más lluvias y más abundantes lluvias torrenciales, no conozco ningún estudio que relacione el cambio climático con una mayor o menor aparición de danas en nuestras zonas de interés. Y creo, sin embargo, que es un estudio  necesario porque este tipo de estructuras son las que proporcionan, además de las posibles lluvias torrenciales, el mayor porcentaje de precipitación en el área mediterránea y un porcentaje menor pero tampoco nada despreciable en las otras zonas ibéricas. ¿De dónde y cómo van a venir las lluvias a España a lo largo del siglo XXI? ¿Volverán a ser frecuentes los temporales de poniente? ¿Va a haber más o menos danas? ¿Dónde se van a situar? ¿Nos afectarán poco a poco estructuras subtropicales o tropicales? Es vital profundizar en ello todo lo posible.

g) ¿Gota fría o dana? ¿DANA, Dana o dana?

Alguien comentaba en Twitter que "gota fría" era la expresión popular del fenómeno y "dana" la técnica o científica del mismo fenómeno. Eso es así siempre que esté claro que "gota fría" no es sinónimo de lluvias torrenciales ya que, como tantas veces se ha repetido, puede haber danas sin lluvias torrenciales y lluvias torrenciales sin danas.

En cuanto a su escritura, empezamos a utilizar la forma DANA hacia finales de los años ochenta como acrónimo de Depresión Aislada en Niveles Altos para no tener que utilizar tantas palabras cada vez que nos referíamos a esta estructura y para evitar el término "gota fría". Tiempo después y tras consultar a la Fundación del Español Urgente (Fundeu) se empezó a utilizar también "Dana". En una posterior consulta nos autorizó a utilizar "dana" por estas razones que hoy ha vuelto a expresar: 

"DANA es una sigla y coma tal se escribe con mayúscula inicial. Esta opción es siempre adecuada. Al ser una sigla que se puede leer y que tiene mucho uso, es posible también entender que se está lexicalizando y entonces no sería un error escribirla con minúsculas".

En mi opinión "dana" describe una estructura atmosférica, ya casi tan usual como "borrasca" o "frente", y por eso utilizo siempre la expresión en minúsculas.

h) Predicción y avisos

Creo que en líneas generales se ha hecho un excelente trabajo de predicción por parte de los predictores de AEMET apoyados en los magníficos productos del Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo y del modelo Harmonie. No es fácil para un equipo de predicción la decisión de establecer un aviso rojo o de decidir no hacerlo, aunque manteniendo una vigilancia constante, como en el caso del posible medican. Y tampoco lo es mantener adecuadamente los avisos cuando la dana en sus últimas fases se desestructura mucho y las circulaciones mesoescalares provocan la aparición de aguaceros y tormentas con una distribución ya muy irregular. Es en todos estos casos en los que la labor de los predictores es básica y no se deberían escatimar recursos para disponer de las mejores herramientas así como para su formación y entrenamiento continuados.

Creo también que la mayor especialización de los comunicadores meteorológicos y su cercanía a AEMET -a través con frecuencia de ACOMET- ha sido muy importante para la difusión de la situación y de los avisos correspondientes. Cabe destacar la magnífica labor informativa en redes sociales de RAM meteo (@RAM_meteo) AVAMET y un buen número de profesionales y aficionados. Y en cuanto a la actuación de las protecciones civiles y de los efectivos del Ejército, aunque no soy experto en estos temas, me ha parecido también verdaderamente encomiable.

Está claro que los avisos rojos "mueven montañas" pero creo que, aún con un cambio de escala, no pasa lo mismo con los "naranjas" que pueden también entrañar situaciones de mucho riesgo. A este respecto vuelvo a incidir, como tantas veces hago, en la necesidad de una profunda revisión y reestructuración de los planes de aviso de fenómenos adversos con mensajes integrados para el público (con información meteorológica, en su caso hidrológica y de protección civil) a través en gran medida de los ya casi universales dispositivos móviles e indicando con toda claridad qué puede pasar, cómo me puede afectar y qué recomendaciones me pueden ser útiles.




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