6 de julio de 2012

Viviendo con Meteosat


Ayer se lanzó con éxito el tercer satélite Meteosat de segunda generación.  Es una noticia magnífica ya que asegura la continuidad del servicio de estos satélites hasta que esté disponible la tercera generación, allá hacia el año 2017. Con esta ocasión quiero compartir algunas experiencias y recuerdos de lo que ha sido vivir con el Meteosat “al lado” desde el año 1977, año en el que se lanzó el primero de ellos y cuando yo también empecé a trabajar en predicción. Pero al mismo tiempo quiero llamar la atención sobre la necesaria evolución de esta inigualable herramienta de observación.

Hasta esa fecha, 1977-78, en el Instituto Nacional de Meteorología se trabajaba solo  con algunas imágenes recibidas de los satélites polares norteamericanos de la serie TIROS-ESSA.  La calidad era bastante deficiente y se utilizaban muy poco de forma operativa. Al principio las imágenes del primer Meteosat también dejaban bastante que desear pero mas que nada por las deficiencias del equipo de reproducción de que se disponía. Cuando se cambió, la calidad mejoró bastante, los predictores se interesaron mas y en seguida nos pusimos a organizar cursillos para intentar sacar “jugo” a  esas imágenes en las que descubríamos tantas cosas nuevas y que con frecuencia no sabíamos interpretar. Poco a poco Meteosat se fue haciendo insustituible y sobre todo en situaciones complicadas, esperábamos con avidez la nueva imagen que aparecía por la impresora cada media hora.

Fuera del Instituto la sociedad española comenzó  a saber del Meteosat a través de las imágenes que Mariano Medina y otros “hombres y mujeres del tiempo” mostraban en las informaciones meteorológicas de la tele. En aquellos tiempos esas imágenes sólo estaban disponibles en el Instituto y además en formato papel con lo cual había que llevárselas a televisión “en mano”.  Recuerdo –y recuerda también Ana de Roque en su capítulo de “El libro del tiempo” realizado por el actual equipo de El Tiempo de TVE- cuando ella o Marta García llegaban al Instituto en plena madrugada- para recoger la última imagen recibida junto con algunas otras informaciones.

 Cada vez utilizábamos mas y mejor Meteosat y se iban lanzando los distintos satélites de la primera generación. Al tiempo se empezaba a preparar la segunda. Recuerdo que, ya en 1983, asistí en Aviñón a una primera reunión con la ESA con el fin de estudiar los requisitos de los usuarios para la segunda generación de Meteosat que se lanzaría en el 2002!! Lo que esta generación iba a  aportar eran unas imágenes con mucha mas resolución en diversos canales y con un intervalo temporal de quince minutos en vez de la media hora de la primera generación.

 Cuando en el 2004 el primer satélite de esta segunda generación estuvo operativo, todas estas mejoras permitían obtener ya muchos otros productos de interés meteorológico -mas allá de las imágenes- para otras actividades tales como la vigilancia meteorológica, la predicción inmediata o los análisis de viento para su utilización en los modelos numéricos. Ello llevó a la constitución de una serie de centros para la obtención y distribución de estos productos en distintos Servicios Meteorológicos europeos que se denominaron SAF (Satellite Applications Facility) Así a nuestro INM se le asignó el SAF de Nowcasting (Prediccion Inmediata) en el que desde entonces se ha realizado un estupendo trabajo con amplia proyección internacional y de gran utilidad operativa.

Ya desde hace algunos años se trabaja en el diseño de la tercera generación de Meteosat. Van a ser satélites muy distintos incluso en su apariencia física. Aparte de ofrecer una mejor resolución espacial y temporal en sus imágenes y de realizar observaciones continuas de distintos gases atmosféricos, van a tener también la capacidad de llevar a cabo sondeos verticales de la atmósfera con un nivel de detalle espacial y temporal que nunca podría conseguirse con los radiosondeos clásicos. Este punto es de importancia vital para el funcionamiento adecuado de los nuevos modelos de predicción que se están desarrollando con resoluciones de un kilómetro y que son los que nos permitirán abordar con mucha mas exactitud la predicción de fenómenos atmosféricos muchas veces de pequeñas dimensiones pero de gran severidad o adversidad. Creo que es importante subrayar este punto para tomar conciencia de que la nueva generación, mas allá del alto valor de sus imágenes, es de todo punto crucial si queremos, no sólo avanzar, sino no retroceder en las técnicas de predicción del tiempo ante la reducción progresiva de las redes convencionales de observación .

Escribo esto cuando en la comunidad meteorológica europea existe una cierta preocupación por el sostenimiento y evolución del sistema Meteosat debido a la profunda crisis económica. Creo que antes de aplicar recortes en el sistema  de satélites podrían diseñarse sinergias y reestructuraciones en la meteorología europea que permitieran abaratar algunos costes y servicios pero que deberán salvar siempre, siempre, a la familia Meteosat.

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