1 de febrero de 2022

Sin lluvia...y con poco viento

Acaba un enero muy seco en la mayor parte de las regiones españolas y comienza febrero con escasas -casi nulas- esperanzas de que, al menos en su primera mitad, aparezca un temporal de lluvias que alivie la gran escasez de agua que se siente en gran parte del país. Las pocas bajadas de latitud del chorro polar han generado circulaciones de norte o noroeste con precipitaciones muy circunscritas a zonas de la mitad norte mientras que el resto de los días han predominado las situaciones anticiclónicas que han dado lugar a un prolongado periodo de cielos despejados con noches muy frías y con algunos récords de temperatura media de las mínimas. Pero la lluvia, la necesaria y abundante lluvia no ha llegado con generosidad salvo a algunas zonas del norte. 

Las precipitaciones de enero han sido muy escasas e incluso nulas en algunas zonas. Salvo en algunas zonas del norte, han estado muy por debajo de los valores habituales del mes en toda la Península y Baleares (fuente: AEMET)

Situación de la sequía en Península y Baleares a  mediados de enero de acuerdo con el índice SPEI que tiene en cuenta la precipitación y la demanda de agua por la atmósfera. Este producto denominado "Monitor de la sequía" de CSIC/AEMET y otros organismos puede consultarse aquí.

Evolución del agua embalsada en lo que va de año. Bastante por debajo de la media y -por ahora- de la de los años 2021 y 2022 (fuente: embalses.net)


Tras afectarnos ahora una fugaz dorsal anticiclónica con aire muy cálido para la época que dará lugar a temperaturas máximas muy por encima de las habituales,  nos  llegará a continuación desde Canarias un débil embolsamiento de aire frío que producirá bastante nubosidad pero muy pocas precipitaciones, siendo incluso posible que aparecieran ya los primeros desarrollos convectivos del año. 

Simulación de imagen infrarroja prevista por el modelo del Centro Europeo para las 12 UTC del 4 de febrero. Una masa nubosa procedente de Canarias afectará este día y el siguiente a la Península pero con precipitaciones muy dispersas y escasas.

Después volverá el régimen anticiclónico con calmas o vientos débiles del este probablemente hasta mediados de mes al menos.

Las anomalías de precipitación previstas del 31 de enero al 6 de febrero son claramente negativas en todo el territorio peninsular y Baleares. De llover algo siempre sería por debajo de los valores normales para esta semana. 

...Y las de la semana del 7 al 13. El panorama es casi idéntico

En la semana del 14 al 20 de febrero parece contemplarse la aparición de lluvias en el tercio oriental peninsular aunque, como es lógico, según avanza el plazo la predicción es menos fiable.

Todo ello es producto, una vez más, de una circulación muy alta del chorro polar que deja a la Península en una atmósfera de carácter más bien subtropical y dependiendo de las estructuras que se desarrollen en su seno y pudieran darnos algunas precipitaciones. 

Es verdad que la Península Ibérica ha estado sujeta siempre a periodos de sequía pero sería muy interesante estudiar si las circulaciones y estructuras atmosféricas que las han originado se siguen conservando con las mismas características, o hay -o puede haber- alguna evolución en el contexto del cambio climático. Y en ese mismo contexto sería muy útil, casi necesario, estudiar con todo el detalle que fuera posible, cómo puede evolucionar el régimen de vientos en nuestras zonas, y más cuando tanto se apuesta por una amplia expansión de los generadores eólicos en el marco de la sostenibilidad energética. 

Lluvia y viento son factores de vital importancia para el desarrollo de la sociedad española y para planificar adecuadamente sus apuestas de futuro. Por eso, y aún reconociendo los desarrollos de algunos trabajos muy valiosos, sigo pensando que es necesario un reforzamiento muy profundo de la investigación española sobre cómo el cambio climático va a afectar -o está afectando ya- a las circulaciones atmosféricas - sobre todo chorros extratropicales y subtropicales- en nuestra zona y, por tanto a vientos y precipitaciones. España debe contar lo antes posible con un programa estatal adecuadamente dotado y coordinado que pueda ir poco a poco aportando las claves que conduzcan a decisiones estratégicas correctas en campos de vital importancia.

2 comentarios:

  1. Gracias, Ángel, por ofrecernos tu visión acerca de la preocupante situación de sequía en la península.
    En referencia a la energía eólica, quería apuntar que, incluso con la evidente dependencia del régimen de vientos, esta fuente de energía renovable supone a día de hoy el mayor vector energético en la estrategia de descarbonización en España.
    En 2021, la energía eólica fue la principal fuente de generación eléctrica en nuestro país, con una contribución del 23,3% del total (según datos de red eléctrica). No hacen falta grandes vientos para mover los aerogeneradores, a veces basta con aprovechar regímenes de brisas locales. La capacidad de los aerogeneradores de última generación es tal que una sola vuelta de sus aspas genera electricidad para abastecer la demanda de un hogar medio durante 24 horas.

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  2. Gracias por tu comentario David. Me alegra ese alto rendimiento de los aerogeneradores pero aunque sea así, la energía que se pretende obtener de ellos en los planes de futuro va a depender mucho, además de los vientos locales, de los de carácter más general. Éstos están muy ligados a los chorros extratropicales que a su vez rigen las circulaciones ciclónicas de niveles bajos o los vientos fuertes de esos niveles aún sin borrascas. Y justamente la evolución de esos chorros en el contexto del cambio climático es algo todavía bastante poco conocido. Sí estamos viendo por ejemplo como los temporales de vientos de Poniente han disminuido claramente sobre la Península en los últimos veinte o veinticinco años y sin embargo han aumentado los del NW aunque afectando básicamente al cuadrante NE y Baleares. Todo ello sucede en el contexto de un progresivo ascenso hacia el norte de la atmósfera tropical y subtropical que es evidentemente menos “ventosa” que la de latitudes medias.

    En el fondo el mensaje que vengo queriendo transmitir es que sabemos bastante poco de la evolución futura del viento sobre España, tanto en intensidad como dirección y zonas más o menos afectadas. Y que, si como dices, se apuesta por él como una fuente energética básica -con todas las derivadas económicas y sociales que ello conlleva- es preciso investigarlo mucho más y particularizar para España los resultados más globales. Y que, a este respecto, el Gobierno debería crear un Plan Estatal y un eficaz equipo o equipos de investigación. No hacerlo me resulta arriesgado y un punto peligroso. Un saludo y gracias de nuevo por tu interesante comentario.

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