4 de febrero de 2015

Entradas del nordeste y olas de frío.

Ahora que nos encontramos en el inicio de esta situación de ola de frío, me parece interesante transcribir a continuación un fragmento de mi libro Meses y tiempos perteneciente al capítulo titulado Febrero: las olas de frío, y que se refiere justamente a las "olas" provocadas por vientos del norte/nordeste, como ocurre en esta situación.




c.3) Entradas del nordeste

Éste es el origen principal de las olas de frío en España. El aire extraordinariamente frío del extremo oriental de Europa, o incluso de Siberia, llega a la Península y a Baleares como una verdadera ola en el seno de los vientos del nordeste. Así como las entradas del norte pueden tener alguna dificultad para su avance debido a que tienen que atravesar cordilleras de forma casi perpendicular, las del nordeste tienen menos problemas, una vez superado el obstáculo pirenaico, ya que el Sistema Ibérico ofrece un paso mas sencillo debido a su menor altura y a sus discontinuidades orográficas. La extensión es rápida y amplia por todas las regiones, si bien el núcleo de aire más frío no suele traspasar el centro peninsular. A 850 hPa la temperatura sobre el nordeste puede rebasar ampliamente los -10ºC e incluso recuerdo haber llegado a ver valores de hasta -14ºC a este nivel. Indudablemente, esos valores nunca alcanzan al suroeste peninsular pero la isoterma de 0ºC a 850 hPa  -o en algún caso hasta la de -2, puede llegar a situarse sobre el interior de Marruecos. En general se trata de aire bastante seco, ya que por su baja temperatura no puede contener mucha humedad y teniendo en cuenta además que su trayectoria discurre en gran parte sobre tierra. La poca que pueda contener da lugar a algunas nevadas débiles en Pirineos, zonas del País Vasco,  sierras litorales catalanas y en algunas zonas del Sistema Ibérico. Sin embargo puede haber algunas excepciones. Así, si la procedencia en vez de ser pura del nordeste, es mas bien del este-nordeste, se da un cierto recorrido de la masa sobre el Mediterráneo de forma que se calienta algo pero, sobre todo, gana en humedad. De este modo puede dar lugar a nevadas, no excesivamente intensas pero significativas, en zonas de Cataluña, Comunidad Valenciana y Bajo Aragón desde altitudes muy modestas. Por otra parte, si la corriente principal del nordeste, atraviesa mas bien por el norte y centro de Francia, tiene a continuación un cierto recorrido sobre el Cantábrico, lo que la carga de humedad y la inestabiliza algo. En esa situación las nevadas en la mitad oriental del área Cantábrica suelen ser bastante copiosas ya incluso a nivel del mar pero sobre todo en la vertiente norte de la cordillera.

Imagen WV de hoy, 4 de febrero. La borrasca mediterránea induce un flujo frío del norte/nordeste sobre la Península Ibérica
En el  caso de que la corriente fría del nordeste, o del este-nordeste, lleve en su seno alguna circulación ciclónica unida a un débil embolsamiento frío en niveles altos, la inestabilidad aumenta, las nubes crecen más y la precipitación de nieve puede llegar hasta el centro peninsular, si bien de forma no muy intensa pero creando ciertas complicaciones. Una situación de este tipo fue la ocurrida el 9 de enero de 2009, a la que ya me he referido en el capítulo dedicado a las visitas de la nieve. En este escenario las nevadas pueden ser mas copiosas que en los casos anteriores en la mitad nororiental peninsular.

Una complicación importante de estas entradas del nordeste -y  a la que también hice referencia en el capítulo dedicado a la nieve-, se produce cuando, además, llega o se forma una borrasca en el sur o sureste peninsular. Su circulación asociada envía aire mas húmedo y cálido sobre el cuadrante oriental y centro de la Península que confluye con el aire frío del nordeste al tiempo que lo remonta. Se forma así una especie de frente casi estacionario, muy eficiente en producción de nevadas, que puede dar lugar a acumulaciones muy importantes en estas zonas. De hecho es ésta la situación mas característica e importante de nevadas en este espacio geográfico y marca a veces el final de una ola de frío. Debe recordarse que, desde el punto de vista de intensidad de las “olas”, las nevadas son de importancia fundamental ya que impiden o dificultan mucho el escape de la radiación infrarroja terrestre que calienta a la masa de aire que está inmediatamente sobre él, haciendo que experimente enfriamientos importantes.


Una vez que el viento ha cesado o al menos ha disminuido mucho, la sensación térmica mejora algo pero es entonces cuando se dan las condiciones ideales para alcanzar las bajas temperaturas que caracterizan a una ola de frío. El aire de partida es ya muy frío por su procedencia, y al calmarse se enfría con rapidez, y más si se encuentra sobre una superficie nevada y con cielos despejados. En esta situación el aire baja mucho de temperatura en cuanto el sol se pone alcanzando valores de varios grados bajo cero, que pueden ser aún más en zonas de valles o depresiones hacia las que el aire frio va escurriendo y haciéndose cada vez mas denso. Estas son las condiciones en que se han alcanzado los récords de temperaturas mínimas en España fuera de zonas de montaña, tales como varios de los registrados en el denominado triángulo del frío en la zona de confluencia de las provincias de Guadalajara, Teruel y Zaragoza destacando la mínima absoluta de -30ºC en Calamocha el 17 de diciembre de 1963.

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