29 de noviembre de 2024

Ha pasado un mes: ¿no es momento todavía?


Hoy hace  un mes. Y queda tanto por hacer, tanto por limpiar, tanto por sanar. Y eso es lo más primordial, por supuesto. Pero ello se utiliza como argumento por algunos políticos para ir retrasando algunas investigaciones, algunos estudios, algunas decisiones. ¿Es incompatible? ¿Es un camino hacia el olvido o hacia el próximo desastre? Espero que esta vez no.

Como meteorólogo pero también como persona de la calle me pregunto por qué no se adquieren ya algunos compromisos concretos que ayudarían a generar un poco de optimismo y algo de esperanza en esta oscuridad.

¿Por qué no existe ya unos planes concretos y unas fechas para la realización de las obras necesarias en el barranco del Poyo y en sus barrancos aledaños previstas desde hace muchos años?

Aunque es verdad que hay que hacer una investigación más a fondo de todo el proceso, sí hay cosas que se sabe que no funcionaron bien, sobre todo en relación con distintos tipos de coordinación. ¿Por qué no hay un primer avance y unos compromisos concretos de revisión y en su caso de corrección en estas cuestiones? Y más viviendo en una atmósfera con un gran contenido energético -prácticamente ya en diciembre seguimos sumidos en una cálida masa subtropical- que nos puede sorprender con cualquier fenómeno adverso en cualquier sitio y momento.

Y aunque se dice que los planes de protección civil han funcionado adecuadamente, sabemos que probablemente hace falta una revisión y adecuación de la normativa, sobre todo en lo que se refiere a las inundaciones relámpago como la del pasado día 29,  que pueden ser cada día más frecuentes, incluso en zonas donde casi no son conocidas. Sinceramente creo que los protocolos son insuficientes y poco adecuados para este tipo de situaciones que requieren una inmensa rapidez en vigilancia, observación, diagnóstico,  toma de decisiones e información pública inmediata. En este sentido pienso que es importante revisar a fondo la situación tanto de personal como de recursos técnicos y, en su caso, de formación y entrenamiento de los organismos meteorológicos, hidrológicos y de protección civil. Y más allá de las competencias administrativas lo que hay que lograr es que todo el sistema funcione con eficacia. Entonces...¿para cuando un estudio y planificación de todo ello?...¿Es pronto todavía?

¿Y para cuando la planificación y organización de eficaces campañas de formación e información al público sobre estas situaciones de emergencia y como comportarse ante ellas?

Y aunque quizás no sea lo más crítico, sí es importante y necesario promover desde el nivel gubernamental un sólido plan de  investigación sobre los cambios que se están produciendo en nuestra atmósfera en el contexto del cambio climático y que, en mi opinión, han tenido bastante que ver con las gravisimas inundaciones de Valencia.

¿No es el momento todavía de empezar a trabajar ya sobre todo ésto?...¿Y cuando lo es?...  Si no lo es ya, me temo que el peligro del olvido acecha. Y lo lamentaremos una vez más.



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