17 de julio de 2014

¿Es ola o no es ola?

Por fin ha llegado el fuerte calor de julio y, como no podía ser menos, surgen las opiniones u informaciones contradictorias sobre si este período de altas temperaturas constituye o no una ola de calor. Quizás conviene recordar algunas ideas sobre estas olas para intentar aclarar un poco el debate.

La expresión “ola de calor” suscita en muchas personas una sensación de gran bochorno, cansancio excesivo y con frecuencia recuerdos de noches sin dormir o durmiendo muy poco. Si hubiera que sacar un factor común de lo que la gente entiende por esta expresión sería la de un conjunto de días en que las temperaturas diurnas y nocturnas son muy elevadas quedando por encima de los valores normales del mes en cuestión y haciendo difícil recuperarse por las noches del cansancio y laxitud generados durante el día. Indudablemente esa es la sensación de la ola pero no sirve como definición de referencia. Tampoco ayuda mucho, a mi juicio, la ofrecida por la Organización Meteorológica Mundial (OMM): “Calentamiento importante del aire, o invasión de aire muy caliente, sobre una zona extensa; suele durar de unos días a unas semanas”. 

Ante esta situación, creo que la definición más lograda hasta el momento es la presentada por Cesar Rodríguez Ballesteros quien, en su artículo Olas de calor y de frio en España desde 1975 publicado en el Calendario Meteorológico 2013 de AEMET y disponible en la web de Divulgameteo, define como tal “un episodio de al menos tres días consecutivos en que, como mínimo, el diez por ciento de las estaciones consideradas registran máximas por encima del percentil del 95% de su serie de temperaturas máximas diarias de los meses de julio y agosto del periodo 1971-2000”.

Desde mi punto de vista se trata de una definición que, aún siendo arbitraria como todas las definiciones, tiene en cuenta factores clave tales como lo extraordinario de los valores registrados ( la temperatura registrada tiene que estar entre las del cinco por ciento de los días más cálidos de julio y agosto en el observatorio en cuestión), la exclusión de fenómenos locales (más del diez por ciento de las estaciones de la zona de interés) y la duración (al menos tres días).

Además, en el artículo citado se establecen una serie de parámetros comparativos entre "olas" de gran valor tales como la temperatura máxima de la ola, que es la media de las temperaturas máximas del día más cálido de los observatorios que se consideren o la anomalía de la ola que, a su vez, es la media de las anomalías de las distintas estaciones sobre su temperatura umbral. Creo que constituyen referencias de gran valor para el estudio comparativo de estos episodios. Es verdad que, en sentido estricto, sería interesante tener en cuenta también el comportamiento de las temperaturas mínimas. Sin embargo, hay que reconocer que los cálculos se complicarían demasiado y que, en la práctica, se añadiría poca información ya que es muy difícil que, si se cumplen las condiciones umbrales dadas de valores de las máximas y de duración del periodo, las noches no sean también muy cálidas.

Por tanto, si damos por buena esta definición de ola de calor, y a la espera de un estudio definitivo al final del período, no creo que este episodio pueda considerarse como tal ya que no parece que se están alcanzando valores muy poco frecuentes (por encima del famoso percentil 95) durante al menos tres días.

En resumen, tal como yo lo veo, se trata de un episodio de temperaturas elevadas, normal en el mes de julio y que no va a durar más de tres días ya que las temperaturas van a descender a partir de mañana si bien tardarán un poco más en hacerlo en el área mediterránea. Quizás este descenso, en pleno periodo climatológico de grandes calores, sea más atípico que el calor de estos días, pero  en absoluto desconocido.


Nota: Aunque en esta entrada resumo lo más significativo del trabajo de Rodriguez Ballesteros, recomiendo su lectura tanto por su interés como para lograr una mayor clarificación de todos estos conceptos.

2 comentarios:

  1. Hora Sr. Rivera, gracias por su trabajo tan divulgativo. Me llamo Elpídia Bellver y durante 18 años he estado trabajando en la televisión valenciana. Como reportera y en muchos casos he cubierto la información meteorológica de la Comunidad. He querido ser siempre muy rigurosa y no dejarme llevar por la presiones 'amallirístas' de los editores, por eso quiero ampliar mis conocimientos -ahora estoy en el paro después del cierre de C9- en meteorología para aplicarlos al periodismo. Conozco un curso de verano que se hace en julio en Teruel y un master presencial en Barcelona al cual no puedo asistir. He contactado con compañeros de AEMET aquí en Valencia, pero me dicen que no hay cursos de formación externos.
    Creo que sería bueno este tipo de cursos para dejar de oír algunas 'barbaridades' o alguna afirmaciones de perogrullo en los informativos de Televisión.
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias Elpidia. Te entiendo perfectamente. Con esa finalidad creamos hace un par de años la Asociación de Comunicadores de Meteorología (ACOMET). Entra si quieres en la página www.acomet-web.com y seguro que vas a encontrar informaciones muy interesantes.
      Un abrazo

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