Tras la comparecencia el pasado lunes del Ministro de Fomento ante la correspondiente comisión del Congreso para tratar la situación de nevadas del pasado enero y de la que ya me ocupé en la última entrada del blog, hoy se ha producido la del ministro del Interior para tratar sobre el mismo tema en el ámbito de su competencia.
El planteamiento básico del ministro ha sido el mismo que el esgrimido por el de Fomento: un temporal excepcional para el que se habían tomado todas las medidas pero al que, junto con su excepcionalidad, se unió un montón de circunstancias sobrevenidas y poco previsibles. Y aunque se reconocen los avisos acertados de AEMET no se ha hecho, ni en una comparecencia ni otra, referencia en absoluto a la también excepcionalidad de los avisos, -es decir a los "rojos"- que deberían haber supuesto la adopción de medidas excepcionales, tal como, probablemente, la circulación de camiones. Por parte de los grupos intervinientes, si bien han reconocido el acierto de los avisos, no se ha llegado a mencionar tampoco la existencia de un aviso tan excepcional.
Por tanto mis conclusiones son las mismas que en la entrada de ayer. Las informaciones del actual Plan de Avisos no se conocen bien, no se comprenden adecuadamente o no se utilizan en profundidad. Ante esta realidad, no se trata de buscar culpabilidades sino de constatar el hecho y lo que ello implica. Y la conclusión parece lógica: la necesidad de un replanteamiento muy a fondo del plan y de los protocolos asociados, tal como apuntaba en una de mis últimas entradas. Ambos ministros han prometido -no podía ser de otra manera- una revisión profunda de protocolos. Veremos si esta vez se avanza significativamente. No dudo de las buenas voluntades, lo que dudo es si realmente hay conciencia de la necesidad de ese cambio.
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