Con la retirada de la borrasca fría hacia el nordeste acaba otro ciclo atmosférico en el que la lluvia y la nieve han aparecido por amplias zonas geográficas. Aunque la situación tardó en definirse por las dudas sobre la ubicación y trayectoria del vórtice principal de la baja, parece a primera vista que la predicción ha ido aceptablemente bien por lo que respecta a la vertiente atlántica y quizás no tanto por lo que se refiere a la mediterránea.
En la Atlántica, las lluvias, sobre todo las realzadas orográficamente, han sido importantes y esta mañana algunos ríos y riachuelos de la vertiente sur del Sistema Central andan con riesgo de desbordamiento, algo a lo que supongo que contribuye un cierto nivel de deshielo por la subida de la temperatura provocada por los vientos de componente sur.
Por lo que respecta al área mediterránea, es posible que algún modelo sobrevalorara la precipitación y que la entrada de polvo africano y que la poca humedad en general de la masa de aire haya contribuido a ello. Normalmente, en estas situaciones la mayor concentración de polvo se encuentra entre 1000 y 2000 metros, proviene de las altiplanicies argelinas y suele ser un importante obstáculo para el desarrollo de la precipitación.
Desde mis primeros pasos como predictor aprendí que hay que ser muy cuidadosos con las entradas del sur-sureste. El aire africano suele jugar malas pasadas y el análisis y vigilancia de estas situaciones junto con la revisión crítica de las salidas de los modelos es un ejemplo de cómo el predictor experimentado puede dar un importante valor añadido a la predicción. En cualquier caso, supongo que ahora los modelos, al menos los principales, ya contemplan los aerosoles con lo que los fallos no deberían ser muy significativos.
El nuevo ciclo que se inicia mañana parece venir caracterizado por una situación de muy poco gradiente los primeros días y con la posibilidad de que en siguientes jornadas una dorsal anticiclónica se adueñe de nuestras zonas con la única duda de si una baja fría, no muy marcada, se ubicará al sur de la dorsal y podría complicar un poco el tiempo por el sur o mitad sur peninsular.
Cuatro días después parece relativamente probable que la dorsal afecte a amplias zonas de la Península y que un embolsamiento frío, proveniente quizás de retrogresión, afecte al sur peninsular. |
El EPS muestra una predecibilidad alta hasta el D+4 o D+5 y después ya muestra sus dudas sobre la existencia y ubicación de esa posible baja. En cualquier caso, si la evolución a grandes rasgos hasta ocho o diez días es esa, sería una situación algo rara para febrero donde sabemos por climatología y experiencia que los cambios de tiempo son frecuentes y bruscos, en un ambiente en general frío. Vamos a ver.
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