2 de febrero de 2018

Temporal de invierno...entrando por el norte

Los primeros días de febrero son fechas señaladas para la meteorología popular y la astrometeorología ya que, al parecer, tienen la clave del comportamiento del invierno a partir de ese momento. Hoy, día 2, se celebra en el calendario católico la fiesta de la Candelaria o de Las Candelas, mientras que en otras civilizaciones, tal como la celta, era la fiesta de la Luz en memoria de la diosa Brígida. En el fondo, se trataba probablemente de la celebración por un sol que ya va prolongando su estancia sobre el horizonte, al tiempo que las tinieblas de la noche, se retiran poco a poco. En cualquier caso, y como el hemisferio norte todavía está muy frío, la primera quincena de febrero suele albergar algunos -o muchos- de los días más gélidos del año. 



Así amanece el día de la Candelaria en parte del hemisferio norte. Buena parte del Atlántico está ocupada por una gran dorsal que en las últimas 48 horas se ha extendido como una afilada cuña desde Azores hasta Islandia. Ello ha propiciado la llegada a la Península Ibérica de una primera masa de aire frío que se ha deslizado por su flanco oriental. Mañana esa dorsal se traslada hacia Europa, pero ese avance se va a ver frenado durante algunos días por una amplia borrasca fría sobre Centroeuropa que experimentará una retrogresión parcial hacia el suroeste. El resultado de ello va a ser la llegada a nuestra zona durante la próxima semana de embolsamientos frios o danas de mayor o menor tamaño que, entrando en la Península por el norte, harán un recorrido relativamente errático calculado con dificultad y no mucha fiabilidad por los modelos numéricos. Si bien el tiempo frío está asegurado en todas las zonas, parece que las precipitaciones más abundantes deberían corresponder, aparte de las cordilleras, a zonas de la mitad oriental peninsular y Baleares

Antes de seguir adelante, no quiero dejar de recordar que la más intensa ola de frío registrada en España ocurrió durante la primera quincena de febrero de 1956 y que fue justamente tal día como hoy, el 2 de febrero de ese año, cuando se registraron los famosos -32ºC en el Estany Gento pirenaico. 


LA GRAN ENTRADA SIBERIANA DE FEBRERO DE 1956
Hoy, 2 de febrero de 2018, hace 56 años del récord de temperatura más baja registrada en España propiciada por un fuerte invasión de aire siberiano, al menos en la "oleada" que refleja este mapa del día 2 de febrero de 1956. Fue la primera de las tres entradas frías que ocurrieron durante la primera quincena de febrero de aquel año. A 850 hPa llegaron a alcanzarse valores de -20 a -25ºC en la zona pirenaica. Nada que ver en principio con los -8 o -10ºC que cabría esperar en principio, y como mucho, en la situación actual. 

Y, aunque sin tanta intensidad, también parece que van a ser muy fríos al menos los siete u ocho primeros días de este febrero. Como explicaba más arriba, una sucesiva llegada de masas de aire frío entrando desde el norte y nordeste va a dar lugar a un temporal de invierno caracterizado por temperaturas muy bajas, y unidas al viento, sensaciones térmicas de bastante frío. Además, al ser una masa de aire con recorrido sobre el mar Cantábrico, la nieve aparecerá en abundancia en zonas montañosas y llegará también a zonas llanas, incluso de baja altitud, provocando probablemente un impacto social y mediático más por la novedad que por la intensidad en sí de la situación. 

En cualquier caso, si bien el carácter general de la circulación atmosférica durante los próximos días es el que acabo de describir, los modelos nos muestran, sobre todo a partir del miércoles, evoluciones e interacciones muy complejas entre las distintas circulaciones secundarias -pequeñas danas- que van a entrar en juego.  Ello va a dificultar la concreción a más de 48 o 60 horas de las zonas más afectadas y de las cantidades de precipitación que pueden acumularse, si bien en zonas montañosas o del tercio oriental peninsular y Baleares pueden ser importantes ya que es probable que, dependiendo de la ubicación o ubicaciones de las danas, entre también en juego el aire húmedo mediterráneo. 


El mapa de 500 hPa previsto por el modelo determinista del Centro Europeo para la madrugada del martes muestra una dana centrada en la Península Ibérica. El aporte del sistema probabilístico nos llama la atención sobre la posibilidad -no muy marcada- de que esa dana pudiera situarse algo más al suroeste; algo a vigilar.


48 horas después, el modelo determinista muestra pequeñas y mal definidas danas entre Gran Bretaña y el suroeste peninsular. La incertidumbre va creciendo pero hay margen para pensar que continuará aún el temporal.

El modelo determinista muestra una nueva dana sobre la Península para el próximo viernes/sábado, proveniente del cierre de la vaguada atlántica que en el mapa anterior aparecía acercándose a Gran Bretaña. La incertidumbre es muy alta y es muy dificil predecir cuál puede ser la evolución a partir, sobre todo, del próximo miércoles.

Aunque trabajar con un modelo determinista a cinco días vista y más en una situación de este tipo no es nada recomendable, lo pongo para dar una primera idea de cuál puede ser, según el Centro Europeo, el reparto y la incidencia de las precipitaciones de este temporal. El mapa muestra la acumulación de precipitación desde hoy, 2 de febrero, hasta el miércoles día 7. Como puede verse, son las montañas de la mitad norte, Baleares y algunas zonas del tercio oriental peninsular las que recibirán más precipitaciones, si bien la aparición de la nieve en extensas áreas será noticia destacada.

Sin embargo, más allá de entrar en el detalle de la evlución, en lo que quiero incidir hoy en que esta situación se genera -en líneas generales- del mismo modo en que lo han hecho la mayoría de las que en los últimos años nos han traído precipitaciones. Son visitas de borrascas frías o danas entrando por el norte o noroeste y dando precipitaciones que, salvo algunas excepciones, no son muy abundantes, al no contar en superficie con una masa de aire relativamente cálida y cargada de humedad. Algo que sí ocurriría si esas borrascas o danas se hubieran formado en pleno Atlántico, en la zona de Madeira- Azores, y se hubieran instalado en la zona de Golfo de Cádiz-Gibraltar. O bien, como ocurrió en el invierno 2009-2010, que el chorro polar hubiera bajado en bloque de latitud y, al menos durante dos o tres semanas, hubiera conducido sobre la Península Ibérica una sucesión de borrascas con sus frentes asociados. Pero no ha sido así, al menos hasta ahora, y eso lo refleja el mapa de porcentaje de precipitación acumulada desde  el 1 de septiembre de 2017.


Este mapa elaborado por AEMET muestra el porcentaje de precipitación acumulada desde el 1 de septiembre de 2017 respecto a los valores normales. Puede verse como los temporales registrados en enero no han ayudado demasiado a paliar la sequía que nos afecta en los últimos dos o tres años. Falla el aporte significativo de humedad en capas bajas. 

Podría argumentarse que, al menos, estas entradas por el norte nos pueden regalar abundante nieve, algo fundamental para las reservas hídricas de cara a la primavera y el verano. Eso va a ser así evidentemente y no es en absoluto despreciable. Sin embargo, la situación de nevadas y lluvias generalizadas y persistentes tanto en montaña como en llano, vendría dada por la presencia de una borrasca fría en la citada zona del golfo de Cadiz-Gibraltar que tuviera bloqueada su salida hacia el este-nordeste por un fuerte anticiclón invernal situado sobre Europa central. En ese caso, la convergencia en capas bajas del aire cálido y húmedo atlántico con el aire frío o muy frío de procedencia europea o siberiana ayudado por la presencia de aire frío en capas altas, daría lugar a nevadas o lluvias copiosas y extendidas. 

En resumen, nos sigue faltando unas buenas y continuadas entradas de aires atlánticos -o mediterráneos, para el caso de la vertiente mediterránea- que permitan poder "finalizar" en serio la sequía que ya arrastramos durante demasiado tiempo. Sin embargo, el patrón básico de circulación es un chorro polar "climatologicamente" demasiado alto de latitud, con marcadas ondulaciones que generan de vez en cuando borrascas frías o danas pero que, con algunas excepciones se cierran en latitudes de mas al norte y entrando después en la Península por el norte o noroeste. Y en los periodos que ese chorro adquiere un carácter mas "rectílineo" sigue alto de latitud, de modo que  la sucesión de profundas borrascas atlánticas que genera y conduce afectan a la Europa de más al norte donde provoca vientos fuertes e inundaciones.

¿Seguirá este patrón  lo largo de febrero y meses venideros? Estamos en la Candelaria y existen refranes que, con algunas variaciones,  quieren indicar la posible tendencia del invierno según el comportamiento atmosférico de este día: "si la Candelaria plora..." Pero me temo que estos refranes se originaron en épocas en que el proceso de cambio climático no se había puesto en marcha y tengo mis dudas de que puedan ser útiles en estos tiempos. En ese contexto, al menos los astrometeorólogos nos auguran un 2018 mucho más húmedo que el 2017. Esperemos que acierten porque un invierno y una primavera con precipitaciones escasas nos conducirían a un verano verdaderamente complicado.

De momento disfrutemos -y cuidemonos- de este temporal de invierno y esperemos que nos deje la mayor cantidad posible de agua, líquida, o mejor, sólida. Vamos allá.

4 comentarios:

  1. Los modelos son un completo quiero y no puedo. Y ya van tantos... Empiezo a pensar que quien no quiere sacar conclusiones (lo sé, científicamente son precisos más años de observación, pero Dios también nos dio el don de la intuición) es eso mismo, que no quiere. No hay modo de que una borrasca húmeda se sitúe donde solía. Ojalá sea cosa de este año y el siguiente hablemos de otra cosa, pero también pienso que quien de verdad sabe de estas cosas está de algún modo obligado a informar, tanto al ciudadano que no sabe, como al político, que por la cuenta que le trae, prefiere no saber (ya llegarán otras elecciones y la patata caliente les tocará a otros...) No sé, en conclusión me da a mí que no sacar conclusiones (y no me refiero a esta web, que me encanta porque sí lo hace, sino a otras) es también o sobre todo una irresponsabilidad. Una irresponsabilidad que a menudo se debe a la corrección científico-política. Pero la voz de los agricultores y la voz que no tienen los bosques que se secan o se queman también hay que esgrimirla, justo porque no tienen voz.
    Un saludo

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    1. Me encanta su comentario, estoy muy de acuerdo con él y se lo agradezco mucho. Si no "entra" el Atlántico con sus ábregos, la vertiente atlántica está perdida y si no "entra" con claridad y contundencia el Mediterráneo, con sus levantes, lo está la mediterránea. ¿Fluctuaciones estacionales periódicas? Puede ser, pero ya desde los 90 hay una tendencia básica hacia las circulaciones norte-sur que no puede ignorarse y que nos está llevando a la situación en que estamos. Y es que lo que está ocurriendo es justamente lo que apuntan los modelos de cambio climático. En fin, los políticos sólo tratan, en general, de llegar a las próximas elecciones. La única alternativa es formar, informar y mentalizar a la sociedad para que los exija y vote a quien se comprometa claramente. Por mi parte, en esa labor de formar e informar seguiré trabajando en la medida que me sea posible.
      Un saludo cordial.

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  2. Muchísimas gracias por tu comentario y por tu trabajo, una joya. Totalmente de acuerdo contigo. Mi nombre es Juan Andrés, de Granda. Ya había publicado otros comentarios pero no sé hacerlo de otro modo que no aparezca unknown porque estas cosas internáuticas se me dan mal. Gracias otra vez. Un saludo cordial.

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